El Yelmo (1.717)

ASCENSIÓN DESDE EL TRANCO

CHIMENEA NORTE (VÍA NORMAL)

El Yelmo es el risco más famoso de la Pedriza Anterior, especie de submacizo granítico adosado a la vertiente sur de la Cuerda Larga del Guadarrama. Tradicionalmente, se le ha considerado su punto culminante, hasta que se constató que el cercano risco de Los Fantasmas es diez metros más alto. Aun así, sigue siendo un peñasco notable: una enorme masa de granito anaranjado en la que podría esculpirse el Monasterio de El Escorial a tamaño natural. Es un paraíso de la adherencia: su cara sur es una inmensa llambria prácticamente sin un agarre, donde los escaladores pueden probar sus nervios. La norte es más empinada, pero las inclemencias han castigado la roca, tallando una superficie más rugosa y abriendo fisuras. Respecto a la Pedriza en conjunto, es un enorme amontonamiento de peñascos de gran tamaño; un laberinto de rocas en cuyos intersticios prosperan jaras, carrascas y pinares. Pese a estar recorrido por mil sendas, no es fácil a veces orientarse, pues, entre tanto canto y vegetación, la visibilidad suele estar limitada al entorno inmediato. El roquedo es muy característico; por su poco frecuente composición, presenta un color entre rosa y anaranjado y unas formas curvadas poco corrientes en el granito.

Tras aproximarnos al Yelmo por la vertiente sur de la Pedriza anterior, lo rodearemos para trepar por la chimenea que corta su cara norte, única vía relativamente fácil a la cumbre. De nuevo al pie del risco, bajaremos al noroeste hasta el cauce del Arroyo de la Dehesilla, cuyo curso seguiremos, y luego el del Manzanares, rodeando el macizo hasta volver al Tranco.

El Yelmo visto desde el nordeste

SITUACIÓN:

  • Zona: Cuerda Larga - Sierra de la Morcuera (Sistema Central)
  • Unidad: La Pedriza
  • Base de partida: Manzanares el Real (Madrid)

ACCESO: El Parquing El Tranco está 44 km al NO de Madrid, por Colmenar Viejo y Manzanares el Real. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen a ese punto en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 963 / 1.717
  • Mi tiempo efectivo: 3h14
  • Mi tiempo total: 4h17
  • Dificultades: PD-. Trepada de 50 m de altura y II-, poco expuesta, en el acceso a cumbre.
  • Track para descargar en Wikiloc

Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: En El Tranco, tomar la senda, señalizada como PR, que sube (N), por la Gran Cañada, a la Pradera del Yelmo. Girar a la derecha (NE) para rodear el gran peñasco, hasta las cercanías del Collado de la Vistilla. Volverse entonces a la izquierda (S) para enfrentar la cara norte del Yelmo. Ésta se supera por una evidente repisa diagonal que asciende a la izquierda (I+) y alcanza la base de una estrecha chimenea (II-), que sale a la cresta del risco un poco a la izquierda del vértice de El Yelmo (PD-).

Regresar al Collado de la Vistilla y bajar al otro lado, por empinada senda, a El Tolmo. Tomar allí una vereda que sale a la izquierda (SO) y va al Llano del Peluca. Girar a la derecha (NO) para cruzar el Arroyo de la Dehesilla y, al otro lado, tomar a la izquierda (SO) el GR10, conocido aquí como Autopista de la Pedriza. Al llegar cerca de Canto Cochino, pasando frente a unos barracones, dejar a la derecha el puente sobre el Manzanares y continuar recto (SE) en el cruce. Al poco, volvemos a la orilla izquierda del Arroyo de la Dehesilla y encontramos otra bifurcación. Girar a la derecha (S) para seguir el cauce del río, que ya no abandonaremos hasta El Tranco.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Muy hermosa excursión por la Pedriza, con ascensión a su risco más famoso. Además, creo que es la manera más lógica de ascender al Yelmo, aunque la tendencia es a salir de Canto Cochino: a mí, al menos, la opción del Tranco me lleva menos tiempo. La vía, pese a esa teórica dificultad, tiene tan poca exposición que puede ser acometida sin necesidad de asegurar, por cualquier persona con cierta seguridad y sin fobias. Lo mismo vale para la bajada. En la parte teóricamente más difícil, la primera mitad de la chimenea, el problema no es caerse: es pasar por un sitio tan estrecho.

