Pic Ruben Pantet (2.867)

ASCENSIÓN DESDE EL REFUGIO WALLON

POR SUS ARISTAS DESDE EL SUR

El Pico Ruben Pantet es una punta secundaria que se eleva al este de la Pequeña Facha, en el cordal que separa los altos valles de Marcadau y Cambalés. No he encontrado rutas de ascensión descritas, ni referencias, que sí existen para las otras dos cumbres de esa cresta: la citada Pequeña Facha y el recortado Pic Arraillous. La verdad es que subí a él casi por accidente y me llevé la agradable sorpresa de encontrar una cumbre afilada desde donde es impresionante la visión de la cuenca lacustre de Cambalés y las vertiginosas paredes que la rodean. No creo que sea la mejor ascensión de la zona, pero tampoco carece de atractivos como mirador.

La ruta consiste en subir y bajar desde el camino que va del Refugio Wallon al Col de la Facha, siguiendo los lomos que caen al sur de la cresta.

Vertiente sur del Pico Ruben Pantet

SITUACIÓN:

  • Zona: Valle de Tena (Pirineos)
  • Unidad: Macizo de Panticosa
  • Base de partida: Pont d'Espagne (Hautes-Pyrénées)
ACCESO: Al Refuge Wallon se encuentra en una confluencia de valles al pie del segmento de divisoria pirenaica que separa la cuenca de Panticosa, en España, del Valle de Marcadau, en Francia, entre los grandes macizos de Balaitús y Vignemale. El acceso más cómodo y habitual, parte de Pont d’Espagne y remonta el Gave de Marcadau, costando un par de horas llegar (distancia 8 km; desnivel 430 m). La población más cercana al lugar de partida es Cauterets, unos 8 km valle abajo. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen hasta el aparcamiento en Pont d’Espagne en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.491 / 2.867
  • Mi tiempo efectivo: 6h59
  • Mi tiempo total: 9h38
  • Dificultades: F+. Resalte de 40 m (I) y arista recortada con pasos cortos (II-).
  • Track para descargar en Wikiloc
Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Salir del Refuge Wallon por el camino que remonta el Valle de Marcadau. En el cruce de la Pierre de Léubosso, girar a la derecha (N) y seguir por el camino del Col de la Fache. A la altura del más alto de los Lagos de la Fache, sobrepasada la cota 2.500, dejar la senda por la derecha (N) y ascender a través de pendientes de hierba y resaltes (I) hasta encaramarse a la loma que se desprende al SO de la cota 2.842 (F) y seguirla hasta la culminación. Girar allí a la derecha (NE) y seguir la arista, aérea y recortada (II-) hasta el Pic Ruben Pantet (F+).

Bajar por la arista al SE, ancha y pedregosa, hasta volver a dar con el camino del Col de la Fache y regresar por él al Refuge Wallon. Proseguir descendiendo el Gave de Marcadau para, sin pérdida posible, llegar a Pont d'Espagne.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Ascensión fácil, de nivel físico medio - bajo pero que transcurre en buena parte por terreno incómodo y sin marcar. Sin presentar grandes dificultades técnicas, hay varios pasos vertiginosos en la arista y, con un desnivel de subida asequible, los tramos por praderas empinadas y canchales movedizos terminan cargando las piernas. Tiene el encanto adicional (para algunos) de sentirse en terreno virgen ¡ni siquiera había una triste pila de piedras en la cima!

La causa de haber subido aquí fue la pereza: salí del refugio más tarde de lo previsto, hacía mucho calor y no quería estar de vuelta en Cauterets tarde. Así que, cuando camino del Col de la Facha, para subir al Cambalés, vi a mi derecha la loma que sube hacia ese pico, pareciéndome una ascensión con cierto interés y a la vista de que las dificultades no debían ser insalvables, decidí abreviar la jornada. Creo que la ruta es interesante para llenar un día corto en esta zona, o si se conocen ya las grandes cumbres vecinas y se busca una perspectiva nueva: dudo que haya mejor mirador sobre los lagos y paredes del Valle de Cambalés.

RELATO GRÁFICO:

Se me pegaron las sábanas. Debo confesarlo: eran más de las ocho de la mañana cuando dejé el Refuge Wallon una mañana despejada, en la que los picos de la Muga, Falisse, Gran Facha y Arraillous brillaban sobre los frescos prados de Marcadau, como señalándome el camino. En el inicio, la senda cruza el río y da un pequeño rodeo por la vertiente meridional del Pla de la Gole. 

Por mi parte, yo preferí atajar directamente por el gran prado, recto al oeste. Me pasé de listo; vadear los cursos de agua que corren por ese prado no siempre fue fácil, y hube de dar varios rodeos. 

