Croquis
de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH
COMENTARIOS: Dado que toda
la dificultad se concentra en la superación del resalte previo a la Punta de
las Puertas, la misma ruta se hace fácil realizada en sentido contrario y bajándolo
en rápel; no había anclajes fijos, pero si buenos cantos para las cintas. La verdad
es que yo no sabía de la existencia de ese escalón; si no, al menos hubiera
dudado si cambiar el sentido. Aunque, en mi caso, entre cargar con la cuerda y
trepar un III, la decisión va a ir hacia el mínimo esfuerzo. Pero no todo el
mundo tiene que tener la misma seguridad. Respecto a una eventual protección
del paso para escalarlo, aunque se metiera algo en la fisura que corta el
resalte, con lo corto que es, no creo que le sirviera de mucho al primero. Y,
puestos a cargar material por un paso de 6 metros, creo que, quien no se vea
capaz de superar ese III grado suelto con seguridad, es mejor que se plantee la
ruta en sentido contrario.
Sea como sea,
para quienes se decidan, el recorrido es muy bello y variado, conjugando en una
sola jornada el paso por bosque, cascadas, prados, lagos y una arista de vistas
superlativas. Una actividad preciosa, al precio de un desnivel considerable,
pero no terrible, y la superación de una cierta dificultad (insisto, evitable
si se hace en sentido contrario).
RELATO GRÁFICO:
La zona
de acampada de Pineta todavía estaba en sombra cuando comencé a caminar,
cruzándola al noroeste, en busca del...
...
sendero balizado que sube a las Cascadas y Llanos de La Larri. El camino me
llevó a remontar el curso del Cinca por su orilla derecha, alternado zonas
despejadas y boscosas. Tras pasar frente al parador y...
... por
varias bifurcaciones convenientemente señalizadas, crucé el río bajo las
paredes de Esparets y giré a la derecha (N) para...
...
acometer la remontada de las Cascadas de La Larri. La senda era empinadísima
pero estaba muy acondicionada, con peldaños y barandillas que hicieron cómoda la
subida. Con el agua tonante siempre a mi derecha, avanzaba a través de un
oscuro túnel vegetal, del que...
... salía
para encontrarme con el espectáculo formidable del agua cayendo en furiosos
saltos.
Al rato, llegué
a una pista forestal, que tomé a la derecha (O). Por ella continué ganando
altura, ahora suavemente, en amplias lazadas.
Las
paredes bajo las Sucas, al otro lado de Pineta, se iban mostrando en toda su
magnitud.
La pista
acabó llevándome hasta la boca de un valle colgado bajo los picos de Pineta,
Forcarral y Blanco.
Se
trataba de los Llanos de La Larri, un extenso rellano herboso bajo altas
vertientes. Allí acabó el carril y continué mi camino por unos trazos
claramente dibujados en el pasto que se dirigían al fondo del cóncavo.
Desde
allí, es hermosa la vista sobre este gran prado de altura con el fondo de Monte
Perdido y alguno de sus satélites, y peculiar por el fuerte contraste entre la
roca y la nieve de las cimas y el entorno cercano, tan verde y amable.
El trazo
que me había conducido allí se definió hasta transformarse en una verdadera senda
al iniciar la remontada de la cabecera, empinada vertiente de hierba y roca. La
subida transcurre llevando a la izquierda...
... el
cauce del Barranco de La Larri, que se veía espectacular bajo el Pic Blanc
abrupto y espectacular.
Por otro
lado, no presenta obstáculos y es más cómoda de lo esperable, por el buen
trazado de la senda. Sólo en un par de ocasiones se presenta algún paso
escabroso. Por otro lado, pasé alguna bifurcación, donde no hay más que elegir
el ramal que sube.
De vez en
cuando, me volvía a contemplar el cada vez más espectacular aspecto de las Tres
Sorores más allá de La Larri.
Al rato,
el terreno se fue tendiendo y empecé a ver sobre mí un lomo herboso. Al llegar
a él,...
... ante
la Peña Blanca, la senda lo traspuso y giró a la derecha para...
...
continuar remontando el Barranco de La Larri, que en este tramo corre de este a
oeste. Tras meterme por una vaguada secundaria,...
... salí
a un collado, donde encontré el primer nevero y fueron asomando la Robiñera y
el Chinipro.
Tenía mi
objetivo a la derecha y podía haberme dirigido a la cumbre por los neveros que
cubren esta vertiente. Pero, como mi propósito era recorrer la cresta,
continué...
...
siguiendo el sendero, que me conducía hacia la Robiñera.
Pasando
bajo el Chinipro, observé palas fáciles que parecían conducir a la cumbre.
Al pasar
un lomo, vi ya el Collado de las Puertas bajo la Robiñera.
También
se descubrió, a mi izquierda, la Munia y sus ibones.
Sin
llegar a la horcada, dejé la ruta balizada, derivando a la derecha (SE) para
encaramarme a la arista oriental del Chinipro por donde mejor me pareció, a
través de una recia pendiente de nieve y guijarros.
En el filo,
apareció en el horizonte el Cotiella más allá de la Pala de Montinier.
La perspectiva de La Munia sobre sus lagos
había mejorado ya, con los pocos metros ganados.
Comencé
el cresteo, remontando la arista empinada, cubierta de pedruscos sueltos pero
razonablemente estables y de ancho suficiente para caminar por ella.
Durante
la subida, observé que el Vignemale aparecía, a través del Puerto Viejo,
bellamente enmarcado. Así de apacible transcurría esta parte de la ascensión
cuando,...
