Puig Neulós (1.257)

ASCENSIÓN DESDE REQUESENS

CRESTEO DEL COLL DEL POU AL DEL FAIG

Los Montes Alberes son el extremo oriental del Pirineo y el Puig Neulós es su mayor cumbre. Con altitudes que apenas superan los 1.000 metros, la cordillera olvida aquí el carácter alpino de sus tramos centrales. Los cordales son anchos lomos sostenidos por laderas pobladas de bosques de hayas y encinas. Anchas pistas, cuando no carreteras, alcanzan los collados. Pero el bonito entorno y las vistas amplísimas desde la cumbre justifican de sobra el modesto esfuerzo que supone la ascensión. No todo han de ser grandes altitudes y esto también es Pirineo.

La ruta recorre el tramo de cordal que incluye la cumbre, accediendo a sus collados vecinos por los caminos más lógicos y asequibles de la vertiente sur.

Los picos Pinyer y Neulós se alzan sobre Requesens

SITUACIÓN:

  • Zona: Extremo Oriental del Pirineo
  • Unidad: Montes Alberes
  • Base de partida: Requesens (Gerona)
ACCESO: Requesens es una aldea despoblada del municipio gerundense de La Junquera, situado en el noroeste de la provincia; concretamente, en todo lo alto del Ampurdán, al pie de los Montes Alberes, que constituyen el extremo oriental de la cordillera pirenaica. Sin embargo, la población más cercana con algún servicio es Cantallops, 6 km antes de llegar de Requesens desde La Junquera. Lo ideal es partir del cruce que va al castillo por un lado y al pueblo por otro, junto a la central hidroeléctrica de "Les Pipes”. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen hasta allí en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 400 / 1.257
  • Mi tiempo efectivo: 3h30
  • Mi tiempo total: 4h05
  • Dificultades: Ninguna. Ruta por caminos.

Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Desde la central hidroeléctrica de Les Pipes, continuar hacia el pueblo y tomar, antes de llegar, otra pista cerrada con barrera que sale a la derecha (N). Dejando atrás algunos desvíos secundarios sin atender indicaciones, se llega al Coll del Pou. Girar a la derecha (NE) y seguir el cordal hasta el Puig Neulós.

Continuar lomo adelante (SE) hasta el Coll del Faig, dejando allí el cordal por una senda que baja a la derecha (O). La misma se hace pista poco después y conduce hasta el Coll del Castell, donde hay un cruce de caminos. Dejarlo por el que sale al sur y rodea el cerro por la izquierda para bajar a cruzar el río junto a la central de Les Pipes.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Relajada caminata, poco más que un paseo, para ascender a una atalaya magnífica a través de atractivos parajes. La única advertencia que cabe hacer es no atender las indicaciones de los navegadores si mandan por otro sitio que no sea La Junquera; no merece la pena ahorrarse un par de kilómetros a cambio de circular por peor camino.

RELATO GRÁFICO:

Aunque el Puig Neulós se puede alcanzar casi por carretera desde Le Pertus, por aquello del respeto a las montañas, íbamos a subir desde Requesens, a través de la cabecera de la Ribera d’Anyet, cuyas dos vertientes recorreríamos. Por cuestiones que no vienen al caso, ya eran más de las diez de la mañana cuando llegamos al desvío con puente que, junto a la vieja central de Les Pipes, lleva al Castillo de Requesens. Nosotros proseguimos hacia el pueblo.

Tras dejar atrás un par de desvíos de peor condición, al salir de una zona de lazadas tomamos a la derecha (N) una pista tan ancha y marcada como la que traíamos. Por ella fuimos subiendo a través de un hermoso hayedo casi deshojado pero que aún mostraba color en las solanas.

Durante el llevadero ascenso, pasamos junto a la Fuente d’Arcaires, aunque más atractivos resultaban los varios barrancos cargados de agua que cruzamos.

Según ganábamos altitud, fueron aclarándose los árboles, surgiendo incluso algún cancho a la vera del camino que daba variedad a la ruta. A través de los huecos en la arboleda, comenzamos a ver el Mediterráneo, donde se hundían...

