Monteixo (2.906)

ASCENSIÓN DESDE LA VALL FERRERA

CRESTA DESDE EL PIC DE NORÍS (2.828)

El Monteixo es el punto culminante del cordal que, enfrentado al Macizo de Estats, limita por el sur la Vall Ferrera. Es una bonita pirámide, con su falda cubierta de densos bosques, frescos prados a media altura y un hermoso roquedo en las culminaciones. Si a esto añadimos una situación privilegiada, desprendida de la cadena axial frente a algunas de las cumbres más representativas del Pallars-Sobirà y de Andorra, resulta una montaña sumamente atractiva: un dosmil cuyos encantos superan a los de muchos picos que superan los 3.000 metros.

La ruta comienza ascendiendo al Pic de Norís por línea directa desde el norte para luego recorrer la cresta al oeste hasta la cumbre. El descenso se realiza por la ruta normal hasta el Pla de la Selva, regresando al punto de partida por el camino de la Vall Ferrera.

La cresta del Norís al Monteixo, vista desde el norte

SITUACIÓN:

  • Zona: Pallars Sobirà (Pirineos)
  • Unidad: Macizo de Estats
  • Base de partida: Áreu (Lérida)
ACCESO: El Refugi Vallferrera se encuentra en el valle del mismo nombre, a unos 15 minutos a pie del Aparcament la Molinassa, a partir del cual está prohibido el tráfico privado. La población más cercana es Àreu, 11 km aguas abajo por pista de tierra, que, en verano de 2023, encontré practicable para un turismo normal, a condición de no ir muy cargado y circular con cuidado. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps, pero la aplicación sólo guía hasta el aparcamiento de la Farga, a tres kilómetros y medio del pueblo; pero, a partir ahí, no hay pérdida, pues se trata simplemente de seguir el carril y hay carteles indicadores en los pocos cruces que se pasan.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.677 / 2.905
  • Mi tiempo efectivo: 7h17
  • Mi tiempo total: 9h24
  • Dificultades: F. Prolongada arista con abundantes pasos cortos de I y uno de II grado. La mayor parte de la subida al Norís transcurre sin senda, pero por buen terreno, muy cómodo y libre de obstáculos, aunque muy empinado.
  • Track para descargar en Wikiloc
Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Desde el Refugi de Vall Ferrera, bajar a la pista que recorre el valle y tomarla a la izquierda (SE), siguiéndola hasta su final sobre el Pla de Boet. Continuar subiendo al sur, a través de los prados, para entrar en un pasillo de hierba, muy visible, que corta el pinar. Ascender por él hasta los prados superiores y continuar, cara a la pendiente, por el eje de un tubo abierto, siempre al sur-suroeste, hasta un rellano frente a la cresta de Lo Sentinella. Desde allí, ya con su cima a la vista, remontar por pedrera y roca sin dificultad la arista norte del Pic de Norís. Girar a la derecha (SO) y seguir la cresta, con pequeñas dificultades, hasta la cumbre del Monteixo (F).

Bajar al N por una traza marcada, primero, en el cascajo que cubre el lomo septentrional del pico y, después, en un corredor a la derecha (NE). Al llegar cerca del Estany de Aixeus, girar a la izquierda (NO) en un rellano para alcanzar el cauce del Barranc d'Aixeus por debajo el desagüe. Seguirlo en su descenso hasta la Pleta des Frares y tomar la pista que baja desde allí al Pla de la Selva. En el cruce con la que recorre la Vall Ferrera, girar a la derecha (NE) y, a los pocos metros, dejarla por una senda marcada como GR que sale a la misma mano (E) y entra en el bosque. Tras pasar por el Pletiu de Font Tallada, el camino vuelve a salir a la pista del valle en el aparcamiento de La Molinassa. Seguirla y dejarla al poco, tomando a la izquierda (NE) la senda que conduce al Refugi de Vall Ferrera.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Ruta relativamente larga que mezcla ambientes muy variados. La arista entre el Norís y el Monteixo es aérea, posee unas vistas magníficas y no presenta dificultades notables. Para acometerla, conviene estar en buena condición física, pues, si no, la primera parte de la subida, en el pasillo de hierba a través del bosque, puede ser demoledora.

