Peña Rogueira (1.959)

ASCENSIÓN DESDE GUÍMARA

POR LA CARA SUR

La Peña Rogueira es la primera cima importante de los Ancares Orientales llegando del oeste, donde se alza el cuerpo principal del macizo. Así, se sitúa a caballo de la comarca leonesa de la Fornela y el alto curso del río Ibias. Se trata de una pirámide de vertientes empinadas y aristas bien definidas, en las que roquedos oscuros y afilados interrumpen ocasionalmente el verdor del pasto y matorral que cubren la montaña. Su situación y buena prominencia convierten a esta cima en estupendo mirador hacia las cumbres mayores de los Ancares y los macizos cantábricos más occidentales, así como sobre los valles adyacentes. Las tierras que rodean la montaña mantienen cierta actividad ganadera, lo que facilita las aproximaciones por buenos caminos; no así las ascensiones, pues, pese a sus atractivos, la Peña Rogueira no es una montaña muy visitada.

Los pocos excursionistas que llegan, lo hacen remontando la suave cuerda oeste desde el Puerto de Cienfuegos. Por mi parte, preferí una ruta más dura y agreste, pero también más completa, superando el matorral de la cara sur, para bajar luego por el antiguo camino que sigue el Arroyo Cabreiro, abrazando la montaña por el este.

La Peña Rogueira vista desde el este, con las crestas de la Sierra de los Ancares al fondo

SITUACIÓN:

  • Zona: Los Ancares (Montes Galaico - Leoneses)
  • Unidad: Ancares Orientales
  • Base de partida: Guímara (León)

ACCESO : Guímara está unos 150 km al NO de León, por Astorga, Bembibre, Toreno, Páramo de Sil, Anllarinos y Peranzanes.  El punto ideal para salir es el final de la Calle del Paredón, que acaba en un prado donde suele poderse aparcar. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen a ese punto en el siguiente link a GoogleMaps.

Pulsa aquí para consultar la tabla MIDE

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.054 / 1.959
  • Mi tiempo efectivo: 4h21
  • Mi tiempo total: 5h27
  • Dificultades: F. Cerca de 600 m de desnivel por una ladera empinada cubierta de matorral, no de los peores, pero incómodo. Durante el cresteo, habrá que ayudarse de las manos en varios tramos cortos, ninguno de los cuales es expuesto.
  • Track para descargar en Wikiloc

Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Dejar Guímara por un camino que sale al este, como prolongación de la Calle del Paredón, y atraviesa la ladera hacia el Arroyo Cabreiro. Antes de entrar en el mismo, tomar una pista a la izquierda (NO), que gana altura en diagonal. Cuando deja de subir, en el segundo barranco que se cruza y a la vista del gran cancho de la cara sur de Peña Rogueira, dejar la pista por la derecha (N) y remontar la empinada ladera a través del matorral, hasta alcanzar la cima de Peña Rogueira.

Seguir la cuerda a la derecha (NE), afrontando algunos pasos de mínima dificultad en la arista, hasta el Pico Turrunteira (F). Continuar al siguiente collado y descender por la herbosa pendiente de la derecha (SE) al rellano de la Laguna de Guímara, que queda a la derecha. Ir perdiendo altura, buscando una torrentera, en cuya orilla derecha se dibuja una senda borrosa. Tomarla y bajar por ella, a través de la ladera de Las Lastras, hasta el Arroyo Cabreiro y, tras vadearlo, al extremo del viejo camino que lo recorre. Tras un prolongado descenso, durante el que se vuelve a la vertiente occidental, al doblar un lomo para pasar al valle del Río Cúa, tomar un desvío que baja más directamente por la ladera y desemboca en la pista del inicio. Tomarla a la izquierda (SE), para deshacer camino hasta Guímara.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH


COMENTARIOS: Huyendo del calor y las tormentas del Sistema Central, vine a esta Peña Rogueira y tuve tiempo claro, como se puede ver, y temperaturas razonables hasta el tramo final que, después de todo, transcurrió bajo los árboles. La bajada por el Arroyo Cabreiro es la ruta alternativa a la normal por esta vertiente. Más original es la subida campo a través por la cara sur. Resultó entretenida, visualmente muy bonita y, pese al aspecto, no muy mala, pues el matorral era blando y no me pasaba de la rodilla. Con vista, cuidado y paciencia, se supera bien. Puestos a hacer una circular, creo que es preferible a pasar por el Puerto de Cienfuegos, ahorrándonos el cruce con vehículos.

RELATO GRÁFICO:

A la salida de Guímara, el camino atraviesa la ladera hacia el este


Al poco de entrar en el bosque, tomé éste desvío a la izquierda, pasando a...


... ascender suavemente al NO por el robledal.


Salí de los árboles a una ladera cubierta de matorral. Crucé un primer barranco.


