La Maliciosa (2.227)

ASCENSIÓN DESDE LA BARRANCA DE NAVACERRADA

ARROYO DE LA MALICIOSA (INVERNAL)

La Maliciosa es un pico desprendido al sur de la Cuerda Larga, en la Sierra de Guadarrama. Es una montaña de aspecto atractivo, sobre todo al sur, donde se yergue bruscamente como un frontón triangular cortado por corredores de aspecto vertical, al pie de los cuales hay que doblar bien el cuello para ver la cumbre. En suma, un pequeño enclave alpino en el suave relieve de estas sierras. Sin embargo, cuenta con varias subidas fáciles, aunque siempre duras.

En esta ocasión, combinamos las dos rutas más accesibles de la vertiente oeste, con el atractivo añadido de contar con nieve.

El gran cuenco del Arroyo de la Maliciosa visto desde la Barranca de Navacerrada

SITUACIÓN:

  • Zona: Cuerda Larga - Sierra de la Morcuera (Sistema Central)
  • Unidad: Cuerda Larga
  • Base de partida: Navacerrada (Madrid)

ACCESO: El aparcamiento de La Barranca  está unos 3 km de al noreste Navacerrada, pueblo serrano bien conocido, situado al pie del puerto del mismo nombre, abierto entre las provincias de Madrid y Segovia, en el extremo occidental de la Cuerda Larga. La población es uno de los lugares más antiguos de veraneo de la capital y su principal atractivo son los variados servicios turísticos que ofrece. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.375 / 2.227
  • Mi tiempo efectivo: 3h01
  • Mi tiempo total: 3h55
  • Dificultades: F, en las condiciones del día (nieve dura, continua por encima de 1.800 m). A lo largo del recorrido, no hay otro obstáculo significativo que la pendiente, cuyo máximo, entre 30 y 35º, se mantiene durante unos 100 m de desnivel en el Arroyo de la Maliciosa.
  • Track para descargar en Wikiloc

Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Salir del Aparcamiento de La Barranca, cruzando la presa del Embalse del Pueblo de Navacerrada y tomar la senda que remonta el Arroyo de la Maliciosa, superando pendientes moderadas primero por cantizal y luego por nieve, hasta salir a la arista NO (F). Girar a la derecha (SE) y seguir la loma hasta la cumbre de La Maliciosa.

Bajar por la ladera al SO hasta el Collado del Piornal y dejarse caer a la izquierda (O), por el camino del Regajo del Pez. A poco de pasar la Fuente de la Campanilla, se desemboca en la pista que recorre la Barranca; tomarla a la izquierda (S), para regresar al aparcamiento de La Barranca.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: La ruta del Arroyo de la Maliciosa es un clásico del Guadarrama, aunque en invierno queda eclipsada por el prestigio de los tubos de la cara sur, más alpinos sin duda. Si la subida es la ruta “montañera” más fácil de la Maliciosa, la bajada incluye un precioso, aunque breve, recorrido por uno de los pinares más hermosos de la sierra.

En resumen, se trata, como suelo decir, de un lujo a precio asequible; y una buena posibilidad, atractiva y sencilla a la vez, para bautismos invernales. Técnicamente, está al alcance de cualquier montañero con una mínima destreza en el uso de los crampones y el piolet, pues las pendientes son moderadas y no hay pasos expuestos. Otra cosa es la exigencia física: aunque la ruta es corta, conviene estar en buena forma, pues los 700 metros de subida empinada y sostenida se terminan haciendo duros.

RELATO GRÁFICO:

Llegamos al aparcamiento de La Barranca bien temprano... y menos mal, pues estaba ya bastante lleno, a pesar de que el día no se presentaba muy amigable: el termómetro andaba en torno al cero y hacía un viento como para salir volando, pese a lo cual las nubes cubrían la montaña desde media altura. Comenzamos a caminar cruzando la presa del Embalse del Pueblo de Navacerrada, el más bajo de los dos que hay frente al viejo aparcamiento abandonado.

Al otro lado, dos sendas se abren paso entre la apretada vegetación de jaras y pinitos dispersos; tomamos la de la derecha (E) que enseguida se mete en un barranquillo secundario, donde encontramos resguardo del ventarrón.

Llegamos a continuación a un lomo desde el que veíamos a nuestra espalda los montes del Escorial, más allá de los modestos cerrillos que dominan Navacerrada.

