Morrón de Espuña (1.560)

ASCENSIÓN DESDE COLLADO BERMEJO

CANALETA DE LA LUZ

En el piélago de pequeñas sierras del extremo oriental de las cadenas Béticas, la de Espuña es una de las de mayor altitud y extensión. Situada en pleno centro de la Región de Murcia, forma junto con la de Pedro Ponce la divisoria entre los ríos Guadalentín y Pliego, afluentes del Segura. El Morrón, su máxima cumbre, es un gran peñón rocoso de flancos verticales, alzado sobre ondulados pinares. Y ésta es una característica de Espuña: la única masa forestal considerable de la región, fruto de una repoblación del siglo XIX, previa a los aterrazamientos. Al cabo de tantos años, no se distingue su carácter artificial, quedando un magnífico bosque mediterráneo de pino mezclado con carrasca y matorral. La presencia humana es patente por la densa red de pistas y numerosos pozos de nieve y canalizaciones. La fauna es bastante variada, destacando una especie foránea: el muflón, introducida con propósitos cinegéticos y que parece haberse adaptado sin causar trastornos en el medio.

Partiendo del sur, se combinan en la ruta los dos itinerarios más accesibles a la cumbre. Para subir, un ancho tubo pedregoso abierto en la vertiente oriental del pico. Para el descenso, el barranco que cae al suroeste del collado noroccidental.

El Morrón de Espuña muestra su cara sur sobre el pinar.

SITUACIÓN:

  • Zona: Sierras de Espuña y Pedro Ponce (Cadenas Béticas)
  • Unidad: Sierra de Espuña
  • Base de partida: Aledo (Murcia)
ACCESO: El Mirador del Collado Bermejo está situado justo al pie del Morrón de Espuña, en la zona central de la provincia de Murcia. Aunque ubicado en el término municipal de Totana, el acceso más lógico y población más cercana es Aledo, 10 km al sur. La ruta parte de una curva 500 m por arriba y al oeste del collado, donde se puede aparcar y sale de la carretera la pista por donde llegué de vuelta de la cima. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen a ese punto en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.215 / 1.560
  • Mi tiempo efectivo: 1h37
  • Mi tiempo total: 2h48
  • Dificultades: F. Un par de trepadas (I) escasamente expuestas, de 10 y 15 m. Casi toda la subida transcurre fuera de senda y estaba sin señalizar.
  • Track para descargar en Wikiloc
Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Del cruce situado al oeste de Collado Bermejo, salir en dirección NE por la carretera. Tras doblar una loma, dejarla por la izquierda (O) para remontar la cara SE de la montaña, primero por trazas de senda a través del bosque y, luego, aprovechando las bandas de pedrera que cortan la vegetación. Al llegar al pie de las paredes superiores, girar a la derecha (NE) y seguirlas, afrontando el cruce de un par de espolones mediantes cortas trepadas, hasta entrar en la Canaleta de la Luz (F). Remontarla a la izquierda (NO) hasta el Torreón de los Exploradores.

Dirigirse al norte bordeando la instalación militar que ocupa la cumbre, primero por la carretera de acceso y, luego, cuando ésta gira, por una rampa pedregosa de ligera pendiente. En el collado N, tomar una senda que entra en la vertiente oeste y, tras una corta travesía, llega a una caseta. Girar a la izquierda (SO) y descender el Barranco de la Carrasca, aprovechando el corte en el arbolado de la Acequia de Aledo. Al llegar a una pista, tomarla a la izquierda (S) y seguirla hasta dar con un carril horizontal. Girando a la izquierda (SE) de nuevo, se regresa por él al Collado Bermejo.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Hay varias advertencias que hacer sobre esta ascensión. La primera es que, debido a la existencia de un radar en la cumbre, el punto más alto de la montaña es inalcanzable y sólo se puede llegar al Torreón de los Exploradores, pequeña construcción que, junto con una cruz y alguna placa marcan el punto más alto accesible a todo el mundo.

