Punta Llerga (2.269)

ASCENSIÓN DESDE EL COLLADO DE SANTA ISABEL

RUTA NORMAL DE LA LITERA, VISITANDO TODAS LAS PUNTAS

La Punta Llerga es un descomunal cono truncado de flancos verticales, en los que abunda la roca, culminado por una ondulada planicie verde, que se destaca al este del Macizo del Cotiella. Monte aislado, de modesta altitud y considerable prominencia, sus atractivos residen en sus vistas sobre un amplio sector de la vertiente meridional del Pirineo, que se extiende de la Tendeñera al Cotiella. El entorno es el típico de esa parte de Sobrarbe que se extiende en torno a Aínsa: densos pinares y prados de altura, interrumpidos de vez en cuando por altas paredes de roca clara.

La ascensión va a transcurrir íntegramente, ida y vuelta, por el itinerario balizado que alcanza la cumbre por la vertiente noreste. Las únicas variaciones serán sendos desvíos, ya en los prados cimeros, para visitar las puntas Palomera y Boltorín, completando así las que coronan el monte.

La Punta Llerga desde el otro lado del Collado de Santa Isabel.

SITUACIÓN:

  • Zona: Sierras Interiores (Pirineos)
  • Unidad: Macizo de Cotiella
  • Base de partida: Saravillo (Huesca)

ACCESO: El aparcamiento Las Esplanadas en Saravillo está 125 km al NE de Huesca, por Sabiñánigo, Aínsa y Salinas. De allí sale la pista de peaje (3€ en 2016) que conduce al Ibón de Plan y Collado de Santa Isabel. Se pagaba en una máquina y había que tener un bolígrafo a mano para anotar la matrícula en el ticket. No sé si seguirá así. Siguiendo las indicaciones al Collado de Santa Isabel, se llega al lugar de inicio de la ruta al cabo de unos 7 km. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al aparcamiento (más allá no llega Google) en el siguiente link a GoogleMaps.


OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.523 / 2.260
  • Mi tiempo efectivo: 3h16
  • Mi tiempo total: 4h28
  • Dificultades: Ninguna. Itinerario por caminos.
  • Track para descargar en Wikiloc

Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Salir del Collado de Santa Isabel en dirección oeste, caminando por un lomo herboso que va a acabar al pie de la pared de la Punta Llerga. Tomar allí la senda, muy clara, que, por La Litera, sube hasta la Basa Llerga, donde se bifurca. Seguir por la izquierda (S) para alcanzar la cresta en la Punta Palomera y seguirla a la derecha (NO) hasta la Punta Llerga.

Continuar cresteando al NE hasta la Punta Boltorín y dejarse caer a la derecha (SE) para dar con la senda que baja de cumbre. Tomarla a la izquierda (E) y seguirla hasta la bifurcación de la Basa Llerga. Girar allí a la izquierda (NE) para volver por la ruta de subida al Collado de Santa Isabel.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Montaña modesta pero vistosa y panorámica, creo que es de visita obligada para todo amante del Pirineo. Sólo posee una subida fácil, que es ésta. Con tiempo claro y sin nieve, está al alcance de cualquier persona sana que se mantenga en una forma física razonable: la senda está bien marcada hasta la cumbre; desnivel y distancia son moderados; las pendientes resultan asequibles, y no se encuentran obstáculos ni pasos expuestos. Incluso se puede ir con niños.

RELATO GRÁFICO:

El Collado de Santa Isabel es un amplio prado donde se levanta un refugio abierto en razonable estado de conservación y limpieza. El lugar es delicioso; ya al llegar con el coche por la pista de Saravillo, nos recibe la visión de las peñas Montañesa y Solano.

A la izquierda, nos dominan los grandes canchos que defienden la Era de las Brujas.

Pero es al otro lado donde estaba mi objetivo: al oeste, la Punta Llerga se elevaba masiva y solitaria, mostrando una impresionante vertiente que es, sin embargo, la más accesible. Para iniciar la ascensión, comencé a caminar hacia su base por el lomo herboso, el cual...

... conduce a la base de la pared. Allí se diluye en la linde de un pinar. Derivando un poco a la izquierda, encontré un par de hitos de buen tamaño marcando la entrada de...

... una senda, que resulta de todas formas bien visible, bajo los árboles. El camino es amplio y cómodo y va ganando altura gradualmente en diagonal. La sombra se agradece pero los pinos impedían ver; sólo en contadas ocasiones...

... un hueco en las copas mostraba las paredes que me dominaban a la izquierda.

Doblado el contrafuerte de El Cantal, salí del bosque. Estaba al borde de una pedrera bajo la cual se veían las casas de Saravillo; más allá, la Peña de Sin y, al fondo, pintadas de nieve, la Punta Suelza, el Bachimala, las Espadas y los Eristes.

La pedrera se prolongaba hacia arriba y, al otro lado de la misma, se veía la arista de La Litera hacia donde debía dirigirme. Así pues, continué ascendiendo en diagonal a la derecha, siguiendo una traza razonablemente estable.

