Mesa de la Serradilla (1.989)

ASCENSIÓN DESDE PIEDRALAVES

CUERDA DEL PORTACHO DE SERRADILLAS AL PUERTO DEL ALACRÁN

La Mesa de la Serradilla es la segunda altura de la Sierra del Valle, la más oriental de la gran alineación de Gredos y posiblemente su segmento más olvidado. Se trata de una loma alargada donde la roca asoma en culminaciones elevadas sobre laderas que son abruptas y muy boscosas al sur, mientras que al norte presentan una caída más gradual y menos vegetación, merced al duro clima mesetario. Lo que tienen en común ambas vertientes es un horizonte despejado. Dije que ésta es una montaña olvidada pero sólo por los montañeros; multitud de caminos surcan el monte, trepando a los collados y atravesando vertientes, fruto de una intensa y antigua actividad económica local... pero sin alcanzar las cumbres, lugares que nunca interesaron a pastores o carboneros.

La ruta consiste en recorrer, de este a oeste, la cresta de la montaña, accediendo a la misma y abandonándola en los dos collados más cercanos que cuentan con buen acceso desde el sur.

Mesa de Serradilla desde el SO, con el lomo de bajada delante

SITUACIÓN:

  • Zona: Macizo Oriental de Gredos (Sistema Central)
  • Unidad: Sierra del Valle
  • Base de partida: Piedralaves (Ávila)
ACCESO: Piedralaves es una población abulense situada en el extremo sur de la provincia, en el Valle del Tiétar y al pie de la vertiente sur la Sierra del valle, la más oriental de las que se alinean para formar Gredos. La ascensión no parte del pueblo, sino del paraje de Matallana, que se alcanza desde el Aparcamiento Piedralaves, situado en la Garganta de Nuño Cojo, tomando al oeste una carretera forestal (6 km en total desde el pueblo). Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.000 / 1.989
  • Mi tiempo efectivo: 5h10
  • Mi tiempo total: 6h30
  • Dificultades: Muy fácil. Algunos pasos escabrosos por roca y matorral.
  • Track para descargar en Wikiloc
Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA
(en azul, aproximación en coche)

LA RUTA: Tomar, en el cruce antes indicado en Majallana, la pista que recorre horizontalmente la ladera al SE y, luego, entra en la vertiente de Nuño Cojo y toma dirección norte. Prestar entonces atención al lado del monte para coger una senda, marcada con una estaca, que sale a la izquierda (SO) y remonta la ladera de El Citoleo hasta alcanzar el collado de la Sarnosa. La vereda, estrecha pero clara, gira a la derecha (N) y sigue la dirección del lomo, desviándose luego al flanco oriental para ir al Portacho de la Serradilla. Girar allí a la izquierda (SO), dejando la senda, y seguir la cuerda hasta la Mesa de la Serradilla.

Continuar cresteando al E, al principio por terreno ancho sin dificultad. A partir del pico de Lanchalisa, el terreno se vuelve rocoso y abrupto, pero se encuentran hitos marcando el paso fácil. Al llegar al Puerto del Alacrán, tomar a la izquierda (S) el camino que lo atraviesa y que, bajando por la Fuente del Lomo, desemboca en la pista horizontal por la que iniciamos la excursión. Tomarla ahora a la izquierda (N), pasando por la Pradera de Majacanchal antes de estar de vuelta en el cruce de Majallana.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Excursión muy fácil y de exigencia moderada, pero que requiere cierta experiencia fuera de senda. Las zonas rocosas no presentan dificultades reseñables y están bien balizadas; por otro lado, el único tramo de matorral es corto y poco denso. Es una ruta variada, que combina el paso por hermosos bosques, prados y roquedos con unas vistas notables sobre la mitad oriental de Gredos, el Valle del Tiétar y las Parameras. Además, es adecuada para el verano, pues transcurre en parte bajo arbolado y se pasa por varias fuentes.

La pista por donde se asciende desde Piedralaves al punto de inicio de la excursión tiene sus baches pero es transitable en turismo, con un poco de cuidado. En días de diario, podemos cruzarnos con trabajos madereros, que pueden obligar a dar un rodeo; todas las pistas que figuran en el mapa del IGN son transitables, por lo que suele haber alternativa.

