ASCENSIÓN
DESDE MONTGARRI
BARRANC DETH MILH Y BAJADA POR
LA ARISTA SO
El Tuc de Barlonguèra es un hermoso pico, bien
destacado en la cresta fronteriza, entre los dominios del Maubèrme y el Valier.
Forma parte de la cadena axial de la cordillera, que aquí separa el Noguera
Pallaresa de Couserans y, por tanto, no es ya Valle de Arán propiamente
hablando, pero suele considerarse como tal y, administrativamente, su vertiente
sur corresponde a dicho territorio. En todo caso, es una montaña bastante
individualizada, con una airosa cresta de roca culminando unas laderas
empinadas donde bosques y prados prosperan hasta que la altitud los hace
inviables: Arán en su versión bravía.
La ascensión
consiste en recorrer la cresta de la montaña, uniendo los collados que
flanquean la cumbre a este y oeste, aproximándose y retornando al valle por las
correspondientes vaguadas meridionales.
El Tuc de
Barlonguèra sobre la nevada cabecera del Barranc deth Milh, visto desde el
sureste
SITUACIÓN:
- Zona: Valle de Arán (Pirineos)
- Unidad: Barrera Norte
- Base de partida: Montgarri (Lérida)
ACCESO: La ruta parte del Refugio de Montgarri, situado en el caserío abandonado del mismo nombre. Éste pertenece al municipio
de Naut Aran y se asienta a orillas del Noguera Pallaresa, entre el Macizo de
Beret y la cadena axial pirenaica. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar
de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps.
OTROS
DATOS:
- Cota mínima / máxima: 1.646 / 2.802
- Mi tiempo efectivo: 5h53
- Mi tiempo total: 8h08
- Dificultades: PD. Destrepe por arista aérea y
empinada con numerosos pasos de II y alguno de II+ en mala roca, a
lo largo de 150 m. Nieve hasta 50º.
- Track para descargar en Wikiloc
Mapa
tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA
LA RUTA: Salir de Montgarri por la senda que, remontando
los prados de la vertiente septentrional del Noguera Pallaresa, se introduce en
el Arriu deth Porquèr. En el Passatge
deth Porquèr, continuar ascendiendo por el Barranc deth Milh, que entra por
la derecha (NE) a la confluencia, y seguirlo por prado y palas de nieve (50º)
hasta salir a cresta en el Coreth deth
Milh (PD-). Girar a la izquierda (O) y seguir la cuerda hasta el Tuc de Barlonguèra.
Seguir la arista al NO
hasta el Pic de Cornave, a partir del cual gira al SO y se estrecha y empina
considerablemente (II+). En el Trauc de
Lesca (PD), bajar por la vaguada de la izquierda (SE) hasta el Passatge deth Porquèr, donde se retoma
el itinerario de subida para regresar a Montgarri.
Croquis
de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH
COMENTARIOS: Ruta
“estilosa” y completa, que presenta dificultades moderadas tanto en roca como
en nieve. La subida por el Barranc deth Milh, aparte de evitar el rodeo que
supone seguir la ruta normal por el Puerto de la Gireta, es una ruta de cierta
elegancia. Pero está reservada para montañeros experimentados y aguerridos, no
tanto por la dificultad objetiva, que no es mucha, sino por el vértigo y la inseguridad
de la roca en la arista suroeste. También, sobrados de grado, pues nos
quedaremos con alguna presa en la mano en la arista.
La única referencia que
tenía de toda la ruta era la de la subida por la arista SO en la guía
Pallars-Arán de Agustí Jolis, que te manda subir del Trauc de Lesca a la cumbre
rodeando la parte afilada y el Pico Cornave por la ladera meridional, que me
pareció muy expuesta; siempre he desconfiado de esas pendientes extremas de
hierba. Después, entendí el rodeo. Pero, bueno, esa arista, siendo
impresionante, no pasa del II+, y eso en unos pocos pasos cortos. Lo que sí
hubiera cambiado, de haber sabido antes todo lo que sé ahora, es el sentido del
recorrido: subir por la arista y bajar por el barranco. Con todos sus
inconvenientes, esa arista es divertida e impresionante; la roca es mala pero nunca
tan vertical o afilada como para que el fallo de un agarre o apoyo no se pueda
subsanar enganchando otro. Y el ambiente es de lujo.