Tras cruzar una torrentera seca, en lo alto de la cual asomaba la cresta de la montaña,...

... el terreno cambió, pasando a poblarse de monte bajo, a través del cual la senda abría un amplio pasillo.

Al ganar altitud, había ido descubriéndose la cumbre del Cotiella, refugiado entre sus grandes altiplanos. A sus pies, el Collado de Santa Isabel, bien reconocible por el cruce de caminos.

Un poco a la izquierda, asomaba el Aneto.

Al llegar a la arista antes mencionada, aparecieron al noroeste las Tres Sorores y las Sucas más allá de la Suelza y las vecinas peñas del Mediodía y Pegueras, que flanquean el valle del Cinca. Allí giré a la izquierda (SO) para...

... acometer la remontada de la arista. Al principio, el terreno parece tornarse abrupto pero, a los pocos metros,...

... volvió la tónica de suavidad de toda la ascensión. Aunque ahora la traza era invisible, abundantes hitos marcaban el mejor paso.

Con la altura, la vista hacia el valle del Cinqueta ara cada vez más aérea, al tiempo que las grandes cumbres de la cadena axial aparecían cada vez más altivas.

A mi derecha comencé a ver lo que creía la cumbre, aunque resultó ser la Punta del Cubilar, donde acabaría más tarde el cresteo.

Poco después, la arista que seguía se fundió en la ladera, en el rellano que aloja la Basa Llerga, que encontré seca. Aquí, la senda se bifurca y yo tomé el ramal izquierdo (S), que...

... continúa ascendiendo suavemente por lo alto de un lomo herboso, no hacia la cumbre sino hacia el extremo oriental de la cresta.

A continuación, da un rodeo al este para facilitar la trasposición de una arista antes de...

... acometer la subida final, a través de una amplia rampa de hierba y piedras algo más empinada, a la Punta Palomera.

Al estar situada esta modesta elevación, más hombro que pico, en el extremo sureste de la culminación de la montaña, se goza desde la misma de una excelente perspectiva hacia el Cotiella y satélites, el Collado de Santa Isabel y el profundo hoyo de Fornos.

Al sur, aún se ve otro punto destacado en el borde de la planicie cimera, la Punta Solán, por delante de la cresta de la Sierra Ferrera.

Giré a la derecha (NO) en la Punta Palomera para recorrer la amplia loma culminante hacia la Punta Llerga pero no me dirigí directamente a ella, sino que antes decidí pasar por una punta anónima, casi de igual altitud, que destacaba a la izquierda.

Durante el trayecto, los grandes macizos de Bachimala, con la Punta Suelza muy destacada, Posets y la Maladeta destacaban en el horizonte septentrional.

Al llegar al extremo oeste de la cresta, se abrió a mis pies un profundo abismo entre aristas de roca que caía hacia el valle del Cinca. Al otro lado del mismo, veía ahora la altura de Santa Marina, Sestrales y el Castillo Mayor, mientras que en el horizonte se destacaban las siluetas de la Peña Canciás, la Manchoya y la Sierra de Tendeñera.

Girando a la derecha (NE), atravesé la breve horcada que separaba de la cumbre de Punta Llerga.

Más allá de la suave culminación de esta montaña, de apariencia tan bravía desde el valle, veía las crestas del Cotiella y la Peña Montañesa.

La vista al suroeste era amplia hacia el Prepirineo y Sierras Interiores, con el Tozal de Guara en el horizonte más lejano. Girando la vista a la derecha, pasaban los ojos por la Sierra de Tendeñera antes de...

... encontrarse con las Tres Sorores y la Munia.

Mirando abajo en esa dirección, la caída era impresionante.

Al noreste, el horizonte blanqueaba en los otros tres grandes macizos que ya llevaba viendo durante buena parte de la ruta.

Hacia allí continué el cresteo, siempre por terreno suave, para alcanzar una última punta, la Boltorín, desde la que pensaba tener mejor perspectiva. Pero para obtenerla, hube de perder altura hasta un hombro cercano situado un poco más allá, invisible en la foto.

En ese lugar, la vista alcanza el fondo del valle del Cinqueta, rodeado de montañas y con la peculiar Peña de Sin plantada en medio.

Inicié el regreso descendiendo al sureste por una rampa de hierba y piedras, sin senda pero sin dificultad, hacia una vaguada cercana que se veía bajo la cima del Cotiella. En el fondo de la misma, me encontré con la senda “normal”, que seguí a la izquierda (E) para rodear el siguiente lomo.

En lo alto del mismo, me volví a contemplar las puntas Llerga y Boltorín.

Al otro lado, me encontré ya de nuevo en la cuenca de la Balsa Llerga y, tras rodearla, con la bifurcación de la subida, donde giré a la izquierda (NE) para retomar la ruta de ida.

Así por terreno conocido descendí la arista de la Litera y...

... crucé la gran pedrera y el pinar hasta regresar al Collado de Santa Isabel.

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