Peña Chana (2.068)

ASCENSIÓN DESDE LA CUETA

CORREDOR OESTE (INVERNAL)

Al este del Puerto de Somiedo, se levanta la imponente muralla caliza de la Sierra de Llagüezos, entre el Valle de Lago y la comarca de La Babia. Sobre ella, una cresta afilada, más de lo habitual en esta zona, culminada por la Peña Chana. El medio natural está muy condicionado, en la vertiente sur, por la actividad ganadera, extendiéndose prados y majadas hasta el pie de las paredes, aunque no es raro ver a los rebecos correr por las altas laderas junto a las vacas. Al norte de la montaña, bajo las peñas vertiginosas, densos bosques prosperan en el fondo de los valles.

La ruta consiste en aproximarse, por lo más directo, a la cara sur de la Sierra de Llagüezos y superarla por su vía más accesible, que es un corredor que sale a cresta justo al oeste de la cima de Peña Chana. Para la vuelta, la ruta más sencilla, que baja por la cuerda al este, hasta el Collado Sobre el Agua, donde toma el camino que conduce de vuelta a La Cueta por el valle de Las Borras.

Vertiente meridional de la Peña Chana

SITUACIÓN:

  • Zona: Montaña Leonesa Occidental (Cordillera Cantábrica)
  • Unidad: Montes de Babia
  • Base de partida: La Cueta (León)
ACCESO: La población de La Cueta, perteneciente al municipio leonés de Cabrillanes, está situada en el norte de la provincia, al pie de la vertiente sur de la divisoria cantábrica; concretamente, sobre el Río Sil, muy cerca de su nacimiento. Aunque se puede aparcar dentro del pequeño casco urbano, para no complicarse la vida, se puede dejar el coche en el Aparcamiento "Escuela de escalada - La Cueta", justo a la entrada. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen hasta allí en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.450 / 2.068
  • Mi tiempo efectivo: 03h00
  • Mi tiempo total: 03h50
  • Dificultades: F en las condiciones del día (nieve dura, prácticamente continua a partir de los 1.750 m de altitud). Pendientes heladas de hasta 35º.
Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Salir del extremo norte de La Cueta, por la pista que remonta el Barranco de las Borras, siguiéndola hasta las cercanías de la Majada Chagüezos. Abandonarla por la derecha (N), dirigiéndose directamente a remontar las pedreras que se ven a la izquierda de la pared. Subir en diagonal izquierda hasta sobrepasar la vertical del pico, girando entonces a la derecha (E) para entrar en un breve corredor de pendiente moderada. Al salir del mismo, girar de nuevo a la derecha (S) para alcanzar la Peña Chana (F).

Seguir la cuerda al SE y, cuando se divide, bajar por el tubo formado en medio hasta el Collado Sobre el Agua. Girar a derecha (SO) y tomar la senda que desciende por la vaguada hasta los prados de Las Borras. Poco después, esta vereda se encuentra con la pista por donde comenzó la excursión y sólo quedará regresar por ella a La Cueta.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Ascensión corta y entretenida en un entorno maravilloso. La dificultad, incluso con nieve, es pequeña, pero las emociones están aseguradas por la vista de las montañas alrededor y el carácter rocoso de la propia Peña Chana. Y es que la Babia parece no tener fin: cada nuevo pico es un descubrimiento.

RELATO GRÁFICO:

Tras atravesar La Cueta hacia el norte, dejé la población por la pista que remonta el Barranco de las Borras, adentrándose en la Sierra de Llagüezos. Aún hacía unos cuantos grados bajo cero pese a ser más de las diez y media de la mañana y, aunque el cielo estaba casi todo azul, algunas nubes amagaban con pasar la cresta de la cordillera desde el norte.

Tras subir muy suavemente un rato, la pista cruza el torrente y gira a la izquierda (NO), dejando...

... a la derecha el Collado Sobre el Agua, por el que pasaría luego, de bajada.

Entré así en el Valle de Llagüezos, donde empecé a pisar nieve, blanda pero con poco espesor, y a caminar bajo el sol; un alivio tras el frío de la umbría. Al cruzar el cauce, pasé junto a una cabaña abierta, pequeña y espartana pero en buenas condiciones. El camino emprendió luego la subida de una loma trasversal. Al llegar a lo alto de la misma, vi a mi derecha (NE)...

... un gran llano con una cabaña más rústica al fondo. Es la Majada Chagüezos, al pie mismo de la cara sur de la Peña Chana; dejando el carril, caminé hacia ella. Allí, a 1.770 m de altitud, comenzó la corta pero intensa ascensión. Remonté en diagonal la empinada pedrera que hay justo detrás de la cabaña, dejando a la derecha un gran resalte en la base de la vertiente. No había traza de senda ni hitos pero los cantos eran bastante estables y, la subida, razonablemente cómoda. Llegué así a un breve rellano al dejar atrás el roquedo. Desde allí veía a mi izquierda,...

... a través del Collado del Muñón, los altivos picos de la mitad occidental de esta sierra, que rodean la cabecera de la Salgada. También me di cuenta que estaba acompañado: dos montañeros venían de allí; convergiendo su camino a la cumbre con el mío, coincidiríamos en el corredor final.

