Monturull (2.761)

ASCENSIÓN DESDE ESCALDES

CON EL PIC DE LA TRUITA (2.752), POR PERAFITA Y PORT NEGRE

El Monturull se sitúa en el extremo oeste del cordal que separa Andorra de la Cerdaña entre los valles del Valira y La Llosa. Es una montaña de formas suaves, con culminaciones formadas por lomos pedregosos, que se eleva muchos metros sobre los valles. Sus laderas son muy húmedas, con bosques umbríos en las partes bajas y prados en las superiores, que alojan además abundantes laguitos. Los panoramas abiertos y una naturaleza hermosa y amable son sus principales atractivos.

Saliendo de la localidad andorrana de Escaldes, prácticamente un barrio de Andorra La Vella, se trata de comenzar remontando el valle del Riu Madriu, para seguir por su afluente el Perafita hasta llegar al puerto homónimo. Allí, se toma la cuerda para visitar sucesivamente los picos de Perafita o la Truita y el Monturull. Tras prolongar el cresteo hasta el Port Negre, regresaremos por la cuenca tributaria de Claror al Río Perafita y a Escaldes.

Picos de Monturull y la Truita, vistos desde el noreste

SITUACIÓN:

  • Zona: Cerdaña (Pirineos)
  • Unidad: La Llosa
  • Base de partida: Escaldes (Andorra)

ACCESO: El inicio del itinerario excursionista “Vall del Madriu, Claror i Perafita” está 150 km al NE de Lérida, por Balaguer, Oliana, la Seu d’Urgell y Escaldes. Hay buen sitio para aparcar junto al matadero, situado sobre la misma carretera, unos 200 m al NO. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.235 / 2.761
  • Mi tiempo efectivo: 7h35
  • Mi tiempo total: 9h29
  • Dificultades: F. Dos trepadas cortas, fáciles (I) y de poca exposición en la subida al Monturull. El resto consiste en caminar por senda o terreno cómodo.
  • Track para descargar en Wikiloc

Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Dejar Escaldes por el camino balizado que remonta el Riu Madriu. En las Bordas d'Entremesaigües, girar a la derecha (S) y tomar el GR-11.10, que va al Refugi de Perafita, siguiendo el siguiendo el río homónimo, y remonta a continuación la cuenca lacustre hasta el Port de Perafita. Continuar por la cuerda a la derecha (SO), pasando por el Pic de Perafita antes de coronar el Monturull.

Seguir el cresteo al O hasta el Port Negre. Tomar allí el camino que baja por la vaguada derecha (NO) y, dando un amplio rodeo por Basses Roges, pasa por el Refugi de Claror y el Estany de la Nou camino del Refugi de Perafita. Allí se cierra la ruta y sólo queda coger a la izquierda (NO) el GR-11.10 para regresar por él a Escaldes.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Excursión bastante larga y con algunas pendientes fuertes en el inicio, carece casi de dificultad. Ese par de pasos de I en la arista del Monturull son cortos y poco expuestos y no creo que supongan un verdadero obstáculo para nadie, con lo que el grado de la ruta queda en cierto modo exagerado. Por lo demás, poco que comentar; la mayor parte del tiempo se camina por sendas balizadas, no hay pasajes expuestos, etc. Una ascensión larga y bonita, a la vez que tranquila.

RELATO GRÁFICO:

Tras aparcar junto al matadero, caminé al sureste por la carretera, hasta el “Camí de la Muntanya”, que remonta el Riu Madriu. Se trata de un amplio camino empedrado y perfectamente indicado; lo tomé a la derecha (SE), siguiendo de momento las señales del GR-7.

Pronto me encontré caminando por un auténtico túnel vegetal, del que salí para cruzar el río y continuar el suave ascenso por la ribera derecha.

Poco después llegué a las Bordas de Entremesaigües, situadas donde confluyen los ríos Madriu y de Perafita y sale a la derecha (S) la senda que remonta este último. La tomé, pasando a seguir el GR-11.10 y las indicaciones a los refugios de Perafita y Claror.

Al volver a cruzar el río, pude ver por un momento las crestas que me dominaban pero, enseguida,...

... volvía caminar entre muros verdes. Esta senda del Río de Perafita es más estrecha que el Camino de la Montaña, pero igualmente clara y bien cómoda.

De vez en cuando, la vegetación se abría a mi derecha al acercarse la vereda al cauce, donde un juvenil torrente saltaba más que corría.

