Peña Canciás (1.929)

ASCENSIÓN DESDE BORRASTRE

BARRANCOS DE BORRASTRE Y SAN JUSTE

La Peña Canciás no es la montaña más alta del Serrablo, pero es sin duda la más conocida, debido posiblemente al llamativo crestón de conglomerado que la corona, algo poco habitual en este segmento de Sierras Interiores, y menos con tal potencia. Salvo por esa espectacularidad geológica, sus características se ajustan a lo que es el Pirineo entre la cadena axial y la precordillera: extensas laderas, bastante empinadas y cortadas por abruptos barrancos. Al norte, las vertientes están pobladas por un bosque donde se mezclan pinos, hayas y robles con un matorral denso que las hace impenetrables fuera de las sendas, por fortuna abundantes, merced a una ocupación humana muy antigua. Respecto a las solanas, son algo más tendidas y predominan los prados entre grandes masas de erizones.

La ruta recorre buena parte de la arista cimera de la montaña, concretamente del collado Gradatiello al Puerto de Laguarta, subiendo y bajando por los barrancos que, desde ambos, caen por la vertiente norte.

La Peña Canciás sobre las casas de Borrastre

SITUACIÓN:

  • Zona: Sierras Interiores (Pirineos)
  • Unidad: Alto Serrablo
  • Base de partida: Borrastre (Huesca)

ACCESO: Borrastre está 80 km al NE de Huesca, por Sabiñánigo y Fiscal. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 793 / 1.929
  • Mi tiempo efectivo: 6h47
  • Mi tiempo total: 9h17
  • Dificultades: F+. Varias trepadas de escasa dificultad (II) y cortas (< 3m). Un par de tramos sin senda y con matorral.
  • Track para descargar en Wikiloc

Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Dejar Borrastre por una pista que sale al oeste, gira para entrar en el barranco del mismo nombre y lo remonta. Después de cruzar el cauce, justo donde el carril se bifurca, dejarlo por la izquierda (S), por una estrecha senda, poco visible en su salida. Remontar por ella el lomo de El Sagrado, derivando al oeste hasta ganar el collado de Peñarroya. Girar a la izquierda (SO) y seguir el lomo, ya sin senda definida pero con trazas de paso, hasta dar con el resalte que guarda la cresta. Girar a la derecha (O) y seguir la base de la roca hasta un pasillo, marcado con pintura, que permite acceder fácilmente (I) al collado Gradatiello (F). Para tomar la cuerda a la izquierda (SE), perder un poco de altura por la vertiente sur hasta encontrar un punto débil (II) en el resalte. Superarlo, ganar la arista y seguirla, con alguna trepada más (I), hasta la Peña Canciás (F+).

Seguir cresteando hasta la punta este y girar a la derecha (SE), llevando la cuerda a la izquierda. La progresión es incómoda por la empinada ladera de erizones y piedra suelta, siendo preferible tomar la arista rocosa, aunque al precio de un par de trepadas fáciles (I) y cortas. Cuando ésta muere hacia los 1.650 m, bajar a la derecha (SO) para seguir el Barranco de Peña Canciás (F), junto a cuyo cauce surge una senda. En un rellano donde el arroyo gira al oeste, subir a la izquierda (E), para ganar el Puerto de Laguarta. Tomar allí la senda balizada (PR) que lo cruza, baja al Barranco de San Juste y lo sigue hasta Borrastre.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Esta larga ascensión es una variante acortada de la popular ruta circular que sube por el Barranco de San Salvador. La recuperación de las sendas del Barranco de Borrastre permite ahorrar unos cinco kilómetros de distancia y, estéticamente, me da la impresión de que no se pierde nada, si no se gana. También permite ahorrar desnivel el tomar la cresta desde el Gradatiello, sin bajar a por la senda que alcanza la cima por la vertiente este, además de hacer el recorrido más espectacular sin un incremento reseñable de dificultad.

En resumen, un desnivel y una distancia considerables más unas pocas trepadas de dificultad escasa y poca exposición pues, aunque pueda impresionar el entorno, nunca se llega a estar a más de un par de metros del suelo.

RELATO GRÁFICO:

Desde Fiscal, impresiona la vista de la Peña Canciás: empinadas laderas boscosas de mil metros de altura sostienen los 200 de roca vertical bajo la arista cimera. En la foto se ven los barrancos de Borrastre, por subiría, y el Moliniello; sobre éste, el roquedo anaranjado de Peñarroya, referencia de la ruta y, tras ella, la depresión donde gané la cresta. Esta vista...

... es más completa que desde Borrastre, desde donde sólo la pared superior sobresale por encima de los tejados.

Desde la plazuela por donde se entra a Borrastre desde Fiscal, me dirigí al oeste por la calle que sale a la izquierda de la carretera, la cual abandona el caserío transformada en pista de tierra.

