Cabeza de Hierro Mayor (2.380)

ASCENSIÓN DESDE EL PUERTO DE NAVACERRADA

POR LA CUERDA, CON GUARRAMILLAS (2.262) Y VALDEMARTÍN (2.282)

Las Cabezas de Hierro son la segunda cumbre del Guadarrama y culminan la Cuerda Larga, alineación que se extiende entre los puertos de Navacerrada y la Morcuera, al sur de la divisoria del Sistema Central. Íntegramente situada en la provincia de Madrid, separa el Valle del Lozoya de la llanura. Se trata de una montaña típicamente guadarrameña, con un lomo ancho y redondeado cubierto de prado eventualmente interrumpido por pequeños canchales y crestones de escaso porte. Más abajo, en sus laderas poco empinadas pero de considerable desnivel, prosperan piornos y retamas sobre los extensos pinares de los valles. En suma, una montaña bella sin espectacularidad, cuyo encanto reside en una suerte de apacible grandiosidad.

La ruta más simple para alcanzar la segunda cima del Guadarrama: recorrer la cuerda desde el puerto más cercano accesible en vehículo, ida y vuelta con alguna mínima variación, hecha por cambiar.

El cordal recorrido, visto desde el norte

SITUACIÓN:

  • Zona: Cuerda Larga - Sierra de la Morcuera (Sistema Central)
  • Unidad: Cuerda Larga
  • Base de partida: Puerto de Navacerrada (Madrid)

ACCESO: El Puerto de Navacerrada se abre en el cordal principal del Guadarrama, entre los Siete Picos y la Cuerda Larga. Comunica las provincias de Madrid y Segovia entre las respectivas localidades de Navacerrada y La Granja. Hay bastantes servicios turísticos y un amplio aparcamiento. Se puede llegar en tren desde Cercedilla, en autobús desde Navacerrada o Segovia (sólo fines de semana) o bien en coche, calculando un itinerario desde tu lugar de origen en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.858 / 2.381
  • Mi tiempo efectivo: 3h53
  • Mi tiempo total: 4h40
  • Dificultades: Ninguna. Alguna breve pedrera que no llega ni a incomodar. Encontré un par de neveros de pendiente suave (<20º), que no requerían material específico, pero, no siendo invierno, no es habitual.
  • Track para descargar en Wikiloc

Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Desde el Puerto de Navacerrada, tomar la pista de acceso al repetidor del Alto de Guarramillas y continuar al NE por el sendero balizado de la Cuerda Larga hasta la cumbre de la Cabeza de Hierro Mayor. Regresar por el mismo itinerario.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Este recorrido de la mitad occidental de la Cuerda Larga es la manera más fácil, cómoda y panorámica de subir a las Cabezas de Hierro. No es la más corta pero, con el desnivel fraccionado en subidas cortas y transcurriendo por caminos de pendiente suave, resulta más reposada y asequible que las otras normales.

Así, está al alcance de cualquier excursionista bien dispuesto y, ese sí, debidamente equipado, pues no hay que olvidar que, por sencillo que resulte, se va a acometer un cresteo prolongado por encima de los 2.000 metros. Por otro lado, la falta de referencias en el extenso y suave lomo de la Cuerda Larga, ha dejado de ser un gran problema incluso con niebla: hoy día, la señalización es muy abundante y hay senda marcada en casi todo el recorrido.

Respecto al rodeo por la Cuerda de las Cabrillas a la subida, lo hice por variar un poco: varios son los caminos que atraviesan la urbanizada ladera occidental de las Guarramillas y ése sea posiblemente el más agradable. La bajada, la hice por el más directo y cómodo, aunque también más feo.

RELATO GRÁFICO:

Comencé a caminar en el Puerto de Navacerrada con las nubes pasando raudas sobre mi cabeza, arrastradas por el viento que se encañonaba en el collado. Tomé el arranque de la pista de cemento que sube a la Bola del Mundo pero para dejarla enseguida, por un desvío de tierra que sale a la derecha (SE) al pasar junto a la estación inferior de un remonte. Tras cruzar una cancela, el camino dejó atrás las casas y me llevó en suave ascenso diagonal, a través de una ladera de matorral, hacia el lomo suroccidental de las Guarramillas.

Al irme acercando al mismo, la perspectiva me fue dejando ver los montes de El Escorial y, más cerca, la manta de nubes que pugnaba por pasar la sierra.

Al ganar el lomo, giré a la izquierda (NE) para remontarlo, siguiendo un ancho y claro trazo en el pasto. Para entonces, la niebla se había agarrado bien a la parte superior del monte. Afortunadamente, todo el itinerario transcurre por caminos y sendas bastante trilladas y, por otra parte, el aire estaba húmedo pero no frío y el viento no pasaba de moderado.

Con la altura, se descubrió a mi derecha la Barranca de Navacerrada, entre la Maliciosa y la Cuerda de las Cabrillas. A su través, veía el pie de monte, con la Sierra de Hoyo de Manzanares y la Cabeza Mediana plantadas en medio. Aproveché para mirar bien pues, poco después,...

