La Najarra (2.123)


ASCENSIÓN DESDE EL PUERTO DE LA MORCUERA

CANAL DE LA VEJIGA (INVERNAL)

La Najarra es la más oriental de los picos de la Cuerda Larga, el sector más alto de la alineación meridional del Guadarrama. Es una montaña de cumbre amplia, alargada de este a oeste, cuyas laderas están cubiertas por un hermoso y denso pinar en sus dos tercios inferiores y pastos de altura más arriba. Si la prominencia de esta cima es pequeña por el oeste, e incluso desde el Puerto de la Morcuera no es mucho el desnivel; si la ladera norte es una rampa gradual desde los altiplanos boscosos del Aguilón, los roquedos y pendientes intensas que defienden sus vertientes sur y este guardan rincones agrestes y rutas de ascensión solitarias y fascinantes.

Desde el Puerto de la Morcuera, comenzaremos por dirigirnos al sureste, atravesando la ladera oriental de la montaña y perdiendo incluso algo de cota, hasta dar con el Arroyo de la Vejiga, remontando el cual alcanzaremos la cumbre. El regreso a la Morcuera lo efectuaremos descendiendo directamente por la cuerda.

Cara noreste de la Najarra, con la Canal de la Vejiga bien visible en el centro

SITUACIÓN:

  • Zona: Cuerda Larga - Sierra de la Morcuera (Sistema Central)
  • Unidad: Cuerda Larga
  • Base de partida: Puerto de la Morcuera (Madrid)
ACCESO: El Puerto de la Morcuera, que se abre en el cordal meridional del Guadarrama, entre la Cuerda Larga y la Sierra de la Morcuera, es el punto de partida de esta ruta. Está situado en la Comunidad de Madrid, a unos 55 km al norte de la capital, entre las localidades de Miraflores de la Sierra y Rascafría. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen a ese lugar en el siguiente link a GoogleMaps.


OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.604 / 2.123
  • Mi tiempo efectivo: 2h44
  • Mi tiempo total: 3h12
  • Dificultades: PD-, en las condiciones del día: nieve helada a lo largo de la práctica totalidad del recorrido, continua en los dos tercios superiores. Pendiente nevada de 150 m de desnivel, con pendiente media de 35º y máxima de 45º (mantenida unos 30 m). Previamente, la primera parte de subida por el arroyo son 300 m de desnivel por matorral y cantos, sin camino.
  • Track para descargar en Wikiloc
Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Salir del Puerto de la Morcuera caminando al SE por el Camino de Monte Aguirre, que corta la vertiente oriental de la Najarra por encima de la vaguada del Río Guadalix. Al dar con el Arroyo de la Vejiga, girar a la derecha (SO) para remontarlo y, pasado el nacedero, continuar por la canal homónima hasta la cima de La Najarra (PD-).

Descender a la derecha (NO), por la senda que recorre la Cuerda Larga, que forma en este tramo el lomo septentrional de la Najarra, hasta el Puerto de la Morcuera.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: La ascensión de tubos nevados es una de las actividades más típicas del Guadarrama y, en cuanto la nieve es suficiente, se llenan de montañeros las canales más famosas de Cabezas de Hierro, Peñalara o La Maliciosa. Pero hay más posibilidades en la sierra, como este Arroyo de la Vejiga, que traza la bisectriz de la triangular cara oriental de la Najarra. Uno pensaría que un itinerario de ascensión invernal pegado al Puerto de la Morcuera, con 500 m de ascenso continuo y de gran ambiente, asequible y con el detalle de salir a cumbre, constituiría un clásico. Pues no; ésta es una ruta poco conocida y “trabajada”, como sucede con muchos rincones a los lados de la Cuerda Larga.

Hay otros corredores que atraviesan el roquedo que domina por la izquierda el fondo del cóncavo, saliendo al lomo oriental de la Najarra. Son más interesantes técnicamente, pero no ganan la cumbre directamente, tal como mandan los más rancios cánones alpinos. Ésa fue la razón de nuestra elección.

Encontramos nieve la justita y en unas condiciones bastante variadas. Estuvo dura en todo el recorrido, pero en forma de costra sobre una masa blanda. En general, la capa dura resistía, pero, de vez en cuando, hundíamos un pie hasta la rodilla, mientras el otro quedaba clavado arriba. Esto explica la lentitud de la progresión. Calculo que, con la nieve en mejores condiciones, un montañero entrenado puede tardar entre media hora y tres cuartos menos en completar el recorrido.

RELATO GRÁFICO:

Dejamos el Puerto de la Morcuera atravesando la barrera que, al fondo del aparcamiento de la vertiente meridional, cierra la salida común de dos caminos. Tomamos el más alto y ancho, que se dirige al sureste, rodeando la ladera de la Najarra en ligero descenso. Al principio, caminaba por terreno despejado, viendo cómo se iba desvelando la llanura, que brillaba iluminada por una luz todavía baja, pero...

... no tardamos en entrar bajo los pinos. Aunque hacía fresco en las umbrías, protegidos del viento que soplaba en el collado y con el calorcillo del sol que se iba filtrando entre las copas, íbamos bastante bien. Pese a la cercanía de la carretera, marchábamos en absoluta soledad, oyendo sólo la rítmica mordedura de los crampones en la nieve helada.

No llevábamos mucho tiempo bajando desde el puerto cuando, al doblar un lomo, apareció ante nuestros ojos un vistoso crestón de roca sobre los pinos. Acabábamos de entrar en la cuenca del Arroyo de la Vejiga, por donde transcurriría la ascensión a la cumbre.

Después de cruzar el cauce, dejamos el camino por la derecha (SO), remontando el torrente por su orilla derecha, que, a falta de senda, huella u otro tipo de indicación, nos pareció la más transitable. Desde el puerto, habíamos bajado hasta los 1.600 m de altitud, por lo que había de salvar unos 525 para alcanzar la cumbre, siempre siguiendo esta vaguada.

