Croquis
de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH
COMENTARIOS: Una ascensión
muy fácil y cómoda; en la parte en que no hay senda marcada, no se encuentran
pasos escabrosos, expuesto ni cerrados. Por otro lado, los tramos antes y
después de ese cresteo no se hacen largos, por la amenidad de los parajes por
donde transcurren. Finalmente, la Cabeza del Tormal es una cima poco visitada y
muy panorámica. Visitarla desde el Collado del Sillado llevaría menos de una
hora ida y vuelta y, pasando por dicho lugar un par de rutas de senderismo
bastante populares, me llamó la atención que no hubiera una buena traza.
En el orden
práctico, en la parte final del descenso, siguiendo el GR-293, lo dejé durante
un trecho. Si se siguen las marcas, se llega igualmente el pueblo ahorrando
algo de desnivel pero la senda que utiliza el sendero balizado es, por mi
experiencia, más incómoda que por donde fui. La alternativa es más comodidad
(mi solución) frente a menor desnivel (el GR). Y en tiempo viene a ser lo
mismo.
RELATO GRÁFICO:
Dejé
Bohoyo por el Camino del Estanco, que va rodeando la Cabeza del Tormal hacia el
oeste, a través de un arbolado denso y variado.
Un par de
veces, algún hueco entre los árboles, me dejó ver la cumbre a mi izquierda.
Pasé ante
varios desvíos a uno y otro lado, de los cuales, el único que podría suscitar
alguna duda es éste, a un cuarto de hora del inicio, en el que continué por la
derecha (O).
Hacia el
valle del Tormes, la vista también estaba limitada y sólo ocasionalmente vi la
Cabeza Pelada, que se alza al otro lado.
En las
Laderas de Navamojada, el arbolado dominante pasaron a ser los pinos y la pista
comenzó a remontar el monte, pero en lazadas muy suaves.
Al doblar
un lomo, se descubrió al oeste la Sierra de Candelario.
Hacia los
1.450 m de altitud, la pista se cruzó con otra: yo continué recto (E).
Luego,
salí del bosque y pude ver ante mí la cima; bueno, en realidad una antecima en la
vertiente norte.
También,
al este, el surco que el Tormes abre entre las Parameras y Gredos.
Hacia la
cota 2.700, giré a la derecha (S) en esta bifurcación y,...
... poco
después, alcancé la cima del Mostazo y apareció al suroeste el Alto del Corral
del Diablo, que tapaba al resto del Macizo de la Covacha.
Allí, el
carril dobla a la derecha para dirigirse por la cuerda hacia la Cabeza del
Tormal, para acabar en el arranque de su lomo noroccidental.
En medio,
al pasar por el Collado Serrano, apareció el Cancho junto al Alto del Corral
del Diablo.
Desde el
final del carril, continué remontando la cuerda, por un terreno de canchal y
monte bajo, sin apenas dificultad y bastante cómodo para caminar. Al inicio, vi
un hito. El único hasta casi la cima.
Tampoco
eché de menos las señales, pues se iba casi igual por cualquier lado. Y el
único obstáculo importante, en forma de potente resalte hacia los 1.950 m, está
cortado por un pasillo que permite pasar caminando.
A mi
izquierda, se veían ya las tres Parameras.
Más
arriba, vi el segundo hito; éste de muy buen tamaño y visible, de hecho desde
el valle, marcaba el Tormal, modesta prominencia de cota 2.047en el entronque
de los lomos noreste y noroeste.
A partir
de ahí, la cuerda se tiende y ensancha, presentando un par de ondulaciones
cubiertas de monte bajo hasta la cumbre. Pero, pese a la pinta, la progresión
fue cómoda pues el matorral no es ni alto ni cerrado.
Desde la
Cabeza del Tormal, se ve al este la Garganta de Bohoyo, dominada al fondo por
las crestas más altas de Gredos, Galana y Almanzor. A la izquierda,...
... al
otro lado del Tormes, las Parameras.
Al norte,
atrás, se veía un segmento de llano difuminado.
Siguiendo
el giro, la Sierra de Candelario,...
... el
Alto del Corral del Diablo y El Cancho.
Al sur,
el Casquero de los Peones y el Peludillo, que sí que hacen honor al apelativo
de Sierra Llana. En esa dirección comencé el descenso, caminando a través del
matorral hacia un muro, que seguí,...
...
aprovechando que había un cómodo pasillo
junto al mismo, a veces a la izquierda y...
... a
veces a la derecha, hasta el Collado del Sillado.
Desde
este lado, la Cabeza del Tormal es bastante menos agreste; quizá por eso no
atraiga tantos visitantes. En fin; tras esta bajada,...
... volví
los ojos a la derecha (O) para despedirme del macizo occidental de Gredos,
donde ahora asomaba la Covacha a la izquierda del Alto del Corral del Diablo, y
giré al otro lado (E), por donde...
... pasa
un buen camino, marcado como GR-293 y que, tomado a la izquierda (N), me...
...
llevaría hasta Bohoyo mismo.
Al llegar
a esta bifurcación, atendiendo a las señales, giré a la derecha (E), por...
... una
senda más estrecha que pierde altura más directamente.
Al paso
por El Canchito, hay esta buena perspectiva de la Garganta de Bohoyo,
destacando...
... la
Galana y el Almanzor al fondo y...
... los
roquedos bajo el Alto de la Batalla y los Campanarios en lo alto de la
vertiente meridional del valle.
Al otro
lado, la cabeza del Tormal, que iba rodeando, mostraba su cara más agreste.
Al llegar
a un punto destacado, llamado Cruz de Marcelo, la senda gira a la izquierda
para...
...
descender al cóncavo que aloja los Prados de los Cerezos, de donde arranca una
pista.
Las
marcas de GR se desvían a la derecha de la misma al poco, supongo que para
ahorrar altura. Pero, como me lo conozco, esta vez no les hice caso y continué
subiendo por el carril.
A mi
derecha, por cierto, una hermosa vista de la Cabeza del Horcajo, al otro lado
de la Garganta de Bohoyo.
Al llegar
a los Collados de la Ladera, cambié de vertiente cruzando una cancela y dejé la
pista por la derecha (NO) para...
... bajar
por un cortafuegos que va por el fondo de la ladera. Tras un rápido y corto
descenso,...
... di
con una pista que, tomada a la derecha (NE), me llevó a...
...
reencontrar las estacas del GR y, enseguida, a entrar en Bohoyo.
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