Debía de haber perdido un buen cuarto de hora para cuando me encontré en el camino, que debía haber tomado desde el principio. Justo donde un puentecillo, en el extremo occidental del prado, ayuda a cruzar el Arroyo de Marcadau. Una vez en la ribera sur, tomé la senda a la derecha (SO) y fui remontando el valle, en muy ligero ascenso.

Cambié de nuevo de orilla por otra pasarela, en la Pierre de Léubosso. Justo al cruzar, me encontré ante una bifurcación y giré a la derecha (N), dejando la senda del Puerto de Marcadau por otra que remonta en lazadas la ladera norte del valle.

Se trata del camino del Col de la Fache, que sube en busca de las terrazas superiores de esta ladera, por donde más cómodo es el acceso al mismo. De vez en cuando, encontré algún modesto torrente; unas veces el camino los cruza y, otras, los remonta brevemente para ganar cota y alcanzar una nueva terraza. Así, transponiendo barrancos y espolones, fui ganando altura y avanzando al oeste paulatinamente, dominado por las figuras del Pico Falisse y la Gran Facha.

Pasé al rato junto a un lago anónimo, encajado en la vertiente bajo los ariscos espolones de la arista suroriental del Pico Pantet y las agujas de la cresta de Arraillous. Dejándolo a la derecha, proseguí...

... ascendiendo la vaguada por donde baja uno de los chorros que lo alimentan. Superada la misma,...

... llegué a un rellano pedregoso frente a la Gran Facha y el collado que lleva su nombre. Eran casi las diez de la mañana y un poco tarde, por tanto, para completar la ruta que pensaba hacer. Estaba en el mismo rellano que aloja el más alto de los Lagos de la Fache, aunque no podía verlo. Me fijé entonces a mi derecha en...

... un bonito roquedo que se levanta sobre la ladera herbosa; miré el mapa y vi que debía ser una loma que se desprende del cordal al oeste del Pico Ruben Pantet. El terreno parecía accesible y creí que podía ser una bonita alternativa de ascensión, pues la cumbre está literalmente colgada sobre la alta cuenca de Cambalés y enfrente de un puñado de grandes picos. No me costó mucho decidirme; decidí fiarme de mi instinto y comencé a subir por la empinada pradera que se extiende, a la izquierda de un altozano, hasta un primer resalte de roca.

Salvados unos 100 m, llegué al cancho; podría haberlo rodeado pero, estando cortado por un estrato vertical de roca muy irregular, con abundantes y sólidos apoyos, pensé que sería más divertido y breve trepar.

Antes, eché una mirada atrás: sobre el lago superior de la Fache, ahora visible, se recortaba en el horizonte el Vignemale y, a la izquierda, los picos de Chabarrou, que había ascendido el día anterior.

La trepada resultó divertida, superando unos 40 m bastante verticales, pero fáciles (I) por los muchos agarres.

Salí a una pradera menos empinada, tras la que se alza un modesto contrafuerte, claramente el extremo de una loma que debía prolongarse hacia el cordal. Cuando lo alcancé, pude ver a mi derecha...

... el canchal que se extiende bajo una cima aparente, que no es sino el entronque, cotado en mapa como 2.842, de la loma que iba remontando en la arista occidental del Pico Pantet.

Al otro lado, la vista sobre los dos picos de la Facha era realmente formidable. Esta loma es, en su inicio, de roca sólida muy cincelada y se empina, obligando a trepar (I).

Cuando la arista presenta un resalte importante, encontré a la izquierda una terraza - corredor que sube paralela a la cresta. Aunque menos empinada, presenta también algunos escalones breves y fáciles (I). El lomo de la izquierda terminó fundiéndose con la arista principal y salí...

... a la cuerda en un tramo ancho y pedregoso de pendiente moderada, sin dificultad, pero un poco incómodo.

Desde una nueva prominencia, divisé la cota 2.842, al pie de la arista empinada, con pinta de no ser nada fácil, que cae de la Pequeña Facha. A la derecha, veía ahora...

... la cumbre del Pico Ruben Pantet. Mi camino estaba claro: a toda cresta.

Al llegar al entronque, pude apreciar en su verdadera magnitud la caída de ese pico, así como las de la Peña de Aragón y el Cambalés hacia el este, sobre el extinto Glaciar de Aragon.

La arista hasta la cumbre se presentaba estrecha pero regular y sin plantear, al principio, dificultad alguna. La fui siguiendo en un paseo colgado sobre ambos valles, en el que...

... sólo a la vista ya de la aguda cima del Pic Ruben Pantet, tuve que ayudarme brevemente de las manos para superar un pequeño escalón (I) y la brecha subsiguiente, estrecha y aérea pero con buenos apoyos en roca más sólida de lo que aparenta (II-). La cima era realmente estrecha y altiva; un secundario orgulloso este Pantet. Además, no encontré rastro de hito cimero y ni de paso humano; no dudo que aquí habrá subido gente... pero no demasiada. Eran las once y cuarto de la mañana y el calor era ya intenso, pero yo estaba en una cumbre, que siempre hace más llevadero todo.

