Pico del Lobo (2.273)

ASCENSIÓN DESDE EL PUERTO DE LA QUESERA

POR LA CUERDA (INVERNAL)

El Pico del Lobo es la máxima cumbre del Macizo de Ayllón, grupo de sierras enclavado entre Segovia, Madrid y Guadalajara. Se eleva en el cordal que cierra el conjunto por el norte y que carece de estribaciones en esa dirección, por lo que cuenta con unas vistas excepcionalmente despejadas de la meseta, que se extiende sin obstáculos hasta los Montes de León y las cordilleras Cantábrica e Ibérica. Como es normal en Ayllón, se trata de una montaña de laderas altivas, densamente pobladas por matorral y arbustos, que sostienen unas crestas amplias y suaves donde la roca sólo aflora tímidamente en algunas cimas. Entre los cordales, se abren valles profundos que, pese a los muchos caminos que los recorren y a las desafortunadas repoblaciones, constituyen una de las áreas montañosas más apartadas de la zona centro.

La ruta se desarrolla a toda cuerda a la ida, mientras que, a la vuelta, se aprovecharán los caminos que siguen el cordal para ahorrar unos cuantos metros de desnivel.

El cordal del Puerto de la Quesera al Pico del Lobo, visto desde el noreste

SITUACIÓN:

  • Zona: Macizo de Ayllón (Sistema Central)
  • Unidad: Sierra de Ayllón
  • Base de partida: Puerto de la Quesera (Segovia / Guadalajara)

ACCESO: El Puerto de la Quesera es el único paso que permite atravesar la Sierra de Ayllón en vehículo. Se abre entre las poblaciones de Majaelrayo (Guadalajara) y Riaza (Segovia), siendo el acceso desde ésta mucho más práctico (12 km de carretera en buen estado, frente a 28 con tramos de cemento), incluso teniendo que rodear por Somosierra si se llega desde el sur. En el puerto no hay ningún servicio, salvo espacio para aparcar, pero en Riaza se encuentra de casi todo. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.684 / 2.273
  • Mi tiempo efectivo: 4h20
  • Mi tiempo total: 5h14
  • Dificultades: Muy fácil (en las condiciones del día: nieve endurecida, continua a partir de la cota 2.000). Itinerario por caminos, incluyendo una corta travesía expuesta sobre hielo con 30º de pendiente lateral.
  • Track para descargar en Wikiloc

Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Tomar en el Puerto de la Quesera el cordal al SO y recorrerlo, pasando sucesivamente por el Calamorro de San Benito, El Aventadero y Las Peñuelas, hasta el Pico del Lobo.

Regresar por el camino, que evita las cimas intermedias, hasta el Collado de San Benito. Desviarse a la derecha (E) para tomar al N la pista horizontal que recorre la vertiente oriental de la sierra o del Valle de la Quesera, hasta el Puerto de la Quesera.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Ésta es la forma más cómoda, aunque no la más corta, de subir al Pico del Lobo. Un buen paseo por cordal para una mañana clara. Los atractivos de este pico son unas panorámicas extraordinarias y, aunque sin grandes posibilidades deportivas, una gama bastante variada de rutas, desde las muy civilizadas de la vertiente de Riaza a las salvajes de los valles que convergen desde el sur... lástima que la culminación de este bonito pico sean las tristes ruinas de una instalación de esquí que nunca llegó a funcionar y nadie parece dispuesto a desmantelar.

Aunque la nieve no cubría este día la totalidad de la montaña, he considerado la ascensión como invernal, pues incluye los pasos clave sobre hielo. Más nieve podría influir sobre la velocidad, pero no aumentaría la dificultad. Respecto al rodeo por la pista que hice a la vuelta, ahorra un poco de desnivel pero termina siendo más largo. No se trata de una alternativa práctica pero añade algo de variedad a la ruta, pues se desarrolla por una zona forestal pintoresca desde donde veremos la montaña de la que volvemos desde otro ángulo.

RELATO GRÁFICO:

Salí del Puerto de la Quesera hacia el oeste, caminando por un carril que recorre el cordal, entre...

... matorral y...

 ... pinos de repoblación.

Al ganar altura, comencé a tener las primeras vistas al norte.

Así alcancé la Loma de las Caseruelas, tras la cual un suave subibaja me llevó al Calamorro de San Benito.

