Pico del Rayo (1.427)

ASCENSIÓN DESDE SEDILES

POR LOS LOMOS DEL CASTILLEJO Y EL CATALÁN

El Pico del Rayo culmina la Sierra de Vicor que, sin ser la más alta, es quizá la más nombrada del tramo zaragozano de la Ibérica, dejando aparte al Moncayo, que ése ya es de otra categoría. Su gran prominencia junto a la circunstancia de elevarse dominando la confluencia de los ríos Jalón y Jiloca, junto a Calatayud, deben de tener mucho que ver con ello. Unas amplias vistas hacia las sierras de este tramo central del brazo norte de la cordillera y una densa y variada vegetación, incluyendo frondosos pinares y zonas de colorido matorral son los principales atractivos de este monte.

La ruta consiste en recorrer la cresta del Pico del Rayo en dirección SE – NO, accediendo y dejando la cuerda por sendos lomos que caen al suroeste hasta cerca del pueblo de Sediles.

Vertiente nororiental del Pico del Rayo

SITUACIÓN:

  • Zona: Sierras de la Virgen - Vicor - Algairén (Cordillera Ibérica)
  • Unidad: Sierra de Vicor
  • Base de partida: Sediles (Zaragoza)

ACCESO: Sediles está 81 km al SO de Zaragoza, por La Almunia de Doña Godina y Torres. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 730 / 1.427
  • Mi tiempo efectivo: 3h17
  • Mi tiempo total: 4h18
  • Dificultades: Muy fácil. Corto tramo escabroso a través de crestones de roca. El resto transcurre por caminos o terreno cómodo e indudable.
  • Track para descargar en Wikiloc

Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Salir de Sediles por la pista que se dirige al este y, pasando por la Paridera La Roldana, asciende suavemente hacia la sierra. Al desembocar en otro carril que recorre horizontalmente la ladera, tomarlo a la derecha (SE), para ganar el collado del Cerro del Castillejo, que queda muy cerca a la derecha (O) y merece la pena visitar como buen mirador. De vuelta en la horcada, continuar (NE) ascendiendo por el lomo, siguiendo una senda buen marcada, la cual acaba derivando a la izquierda para alcanzar la divisoria de la sierra en el collado sur del Pico del Rayo. Tomar el cordal a la izquierda (N) para culminar el Pico del Rayo.

Continuar al NO, siguiendo una pista que recorre el cordal, hasta el collado sur de la Nevera, donde se bifurca. Seguir por la izquierda (O) hasta dar con un carril horizontal; girar a la izquierda (NO) y recorrerlo hasta el siguiente lomo. Dejar entonces el camino y bajar (SO) por el mismo hasta dar con la cota (1.067) nombrada como Catalán. Una senda atraviesa la loma por allí; tomarla a la izquierda (S) y seguirla hasta un cruce de pistas. Continuar de frente (SO) y, en la siguiente bifurcación, ya a la vista del pueblo, girar a la izquierda (E) para regresar, tras cruzar el Barranco de Valdesediles a Sediles.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Caminata de buena longitud, muy llevadera al no incluir tramos empinados y transcurrir la mayor parte por buenos caminos. Por otra parte, es una ruta variada, muy bonita y menos transitada que las que salen de Inogés o Aluenda.

El rocoso e incómodo inicio de la bajada por el lomo posiblemente pueda evitarse por la senda que encontramos más abajo y que de algún sitio ha de salir; supongo que de la rama superior de la pista horizontal, por donde llegamos. Algo parecido puede decirse del acceso al collado sur del Pico del Rayo: si hubiéramos seguido por la senda que nos llevó al pie del mismo desde el Castillejo, posiblemente hubiéramos llegado a la horcada.

RELATO GRÁFICO:

Tras aparcar, continuamos caminando por la misma calle (La Jota) por la que habíamos entrado en Sediles, hasta llegar a la Plaza de Era Somera. Allí, giramos ligeramente a la izquierda (E) para dejar el pueblo por la Calle Sierra Vicor. Ésta se prolonga por pista de tierra que, enseguida, se bifurca ante un crucero. Por el ramal izquierdo volveríamos al pueblo; de momento, tomamos el derecho (SE) para...

... ir ascendiendo en suave diagonal por una ladera, mientras veíamos ya la cresta de la Sierra de Vicor, de la Nevera, con sus antenas, al Castillejo. En medio, el pico del Rayo aparecía modesto, pese a ser la cumbre. Ganando altura gradualmente, fuimos dejando de lado algunos desvíos y la pista principal...

... acabó por dejarnos en lo alto de una loma, por la cual continuamos subiendo. Pronto, al volvernos, podíamos ver cómo quedaban atrás el pueblo y el valle del Jiloca, al tiempo que se descubría más lejos un ondulado paisaje de lomas áridas.