Las vistas eran notables y, algunas, impresionantes, como la de los lagos que siembran los rellanos superiores del Valle de Cambalés, al pie de su impresionante cabecera. No sé si todos los que suben a los picos que coronan ese valle son conscientes del todo de lo que tienen bajo los pies. Más arriba, a la izquierda,...

... rodeaban la cabecera el Cambalés, la Peña de Aragón y la Pequeña Facha,...

... a la izquierda de la cual, se veía el pico grande.

Hacia el sureste, el horizonte estaba dominado por el Vignemale y la región de agudas peñas que constituye el sector suroriental del batolito de Panticosa: Batanes, Baciás, Arratille, etc. También veía más abajo, a la izquierda de la loma por donde había subido, la arista al SE, por donde me dispuse a iniciar la bajada.

Tras unos 45 minutos en cumbre, pasado el mediodía, comencé a descender, primeramente por el flanco derecho de la cuerda, a fin de evitar un tramo muy empinado y movido. Caminaba por una pedrera movediza e incómoda, pero que no presenta obstáculos. Tras perder unos 100 m de desnivel, salí a la arista, ancha, cubierta de hierba sembrada de cantos y la bajada se hizo cómoda por un rato.

Ahora podía ver bien el Pico Arraillous, abrupto, cortado por empinadas canales entre afilados espolones.

También, la cumbre entre las aristas que definieron mis vías de subida y bajada.

Hacia los 2.650 m de altitud, la arista se afiló y se tornó rocosa, antes de desplomarse bruscamente. Entonces, derivé a la derecha (S), buscando una bajada más accesible, a través de empinadas praderas hacia...

... el barranco que llevaba a ese lado. Un par de barras rocosas cortan la ladera pero, poniendo atención, las pude salvar por pasos cortos, de 2 ó 3 metros, y sin apenas dificultad (I). Al llegar al fondo del tubo, cubierto de cascajo fino y muy suelto, me dejé deslizar por él. No es mala bajada, pero subir por aquí hubiera sido bastante penoso; para ascender al Pico Pantet, por tanto, mejor las crestas.

Un descenso raudo me dejó en el camino del Col de la Fache, a unos 300 m por debajo del lugar donde lo dejé a la subida. Tras una prolongada parada para refrescarme en el arroyo, tomé la senda a la izquierda (O) y deshice el camino hasta el Refuge Wallon, al que llegué hacia las dos y cuarto de la tarde. Tras recoger las cosas que había dejado allí esa mañana y darme el lujo de una cerveza fría, hacia las tres...

... proseguí la bajada por el camino que recorre el Gave de Marcadau, el cual tiene hasta tramos empedrados.

Pronto entré en el bosque. En un estrechamiento del valle, el camino queda bastante alto sobre el cauce pero, enseguida, baja rápidamente y...

... regresa junto al agua en una alargada pradera entre laderas empinadas.

Poco después, cambié a la orilla sur del río por el Puente de Estalounque, mientras las nubes empezaban a acumularse en la cabecera del valle, amenazando con una tormenta que no llegó a alcanzarme. Sí que me cayeron un par de breves lloviznas finas, que me refrescaron sin llegar a obligarme a sacar el impermeable.

Siguió otro tramo de escasa pendiente a través del bosque, hasta que, tras una curva a la izquierda, el camino se lanzó a una intensa bajada...

... frente a la llamativa cascada por donde se despeña el torrente que baja de los Lagos de Embarrat. Pasé junto a unos pocos coches aparcados (creía que el tráfico está limitado aquí ¿permisos especiales? ¿guardas?) y salí a continuación de nuevo a terreno despejado.

A partir de aquí, comencé a encontrar bastante gente; no es de extrañar, pues Pont d’Espagne estaba apenas a 3 km de pista. Avanzaba a través de los prados que cubren la orilla meridional del Río de Marcadau, mientras las nubes se juntaban y separaban en torno a las crestas circundantes.

Al poco llegué al asfalto y los árboles volvieron a rodearme. Al salir del bosque, junto un puente que cruza al Refugio del Clot, dejé la carretera y continué recto (E) por un claro trazo de senda que corta la hierba. Volviéndome desde esta deliciosa pradera, podía ver la silueta recortada en el contraluz de las Agujas de Castet Abarca y los picos Courounalas y Nets entre las nubes revueltas pero pacíficas.

Fue una despedida pues, al momento, me topé con la civilización más salvaje: la estación inferior del telesilla de Gaube. Integrado ya en un verdadero gentío, en vez de seguir por la carretera, tomé la senda que, al este, ataja a través del bosque y me llevó junto a la cascada de... 

... Pont d'Espagne. Lo atravesé y, antes de las cinco y media, llegué al aparcamiento, donde tenía el coche.

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