El Torozo (2.022)

ASCENSIÓN DESDE EL PUERTO DEL PICO

LOMA DE PIEDRA CABALLERA

En comparación con las montañas que lo rodean, el Torozo es una cumbre modesta, culminación de la loma que, entre los puertos del Pico y Serranillos, engarza las unidades mayores del Gredos oriental y el central. Presenta un vivo contraste entre su vertiente norte, suave y cubierta de pasto y monte bajo, y la sur que es un gran murallón de granito donde se encuentran algunas de las paredes más altas del Sistema Central. Si ésta no era una sierra visitada en exceso hace años, ahora, con un sendero balizado alcanzado la cumbre desde el Puerto del Pico y el reclamo de las numerosas cabras montesas que corretean por sus laderas, cada fin de semana suele estar bastante concurrido.

Para alcanzar la base de loma de la Piedra Caballera, que cae al sur del Collado del Risco, hay una larga aproximación desde el Puerto del Pico. Pero partimos de ahí por ofrecer un rápido y cómo descenso, que hicimos por la ruta normal, manteniendo el recorrido como circular.

La loma de Piedra Caballera delante de la gran pared sur del Torozo

SITUACIÓN:

  • Zona: Macizo Oriental de Gredos (Sistema Central)
  • Unidad: Sierra del Torozo
  • Base de partida: Puerto del Pico (Ávila)

ACCESO: El Puerto del Pico está 61 km al SO de Ávila, por Solosancho y el Puerto de Menga. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 976 / 2.021
  • Mi tiempo efectivo: 4h27
  • Mi tiempo total: 5h34
  • Dificultades: Muy fácil, en las condiciones del día (espesor mínimo de nieve consistente en la cuerda). Algún tramo un poco incómodo por el matorral. Nieve por debajo de 20º.
  • Track para descargar en Wikiloc

Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Bajar del Puerto del Pico al SE por la calzada romana. Tras cruzar la carretera, en la primera curva a la derecha, dejarla por una senda que sale a la izquierda (SE). En Los Corrales, girar a la derecha (SE) en una primera bifurcación y a la izquierda (E) en la siguiente, entrando en la cuenca de Los Rozos. Atravesarla y salir a la pista asfaltada del Sidrillo; tomarla a la izquierda (N) y dejarla enseguida por la derecha (S), por la pista que sube por la ladera del Navajo. Cuando se bifurca, seguir por la izquierda (NE) y, en la siguiente curva cerrada a la derecha, dejarla por la izquierda (N), por un pasillo entre los pinos para remontar el lomo de Piedra Caballera. Al llegar a la cresta en el Collado del Risco, tomar a la izquierda (O) la senda que la recorre hasta El Torozo.

Seguir por el mismo camino al NO hasta desembocar en El Laerón en otro que, tomado a la izquierda (O), nos devolverá al Puerto del Pico.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: La Sierra del Torozo es un núcleo modesto dentro de Gredos; un pequeño lomo que engarza unidades orográficas mayores. Sin embargo, su cara sur es un hermoso paredón que aloja las paredes más altas del Sistema Central. Pues bien; resulta que ese mundo vertiginoso, cuya vista lejana ya impresiona, está partido por una loma que asciende suavemente del pie de monte a la cresta, como puesta a propósito para examinar de cerca el roquedo. Hacía tiempo que le había echado el ojo y, por fin, llegó el momento de catar esa loma, que llamo de Piedra Caballera tomando el nombre del cancho más conspicuo de los que la jalonan.

La ruta carece de dificultad técnica y es físicamente asequible. Sólo la remontada de la propia loma carece de buen camino. Pero es que esos 600 m de desnivel campo a través son graduales y transcurren por terreno cómodo, de matorral abierto y cantos. El recorrido comienza bajando, pero no se me ocurre otro sitio mejor que el Puerto del Pico para arrancar, aunque quede lejos del inicio de la subida.

Por último, no sé si sube mucha gente por esta loma, que resultó tan panorámica como prometía sobre el mapa. Lo cierto es que no encontramos sobre ella trazo, hitos, ni otras señales de paso. Lo cual no deja de extrañarme, tratándose de un monte popular y siendo esta ruta obvia, bella y asequible.

RELATO GRÁFICO:

Tras aparcar en el Puerto del Pico, cruzamos la carretera y tomamos a la izquierda (S) la rehabilitada calzada romana, que desciende por la Garganta del Puerto.

Este inicio de la ruta está dominado por los riscos de los Monteses y la Albujea del lado del Torozo y...

... el monte de La Casa al oeste.

Delante, Cuevas del Valle yacía en el fondo del barranco bajo La Abantera. En el horizonte se distinguía el perfil de los Montes de Toledo, llegando a reconocerse el redondo cabezo del Pico de las Villuercas hacia la derecha.