... las crestas más orientales del Pirineo. Más a la derecha,...

... se distinguían, al otro lado del gran llano ampurdanés, el Montseny y otras sierras costeras.

Al salir del bosque, cerca ya del cordal, vimos asomar la antena de la cumbre por encima del lomo de la sierra. Así que, ahorrándonos la última lazada antes del Coll del Pou, nos encaramamos directamente al cordal, atajando a través del pasto.

Por encima del pinar que, del lado francés, alcanzaba la divisoria, comenzamos entonces a ver el Canigó cargado de nieve.

Ahora sí que se veía bien todo el Ampurdán, más allá del barranco boscoso que acabábamos de remontar.

Giramos a la derecha (NE) para dirigirnos a cumbre pero, en vez de ir por la cuerda, seguimos una senda bien marcada que atraviesa el flanco meridional, la cual nos condujo...

... en minutos al pozo de nieve que da nombre al puerto. El pequeño edificio es curioso y está bien conservado.

De allí, subimos directamente pendiente arriba hasta reganar la cuerda, desde la que teníamos ahora una más amplia visión de la Montaña de Salinas y el Canigó, entre otras crestas. Ya aquí comencé a fijarme en un pico destacado cuya silueta piramidal sería una constante durante buena parte de lo que quedaba de ruta: el Puigsacalm.

Acabamos pues de remontar el herboso cordal, ancho y suave, caminando muy cómodamente pese a no haber senda, hasta el Puig Neulós. Era mediodía cuando ganamos esta urbanizada cumbre y, aunque hacía sol y la claridad del día...

... nos deparaba unas vistas amplísimas, el viento reinante hacía desapacible la estancia. Pero no nos marchamos sin contemplar lo que nos rodeaba: al sur, se mezclaban una multitud de crestas de la Cordillera Costera Catalana y el extremo oriental del Prepirineo, que crecían a la derecha, por...

... los picos del Ripollés, hasta el poderoso Canigó.

Al este, en contraste con la quebrada Costa Brava al otro lado, la del Golfo del león se extiende como una curva perfecta, sin el menor ángulo, hasta perderse de vista.

Poco después de las doce y cuarto, ya estábamos bajando al sureste por el cordal que, aunque se empina un poco,...

... sigue sin presentar la menor incomodidad.

Tras un primer collado donde los árboles llegan al cordal, encontramos una senda que nos facilitó aún más el avance.

Después de una segunda horcada, una subida casi imperceptible nos llevó a la muy modesta prominencia conocida como Talaiador, desde la cual se ve así la cima del Neulós.

Bajando al sureste, llegamos al Coll del Faig, donde dejamos la cuerda por una senda que baja a la derecha y atrás (O). Al principio es estrecha y empinada, mientras se abre paso por una banda de zarzas.

Luego, alcanzado el bosque, se ensancha hasta transformarse en pista, al tiempo que la pendiente se suaviza al bajar en lazadas. En las zonas más expuestas al noroeste, donde los árboles habían perdido del todo el follaje, volvíamos a ver la cumbre, aparte de...

... hundirnos hasta las rodillas donde el viento había acumulado las hojas secas.

Otra vista del Puig Neulós durante esta bajada por la cuenca de la Ribera d’Anyet.

Fuimos viendo más cerca el castillo surgiendo del verde. Y, a la derecha, más allá de Requesens, contemplábamos las crestas que rodean la Garrotxa, destacando airoso una vez más el Puigsacalm.

Llegamos así, sin sobresaltos, al Coll del Castell, que separa el cerro sobre el que se asienta la fortaleza del resto de la sierra. Se encuentran allí varios caminos y la continuación puede ser algo confusa. Nosotros abandonamos el lugar por la senda que sale al sur, junto a un muro de piedras y marcada con pintura amarilla.

La misma nos fue llevando a rodear por la izquierda el cerro del castillo. Poco después, vimos delante Requesens y llegamos al puente y a Les Pipes, donde habíamos dejado el coche, que alcanzamos hacia las dos de la tarde.

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