A continuación, cambió la dirección de la pendiente y atravesé, ganando desnivel poco a poco, una rampa lateral cuya pendiente no llegaba a 30º, pero donde, con los guijarros sobresaliendo de la nieve, tuve que poner cuidado al caminar.

Por entonces se descubrió, allá en la Laciana, la arista nordeste del Cornón de Peñarubia, oculta hasta entonces por las nubes. ¡Qué recuerdos! Años atrás, su recorrido me pareció un paseo celestial.

Desde un segundo rellano en la base de la pirámide cimera, mirando atrás, podía contemplar todo el recorrido desde La Cueta, bajo los Picos Blancos.

Recorrí esa terraza hacia el fondo, dejando a la derecha las paredes bajo la cumbre. Por aquí comencé a encontrar hitos y mi camino se cruzó con el de la pareja de montañeros que había visto antes. Al llegar a la base de la rampa de cantos, derivé poco a poco a la derecha, hacia...

... un corredor, todavía invisible pero delatado por las sombras. Ya en su vertical, giré a ese lado decididamente (E) para...

... encarar el pasillo. La pendiente, que había aumentado en el cono de acceso hasta los 30º, supera poco esa cantidad dentro...

... del tubo, que es ancho y regular a lo largo de los 40 m de desnivel que salva.

Por encima del corredor, el terreno se abre en embudo bajo la cresta de la sierra. La cima de la Peña Chana está ligeramente desplazada al sur de la divisoria y, para alcanzarla, derivé a la derecha (SO) por donde mejor me pareció hasta dar en ella. Eran las doce y media cuando pasé entre el hito y la cruz que allí se alzan para...

... asomarme a la vertiente sur y contemplar las casas de La Cueta brillar en la confluencia del Barranco de las Borras con el joven Río Sil, bajo un horizonte que llena la Sierra de Gistreo. A través de un collado en ella, llegaba a distinguir una gran loma blanca: el Teleno. A la derecha,...

... al oeste, veía ahora con más perspectiva el cuenco de la Salgada, dominado por la peña homónima y el Miro. Otro día tendré que subir por ese lado, desde Asturias y de paso, recorrer...

... la afilada mitad occidental de la cresta de Llagüezos. Charlando con los dos montañeros que encontré a la entrada del corredor, me enteré de que habían subido precisamente por ahí desde el Valle de Lago, aunque en el Collado del Muñón decidieron rodear la cresta por las terrazas del sur, pues la nieve fresca hacía delicada la arista.

En dirección contraria, pese a las nubes móviles, llegué a ver los Picos Albos, intuyendo detrás las Ubiñas, y...

... el segmento de divisoria entre el Morronegro y la Peña Orniz.

Pero no era cuestión de pasarse de tiempo, pues al cabo de un cuarto de hora, las nubes empezaron a cercar la peña Chana, tapando casi todos los montes de alrededor e invadiendo la cresta oriental, por donde pensaba volver.

A la una ya había bajado de la pirámide cimera y, de vuelta a la cresta que la une a la divisoria, giré a la derecha (SE) y empecé a recorrer el cordal por su flanco derecho.

El terreno tiene una inclinación lateral ligera y, en el pedregal que se marcaba en la capa de nieve, se distinguía la traza de una senda, que me hizo cómoda la progresión.

Luego, la arista se afila, aunque nunca llega a ser aérea. Pensé en asomarme a la izquierda, a la vertiente norte, pero, como no hubiera visto nada, lo dejé para otra ocasión.

Poco más adelante, el cordal se bifurca y cae más empinado. Entonces, siguiendo el trazo mencionado con cuidado, pues no estaba muy claro por esta zona, entré en el tubo entre ambos brazos. Tenía, delante y a la izquierda, la referencia de tres prominencias bastante destacadas, la más baja de las cuales es la Peña Sobre el Agua; en el collado que adivinaba justo más allá de la misma, debía dejar la cresta.

El barranco es amplio, de pendiente moderada, y carece de obstáculos relevantes. Parecía desembocar en un llano al pie de...

... los Picos Blancos, cuya cumbre se descubrió a medida que bajaba, mostrando una bonita cuenca.

Finalmente, llegué ante el Collado Sobre el Agua. A la izquierda, al norte, el panorama era un sombrío muro gris oscuro, con alguna peña destacando como una sombra más oscura.

Afortunadamente, mi camino iba hacia el otro lado, así que giré a la derecha para cruzar la horcada meridional de este doble collado y tomar el camino que...

... se dirige al sur, con la vista puesta en el Muxavén, que mostraba sus grandes llambrias espolvoreadas de nieve. El sendero me fue llevando en suave descenso, durante el que pasé por...

... un breve rellano herboso, que es la laguna que viene marcada en el mapa. Me temo que debe hacer mucho que no existe.

En los prados de Las Borras, confluyen el valle de Llagüezos y el torrente que seguía para formar el barranco del mismo nombre. Al otro lado va la pista por donde había subido esa mañana pero yo me mantuve en la vertiente izquierda del cauce, siguiendo el mismo camino que tomé en el collado. Volví a tener la Peña Chana al alcance de los ojos, aunque entonces no se veía mucho de ella, velada de nubes hasta media altura de la cara sur.

Poco más adelante, desemboqué en el carril inicial sin necesidad de cambiar de orilla y, por él, regresé a La Cueta, donde entré a las dos y cuarto de la tarde, llegando de nuevo también el sol.

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