No es necesario partir del refugio, sino que puede salirse del aparcamiento de la Molinassa, subiendo con el coche el mismo día. Sería incluso más corto. Pero, en ese caso, es mejor opción aparcar en Pla de la Selva, comenzando la ruta por el GR11 hasta Pla de Boet: serviría para calentar las piernas, le ahorraríamos unos kilómetros al vehículo y partiríamos y acabaríamos en el punto más bajo del recorrido.

RELATO GRÁFICO:

Como habían anunciado tormentas desde primera hora de la tarde, a las seis y media de la mañana ya estaba aprestándome en la puerta del Refugi de Vall Ferrera. Desde allí podía ver, a la derecha del Pico Gerri, el inicio de la subida hasta la cresta de Lo Sentinella: una empinada ladera boscosa cortada por dos pasillos de hierba; luego, un rellano y una pendiente final más bien pedregosa.

Tras bajar a la pista que recorre la Vall Ferrera, la tomé a la izquierda (SE) y, en pocos minutos, me planté en el Pla de Boet, donde el piso de la misma se vuelve verde por la falta de tráfico y el GR 11 se desvía del carril y prosigue al este, hacia Andorra.

Yo seguí adelante por la pista que, tras un brusco giro de casi 180º, remonta la ladera meridional del valle hasta ir a morir, al poco, en una collada frente al Pic de Llats, que se eleva entre los barrancos de Sotllo y Baborte. Allí, giré a la izquierda (S) para...

... remontar en diagonal la ladera herbosa, siguiendo el límite del arbolado, hasta el arranque de un pasillo que corta el bosque.

Llegado al mismo, volviendo la vista, la perspectiva sobre el Pla de Boet se había ampliado y, además, asomaba por encima un pico que llama la atención por su altivez: el de Lavans.

Antes justo de entrar en el pasillo, me encontré con un viejo carril que ascendía la ladera en diagonal a la derecha (NO) pero, no sabiendo si me sería útil, lo dejé de lado y entré directamente en este corredor que, poblado de hierba y algún matorral rastrero, corta el denso pinar en vertical.

Aunque el terreno era empinadísimo, siendo despejado, pude ir trazando diagonales para dulcificar la subida.

Al dejar atrás los árboles, entré en una cuenca de menor pendiente, cubierta de pasto y cerrada por los primeros resaltes rocosos, que brillaban ya al sol, contrastando el dorado brillante con los colores sombríos del pinar que dejaba atrás. Esta solitaria subida es dura pero, desde luego, muy bonita. Tomándosela con calma, no ofrece ninguna dificultad y el camino a seguir, pese a no estar marcado, es siempre obvio: pendiente arriba, siguiendo el eje definido por la ligera concavidad tubular que presenta la ladera.

En lo alto de la cuenca, el terreno se hace más árido y se empina momentáneamente al pasar por un tubo más marcado entre...

... agrestes canchos que ponían un bonito marco a las montañas del otro lado del valle.

A la salida del tubo me encontré en un rellano ocupado por un nevero, al pie de una pendiente pedregosa: había entrado en el mundo mineral. Remonté la cuesta para llegar a un nuevo escalón, desde el que, volviéndome, podía ver ya todas las grandes cumbres del Macizo de Estats, incluida la Pica.

Esta nueva terraza era más amplia y estaba situada frente a la cresta de Lo Sentinella. A la izquierda de ésta, se elevaba un cerrillo redondeado, de 2.565 m según el mapa. Tomándolo como referencia, crucé el rellano hacia la izquierda para rodearlo.

