Puig Peric (2.810)

ASCENSIÓN DESDE LES BOUILLOUSES

POR LA BALMETA Y COMA DE LA LLOSA, CON EL PETIT PERIC (2.690)

El Puig y el Petit Peric son dos cerros redondeados que forman una alta cresta árida, construida con el típico guijarro rojizo del Pirineo Oriental, que domina el sector más septentrional del extenso Macizo del Carlit. Sin ser de sus cumbres más altas, pues más de media docena superan en altitud al Puig Peric, son de las más destacadas por su aislamiento y altivez. Por otro lado, como sucede en todo el macizo, esta cresta se sitúa en un entorno abierto, poco habitual en el resto de la cordillera, de altiplanos lacustres limitados por suaves lomas. Desde allí, el terreno cae bruscamente en valles profundos, pasándose, en el borde de esas cuencas, del bosque húmedo a la aridez mineral casi sin transición.

El itinerario es una amplia circular que, partiendo del Embalse de Les Bouillouses, va a recorrer la cresta entre ambos picos Peric, accediendo a la misma por el lomo meridional del pequeño y bajando por la vertiente oeste del mayor. La ida y vuelta se realiza por caminos marcados que pasan junto a un buen puñado de pequeños lagos en los que tanto abunda esta comarca.

Los dos Peric, junto al Puig de la Portella Gran, desde la presa de Les Bouillouses

SITUACIÓN:

  • Zona: Cerdaña (Pirineos)
  • Unidad: Massif du Carlit
  • Base de partida: Les Bouillouses (Pyrénées-Orientales)

ACCESO: El  Refuge CAF Bouillouses está 235 km al NE de Lérida, por Cervera, Manresa, Riu de Cerdanya, Puigcerdà, Bourg-Madame y Mont-Louis. A principios de 2022, el refugio estaba cerrado por reformas y desconozco la fecha de apertura, pero hay otros alojamientos junto al embalse. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 2.000 / 2.810
  • Mi tiempo efectivo: 6h08
  • Mi tiempo total: 7h38
  • Dificultades: Muy fácil. Itinerario por senda. Incluye un descenso de 50 m de desnivel por nieve, con hasta 30º de pendiente, cuyas condiciones impondrán la calificación.
  • Track para descargar en Wikiloc

Mapa tomado del visor Géoportail. © IGN 2016

LA RUTA: En el Lac des Bouillouses, tomar el sendero del Tour del Carlit, perfectamente señalizado, que bordea el embalse por el oeste. Dejada atrás la Cabana de la Balmeta, al pasar junto al Estany de l'Anec, dejarlo por la izquierda (NO) para remontar el lomo que baja del Petit Peric. Tomar allí la cresta a la izquierda (O) para alcanzar la cumbre del Puig Peric.

Bajar por la arista NO hasta una prominencia que la senda rodea por la izquierda; durante ese flanqueo, se abre a ese lado (O) una ancha canal pedregosa por la que se desliza un trazo marcado con hitos. Tomarlo y descender por él y, luego por prados y neveros al SO hasta la Coma de la Llosa. Tomar allí el camino balizado que la recorre a la izquierda (SE), el cual lleva a la cola del Lac des Bouillouses, desde donde es obvio el regreso al punto de partida.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Excursión de mediana longitud y dificultad prácticamente nula, en todos los sentidos, al alcance por tanto de cualquier senderista con iniciativa y ganas de alcanzar unas cimas destacadas disfrutando no sólo de la belleza del paisaje, sino también de una (relativa) soledad. Poco hay que añadir al relato de la ascensión. Quizás, que hay que prestar atención a la señalización, pues son tantos los senderos balizados en esta zona, que pueden llegar a liar un poco y provocar confusión en los cruces múltiples.

RELATO GRÁFICO:

En el estribo occidental del dique del embalse de Les Bouillouses, tomé el sendero balizado GR10 para bordear el lago por el oeste, caminando a veces junto al agua, a veces un tanto separado de la orilla.

A la altura de la cola del embalse, gané algo de altura, los primeros metros del día, para rodear el Roc Roig. Desde ese pequeño alto, merece la pena volverse a contemplar este gran lago recrecido.