Después de cruzar la carretera y antes de llegar al pueblo, cuando la calzada hace una cerrada curva a la derecha, la dejamos por el Camino de los Arrieros, que se introduce recto (S) entre las zarzas y...

... pasa a atravesar la ladera en suave descenso. Si bien es más estrecho que la calzada, la vereda conserva un buen empedrado y cuenta con potentes muros de contención.

Con la distancia, ganamos perspectiva sobre La Casa y fuimos viendo asomar también los riscos de Las Morillas y La Fría.

Me llamó la atención la aparición de unos potentes canchos sobre una collada en la loma de enfrente, la que cierra la Garganta del Puerto por el oeste. Se trata de los riscos de Las Canalillas y La Cabrilla, en primer término, y el Peñón del Mediodía detrás.

Al doblar la base de la loma en Los Corrales, dimos con una bifurcación, donde continuamos recto (SE), entrando a continuación en una arboleda.

Al salir de la misma, descubrimos a nuestra espalda el gran frontón granítico del Torozo y, a la derecha, la loma de Piedra Caballera por donde subiríamos. Por cierto que el risco con que me sireve para nombrarla se distingue perfectamente, como una pequeña y enhiesta aguja próxima a la culminación. Por encima de la parte baja del lomo, asoma otro roquedo: los Riscos de Villarejo, en la parte oriental de la sierra.

Enseguida, llegamos a una segunda bifurcación, que es el punto más bajo del recorrido: habíamos perdido algo más de 400 m desde el Puerto del Pico. Ahora había que ganar más de mil para alcanzar la cumbre. Para empezar, giramos a la izquierda (E), entrando definitivamente en la cuenca de Los Rozos y dando vista a la Cabeza Aguda.

Al ir atravesando este gran cóncavo, fue variando la perspectiva sobre las paredes meridionales del Torozo. Aquí, al cruzar la Chorrera del Oso, se ve muy bien la Piedra Caballera, a la derecha, del risco del Sombrerito y el Collado del Risco, por donde íbamos a ganar la cresta.

Durante el rodeo bajo el Torozo, habíamos ido ganando altura gradualmente. Lo notamos en Las Pegueras, al observar nuevas cimas al oeste: junto a La Cabrilla y el Peñón del Mediodía, eran visibles ahora La Mira, bien marcadas las dos grandes canales del galayar, y el cabezo del Cervunal.

Pronto salimos a la pista asfaltada del Sidrillo, que tomamos a la izquierda (N), para...

... dejarla enseguida por la derecha (S), por una pista de tierra a contramano, cerrada con una cancela que prohíbe el paso de vehículos.

El nuevo carril, nos llevó en suave ascenso por El Navajo, base de la loma de Piedra Caballera que veíamos surgir sobre las copas de los pinitos de repoblación.

Al ir a trasponer el lomo, pasando a la vertiente del Placejo, el camino se bifurca y nosotros fuimos por la izquierda (NE). A través de los árboles, veíamos unas paredes nuevas.

Eran los Riscos de Villarejo, que se encuentran adosados a la cara suroeste de Los Morenos, el más oriental de los picos de la Sierra del Torozo.

Al otro lado, se distinguía cómo el Risco del Torozo está desprendido del cordal. Tras la bifurcación, en la segunda curva cerrada, que es a la derecha, dejamos la pista...

... por un pasillo despejado que sale a la izquierda (N) a través de las apretadas filas de pinos. Por él emprendimos el ascenso directo de la loma de Piedra Caballera, siguiendo más o menos la cuerda, que se iba a prolongar durante 600 m de desnivel, durante los cuales no contamos con senda ni indicaciones. Pero ambas cosas se revelaron innecesarias. Los primeros metros, medianamente empinados, estaban poblados de matorral pero éste...

... ni era tan cerrado como para entorpecer el paso ni, siendo mayormente helechos, era agresivo. Pronto empezamos a dominar, al mirar atrás, el valle de Cinco Villas bajo la Abantera, aunque aún no veíamos todos los caseríos.

Con la altura, al salir de los pinos, el terreno se tornó más pedregoso y el monte bajo dominante pasó a ser de retama, aunque muy abierto. También se tendió ligeramente la pendiente hasta el Canchal de los Lobos, que viene a marcar la mitad de la subida.

Por cierto, que habíamos venido a mirar ¿no? Pues al oeste, a nuestra izquierda, destacaban las cumbres más orientales del tramo central de Gredos, del Cabezo del Cervunal al Risco de las Morillas, pasando por La Mira y el Peñón del Mediodía. Más cerca, a la misma mano,...

... el Risco del Torozo, desgajado del Alto de los Monteses, más allá de las grandes llambrias centrales bajo la cumbre.

Aquí se pueden ver los 250 m del Risco del Torozo en primer plano.