A mi izquierda, el pico Botete se elevaba sobre el valle del Río Cúa.


Atrás, corría el valle encajonado más allá de Guímara.


Al entrar en el segundo barranco, se ve un gran cancho arriba. Momento de dejar la pista y ascender....


... pendiente arriba, dejando el roquedo a la izquierda. El matorral es blando y bajo y se atraviesa bien.


Pronto quedó abajo la pista. Enfrente, el Botete se alzaba magnífico.


A la derecha, más allá de este valle del Cúa, iban apareciendo las crestas del Miro, máxima cumbre de los Ancares Orientales, y la Sierra de Gistreo.


Al otro lado, al ganar altura, se descubrió a la derecha del Botete el Miravalles y el Puerto de Cienfuegos, a través del cual se veía el Pico de Cinso


Al cabo de un rato subiendo, cedió la pendiente y apareció la cresta de la sierra; momento de girar a la izquierda para...


... afrontar el último tramo de subida, por el lomo suroriental de la Peña Rogueira.


A mi derecha, me iba fijando en la cresta que luego recorrería como inicio del retorno.


Superado el lomo, alcancé...


... la cima de Peña de Rogueira, desde donde hay esta bonita perspectiva de la Sierra de Ancares: lo más cercano, la cuerda que desde el Botete va por el pico Ferreira al Mollanedo y, a la derecha, las crestas más altas de los Ancares, incluyendo...


... Mustallar, Cuíña y Miravalles.


Siguiendo el giro, la cuerda del Miravalles a la Rogueira por el Puerto de Cienfuegos.


Al norte, ya en Asturias, la Sierra de Rañadoiro al otro lado del Ibias.


Al nordeste, el cordal principal de los Ancares Orientales continua hacia el Miro. A la izquierda, junto a la manta de nubes, la Sierra de Degaña y, sobre la misma, confusas crestas del extremo occidental de la Cordillera Cantábrica. Delante se alzaba la siguiente etapa de la ruta,...


... el Pico Turrenteira, que alcancé siguiendo la cuerda. Ésta comienza por una bajada empinada pero sin dificultad.


La salida del collado presenta algunos canchos que, por el flanco derecho, se superan fácilmente.


Desde una cota intermedia, se ven, atrás, la Peña Rogueira y,...


... delante, el Turrenteira. Aún quedaban un par de breves pasos rocosos, pero, como antes, muy fáciles.


Las vistas, magníficas. A mi izquierda, la Sierra de Rañadoiro.


A la derecha, el valle del Cúa


Subida final al Turrenteira.


Desde la segunda cima del día, el valle del Ibias.


Mirada atrás: más allá de Peña Rogueira, la Sierra de Ancares propiamente dicha.


Al sureste, el Turrenteira proyecta un cordal de aspecto agreste.


Al este, el cordal se prolonga hasta un pico que llama la atención por lo abrupto de su cara norte; Teso Mular se llama. Hacia allí, emprendí el descenso propiamente dicho,...


... bajando por la cuerda, a la derecha de la cual se veía, agostada, la Laguna de Guímara.


Como se ve, la bajada es empinada pero no presenta obstáculos.


Sobrepasada la laguna, en el punto más bajo de la horcada, me dejé caer a la derecha por el pasto, hacia un rellano en que se veían converger un par de trazos.


Al llegar al mismo, como las sendas subían y no iban en la dirección conveniente, giré a la derecha y...


... continué perdiendo altura por la hierba, ahora por un tubo herboso suave y cómodo, hacia el tajo del Arroyo Cabreiro.


Inopinadamente, apareció un trazo en el matorral ralo, que poco a poco se fue definiendo más, según bajaba por Las Lastras. Lo peor eran las praderas, donde se borraba en la hierba y tenía que prestar atención para no perderlo.


La vista hacia la cresta de la que venía era mediocre: pico Turrenteira.


Mejor hacia el Camposa y su lomo meridional, que dominaban al otro lado el Arroyo Cabreiro.


A mitad de ladera, entré en el bosque.


Tras vadear el torrente, llegué a un camino ancho y bien trazado, pero invadido por la vegetación, que desciende junto al riachuelo.


Al paso por un claro, se veía al fondo el pico Mollanedo, anunciando la cercanía del final del valle del Cúa y del final de la excursión.


Atrás, el pico de la Camposa.


Tras un segundo cruce del torrente, aparecieron a la vista tramos empedrados y obra de contención. Este camino, hoy abandonado, debió ser importante para el valle.


Al salir de este barranco, ya con el camino transformado en pista,...


... en la curva para entrar en el valle del Cúa y remontarlo, tomé a la izquierda este desvío que baja directamente a Guímara.


Antes, desemboqué en la pista del inicio de la excursión que, tomada a la izquierda, me llevó por terreno conocido de regreso al pueblo.

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