Al dejarlo atrás, apareció, a través de una horcada, la cima del Norís en lo alto de un ancho lomo de roca. No podía ser más evidente la ruta: ir directamente a la cumbre. Tras pasar el collado,...

... al asomarme a la vertiente de Aixeus, apareció el Monteixo y, mirando abajo,...

... el lago que lleva el nombre del barranco.

Tras dejar atrás las dos cotas anónimas, me encontré ante el amplísimo contrafuerte norte, cubierto de pedrera y limitado por dos lomos de roca. Encontrando el cantizal bastante suelto, me dirigí hacia el roquedo más cercano, que era el de la derecha.

A mi izquierda, las crestas andorranas aparecían afiladas y abruptas.

La tira de roca por donde subí es amplia y no presenta dificultad alguna, salvo un corto resalte, cerca del final,...

... lleno de apoyos (I) que, si hubiera querido, habría podido rodear.

Antes de la 10 de la mañana, alcancé pues el Pic de Norís, apareciendo al otro lado la Sierra de Capifons, coronada por el Salòria.

Las vistas desde este pico son magníficas, así que, aunque no sea el objetivo de la jornada, merece la pena detenerse un buen rato en él. En primer lugar, al norte, el Macizo de Estats mostraba sus más altas crestas,...

... incluida, por supuesto, la Pica, surgiendo de la nieve que aún cubría las cuencas superiores. A la derecha, en...

... el extremo suroriental del macizo, se elevaba la Pica Roja, atractiva en sus formas suaves, con algo de montaña rotunda, como bien asentada. Siguiendo el giro, llegué a...

... la cresta de esta sierra: más allá de la antecima oriental del Norís y del Pico Gerri, el ya comentado perfil dentado de las montañas cabeceras del circo de Baiau. No me imaginaba así esa zona y, aunque había estado antes en Estats, nunca hasta ese día me había fijado en tal despliegue de carácter.

Tras pasar la vista por el sur, donde se abre el valle de Tor por debajo de la Sierra de Capifons, cerré la vuelta...

... por el oeste, donde me llamaba ya la cumbre de la jornada: el Monteixo. Éste se alzaba, al otro lado de una arista estrecha pero no en exceso y sin obstáculos aparentes. Y, como tampoco era cosa de eternizarse y que, al final, acabara echándoseme encima alguna tormenta, emprendí el camino hacia allá. Lo primero fue bajar por terreno de escasa pendiente a una primera horcada, desde la cual, a la derecha,...

... hay esta vertiginosa visión hacia la vertiente de Aixeus.

Salí de allí por un lomo rocoso, lo suficientemente amplio como para caminar, pero no tanto como para perder la sensación aérea, que presenta sólo un par de modestas prominencias, separadas por suaves y prolongados arcos. En todo el tramo, sólo tuve que usar las manos un par de veces para superar algún escalón (I).

Relajado como iba, no dejaba de mirar, sobre todo a mi derecha.

Mirando atrás desde la última punta previa al Monteixo, se puede ver el acantilado que se desploma al norte de la arista.

Ahora, me esperaba la subida final: una arista de apariencia fácil aunque muy empinada. Habría que trepar en algunos sitios y la roca no parecía maravillosa pero tampoco de las peores.

Tras bajar a una angosta brecha por terreno sin obstáculos, lo primero que encontré fue un tramo empinadísimo de arista, de unos 40 m de altura, que superé trepando por el costado izquierdo, aprovechando una especie de chimenea terrosa (II).

Al salir a la cuerda, proseguí por el filo, más tendido y con sólo un par de pasos abruptos (I). Hacia la mitad, la arista se ensancha y pude alcanzar caminando...

... la cumbre del Monteixo, que alcancé a las once y cuarto de la mañana, mientras el horizonte occidental se llenaba de nubes.

Un airecillo fresco mantenían el calor a raya, así que permanecí casi una hora en la cima. Atrás quedaba lo más emocionante de la excursión: el paseo sobre los abismos de Aixeus en medio de un bellísimo paisaje de montañas.