Teníamos delante el Arroyo de la Maliciosa, que se abre entre las cuerdas de las Buitreras y los Almorchones y,...

... entrando en su cauce, nos incorporamos a la senda principal, que al principio habíamos dejado a la izquierda. Si hubiéramos ido por ella, habríamos estado más tiempo expuestos al viento. Al tiempo que ganábamos altitud y aumentaba la pendiente, fueron quedando atrás los últimos árboles dispersos y el terreno se hizo pedregoso. Por otro lado, las manchas de nieve que habíamos ido encontrando desde el principio eran cada vez más y mayores.

Respecto al entorno, era espectacular: un embudo sombrío encerrado entre riscos en que se enredaban las nubes bajas. A la izquierda, la quebrada silueta de las Buitreras y...

... el Peñotillo al otro lado. Buenas noticias: las nubes estaban levantando.

A partir de los 1.800 m de altitud, la nieve se hizo ya continua y los cantos y hierbajos que asomaban del manto blanco no tardaron en desaparecer.

Al mirar atrás, podíamos cómo el valle iba quedando lejos.

El viento ganaba fuerza, marcándonos la altitud. Entramos en la parte más empinada de la subida, unos 150 m de desnivel en que se pasa gradualmente de los 25º a superar los 30 y llegar en el último tercio a los 35. De pronto, las nubes se abrieron en una pequeña grieta azul sobre nosotros.

Pero los vapores persistían y, la mayor parte del tiempo, sólo distinguíamos siluetas a nuestro alrededor.

Y a veces, ni eso. Supimos que llegaba el final de la subida cuando la pendiente fue tendiéndose gradualmente.

Pero aún hubimos de superar otro centenar de metros por ese terreno más suave antes de salir a un amplísimo lomo nevado. Nos recibió un bofetón de viento que nos hizo tambalear y vimos, a nuestra izquierda, las suaves lomas que convergen en el Collado del Piornal, que sería nuestra ruta de bajada.

Estábamos en la arista NO y, tomándola a la derecha, la remontamos hacia un cielo cada vez más despejado, dejando a la derecha unas modestas peñas heladas.

Al alcanzar un alto, apareció la cumbre, ya muy cerca. Sólo nos restaba una última remontada, suave y dejando de nuevo a la derecha el crestón que define la arista.

Y entonces, salimos de las nubes; vimos a nuestra izquierda los riscos más altos la Pedriza y...

... el sol brillaba sobre nuestras cabezas cuando llegamos a la cumbre de La Maliciosa.

Las vistas desde allí son tremendas. Si es impresionante el Peñotillo, hoy todo blanco, colgado sobre la Barranca de Navacerrada, más aún lo son...

... los tubos que cortan la cara sur. Las nubes que llegaban del norte pasaban raudas sobre nuestras cabezas y bajaban, velándolos atractivamente. Más a la izquierda,...

... la Pedriza mostraba su perfil junto a las suavidades del Cerro de San Pedro y la llanura madrileña.

No descansamos mucho, pues el viento era fortísimo y, siendo racheado, no había manera de encontrar cobijo. Emprendimos el regreso comenzando por deshacer el último tramo de subida pero, en vez de meternos de nuevo en la cuenca del Arroyo de la Maliciosa, prolongamos la bajada por la loma hasta el Collado del Piornal. Allí, giramos a la izquierda (O) para...

... descender por el Regajo del Pez, al tiempo que nos empezamos a encontrar gente, cada vez en mayor cantidad: ya nos venía extrañando los muchos coches que vimos aparcados y las pocas personas que nos habíamos cruzado hasta ese momento.

El descenso de este barranco comienza empinado, pero sólo lo justo para ser rápido y cómodo a la vez. Pronto pasaron a dominarnos los riscos escarchados de la Cuerda de las Buitreras y el contrafuerte suroeste de las Guarramillas, mientras que...

... la Cuerda de las Cabrillas se extendía frente a nosotros. La pendiente se fue atenuando al perder altitud y era ya muy suave cuando...

... llegamos a los primeros pinos. Poco después pasamos la Fuente de la Campanilla, famoso lugar de peregrinación de domingueros, y...

... desembocamos en la pista de la Barranca. La tomamos a la izquierda (S) y la seguimos en una plácida y parsimoniosa bajada final entre los árboles,...

... por encima de cuyas copas asomaban las crestas nevadas. Y así hasta llegar al Aparcamiento la Barranca.

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