Encontramos la nieve en el fondo del barranco húmeda, con la costra helada muy delgada y quebradiza. Buscando un terreno más cómodo, fuimos separándonos del agua, dejándola a la derecha, hasta salir a lo alto de un pequeño lomo pedregoso, fuera del pinar, que subía directo hacia un característico risco. El terreno de cantos y matorral disperso, era incómodo, pero se superaba sin dificultad. Respecto a la nieve, estaba un poco blanda en esta zona pero el espesor era escaso y se caminaba bien.

Para entonces, mirando atrás, podíamos ver las sucesivas estribaciones meridionales de la Sierra de la Morcuera.
    
Más arriba, cuando los árboles quedaron definitivamente atrás hacia los 1.800 m, giramos a la derecha (O), con objeto de volver al fondo del tubo por donde corre el Arroyo de la Vejiga.

El estado de la nieve mejoró junto al cauce, encontrándola dura e incluso con placas de hielo. Lo malo es que la capa cedía de vez en cuando y, como te pillaba de sorpresa, era casi peor que irse hundiendo siempre. Avanzamos  junto al cauce por pendientes suaves, entre 25 y 30º, alternando una u otra orilla, según nos parecía mejor. La subida fue tomando ambiente al estrecharse el barranco.

A la izquierda, nos dominaban canchos espectaculares, entre los que vimos varios corredores algo más empinados y que pueden constituir alternativas más alpinas, aunque menos directas, al tubo principal.

Tras un rato de subida constante, llegamos a un rellano, hacia los 1.925 m, donde confluyen varias pequeñas canales para formar el Arroyo de la Vejiga. Para los puristas, aquí, 200 m por debajo de cumbre, comenzaría el verdadero tubo aunque, la verdad, en mi opinión, se podría considerar así...

... toda la remontada del torrente. Y, si no, sólo había que mirar atrás.

Así se veían ahora los riscos que antes teníamos encima, mientras que, al fondo, la vista se extendía cada vez más lejos, llegando ya a la Sierra del Rincón.

Tras confirmar la orientación, seleccionamos el corredor por el que proseguiríamos la ascensión: el que prolonga justo la línea del cauce del arroyo y salía, lógicamente, del fondo del rellano. Se le identifica muy bien por un paso angosto que tiene a la mitad y un bloque en equilibrio que se observa por encima y a la izquierda del mismo. Al acercarnos, la pendiente creció hasta los 45º antes de alcanzar el estrechamiento y...

...así se mantuvo durante 30 m más. Aquí es donde mejor estaba la nieve y los pinchos se clavaban bien.

A continuación, superamos una pala de nieve de unos 100 m en que la pendiente disminuye, aunque...

... se mantuvo por encima de los 30º, mientras íbamos descubriendo a la derecha el cordal principal del Guadarrama, que se alza al otro lado del Valle del Lozoya.

La pendiente siguió tendiéndose al acercarnos a la loma y comenzaron a asomar sobre la nieve las rocas cimeras.

Poco después, nos encontramos ante al hito de La Najarra, con los picos de la Cuerda Larga al fondo.

Lo primero que hicimos al culminar fue echar una mirada atrás, a la boca de la canal de la que acababa de salir. La ascensión había sido bonita, relajada y divertida.

Al sur, en un mundo neblinoso, se llegaban a distinguir las torres de Madrid, entre el Cerro de San Pedro y el Embalse de Santillana.

Al oeste, se prolongaba la Cuerda Larga, de la que llegábamos a ver el Asómate de Hoyos, a la izquierda del cual caía la Pedriza. Entre sus riscos, asomaban la cima de La Maliciosa y...

... también los Montes de El Escorial. Incluso el lejano Gredos Oriental; concretamente, la Sierra del Cabezo.

Más a la derecha, Peñalara se mostraba impresionante.

Al este, también los montes de Ayllón pintaban de blanco el horizonte.

Pese al ventarrón reinante, del que habíamos estado protegidos durante la subida, aún aguantamos bastante rato en cumbre disfrutando de las vistas. Cuando decidimos bajar, nos dirigimos al norte, siguiendo una loma jalonada por piquetes. Seguíamos la Cuerda Larga y esa alambrada se prolonga hasta el Puerto de la Morcuera. Al principio, el descenso es muy gradual y cómodo; además, había una huella considerable pues esto ya es una vía normal y la Najarra, dejando de lado excentricidades como la que acababa de acometer, sí que es un pico bastante visitado.

Al poco, la pendiente se volvió más acusada y la bajada hubiera sido incómoda si las huellas y los hitos no nos hubieran llevado por lo mejor, serpenteando entre los peñascos que llenan la ladera. Descendiendo por la vertiente occidental de la loma, veíamos bajo nosotros los extensos pinares del Aguilón, con el telón de fondo del monótono cordal principal del Guadarrama.

Durante esta parte del recorrido, nos fijamos en este curioso apilamiento de bloques, a punto de zamparse Peñalara.

El terreno se fue tendiendo y haciendo menos pedregoso al acercarnos a la altura del puerto, así que nos olvidamos de la traza continuamos el descenso en diagonal, con la clara referencia visual del puerto.

Bueno; realmente, alcanzamos el lomo por encima del puerto y...

... acabamos de bajar junto al cercado, hasta...

... un abarrotado Puerto de la Morcuera, donde, ya pasada media mañana, no cabía un coche ni un trineo más. No nos entretuvimos entre el gentío aunque aún nos dio tiempo a fijarnos en que, desde aquí, se ve la Mujer Muerta entre la Cuerda Larga y Peñalara.

Comentarios