Al otro lado, entré en un ancho valle herboso, por el que corre el río Têt antes de ser embalsado, bajo las alturas del Puig de la Grava y la Serra de l’Orri. Me encontré ante una bifurcación, debidamente señalizada con un cartel. Aquí dejé el GR10, tomando a la derecha (NE) el “Tour del Capcir” en dirección a la Balmeta y Camporells, ruta balizada con trazos de pintura roja y amarilla.

Poco después crucé el río por un puente y di con una segunda encrucijada. El ramal de la izquierda va a remontar el vallecito de La Llosa y por él regresaría más tarde de la cumbre.

De momento, seguí por la derecha (NE), por el Tour del Capcir, atravesando una ladera herbosa hacia un alto que se veía al fondo entre árboles, desde el cual...

... volvía a ver Les Bouillouses.

Pasado dicho lomo, entré en el barranco por donde baja el arroyo del Peric, que pasé por un puente, para encontrarme un tercer cruce en la orilla izquierda. Aquí giré a la izquierda, para,...

... siguiendo siempre las marcas del Tour del Capcir, remontar el modesto cauce. Al fondo, fue brillando en el contrasol un cerro redondeado: el Petit Peric,...

... con al cual pronto se reunió su hermano mayor. En el lomo del primero empezaba a distinguir el trazo de una senda; precisamente aquélla por donde ascendería, de modo que iba viendo ya toda la subida al Puig Peric a partir del final de la aproximación.

Poco después dejé atrás definitivamente los árboles en el collado de la Balmeta, donde se alza la cabaña homónima, que encontré en un estado de limpieza y conservación francamente lamentables; aparte de que la suciedad acumulada en el interior era notable, alguien se había encargado de no dejar sano un cristal, la puerta no cerraba, etc. Eso sí, techo y paredes parecían sólidos. La senda se desdibujó momentáneamente pero un cartel señala a Camporells en la puerta de la cabaña. Girando pues a la izquierda (N),...

... remonté los prados en la dirección indicada, encontrando al poco de nuevo la senda claramente dibujada en la hierba. Por ella fui ganando altura en diagonal por un lomo que viene del Petit Peric.

Volviendo la vista a la izquierda, empecé a ver asomar, más allá de Les Bouillouses, las crestas del Moixeró y la Sierra del Cadí.

Alcancé lo alto de la loma en el collado que separa el Petit Peric del Puig del Pam. Allí aparecieron a mi derecha la Muntanyeta y la Serra de Mauri, que dominan Formiguères.

Cambié de vertiente y, tras un breve flanqueo, cuando el camino del Tour del Capcir cruza un torrente, lo dejé por la derecha (NO) para remontar el cauce por un modesto trazo de su orilla derecha. 

Enseguida llegué al Estany de l’Anec, tras el cual se elevaba ya francamente la cresta de los Perics. El camino a seguir era obvio: comencé por seguir unas rodadas que bordean el estanque por el este (derecha), continuando prado arriba cuando se esfuman para encaramarme a la loma que tenía delante. Allí giré a la izquierda (O) y...

... fui recorriendo el suave cordal herboso que separa...

... el Estany de l’Anec, que pasé a llevar a la izquierda, de...

... otro laguito anónimo, a mi derecha.

Tras cambiar otra vez de dirección y pasar una pequeña collada, la loma acabó dejándome al pie de la descomunal cúpula de guijarros que es el Petit Peric. Ascendí por una traza que sube directa por la recia pendiente, ganando altura con rapidez, pues resultó más cómoda de lo que aparentaba.

Pronto fueron visibles a mi espalda, más allá del Mont Llaret y Les Bouillouses, las crestas del macizo del Puigmal. Tras un inicio de subida muy empinada,...

... la pendiente fue remitiendo, al tiempo que...

... la perspectiva del Puig Peric a mi izquierda anunciaba...

... la cercanía de la cima. Al culminar, apareció los hasta entonces invisibles Puig de la Portella Gran. Más a la izquierda, se descubrieron también el Pic de Tarbésou...

... y el grupo del Baxouillade, al otro lado de un gran altiplano lacustre.

Girándome al sur, más allá del verde Capcir, se desplegaba un amplio sector de cordillera, del Canigó a la Sierra del Cadí, enmarcados por el Pic de la Pelade y el gigante de la Cerdanya, el Carlit.