Respecto a las sendas, en la Pedriza nunca son todo lo cómodas que se podría esperar; son habituales tramos muy empinados y sueltos o afloramientos rocosos que obligan no sólo a levantar pierna, sino incluso a ayudarse de las manos. Por eso, la bajada al Tolmo o algunas partes de la subida hasta la Gran Cañada pueden resultar más penosas, especialmente para niños, que la propia trepada al Yelmo.

RELATO GRÁFICO:

En el aparcamiento del Tranco, hay un restaurante: Casa Julián. El callejón que lo separa de la finca de la derecha está marcado con señales de PR. Por allí comenzamos a caminar, rodeando luego el edificio por arriba y...

... yendo a salir al arranque de una senda, muy clara. Por ella fuimos ascendiendo por la ladera meridional de la Pedriza, en unas diagonales que iban buscando el mejor paso entre peñascos y jaras.

Con una subida tan cómoda, pronto ganamos altura y empezamos a ver el Embalse de Santillana, con Cabeza Illescas al fondo, a través del boquete de la Garganta del Tranco.

Al otro lado, veíamos sobre nosotros canchos pedriceros típicos, como el característico coronamiento del Risco de Tres Puntas.

Delante, el prominente canto del Reloj marcaba la situación de la Gran Cañada, hacia donde nos dirigíamos. El camino alternaba tramos de pasillo estrecho en el jaral con...

... otros en que había que superar modestos afloramientos rocosos sin dificultad.

A nuestra espalda, podíamos ver la Maliciosa culminando la Cuerda de los Porrones, al superar un pasaje estrecho y empinado, del cual...

... nos encontramos en el extremo occidental de la Gran Cañada, amplio rellano herboso donde se cruzan varias sendas. Tomamos la que se dirige a la izquierda (NO) para...

... continuar superando la ladera. Enseguida, pasamos junto a una fuente con caño.

Volviéndonos, disfrutábamos de un soberbio panorama de Cabeza Illescas y la Sierra del Hoyo de Manzanares más allá de la Gran Cañada.

El caminillo seguía llevándonos por un trazado sinuoso que permite superar esta caótica vertiente con una sorprendente comodidad.

Tras pasar el Collado de la Encina, apareció el Yelmo, culminación de la Pedriza Anterior. Al pie del mismo, giramos ligeramente a la derecha (NE) para...

... rodearlo por su base, a través de un pasillo de pradera.

A nuestra izquierda, los ojos se llenaban de roca al contemplar la inmensa cara sur del gran peñasco, mientras que...

... a la derecha, se dibujaban contra el cielo las siluetas peñas  de formas curiosas.

Al dejar atrás el Rompeolas, especie de península más modesta del Yelmo, giramos a la izquierda (NO), en una bifurcación para entrar en un amplio pasillo de matorral que asciende hacia la base de la cara norte.

Pronto apareció un corte en el reborde rocoso que teníamos a nuestra derecha: el Collado de la Vistilla, referencia para la ascensión, pues...

... justo frente a él se desarrollará la trepada a la cumbre. Pese al aspecto imponente de la pared, ésta se supera bastante fácilmente, aprovechando...

... primeramente una repisa diagonal y, cuando ésta acaba, una angosta chimenea que sale a la cresta del risco pocos metros a la izquierda del hito. En total, 90 m de desnivel. Pero vayamos por partes. Tras acercarnos a la base del característico contrafuerte que parte en dos la cara norte,...

... tomamos a la izquierda una estrecha repisa, empinada por momentos pero con muy buenos y abundantes apoyos (I+), por la que superamos los primeros 40 m de pared.

Salimos a una terraza inclinada, sobre la cual, unos 20 m más arriba, vimos una estrecha chimenea, paso clave de la ascensión. Por ésta se superan otros 15 m, pero...