En segundo lugar, esta ruta fue fruto de un error. Unas marcas de pintura azul junto a la carretera de Collado Bermejo, me hicieron creer que era el momento de abandonarla y buscar la senda que remonta la cara SE. Y encima había senda... discontinua y borrosa pero senda. Lo cierto es que la misma debe salir más adelante, pues me la encontré al entrar en la Canaleta de la Luz. Lo bueno es que llegué arriba pese a todo y que la travesía bajo las paredes que defienden la cumbre es muy bonita... aunque la ruta “buena” no pasa por ahí. Por último, la cumbre se puede alcanzar en coche pero esto sí que va contra mis costumbres.

En resumen, subir al Morrón de Espuña por la Canaleta de la Luz y bajar por la Carrasca es quizás el recorrido más completo por su vertiente meridional, la más espectacular. Desde el Collado Bermejo, es corta y fácil; más aún lo hubiera sido si hubiera seguido la senda marcada pero este recorrido tampoco plantea grandes obstáculos. De todas formas, pese al escaso desnivel, la ruta requiere soltura en moverse fuera de camino y por terrenos escabrosos.

Si se pretende darle más entidad a la excursión, partiendo de más lejos, sólo se añadiría tiempo de camino por el pinar, pero sin aportar gran cosa. Se puede complementar con la visita a alguna curiosidad geológica de la cara sur (arcos y chimeneas espectaculares) pero que requieren subir de nuevo. Tampoco sería mala opción recorrer la cresta de la sierra hacia el Pico de Pedro López o el Morrón de Alhama.

RELATO GRÁFICO:

Desde el cruce al oeste del Collado Bermejo donde aparqué, las paredes calizas dominan el paisaje. Me dirigí al este por la propia carretera, rodeando en suave ascenso la montaña.

Al doblar un espolón, apareció a mi derecha un verde barranco que se proyectaba hacia el llano y la Sierra de Carrascoy. Había entrado en la cara sureste del Morrón, por donde ganaría la cumbre.

Ante mí, el resalte superior se rompía en la Canaleta de la Luz, al pie de la cual debía haber llegado caminando por el asfalto. Sin embargo, a los pocos metros de cruzar el lomo, al pasar junto a un ligero cóncavo en la ladera,...

... dos marcas de pintura azul en una piedra de la cuneta y un hito de cemento cercano, me hicieron pensar que estaba ante el inicio de una senda. Dejé pues la carretera por la izquierda (O) y entré en el pinar.

No vi más marcas después de ésas pero encontré un trazo borroso y cruzado por ramas. Lo fui siguiendo en un ascenso que se empinó al girar a la derecha (N) para afrontar la pendiente.

No tardé en salir a una banda de pedrera que cortaba el bosque y por la que proseguí hacia las paredes superiores. Por aquí ya me había dado cuenta de que no seguía rastro ninguno pero, entre que estaba ya a media subida y que el ascenso tampoco era muy incómodo, continué ganando altura.

Desde esta zona despejada, podía contemplar a mi espalda otro bonito monte: la Peña Apartada, más allá del bosque del que había salido.

Al ratito, un claro en la vegetación de pinos y carrascas de la derecha (NE) me dejó ver a ese lado unas placas inclinadas. Pensé que sería más cómodo ir por ahí y las alcancé, volviendo a adquirir la dirección original (N), con la indudable referencia de la cárcava superior.

Al llegar al pie de la roca, giré a la derecha (NO) y...

... comencé a recorrer la base del resalte buscando un paso para superarlo.

Sin encontrarlo, llegué ante un espolón desprendido bajo un característico techo. Lo crucé por el portillo que forma su encastre en la pared y, al otro lado, me encontré...

... la visión de la cresta de la sierra, defendida por la pared junto a la que avanzaba, prolongándose hacia el Morrón de Alhama.

Para entrar en el siguiente cóncavo, hube de destrepar un resalte rocoso de 15 m, empinado pero...

... lleno de sólidos apoyos (I).