RELATO GRÁFICO:

Tras aparcar a pocos metros del cruce de pistas en Majallana, comenzamos a caminar hacia el este por la horizontal, recorriendo la ladera meridional de la sierra entre hermosos ejemplares de roble y castaño. Aunque pasaban más de las nueve y el día se anunciaba caluroso, su sombra hacía agradable este relajado comienzo de excursión. En pocos minutos, nos encontramos una bifurcación, en la que la pista que sube, la de la izquierda, estaba indicada a la Serradilla. No sé si desde ella hay buena subida al pico homónimo y, seguimos, por si acaso, por la derecha (E), tal como habíamos planeado.

Entramos poco después en la Garganta de Nuño Cojo y, tras caminar un rato viendo la cresta rocosa de la sierra entre los pinos, llegamos a un ensanche de la pista. A la izquierda, una estaca, que no es que destaque mucho, marcaba...

... el arranque de una senda estrecha y poco visible que subía a contramano (SO), internándose en el pinar.

Afortunadamente, más arriba la vereda se aclara y está marcada con círculos de pintura roja, aunque era difícil perderla, pues alrededor el matorral era denso.

No tardamos en salir a terreno despejado en una primera pradera, la de El Citoleo, donde hay un manantial. A partir de ahí fuimos alternando, siempre siguiendo las marcas de pintura, rellanos y cortas cuestas, así como tramos arbolados y praderas.

En la segunda de ellas, situada cerca de la Fuente de los Toriles, pasamos junto a un pozo de nieve.

Al ganar altura, al empezamos a poder ver desde los claros el Valle del Tiétar quedar atrás. También nos fijamos en que las marcas de pintura cambiaban de vez en cuando de color: rojo, verde, azul... aunque parecían indicar un único itinerario.

Comenzaba a hacer algo de calor, no sé si producto del avance del día o del desnivel, o ambos, cuando la aparición a nuestra izquierda de un remate de la loma nos anunció que llegábamos al collado de la Sarnosa.

Estábamos en lo alto de un contrafuerte desprendido al sur de la Sierra del Valle. Como éste sale de la Mesa de Serradilla, la continuación era obvia: girar a la derecha (N) y seguir el lomo hasta la cumbre. Sólo que la senda no nos condujo por lo alto sino que, cambiando de vertiente, nos llevó a rodear horizontalmente por el oeste el modestísimo Cerrillo del Enebro, pasando sobre...

... el barranco que baja hacia la Garganta Cereceda, sobre la cual se elevaba la Gamonosa.

En el collado siguiente, volvimos a cambiar de lado, pasando a dominar la Garganta de Nuño Cojo, al fondo de la cual el contraluz dibujaba la roma silueta de la Escusa.

Pese al aspecto agreste de la ladera, pedregosa y poblada de retama, el senderillo nos llevó muy cómodamente, hacia el fondo de la Garganta de la Serradilla, al tiempo que subíamos muy poco a poco.

Cerca de culminar, alcanzamos el cauce del barranco en una gran pradera situada al pie mismo del Portacho de la Serradilla, donde ganamos la cresta y vimos al otro lado...

... parte del cordal principal del Sistema Central: la Serrota y la Sierra de la Paramera, al otro lado del Valle del Alberche. El paso estaba cerrado por un portillo, que cruzamos antes de dejar la senda, girando a la izquierda (SO) para...

... dirigirnos a la cumbre por la cuerda. No hay senda ni hitos en este tramo (o no los encontramos) pero el matorral no era de los malos y, con algo de paciencia y mucho serpenteo, se pasa con comodidad. Comenzamos por el lado norte de la divisoria porque nos pareció mejor el paso pero,...

... hacia la mitad, cambiamos de lado cuando nos lo aconsejaron la densidad y porte de los piornos y retamas. Volviéndonos podíamos ver la Lanchamala, máxima altitud y único dosmil de esta sierra, plantado sobre la pradera que habíamos pasado antes de llegar al collado. Matorral, prado y granito: Gredos típico.

Al culminar la subida, nos encontramos ante un corto lomo horizontal, cuyo punto más alto era el más lejano de varios canchos.

Desde la Mesa de la Serradilla las panorámicas son amplias: al norte, el Valle del Alberche limitado al otro lado por las Parameras.