Piano, piano, fui ganando altitud, circunstancia visible por al clarear la vegetación.

Desde los tramos más abiertos, si me volvía, podía contemplar cómo el horizonte se iba llenando de montañas; concretamente, el cresterío que va de Coma Pedrosa, al Pic de Tristaina y en el que destacaba mucho el Pic del Pla de l’Estany.

El entorno ya era más de prado que de bosque cuando dejé de lado un desvío a la derecha que va a la cuenca de Claror que...

... podía ver bajo el Pic Negre d’Urgell si alzaba la vista en aquella dirección. Ese sería mi camino de regreso pero, de momento, continué recto, siguiendo el GR.

La luna persistía en el cielo matinal mientras seguía remontando el valle.

La senda me llevó a la vieja cabaña de Perafita, donde gira a la derecha (SE) para dirigirse al...

... moderno refugio del mismo nombre, abierto pero bien acondicionado y que encontré en un estado de conservación y limpieza más que razonable. Allí se encuentran varios itinerarios y un cartel ayuda a orientarse. Yo me mantuve, siguiendo siempre el GR 10-11, en la misma dirección (SE) para cruzar el...

... amplio rellano donde se asienta ambos refugios. Al cabo, una breve subida...

... me dejó junto a un estanque anónimo, que bordeé por la izquierda para remontar otro resalte, desde lo alto del cual...

... descubrí el más bajo de los Lagos de Perafita, que dejé a la derecha. Continué ganando altura, guiado por la senda a través de los prados, alternando rellanos...

... con cuestas más bien suaves. En lo alto de una de ellas, había un gran hito de piedras, que parecía invitar a contemplar lo ya ascendido y, más allá, el horizonte occidental, quebrado por una línea de montañas que va desde el Monteixo, destacado a la izquierda, al Pic del Estanyó, tras el que la cresta queda oculta por unas lomas cercanas, aunque aún medio se ve la cumbre del Cabaneta. En medio, destacaban especialmente Coma Pedrosa, la Pica de Estats (que parece estar en la misma cresta pero, en realidad, asoma por el Port Dret) y los picos de Tristaina y Font Blanca.

Ese panorama debe de ser la razón de la señal pues, desde ella al Puerto de Perafita aún quedaba una corta subida, ya muy tendida.

Al otro lado de esa horcada, nace el Riu del Molí, fuente principal del Aranser, bajo las alturas del Pic del Sirvent.

Giré a la derecha (SO) para remontar el ancho y herboso lomo que asciende suavemente hasta el Pic de Perafita.

A mi derecha, sobre el valle que había remontado para llegar allí, se extendía el fondo de montañas ya conocido, ahora con el Pic de la Cabaneta bien visible y ampliado hasta el Anrodat.

Al otro lado, mejoraba la perspectiva sobre el vallecito del Molí, descubriéndose uno de los Estanys de la Pera. Al fondo, apenas se distinguían como sombras borrosas la Tossa d’Alp y el Moixeró.

Mirando atrás, más allá del Puerto de Perafita, el cordal se prolongaba por el Pic del Setut hasta el de la Colilla, que tapaba cumbres de más porte.

Al coronar el Pic de Perafita, descubrí, ya cercana, la cumbre del jornada: el Monturull que, a la derecha, proyectaba un lomo casi horizontal, hasta el Pic Negre d’Urgell; por ahí comenzaría la bajada.

Tras descender del Perafita por su ancha arista suroeste,...

... atravesé el Coll de Claror y emprendí la subida final al Monturull. La mayor parte de la misma, transcurrió por terreno más bien suave, herboso y pedregoso, y recorrido por una traza que hacía aún más cómoda la remontada.

Así, me iba recreando los ojos con las vistas. A la izquierda, en la cresta que se prolonga hacia La Llosa, veía ahora también el Tossal Bovinar.

Al otro lado, podía ver ahora, árida y rojiza, la cabecera de Claror.

Pasada la mitad de la subida, me encontré una afloramiento rocoso, en forma de placa escalonada, bastante inclinada, que superé gateando (I).

Luego, tras otro tramo caminando, llegué ante un segundo resalte, más empinado pero lleno también de agarres (I). Como en el anterior paso, alguien se había entretenido marcado con un punto rojo el sitio más fácil para superarlos.

Y ya no me quedó sino caminar, por terreno mayormente romo y herboso, cada vez más tendido, hasta descubrir el hito cimero del Monturull. Más allá, la cresta del Cadí era una línea borrosa.