... sólo la primera mitad es empinada y tiene cierta dificultad (II-), aunque es tan angosta que la exposición es mínima: hay mucho más riesgo de quedarse encajado que de caer. Es más; no conozco a nadie que haya pasado por aquí con mochila, que, si se lleva, suele ser colgando o empujando, según los gustos.

La segunda parte es un pasillo de pendiente ligera, lleno de bloques, incluido uno empotrado que forma una verdadera gatera. Ya no hay dificultad, excepto...

... para los claustrofóbicos.

Finalmente, salimos a la cresta del Yelmo, presentándose a nuestros ojos el Embalse de Santillana.

Ya sólo nos quedó girar a la derecha (O) y superar un lomo de roca, más allá del cual apareció enseguida el hito cimero sobre un bloque que superamos ayudándonos de las manos (I).

Las vistas desde el Yelmo son amplias en todas direcciones, destacando al sureste la gran lámina azul del embalse, con el fondo del Pie de Monte madrileño.

Volviendo la vista a la derecha, más allá de la Maliciosa y su Cuerda de los Porrones, el horizonte se quebraba en la de Cuelgamuros.

Al norte, el Circo de la Pedriza, verde y anaranjada al sol, ascendía en sucesivos niveles hacia una sombría Cuerda Larga. Precisamente, las nubes que cubrían las Cabezas empezaron a echarse encima y hasta nos cayeron unas gotitas de agua. Y decidimos emprender el regreso, que comenzamos...

... volviendo sobre nuestros pasos al Collado de la Vistilla.

Atravesamos la horcada y descendimos por su vertiente noroccidental, siguiendo una senda pedregosa y suelta, a través de una empinadísima bajo...

... el La Maza. Este risco es uno de los más espectaculares de la Pedriza y por su gran extraplomo norte ha sido terreno de hermosas escaladas artificiales. Aunque, a la vista de la grieta abierta al otro lado, casi da reparo pasar por debajo.

Tras esa primera parte incómoda del descenso,...

... éste se dulcificó y pudimos disfrutar de la vista de la Pedriza Posterior desplegada ante nuestros ojos.

A la vista ya del final de la bajada, encontramos otro tramo rocoso y empinado, donde los hitos ayudaban a localizar los pasos mejores.

Así llegamos al pie del Tolmo, donde tomamos una senda, más ancha y marcada como GR, que sale a la izquierda (SO) y...

... baja suavemente por la vertiente izquierda del Arroyo de la Dehesilla, entre zonas de matorral y pinos.

En los tramos despejados, veíamos a nuestra derecha, entre otros muchos riscos, algunos de los más conspicuos de la Pedriza: las Torres y el Pájaro.

En el Llano del Peluca, amplio claro despejado junto al Refugio Giner y dominado por el Cancho de los Muertos, giramos a la derecha (NO) para cruzar el riachuelo y...

... tomar al otro lado, a la izquierda (SO), el magnífico camino conocido como Autopista de la Pedriza, por el proseguimos el descenso del Arroyo de la Dehesilla, aunque ahora por su orilla derecha.

De vez en cuando, las ramas de los pinos se abrían en huecos, dejando ver los riscos que nos dominaban, como esta Peña Sirio.

El camino desembocó en la confluencia entre el Arroyo de la Dehesilla y un juvenil Río Manzanares. Dejando de lado el puente que cruza este último, frente al acceso a Los Barracones, continuamos recto (SE) en una bifurcación. 

Salimos enseguida a un prado frente al cancho de la Tortuga, que atravesamos y cruzamos un puente sobre el Arroyo de la Dehesilla.

De vuelta en la orilla izquierda, nos encontramos en un cruce, donde giramos a la derecha (S) para...

... seguir el bullicioso caudal en su descenso.

El ya convertido en Río Manzanares atraviesa la Garganta del Tranco en su camino hacia el pueblo homónimo. 

Según nos acercábamos, al Tranco, fuimos encontrando cada vez con más paseantes. El final de la excursión se anunció cuando la senda se convirtió en acera empedrada.

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