A la derecha, bajo los Riscos de Villarejo, veíamos sombrío el Arroyo del Placejo.

Atrás, ahora sí se descubrían las Cinco Villas que dan nombre al valle cabecero del Río Ramacastañas, dominado por la Abantera y con el cordal meridional de la Mira y la sombra de los Montes de Toledo al fondo.

Sin rastro de senda ni señales que marcaran el camino, pero a través de un terreno muy cómodo de cantos y escaso matorral, fuimos llegando a la Piedra Caballera, tras la cual asomaba el Sombrerito marcando la cercanía de la cresta.

Desde el pie del risco, a 1.760 m de altitud, se ven muy bien las placas meridionales del Torozo: una rampa de roca en torno a los 45º que salva 350 m de desnivel.

La Piedra Caballera y el Risco del Torozo enmarcan aquí las grandes cumbres gredenses. Se descubrían ahora, entre la Mira y el Peñón del Mediodía, algunos picos del Circo de Gredos.

De momento, se reconocían el Sagrao, el Almanzor y la pareja Ameal - Risco Moreno.

Al otro lado, sobre el cerro de Los Morenos, iba asomando la Sierra del Cabezo, del Castillejo al Risco de Miravalles, pasando por la propia cumbre.

Terminando de cubrir los 200 m finales de loma, al acercarnos a la cuerda, pudimos distinguir al oeste los sucesivos picos de la cresta (Monteses, Torozo y Sombrerito) y cómo se abría el vecino Collado del Risco. Cuando estuvimos a su altura, derivamos a la izquierda (N) para alcanzarlo mediante una travesía directa, siempre por terreno fácil y cómodo.

En la horcada, nos asomamos a la vertiente norte: al otro lado del valle del Alberche, las nubes cubrían las crestas de la Sierra de la Paramera.

Aquí volvimos a disponer de camino, bien marcado y balizado, circunstancia que ya nos acompañó hasta el final. Tomamos a la izquierda (NO) la senda que recorre el cordal, ancha y bien dispuesta, abriendo una confortable avenida despejada en los matojos y cantos de la amplia cuerda.

La vertiente norte de la sierra estaba cubierta de una espesa capa de escarcha, sobre la que se mantenían algunos neveros, escasos en cantidad y calidad: mucho frío y poca precipitación. Al paso por el Sombrerito, se ve el Alto de los Corralillos; el otro pico principal de esta pequeña sierra. Aquí, nos desviamos a la izquierda de la senda para...

... asomarnos al sur, al Valle de Cinco Villas y a la loma por donde habíamos subido cuyo perfil puede apreciarse en parte desde la punta del risco.

A continuación, de vuelta en la senda, vimos que tras una ligera subida había un cancho con pinta de cima.

Desde lo alto del mismo, nos volvimos para contemplar la Sierra del Cabezo y el cordal oriental del Torozo, pues...

... estábamos en una antecima y, desde la cumbre verdadera la perspectiva a este lado quedaría bloqueada. Para llegar al hito, nos quedaba atravesar una ligera depresión por terreno rocoso pero sin dificultad.

Al norte, el amplio panorama se extendía a todo lo largo cordal de las Parameras y el valle del Alberche.

Al oeste, a la derecha del núcleo principal de Gredos se llegaba a distinguir la Sierra de Candelario. Entre las cimas gredenses visibles, junto a las de antes,...

... destacaban ahora la Galana y la Cabeza Nevada.

Guiados por el trazo de la senda, ahora más estrecho pero siempre claro, y los hitos, nos bajamos del cancho cimero y nos dejamos caer suavemente al oeste. Nos despedimos pronto de la cumbre pues enseguida la dejaríamos de ver, al...

... intensificarse la pendiente. A cambio, empezamos a distinguir el boquete del Puerto del Pico.

A media bajada de la loma del Laerón, derivamos con ella a la izquierda (NO) y ya distinguimos todo lo que quedaba de descenso: el ancho lomo que recorríamos, que se comba antes de morir junto al restaurante del puerto.

En el primer rellano al que llegamos, hacia los 1.870 m, la senda desembocó en...

... un camino más amplio y marcado, que tomamos a la izquierda (O) para acabar el descenso.

Durante el mismo, pasamos junto al refugio de la Majada del Tío Manteca, tradicional dormidero de escaladores y que aparece pintoresco bajo los riscos de los Monteses y la Albujea, aunque la vista de éstos desde aquí no tiene mucho que ver con lo que espera en la cara sur.

Acercándonos al Puerto, se nos despejó el armonioso arco de arista de la Serrota.

Y sin más, llegamos al Puerto del Pico, desde donde no deja de ser bonita la vista hacia el Torozo, aunque la cumbre verdadera no llega a distinguirse, tapada por la antecima oeste.

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