Al noroeste, se abría el impresionante circo cabecero de Claror, abrazado por las sierras de Port Negre y Mitjana. Entre las montañas del fondo, seguía destacando sobre todo, pese a ser la más lejana,...

... la Pica de Estats. Forzando el zoom de la cámara, se llegan a individualizar, a sus lados, el Sotllo y el Montcalm.

Al noreste, sobre la cuenca de La Pera, el Pic de la Colilla y el Tossal Bovinar no dejaban ver más allá.

Al sur se proyectaban las sierras Airosa y de la Muria, hacia una borrosa Cerdanya. Entre la bruma y el ligero contraluz, el panorama quedaba bastante estropeado en esa dirección.

Una cosa parecida pasaba al suroeste, donde apenas llegaba a distinguirse el fondo del gran valle.

En fin, tras un buen rato en cumbre, emprendí la bajada por la Serra de Port Negre, amplio lomo pedregoso, formado por un cascajo rojizo muy cómodo para caminar, que el Monturull proyecta al noroeste.

Al alejarme de la cima y tomar perspectiva, pude disfrutar de este hermoso cuadro: la Serra del Sirvent, enmarcada por el Pic de Perafita y el Monturull.

La última “cima” del día era el modestísimo Pic Negre d’Urgell, la subida al cual llegando del Monturull es casi imperceptible.

Merece la pena visitarlo, primero porque pilla de paso pero, además, porque aquí el cordal se curva, destacándose una punta que es un estupendo mirador, tanto al suroeste, para ver la cresta recorrido, como...

... al norte, donde cae el verde vallecito de Perafita, bajo...

... el amplio rellano superior de Claror. Hacia allí iba a ir y distinguía ya incluso el trazo en el cascajo negro de la senda que me habría de guiar. Para tomarla,...

... giré a la izquierda (O) con el cordal, para bajar por una empinada pendiente de grava al Port Negre. Sin llegar a alcanzar la horcada, giré a la derecha (NO) y...

... me deslicé por el cascajo hacia el extremo del camino que había visto antes, el cual se dirige a un rellano verde, atravesando la ladera del Clot de Port Negre...

... en diagonal, perdiendo altura muy poco a poco. Desde allí, el Pic Negre d’Urgell parece otra cosa.

En el rellano, la senda me llevó a rodear por la izquierda la cota 2.476. Al pie de la misma,...

... me fijé en la bonita perspectiva que forman las aristas paralelas del Pic de Perafita y el Negre d’Urgell.

A continuación, entré en una suave vaguada, de la que me salí para otro flanqueo, al cabo del cual alcancé un nuevo rellano, abierto bajo el Calm de Claror y la Costa de Bou Mort.

Desde el mismo, veía más abajo los prados de Tolls de l’Olla, adonde me dirigía, pero no bajé directamente. Siguiendo siempre la senda, di un rodeo al norte,...

... pasando cerca del estanque de Basses Roges antes de...

... emprender el descenso de la empinada ladera hacia el Refugio de Claror y...

... la amplia pradera rodeada de montañas de Tolls de l’Olla, donde vadeé el Riu de Claror antes de ir girando a la izquierda para rodear esta amplia cabecera, mientras me dominaban los tres picos del día.

Antes de doblar el espolón de la Serra Mitjana, me volví para contemplar la cuenca de Claror bajo el cresterío que va del Pic Negre d’Urgell a la Coma de Bou Mort.

También hay, desde ese morro, una hermosa vista de la confluencia de los torrentes de Claror y Perafita. Por ahí me disponía a bajar, pero no directamente.

Tras cambiar de vertiente, el camino me condujo en horizontal al este, atravesando prados y pequeñas arboledas. Al poco, pasé junto al paisajístico Estany de la Nou, lo bordeé por la derecha y ascendí una loma, tras la que...

... me encontré ya ante el Riu de Perafita. Descendí hacia su eje por una suave rampa herbosa y, allí, mi camino se encontró con...

... el GR-11.10, que ya había seguido esa mañana. Tomándolo a la izquierda (NO), pasé enseguida junto al Refugio de Perafita y continué descendiendo...

... por el mismo itinerario por donde esa mañana había iniciado la ascensión. Durante esta larga bajada por terreno conocido, fui haciendo balance de la semana que había pasado en Pirineos, con esa mezcla tan conocida de satisfacción por las cumbres y los valles visitados y cierta nostalgia por el final de la campaña.

Comentarios