Frente a nosotros, se alzaba la sierra oscura, fondo adusto al luminoso entorno que nos rodeaba.

Al rato, pasamos junto a las ruinas de la Paridera de la Roldana, ya a los pies de las laderas boscosas. Hay allí una bifurcación y tomamos por la derecha (NE) para continuar encaramas a la loma.

Al parar brevemente, nos dimos cuenta de que, en el horizonte meridional habían aparecido unas crestas: las sierras de Santa Cruz y Pardos.

El camino pasó a atravesar un hermoso pinar, entre cuyas copas asomaba de vez en cuando el Pico del Rayo, ya que de éste se desprende el lomo que íbamos siguiendo.

A nuestra izquierda, al otro lado de un barranco, se alzaba un pico modesto, marcado por ser el único que muestra algo de roca. Es el Cerro del Castillejo y al collado que se veía a su izquierda nos íbamos a dirigir.

Para ello, al desembocar en un carril que recorre la ladera horizontalmente, giramos a la derecha (SE), tras lo cual contorneamos el Barranco del Guarrillo y...

... alcanzamos la Loma de los Castillejos en la horcada que antes veíamos. A la derecha (O), teníamos la modesta prominencia del Cerro, que se alcanza dejando el camino por ese lado y siguiendo la loma durante cinco minutos de caminar por prado pedregoso. Y merece la pena, pues es un mirador fantástico hacia el arco sur de la sierra, mejor incluso que la cresta, por... 

... su situación destacada que permite, por ejemplo, tener una buena perspectiva de la continuación de la cordillera al sureste, por la Sierra del Espigar.

Al sur, corre el valle del Jiloca y se ve, mejor que antes, toda la cresta de la Sierra de Santa Cruz, en la que se distinguen el pico homónimo y la Almenara Alta, sus dos cumbres más destacadas.

Bajando la mirada, la caída de la Sierra de Vicor hacia el llano con las estribaciones de la Sierra de Pardos al fondo a la izquierda y Sediles a la derecha.

Continuando con la vuelta, se ve el boqueta del Jalón y, al otro lado, la Sierra de la Virgen y un Moncayo que asoma tímidamente sobre la loma por la que, por cierto, bajaríamos más tarde, la cual...

... cae de la Nevera, que se elevaba sobre nosotros a la izquierda del Pico del Rayo. Al otro lado de la cumbre, hay una cota (1.397) anónima; en ella pensábamos alcanzar la cresta,...

... siguiendo la suave Loma de los Castillejos. Para ello, regresamos al collado pero, en vez de seguir directamente por el lomo,...

... retomamos la pista a la derecha (SE) y, tras dejar de lado un desvío a la izquierda, giramos a ese lado (NE) cuando el carril cambia de vertiente (poste), dejándolo...

... por una clara senda, balizada con hitos, que asciende por el lomo, buscando el buen paso entre matorrales y peñascos.

Al ganar altura, la vista se fue ampliando a nuestra espalada, incluyendo en primer término una bonita perspectiva del Cerro del Castillejo.

La subida se desarrollaba llevando a nuestra derecha la Sierra del Espigar, tras la que se iban desvelando las crestas de la Modorra e, incluso, de la más lejana de Cucalón y, al otro...

... lado, la cumbre del Pico del Rayo, cada vez más cercana.

En un momento dado, la senda nos desvió hacia ese lado, el flanco oeste de la loma, para dirigirse, al parecer, al collado sur del pico. Como no teníamos demasiado interés en pisar la cota anónima, seguimos el caminillo que, aunque estrecho y tenue a veces, debió de tener cierta importancia, pues encontramos un par de sitios en que había sido reforzado con obra de contención.

Pero la senda tampoco parecía desembocar en el collado, sino que comenzó a derivar a la izquierda con la ladera manteniendo cota bajo el mismo. Entonces, la dejamos por la derecha (NE), ascendiendo entre los pinos, directamente hacia la horcada. A punto de llegar a la misma, cruzamos una senda que subía en diagonal hacia la cresta y que puede ser la misma, que gire más adelante de donde la abandonamos, aunque lógicamente no puedo asegurarlo con absoluta certeza.

En todo caso, alcanzamos la cresta de la sierra en el collado sur del Pico del Rayo y se nos presentó ante los ojos la vecina Sierra de Algairén.

La cumbre nos dominaba a la izquierda (N) y hacia ella nos dirigimos, caminando sobre el cordal amplio y suave, poblado de hierba y de pendiente moderada, en la que...

... se dibujaba a veces una traza de paso. Llegando a la cima, podíamos ver la cresta oriental sobre el valle del Río Grío. Al otro lado, la Sierra de...

... Algairén mostraba sus dos brazos y el Pico de Valdemadera, con sus antenas, su máxima altitud y cima de renombre a nivel local.