RELATO GRÁFICO:
El día
comenzaba soleado cuando salí de Montgarri, siguiendo en dirección este el
sendero, marcado como GR, que pasa por la puerta del recinto del santuario.
Enseguida,
comencé a ganar altura en diagonal a través de los empinados prados de la
ribera septentrional del Noguera Pallaresa, al tiempo que me aproximaba al
visible corte de un barranco tributario.
Al llegar
a la boca del Arroyo Porquèr, la senda me introdujo en el mismo y comencé a
remontarlo por su orilla derecha. Ante mí, tenía ya el Barlonguèra, enmarcado
por los barrancos de Milh y Bandolèrs, que seguiría para subir y bajar
respectivamente. Veía pues casi toda la ruta.
Entonces
podía haberme encontrado un inconveniente: la pasarela por la que cruza el
torrente el GR había desaparecido. Afortunadamente, no muy lejos, en la
confluencia de arroyos conocida como Passatge deth Porquèr, persistía un gran
puente de nieve por el que atravesé cómodamente el cauce en busca del Barranco
del Milh, que sube a la derecha (N), hacia el collado al este de la cumbre.
El nevero
me dejó junto a una cascada, al pie de unas placas fáciles (I), especialmente
las de la orilla derecha, por donde era además más cómodo abordarlas.
Tras
superar 80 m, …
… el
terreno se tiende y se descubrió a mi izquierda el Tuc d’Orla. Seguía la tónica
de matorral denso, …
… excepto
en una banda de pocos metros a la orilla del torrente. Por ella avancé hasta
entrar en…
… una
zona herbosa, donde el barranco se ensancha. Buscando las pendientes más
llevaderas y cómodas, me desvié a la izquierda del eje, pero lo cierto es que
se puede subir igual por cualquier lado. Con la altitud, se fue descubriendo el
Macizo de Beret a mi espalda, al otro lado del Noguera. Al cabo de casi dos
horas de haber entrado en el Barranco del Milh, la mayor parte subiendo por esa
amplia cuenca herbosa, alcancé…
… la
nieve continua hacia los 2.500 m, al borde de una cubeta rodeada de ceñudos
riscos. El Collado del Milh, por el que alcanzaría la cresta, al fondo. Tras
cambiar bastones por crampones y piolet, reanudé el ascenso atravesando el
fondo llano del pequeño circo, antes de acometer la pendiente nevada que se
elevaba 140 m hasta la horcada.
Un ruido
a mi izquierda me llamó la atención en el profundo silencio: un rebeco sobre un
risco.
Durante
los primeros 80, la pendiente se mantuvo en unos 30º, hasta un estrechamiento,
a partir del cual…
… la
nieve se endureció y empinó notablemente.
En los
últimos 8 ó 10 m, una placa de hielo a 50º me obligó a golpear con fuerza para clavar
las puntas de los crampones.
Dado que
el cielo estaba cada vez más cubierto y se había levantado un airecillo
desapacible, apenas paré en el Coreth deth Milh lo justo para…
… quitarme los crampones. A continuación, giré
a la izquierda (SO) y seguí el ancho lomo herboso que se eleva en esa
dirección.
Al
asomarme a un saliente sobre la vertiente sur, puede ver el nevero por el que
había accedido al collado y…
… mis
huellas sobre el tramo final del mismo, haciéndose más tenues a medida que la
nieve se iba endureciendo al subir.
La subida hacia la cumbre no presentaba
dificultad; sólo hacia la mitad encontré una zona un tanto afilada, pero que pude
pasar caminando.
Así, casi
sin darme cuenta, me encontré delante el hito cimero del Tuc de Barlonguèra.
Al sur,
verdeaba el valle del Noguera del que había partido y al fondo las nubes
cubrían las crestas de Aigüestortes. Otros picos más cercanos sí eran visibles,
como…
… el
Parros, donde había estado el día anterior, o…
… el
Macizo de Beret, coronado por…
… el
Moredo, que visitaría el siguiente.
Al este,
asombraba un montañón, pese a la nube que cubría la cima: …
… el Mont
Valier.