... me metí en la nube, al tiempo que topaba con la pista de cemento. La tomé a la derecha (NE) para continuar subiendo, ahora en cómodos zigzags.

Aparte de un par de neveros que cortaban el carril, sin consecuencias por su escasa pendiente, poca novedad hubo en el resto de esta primera subida. Ni siquiera las vistas, pues la niebla era tal que, llegando al Alto de Guarramillas, no vi las antenas de la cima hasta casi dar con la barrera. Rodeé la instalación por la izquierda y,...

... siguiendo marcas de PR y GR (aquí coinciden varias rutas), así como hitos y un trazo bastante claro en general, comencé a recorrer la cuerda al noreste. Ya dije en los comentarios que, hoy día, la niebla en la Cuerda Larga es un problema menor. Primeramente, bajé hasta el Collado de las Guarramillas, donde...

... me encontré con las instalaciones de la estación de Valdesquí. Precisamente la cerca que limita una pista de esquí me sirvió de guía adicional para ascender hasta...

... la cima del Cerro de Valdemartín. Allí, en su alargado lomo cimero, las nubes dieron señal de abrirse por un momento.

Pero, no había emprendido el subsiguiente descenso, cuando volvieron a cerrarse. Un nevero de suave pendiente me facilitó la primera parte de la bajada al Collado de Valdemartín.

A media bajada al Collado de Valdemartín, ahora sí, las nubes se dispersaron paulatinamente, dejándome ver el lomo que ascendía ante mí hacia las Cabezas de Hierro.

A mi derecha, hasta podía adivinar la llanura madrileña al fondo del verde surco de la vaguada meridional.

Cerca de culminar la Cabeza de Hierro Menor, se despejaron del todo los vapores y apareció el pico.

Sobre un cono de pedrera, que resultó lo más incómodo de toda la marcha pese a que los bloques son muy estables, se eleva el risco cimero de esta punta, la más rocosa y abrupta de la Cuerda Larga.

De nuevo con mala visibilidad, proseguí, no a toda cresta sino volviendo atrás unos metros para tomar una repisa inclinada en el flanco izquierdo, situada pocos metros por debajo de la cima. Estando cubierta de nieve y orientada al norte, tuve que poner cuidado al atravesarla pues la encontré dura, aunque no tanto como para no pasar con botas.

En la divisoria de nuevo, se aclaró la niebla y, mientras hacia Entrecabezas, pude ver a mi derecha...

... la Pedriza y la Cuerda de los Porrones con el valle por donde corre el Manzanares en medio.

Pasando la horcada, se retiraron los últimos vapores y, más allá de un nevero y una ladera herbosa de pendiente moderada, vi brillar la cima de las Cabezas de Hierro.

Según llegué, eché lo primero una mirada atrás, aprovechando el claro: Cabeza Menor, Valdemartín y Guarramillas aparecían bajo un cielo donde ganaba terreno el azul.

Al norte, Peñalara estaba totalmente tapada por las nubes, aunque se podía deducir su situación viendo las praderas y edificios del Puerto de Cotos.

También estaban tapadas el resto de crestas que dominan el Valle de Lozoya al este.

No llevaba quince minutos en la cumbre cuando, súbitamente, le elevó una muralla gris desde el sur y no tardé en verme (es un decir) envuelto de nuevo en niebla húmeda.

Comencé a regresar, deshaciendo el camino de ida y, aún no había llegado al Collado de Entrecabezas, cuando las nubes se elevaron dejándome ver de nuevo la cuerda. Sobre la Cabeza Menor, destacaban las siluetas de un par de montañeros.

Peñalara comenzó también a despejarse entonces.

En la bajada subsiguiente, camino de Valdemartín, pude entrever la Mujer Muerta en el horizonte occidental. Luego, a dos tercios de subida a ese cerro, saliéndome un poco de la senda hacia la derecha, a la vertiente norte, me detuve a contemplar...

... una de las mejores perspectivas de todas estas sierras, que siempre busco al pasar por aquí: el Valle de Lozoya corriendo al este entre Peñalara y las Cabezas.

De nuevo en marcha, pasé Valdemartín y continué hacia las Guarramillas, ahora bien visibles.

Una mirada atrás poco antes de culminar las Guarramillas, hacia Valdemartín, aprovechando la ausencia de niebla.

La Maliciosa presentaba un airoso aspecto, con las nubes resaltando sus aristas. No consideré necesario ir a pisar la cima y dejé el Alto de las Guarramillas a la izquierda, rodeándolo por un camino que pasa unos metros por debajo y...

... va a unirse poco después a la pista de cemento, que tomé a la derecha (O).

A partir de aquí, entré en territorio netamente turístico y, si durante el resto de la jornada me había cruzado unos pocos grupos, durante lo que restaba me vería rodeado de gente. Bajando por el carril, cuando las nubes se descubrían era soberbia la vista sobre Siete Picos y la Mujer Muerta.

Para ir al Puerto de Navacerrada, escogí la opción más directa, siguiendo hasta el final por la pista de cemento.

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