A continuación, bajé en diagonal por una pendiente pedregosa, directamente hacia la base de un contrafuerte que tenía delante,...

... llevando sobre mí un desplome multicolor y combado. Este tramo de travesía fue muy bonito.

Al doblar el segundo espolón, me encontré ante un tercero, del que me separaba una terraza lateralmente inclinada pero que no presentaba obstáculos significativos y me directamente al portillo superior. Tras una corta bajada,...

... trepé cinco metros, de nuevo por una placa inclinada con buenos apoyos (I), accediendo a continuación a...

... una zona menos empinada, cruzada por un chorro de cemento, precario cauce para conducir el agua monte abajo: había llegado a la Canaleta de la Luz.

Si miraba atrás, veía ahora la Peña Apartada entre los canchos cercanos... y, también, unas nubes que empezaban a llegar.

Tras cruzar la collada, desaparecieron los obstáculos sobre mí y giré a la izquierda (O) para dirigirme a la cima. Según ascendía por la rampa pedregosa de moderada pendiente, apareció enseguida una senda no muy visible pero balizada con hitos y... ¡marcas azules!... Ahora sí que no entendía qué señalaban las manchas que me sacaron de la carretera.

Pero no estaba para pararme a pensar: viendo que las nubes se metían en el Morrón y se cerraban en torno a mí, aceleré y...

... no tardé en tener a la vista el Torreón de los Exploradores, que no es ningún accidente natural, sino, efectivamente, un torreoncillo que encontré cerrado y que señala el punto teóricamente más alto al que se puede acceder libremente.

Aunque se había levantado un vientecillo fresco, no llegaba a ser desagradable la estancia en cumbre. Lástima que apenas hubiera visibilidad: sólo un Morrón de Alhama medio velado.

Incluso, de la vecina Peña Apartada apenas distinguía partes de la cresta.

Esperé un buen rato a ver si se despejaba pero, viendo que seguía sin ver otra cosa que niebla, emprendí la bajada. Empecé por dirigirme al noroeste, siguiendo la cerca de las instalaciones militares, hacia la carretera de acceso, que tomé a la derecha (N). 

Tras pasar un cambio de rasante, dejé el carril por la izquierda (NO), manteniendo la dirección en la primera curva de la bajada subsiguiente. Bajaba por terreno rocoso de ligera inclinación, hacia la loma septentrional del Morrón, en cuya ladera veía marcarse una senda que la atravesaba horizontalmente.

Llegando cerca del final de la bajada, se fue dibujando en el suelo el trazo recto del soterramiento de una conducción de agua.

Antes, volví a pasar junto a la carretera; realmente, podía haberla seguido todo el rato, pero el terreno es tan cómodo, que justifica de sobra el atajo.

En el collado norte, frente al pico de Pedro López, me encontré con el arranque de la senda que había visto antes. La misma corta la ladera, pocos metros bajo el lomo, abalconada sobre...

... el Barranco de la Carrasca, para acceder enseguida a una caseta.

De allí cae a la izquierda (SO) un amplio corte en el pinar, bajo el que circula la Acequia de Aledo. Unas marcas de PR invitaban a seguirla, y así lo hice.

Descendí hasta llegar al lugar en que se cruza con una pista, por la que proseguí. Aunque carril y acequia se van a cruzar, la bajada por el primero es más cómoda.

Bajo un cielo gris, me amenizaba el camino la vista de los canchos que dominan este vallecito, como el remate de los Pollos de López o...

... las omnipresentes paredes del Morrón de Espuña.

No tardé en desembocar en otra pista más ancha y mejor conservada, que recorre la ladera horizontalmente. La tomé a la izquierda (SE) y fui, por ella, rodeando el monte entre los verdes barrancos de mi derecha y...

... las claras paredes que me dominaban al otro lado.

Y, sin más vicisitudes, llegué a la carretera justo donde había aparcado el coche, cerca del Collado Bermejo. Enfrente, el sol golpeaba la Peña Apartada: el resto del día estaría despejado.

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