Estuve un
buen rato en cumbre, más de media hora, pues ahora podía ver que las nubes eran
densas, pero no amenazantes. Al cabo, comencé el retorno, siguiendo la cuerda
al noroeste, hacia el cercano y poco marcado Pico Cornave que no es, en
realidad, sino una antecima del Barlonguèra.
Para
abandonar la cumbre, hube de destrepar brevemente: unos seis metros empinados,
los dos más bajos verticales, pero con buenas y sólidas presas (II).
El resto
de la arista al Cornave consistió en caminar, a veces sobre nieve, pero ya sin
obstáculos, aunque la vista a la derecha, sobre…
… la
cuenca del laguito de Milh era impresionante.
A partir
del Cornave, la arista gira a la izquierda (O) y se torna afilada, asomándose
ahora a la vertiente del…
… Valle
de L’Orle y descubriéndose…
… el
impresionante costurón nevado bajo el collado y el pico homónimos. Pues bien,
con ese panorama bajo los pies, …
… la
arista dobló de nuevo a la izquierda (SO) al pasar un hombro y se empinó
súbitamente, obligándome de nuevo a emplear las manos.
A mi izquierda,
veía la rocosa cima del Barlonguèra elevarse sobre las altas laderas de hierba
por donde Agustí Jolis mandaba subir desde el Trauc de Lesca. Yo, por mi parte,
ante esas pendientes herbosas, y más si son laterales, prefiero siempre…
… la roca,
aunque sea en una arista vertiginosa, aguda y poco sólida. Como ésta. Y por
ella bajé, sin evitar casi su filo. De haber sabido cómo era antes de salir,
hubiera sido una buena vía de ascensión. Como ruta de descenso, es un poco
delicada por la mediocre calidad de la roca; en general, terminaba encontrando
apoyos sólidos en cada paso, pero a veces tras haberme fallado uno o dos.
El
descenso iba amenizado por la vista ocasional de espolones, como éste, a mi
derecha.
Durante
unos 100 m de desnivel, fui alternando resaltes verticales, nunca muy largos ni
difíciles (máximo II+), con…
… placas
rotas, más fáciles (II-) pero más expuestas, y…
… aéreas
cuchillas inclinadas y colgadas sobre impresionantes abismos.
Hacia los
2.600 m de altitud, dejé atrás la parte más rocosa de la arista, para entrar en…
… un
tramo herboso algo más ancho donde, aunque continuaba la sensación aérea, podía
caminar.
Cerca del
final, aún encontraría un último y breve crestón, pero que no es nada comparado
con lo quedaba atrás.
El Trauc
de Lesca es un amplio collado herboso desde donde se ve así la cima del Barlonguèra
y cuya vaguada meridional va a unirse con el Barranco de Milh.
Así que,
girando a la izquierda (SE), me dejé deslizar por los neveros que cubrían el
suave tubo.
La buena
consistencia de la nieve y una pendiente en torno a los 20º me permitieron un
descenso rápido y relajado, …
… con la
vista puesta en el Tuc de Moredo.
Incluso
cuando, bajo la cota 2.000, las vertientes se hicieron abruptas y se encajonó
el arroyo entre roca, una cinta de nieve endurecida empotrada en el cauce me
permitió continuar bajando con comodidad hasta…
…
desembocar en un rellano donde se acumulaba la nieve que caía por el barranco.
A partir
de ahí, por debajo de 1.850 m de altitud, la nieve se redujo a alguna mancha
residual y fui siguiendo el torrente por los prados de la orilla derecha.
Curiosamente, había vuelto a salir el sol.
Cuando
esa ribera se volvió abrupta, crucé al otro lado por un puente de nieve, previo
a un resalte bajo el que estaba aquél otro por el que había cruzado esa mañana.
Tras atravesar una punta de hierba al otro lado, me encontré con el torrente
del Barranco del Milh y entré en el nevero bajo, cerrando el itinerario en el
Passatge deth Porquèr, desde donde…
… sólo me
quedó deshacer el itinerario de ida, no sin antes despedirme del Barlonguèra,
para…
…
regresar a Montgarri, que me recibió como me fui: todo sol, tras haber
realizado bajo las nubes el paso por cumbre.
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