En dirección opuesta, al suroeste, una llanura ondulada monótona, aún más por lo brumoso de la atmósfera, rodeaba la confluencia del Jalón y Jiloca.

Al noroeste, el Moncayo quedaba tapado por la cresta de la propia sierra. Además, la atmósfera, ya digo, estaba turbia; desde aquí, en días claros de invierno, debe de verse más de la Ibérica e incluso distinguir (desde la Sierra de Algairén es así), las nieves en el Pirineo. En fin, iniciamos el regreso dirigiéndonos a ese lado, hacia la Nevera, caminando por...

... el carril que recorre la cuerda. Tras una breve e intensa bajada,...

... llaneamos entre pinos, viendo ante nosotros la más cercana de las antenas que plagan esta parte de la sierra.

Según llegamos a la instalación, encontramos un desvío (poste) que baja a la izquierda (O) y lo tomamos para...

... perder parsimoniosamente altura, trazando largas diagonales a través del pinar. Este relajado y monótono tramo acabó cuando...

... llegamos a una pista que recorre horizontal la ladera, al tiempo que salimos del bosque. Se trata de la rama superior de aquella por la que habíamos alcanzado la Loma de los Castillejos, que divisábamos al fondo. La tomamos a la derecha (NO) y...

... atravesamos a continuación la cuenca de Valdesediles. Al trasponer el siguiente contrafuerte,...

... dejamos el carril por la izquierda (SO), allí donde precisamente se abre un hueco en los arbustos que lo flanquean, para...

... descender por lo alto del lomo. Éste se presenta al principio suave, amplio y herboso y, aunque no había senda ni rastro de ella, no la echamos de menos. Sin embargo, a partir de una primera prominencia,...

... el terreno se empinó y se tornó rocoso, apareciendo además Sediles al pie de la loma.

En este tramo, hubimos de trasponer una serie de afloramientos rocosos, en forma de estratos transversales, que, sin llegar a suponer un obstáculo, nos obligaron a caminar con atención e, incluso, ayudarnos de las manos en alguna ocasión.

Eso sí, el panorama era bonito, con el la Sierra de la Virgen y el Moncayo a un lado y...

... el Pico del Rayo y la Loma de los Castillejos al otro.

Tras el tramo rocoso, caminamos de nuevo por un lomo ancho y suave, serpenteando entre la densa vegetación de pinos y carrascas en busca del paso más despejado. Así, cerca de alcanzar la cota 1.100, pasando por el flanco occidental (derecho de bajada) de la loma, entrevimos algo más abajo un camino horizontal y bajamos hacia él.

El trazo es claro y cómodo y lo tomamos a la izquierda (S), con la idea de que nos volviera a sacar al lomo, lo que...

... sucedió justo al pie de una cota (1.067) marcada en el mapa junto al topónimo Catalán. Pensando que fuera un buen mirador, nos encaramamos a la misma y...

... admiramos una bonita vista de la cresta de la sierra, que definía buena parte de la ruta: Loma de los Castillejos, Pico del Rayo y la loma por donde estábamos bajando. La senda atravesaba el rellano en que se asienta esta mínima prominencia y pensamos (no lo puedo asegurar tampoco) que es posible que salga de la misma pista horizontal que llevábamos pero más al oeste de donde la dejamos; es sólo una posibilidad pero permitiría ahorrarse el tramo incómodo de los crestones. En fin, que volvimos al caminillo y lo tomamos a la derecha (S), continuando...

... el descenso, muy cómodo y gradual entre variada vegetación.

Al salir de entre la misma, nos encontramos una pista horizontal (rama inferior de la ya conocida) a nuestra izquierda. Pero no nos dirigimos a ella sino que seguimos la senda, cambiando brevemente de vertiente para alcanzar el carril precisamente en un cruce. Continuamos recto (SO), volviendo a caminar entre pinos mientras seguíamos la loma en su descenso.

Al salir de nuevo a terreno despejado, topamos con una bifurcación y tomamos el ramal izquierdo (SO), menos marcado para continuar lomo abajo hacia Sediles.

Ahí merece la pena volverse una vez más a contemplar este tramo de la Sierra de Vicor desde la mejor perspectiva que vimos a lo largo del día.

Ya casi al nivel del pueblo, que se levantaba al otro lado del Barranco de Valdesediles, desembocamos en una pista horizontal. La tomamos a la izquierda (E), dirección que...

... parecía un poco ilógica, pues nos dirigía de nuevo hacia la sierra. Pero es el camino adecuado: poco después, giramos a la derecha para cruzar el barranco y, una vez...

... al otro lado, continuar por la derecha (SO) en un cruce y llegar en pocos minutos de vuelta a Sediles. Concretamente, cerramos el círculo en aquella bifurcación junto al crucero a la salida del pueblo.

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