Al este, la Lanchamala y el remate oriental de Gredos.

Al sur, el Valle del Tiétar, con la Sierra de San Vicente plantada en medio. En días claros, se ve más allá el perfil de los Montes de Toledo, pero entonces no fue el caso.

Al oeste, la divisoria del Sistema Central sigue por las sierras orientales hasta la cresta del Circo de Gredos, que conservaba todavía bastante nieve y,...

... enmarcada por el Cabezo y el Castillejo, presentaba un cuadro agreste que contrastaba con el verdor de los valles que nos rodeaban.

Tras un buen rato en cumbre, reanudamos la andadura recorriendo la cuerda al oeste, lado hacia el que sí marcaban la ruta unos hitos modestos y espaciados pero muy bien puestos... aquí trabajó uno que sabía. Enseguida, el terreno se empinó en una corta pero intensa bajada.

Pasando la depresión en la cresta, comenzamos a ver a la izquierda unos atractivos canchos sobresalir del monte bajo y,...

... cuando culminamos la subida subsiguiente, descubrimos que su remate es un hermoso risco: la Lanchalisa, que no es la máxima cumbre de la sierra pero sí, en mi opinión, su pico más atractivo. Para llegar al mismo, aún tuvimos que pasar una zona de cortos subibajas, evitando por uno u otro lado pequeños apilamientos de rocas, aunque.....

... nos encaramamos al último para...

... tener una buena perspectiva de la Mesa de la Serradilla y despedirnos.

A partir de ahí, pasamos por un rato del mundo del matorral al de la roca. Guiados por los hitos, entramos en la vertiente meridional de la cresta, siguiendo...

... terrazas entre resaltes y viendo...

... una considerable caída del lado meridional. Volvimos a ganar la cuerda pasada la horcada, ya muy cerca de la cima de Lanchalisa, que ganamos caminando por la cuerda, que es aquí un lomo ancho y pedregoso.

La bajada por el otro lado es el único paso que presenta una mínima dificultad, que sería evitable por la vertiente norte.

Sin embargo, el descenso de este pequeño graderío de bloques es tan fácil que no nos molestamos en ello.

Y seguían las bonitas perspectivas: Sierra de San Vicente entre riscos.

Más adelante, desde el Mojón Cimero, un hombro al que llegamos a toda cresta, pudimos apreciar el espectacular roquedo al sur de Lanchalisa y comentamos que debe de haber bonitos itinerarios de dificultad moderada por ese lado.

A partir de ahí, la cuerda vuelve a ser un lomo ancho donde predomina lo vegetal y baja suavemente hacia el Puerto del Alacrán. Allí, giramos a la izquierda (S) para tomar...

... el camino que lo atraviesa, abriendo un buen surco en el monte bajo.

Según perdíamos altura y nos alejábamos del eje de la sierra, se nos fue presentando una bonita perspectiva del segmento de cordal que acabábamos de recorrer, con el Mojón Cimero en primer término. Pese a su casi nula prominencia, desde aquí sí tenía aspecto de ser una cima considerable; y es que la vista engaña a veces.

No llevábamos mucho bajando cuando se bifurcó la senda. Continuamos por la izquierda (SE). Si bien ambas variantes terminan encontrando la pista horizontal, ésta lo hace más cerca de nuestro destino. Pasando por la Fuente del Lomo, comenzamos a ver un trozo del carril al que nos dirigíamos, al aclararse el bosque en Majacanchal. También el cerro de La Sarnosa nos servía de referencia.

Poco después, entramos de nuevo en el bosque, que en esta vertiente está formado casi exclusivamente por pinos, que,...

... de vez en cuando, se aclaraban lo justo para dejarnos ver la cresta de la que veníamos.

Al llegar a una primera pista, la atravesamos, continuando la bajada por la senda al otro lado, considerablemente más ancha.

La segunda pista que encontramos era la del inicio y la tomamos a la izquierda (N), pasando a recorrer la ladera horizontalmente.

No tardamos en llegar a la Pradera de Majacanchal, desde donde vimos la sarnosa, señalando el término de la excursión. 

Luego, aún dejamos de lado un desvío a la derecha antes de alcanzar el cruce de Majallana donde teníamos el coche, ya pasadas las tres de la tarde y comenzando a hacer calor.

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