Allí, la cuerda gira a la izquierda (S) y se puede ver la continuación de la ruta hasta las Peñuelas: intensa bajada hasta el Collado de San Benito, seguida por una subida suave al Cerro del Aventadero y más empinada hasta el pie de la cresta de las Peñuelas, que se pasa por una horcada.

Continuando por el camino, bajé al Collado de San Benito, donde pasa junto al cordal la pista de la vertiente oriental por la que regresaría. La subida subsiguiente no es muy empinada pero...

... la senda era un tobogán de hielo que me obligó a ir con cuidado.

Al morir el camino ante el pico de El Aventadero, proseguí por lo alto de su crestón rocoso, de escaso porte y nula dificultad.

Mirando atrás desde esta modestísima punta, me percaté de que era el visible el Moncayo, por un hueco entre crestas vecinas.

Al cabo del mismo, llegué a la collada donde alcanza la loma la pista que sube desde la estación de La Pinilla. Para seguir recorriendo el cordal, tomé a la izquierda (SE) ese camino, sobre cuyo piso volví a encontrar una dura y pulida costra de hielo. Las Peñuelas es un alargado crestón horizontal sobre el que destacan varias puntas rocosas. Como la pista lo flanquea por el norte, donde el carril gira a la derecha para entrar en la ladera, lo dejé por la izquierda (S), para...

... remontar directamente una ladera de pendiente suave, apenas 20º en lo más pino.

Al coronarla, pude ver, por primera vez en el día, la cumbre entre las cuerdas de las Mesas y la Pinilla. Giré a la derecha (O) y...

... recorrí el corto tramo de loma, amplia y suave, hasta la cima de Las Peñuelas, pasando sobre...

... el valle del Río Berbellido, dominado por el pico de La Cebosa.

Luego, descendí brevemente hasta el collado inmediato, donde reencontré la pista y, tomándola a la izquierda (SO), rodeé la depresión que se extiende entre el Pico del Lobo y las Peñuelas.

El carril desapareció al norte justo de la cumbre, asomándose al Circo de la Pinilla; merece la pena pararse a contemplar ese profundo hoyo coronado por la quebrada cresta homónima. Luego, el camino a la cima es obvio: girar a la izquierda (S) y...

... remontar directamente la pendiente helada, bastante tendida también (<20º), hasta la fea ruina que ensucia el Pico del Lobo, culminación del Macizo de Ayllón y de la provincia de Guadalajara.

Las vistas al norte son muy abiertas, distinguiéndose un buen trecho de la Cordillera Ibérica al otro lado de la llanura.

Al oeste, el cordal prosigue hacia el pico de las Tres Provincias, a la izquierda del cual...

... se veían en el horizonte las nieves del Guadarrama.

Al sur, el Cerrón domina el valle del Berbellido y al fondo se extiende oscura...

... la Sierra de la Puebla, más allá de la Cuerda de las Mesas.

Por fin, al este, la Sierra del Robledal, coronada por el Ocejón, y...

... a mis pies, el rellano nevado de Los Cantos.

Al cabo de un buen rato, regresé al camino y lo seguí hasta el Collado de San Benito, evitando ahora las cimas intermedias.

En este retorno, bajo las Peñuelas, encontré lo más delicado de la ruta. Al atravesar la ladera en descenso, me encontré con un tramo de hielo con una pendiente lateral de 30º.

No requiere apenas técnica, pero conviene pasar con cuidado. Hubiera sido más fácil y seguro volver también por la cresta.

Luego, continué por terreno conocido, primero por nieve y...

... luego en seco, hasta el Collado de San Benito, donde dejé la cuerda por la derecha (E), para seguir por una pista que va atraviesa horizontal la ladera.

El camino presentaba mínima pendiente e inmejorable piso, así que...

... pude recrearme admirando verde tajo del Río de las Veguillas, con el Ocejón al fondo, o...

... las cambiantes perspectivas de Las Peñuelas nevadas.

Al cruzar de un espolón algo más saliente que los otros precede a la entrada en el Arroyo de la Quesera. Merece la pena dejar allí la pista un momento y acercarse al saliente, para contemplar la cuerda de La Buitrera, que asomaba por el ya cercano boquete del Puerto de la Quesera, donde poco después me dejaría el camino.

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