Al sur, todo verde por el valle de Tor y la Sierra de Capifons.

Al noreste, Montroig y Certascan aparecían mucho más innivados que el Monteixo, pese a tener altitud similar. Más a la derecha,...

... la cadena axial se levanta por encima de los 3.000 m en el Macizo de Estats.

Pasadas las doce, inicié la bajada, siguiendo una traza en el cascajo que cubre el lomo norte del Monteixo. Se trata de la ruta habitual que sube desde Pla de la Selva.

Una horcada a mi derecha me proporcionó este bonito encuadre de la cresta.

Al pie del cono cimero,...

... crucé al lado oriental del lomo, para tomar, con la referencia del Estany d’Aixeus, un corredor de cascajo, ancho y poco marcado.

El piso era inestable excepto en la traza que señalaban los hitos, donde los guijarros estaban algo asentados. Aun así, agradecí cada uno de los neveros que encontré.

La bajada me dejó en un brevísimo rellano, a partir del cual se extendía la hierba. Salí del mismo por una especie de embudo en su reborde, tras el que el terreno se abre enseguida, para lanzarme a un nuevo descenso intenso. Acabé al nivel ya de los lagos, en una especie de collada en el lomo que cierra la cuenca por la izquierda.

A mi derecha, la cabecera del circo aparecía descarnada.

Giré ahora a la izquierda (NO) y entré en el Barranc d'Aixeus, que guiaría el siguiente tramo de la bajada.

En primer lugar, un empinado descenso por un tubo amplio y pedregoso me llevó hacia el eje de la garganta por donde corre...

... el agua que baja de los lagos, tras salvar en una cascada, el reborde que cierra la cuenca.

Comencé a seguir el torrente por su orilla izquierda y, a los pocos minutos, la senda me llevó a vadearlo. Bajaba por la otra orilla cuando aparecieron los primeros pinos.

Luego volví a cruzarlo y continué bajando, a través de un bosque cada vez más denso, hasta llegar a...

... un puentecito, junto al que un cartel indica el camino al “mirador inferior”. Estaba junto a la Pleta des Frares de donde arranca la mayoría para subir al Monteixo, ya que sus 2.000 m de altitud pueden alcanzarse en coche desde la Vall Ferrera, por...

... una pista que me serviría a mí para bajar. Por cierto, aquí me empecé a encontrarme la primera gente en el día. Un reposado descenso entre árboles, que llegó a hacérseme un poco largo, me dejó en...

... el Pla de la Selva, donde tomé a la derecha (NE) la pista que remonta la Vall Ferrera, para dejarla a los pocos metros por...

... un camino que sale a la derecha (E) y se interna en el bosque. Se trata del GR 11 y, como tal, está magníficamente señalizado y marcado. Iría a parar al mismo lugar que si hubiera seguido por la pista pero esta opción es más agradable y no pasan coches.

No llevaba mucho caminando por esta senda cuando me la encontré cortada por un ancho y rápido torrente. Era el Barranc d’Aixeus.

Más adelante, tras una subida corta pero intensa donde la roca se mezclaba con los árboles, la senda dobla un espolón donde los árboles se aclaran dejando ver, al oeste, la Vall Ferrera.

El pinar se abrió en una zona relativamente llana: el Pletiu de Font Tallada, frente al Barranco de Sotllo. En ese lugar, el GR coincide unos metros con la pista que allí arranca y, cuando ésta baja hacia el fondo del valle, sale por la derecha (E) y, a través del bosque, alcanza enseguida en aparcamiento de La Molinassa.

Tomé allí la pista a la derecha (E) y la seguí hasta el arranque a la izquierda (NE) de la senda que cruza el río y asciende, con tramos empedrados y todo, al Refugi de Vall Ferrera. Allí llegué poco antes de las cuatro de la tarde, con el ambiente ya bochornoso y el cielo cubriéndose para la primera tormenta, que no tardaría mucho en caer.

Comentarios