...
llegando a los 2.700 m de altitud, me encontré ante un resalte vertical de ocho
metros de altura. Intenté bordearlo por ambos lados pero no encontré una
alternativa mejor que superarlo directamente. Al menos, la roca es excelente y
los apoyos, si bien no abundan y son pequeños, resultan suficientes para que el
paso no presente gran dificultad (III). En todo caso, si se decide asegurar el
paso, una fisura permitiría emplazar un punto intermedio y...
...
arriba hay buenos emplazamientos de reunión. Precisamente, encontré un par de
anillos de cuerda que atestiguan que por aquí se ha bajado rapelando. Esa es
otra opción: el único obstáculo serio de toda la ruta es éste y, si se hace en
sentido contrario y se rapela este escalón, desaparece prácticamente toda
dificultad técnica. Por cierto, que la vista sobre el Collado de las Puertas,
180 m más abajo, tenía su aquél.
Sigue
luego un empinado lomo rocoso que culmina en la Punta de las Puertas.
A partir
de ese pico secundario, donde es magnífica ya la vista hacia la Munia y la
Robiñera,...
... la
arista se suaviza hasta la cima del Chinipro, que me recibió con el fondo espectacular que formaban Monte Perdido y Vignemale. Me impresionó descubrir repentinamente ese panorama al culminar la Punta de las Puertas. Una vez recorrida esta breve
cresta, al hacer cumbre...
... se
abrió a mis pies el gran surco del Barranco de La Larri, bajo las crestas del
Tormacal. Más allá, el horizonte se quebraba en el Vignemale y las montañas que
encierran del Valle de Lutour. A la derecha,...
... destacaba el inmenso paredón calizo de la peña Blanca. Luego,
siguiendo con el giro,...
... la
Munia y la Robiñera;...
... los
macizos de Bachimala, Posets y Culfreda más allá del Valle de Parzán;...
... la
cresta sur del Valle de Pineta sobre la verde Sierra de Espierba, por donde
bajaría, y, pasando el Collado de Añisclo,...
... las
Tres Sorores, cuya vertiente quedaba oculta por la antecima oeste del Chinipro.
Precisamente por ella comencé el descenso. Para alcanzarla recorrí un breve y
suave tramo de arista apenas combada en un pequeño collado.
Desde esa
punta, pude apreciar la profundidad del hoyo de Pineta, con el escalón intermedio de los
Llanos de La Larri.
Continué
bajando al suroeste, por un lomo pedregoso con alguna placa,...
...
empinado y un tanto incómodo. En el cascajo se fue dibujando una traza cuando
perdió pendiente.
Ante una
pequeña prominencia, hacia los 2.600 m de altitud, unos hitos me indicaron
derivar a la derecha para evitarla por su vertiente occidental.
El
flanqueo resultó cómodo, pues precisamente lo abrupto del terreno ha debido
obligar el paso y el trazo se transformó en una senda bien marcada y pisada.
Por ella volví a la arista en una collada herbosa junto al hombro nombrado
Sobrestivo en el mapa.
Del mismo
caen dos lomos y seguí por el de la izquierda (SE), amplio, herboso y de
moderada pendiente.
Aunque la
senda entra a veces en la vertiente izquierda, va siempre siguiendo el lomo,
que iba a morir al pie del Comodoto.
Al tomar
distancia podía contemplar con perspectiva el Chinipro; especialmente, la
arista de la bajada.
La senda
me condujo a un collado al pie del Pico Petramula, donde se cruzan varias
sendas. Tomé a la izquierda (SO)...
... un
trazo no muy definido. Tras atravesar un pequeño rellano, lo dejé por la izquierda (S) y...
... me
dejé caer por una vaguada hasta una terraza que veía más abajo, frente a las
Sucas. Era la Plana Fonda, donde me encontré con el GR.11 y lo tomé a la derecha (NO), para regresar por él hasta el Valle de Pineta.
Pero aún quedaba camino. En
primer lugar, recorrí este prado hasta su collada occidental, a la cual...
... llega
desde el oeste una pista que sube desde Espierba. Pero las marcas me llevaron a
dejarla de lado, bajando por senda a la izquierda (O), a través de suaves
praderas enfrentadas a las bravas crestas de Pineta y...
...
dominadas por el Chinipro.
Bordeando
la montaña por el rellano de La Estiva, la vista era espectacular hacia las
Tres Sorores y...
... las
Sucas, al otro lado del Valle de Pineta.
La
terraza me dejó ante el Barranco de la Ribereta, frente al Pic Blanc. Tras
descender al fondo del mismo, la senda me llevó llaneando de nuevo a doblar el
espolón del opuesto, entrando en...
... la
vertiente de La Larri. Poco después entré en un bosquecillo de pinos y...
... la
senda volvió a lanzarse a una bajada directa y empinada que me dejó en el
Refugio de La Larri.
Allí
retomé la pista por donde esa mañana había llegado de Pineta pero la dejé
enseguida, siguiendo las marcas rojiblancas, que me condujeron a la derecha
(S), por...
... una
senda que se introduce en la densa vegetación y que desciende al valle más
directamente y, además,...
... a la
sombra de un hermoso arbolado con predominio de hayas. De hecho, corté varias
veces la pista durante esta bajada.
El
descenso me dejó, cerca del parador, en la carretera del valle, la cual tomé a
la izquierda (SE) para cubrir los pocos metros que me separaban de la zona de
acampada de Pineta.
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