Continué la ascensión tomando la cresta a la izquierda (O) para recorrer la amplia comba de lomo pedregoso que separa ambos Perics.

Al paso por el collado intermedio, observé a mi izquierda la suave vaguada sur por donde transcurre la ruta de subida más utilizada.

De hecho, si hasta entonces seguía un trazo más o menos sutil, fue un verdadero camino, estrecho pero bien marcado y pisado, lo que encontré en la arista oriental del Puig Peric.

A llegar a la cumbre, nuevamente se descubrió el Carlit.

El horizonte occidental se había incrementado considerablemente. Más allá de los lagos de la Llosa y Blau, se extendía un mar de picos, entre los que destacaban el Puig Pedrós de Lanòs.

Al sur, se mantenía la amplia perspectiva hacia el Ripollès.

Al este, sobre el Petit Peric, el Pic de la Pelade.

Más a la izquierda, la larga cresta rematada por el Baxouillade.

Ahora, más allá del Puig de la Portella Gran, llegaba a ver el grupo del Pic d’Ouxis. Hay al norte de la cordillera todo un mundo de montañas habitualmente desconocidas para los habitantes del sur.

Más o menos en esa dirección, a la derecha al llegar (NO), comencé el retorno, caminando hacia una antecima, marcada también como la cumbre.

Tras ella, la cresta, un lomo pedregoso sin dificultad, caía suavemente hacia una prominencia que...

... la senda que iba siguiendo bordea por la occidental. En medio de esa travesía, vi a la izquierda...

... caer hacia los lagos Blaus una empinada pendiente de guijarros, por la que serpenteaba una traza de paso. Giré hacia allí (O) y me dejé deslizar por la misma, perdiendo...

... cerca de 200 m de desnivel en un periquete y alcanzando la hierba, que...

... continuaba bajando, más suavemente, hacia los lagos. Proseguí hacia allí y,...

... con la distancia, pude observar con más perspectiva esa rápida bajada.

A media distancia entre la base de la pedrera y el Petit Estany Blau, la senda me llevó a girar a la izquierda (SO) y continuar el descenso, ahora en dirección al Estany de la Llosa.

Cuando me encontré con unos neveros que terminaban en la Coma de la Llosa, me olvidé del trazo y me dejé caer directamente por la nieve, cuya pendiente apenas alcanzaba los 30º.

Es éste un hermoso paraje, con las superficies acuosas brillando entre la hierba bajo vertientes minerales. Especialmente atractiva me pareció la perspectiva del mayor de los Estanys de la Llosa bajo la Serra de l’Orri,...

... resaltada por las pequeñas figuras de dos montañeros.

Girando a la izquierda (SE), proseguí el descenso caminando por suavísimas pendientes herbosas. Frente a mí, iba adivinándose la masa azul de Les Bouillouses bajo las crestas del Puigmal.

Buscando el sendero, iba pasando entre lagos...

... a la sombra del Puig Peric.

Lo vi al otro lado del torrente; lo crucé con algún trabajo y lo tomé a la derecha (SE) para...

... seguir el valle en su gradual descenso entre prados y arboledas.

Sobre tan apacible paisaje, asomaban de vez en cuando las crestas agrestes del Carlit.

Durante el trayecto, pasé junto a una cabaña metálica y...

... otro estanque anónimo antes de alcanzar un modesto alto, desde el que...

... se veían por última vez la Serra de l’Orri y el Puig Peric. A partir de ahí,...

... el camino me separó del torrente, pasando a caminar por una pendiente boscosa desde la que ya se veía cercano el gran lago de Les Bouillouses.

Antes, otro ibón; dejé a la izquierda el Estany de l’Esparver enmarcado por los picos de Pam y Llaret. Para hacerse idea, el collado que hay en medio es la Balmeta.

Luego pasé a ver a mi derecha el gran ensanche encharcado del valle del Têt que esa mañana había bordeado.

Efectivamente, poco después llegaba ante el puente por el que había cruzado el río a la ida. Allí me reencontré con el camino del Tour del Capcir, que tomé ahora a la derecha (SO) para...

... regresar, bordeando de nuevo el embalse, hasta...

... la presa de Les Bouillouses, desde donde me despedí del Puig y el Petit Peric.

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