Destacaba desde allí la vista de la Manchoya, que se eleva al noroeste sobre el Valle del Ara.

Enseguida, la pista desembocó en el acceso a un campo situado a la izquierda y yo proseguí recto (O), siguiendo ahora un camino más estrecho cubierto de hierba. Poco más adelante, en una bifurcación, giré a la izquierda (SO), pasando a remontar el Barranco de Borrastre, que nace bajo el gran resalte de la cara norte de la Peña Canciás.

No tardé en entrar en el bosque y desembocar en una pista, que tomé a la derecha (SO) para remontar la vertiente derecha del barranco. Cuando se bifurca, proseguí por el ramal derecho (SO), pese a que no sube, guiado por un disco azul con una flecha. Ésta fue la primera de las pocas pero bien situadas señales que encontré. No se puede decir que la ruta esté balizada pero siempre había alguna indicación en los puntos dudosos. Mientras caminaba hacia el fondo del gran cuenco, la pared superior de la peña se veía cada vez más impresionante.

Luego, pude distinguir sobre los árboles la Punta Gradatiello, con su característico repetidor, y el collado por el que gané la cresta. Más cerca, veía también la Peñarroya y, en medio, la horcada donde tomaría ese espolón para acabar de superar el circo.

Al ir ganado altura, fue surgiendo a mi espalda la masa del Monte Suerio.

La pista estaba poblada de hierba, matojos e incluso retoños de pino, indicando poco tránsito, pero no en tal densidad que dejara de ser cómoda.

Más adelante, junto al Suerio, aparecerían las primeras crestas nevadas; fueron las cimas la Escuzana, los Gabietos y el Taillón.

Al cabo de un rato, crucé el torrente de Borrastre al pie de una pequeña cascada y...

... poco después, la pista volvió a bifurcarse. Era el momento de dejarla y, guiado por otro disco con flecha (en esta ocasión, negro), giré a la izquierda (S) para...

... tomar un estrecho sendero, poco visible en su arranque pero que...

... pronto se aclaró, continuando la remontada a través del bosque. Ahora las pendientes eran algo mayores, pero todavía suaves. El bosque era denso pero, de vez en cuando, el ramaje se abría, dejando...

... ver un paisaje que iba ampliándose con la altura, como aquí, en que sobre las crestas del Suerio y Bolave, van asomando las cimas de las Tres Marías y la Punta Suelza.

Iba remontando el contrafuerte del Sagrado y, pese a lo abrupto del terreno, la senda iba adaptándose a las anfractuosidades, de tal modo... 

... que la subida fue muy cómoda, superando algunos resaltes a base de rodearlos.

Hacia los 1.450 m de altitud, salí a un claro en pleno espolón, dominado por la gran pared. Allí el camino se desdibujó bastante pero, buscando con atención, encontré la salida subiendo por la cuerda; en la foto, pasé entre los dos árboles (pino y haya) más altos que se ven en la parte derecha.

Al poco, el camino derivó a la derecha para trazar una tendida diagonal al noroeste y...

... alcanzar el claro rodeado de bosque del collado de la Peñarroya. Allí abandoné el camino, girando a la izquierda (SO) para...

... subir por lo alto del ancho lomo. No hay senda clara pero unos trozos de plástico rojo fijados a dos árboles me señalaron un trazo sutil que asciende entre los árboles.

No hay verdadera senda pero unos hitos ayudan a seguir un itinerario cómodo y a...

... encontrar el sitio bueno para superar un par de afloramientos rocosos.

Hacia los 1.600 m de altitud, salí a un claro dominado por la pared cimera.

Desde allí se divisa, por encima de los árboles y la Peñarroya, un amplio panorama montañoso en todo el arco norte. Llevaba dos horas y pico subiendo y aproveché para hacer un buen desayuno en este soleado balcón.

En el extremo derecho; es decir, casi al este, los macizos de Posets, Cotiella y Turbón se extendían en el horizonte por detrás de Punta Llerga, Santa Marina y Peña Montañesa. Abajo, el Valle del Ara, donde se apreciaba el congosto de Jánovas.

Llevando la mirada hacia la izquierda, las Tres Sorores y las Tres Marías sobre la cresta del Suerio.

Al norte, entre el Macizo de Vignemale y el extremo oeste del de Vignemale, corre el Valle de Broto bajo los contrafuertes de Mondarruego. En medio, algunos picos de la cabecera del Valle de Lutour, destacando el Pic de la Sède, el de Labas y Soum d’Aspé.

Siguiendo con el giro, se despliega toda la Sierra de Tendeñera, más allá del lomo de la Manchoya.

Al noroeste, por último, la Collarada y la Sierra de la Partacúa.

Continué la subida lomo arriba a través del bosque, por un terreno de mediana pendiente, libre tanto de obstáculos como de senda, aunque los hitos seguían ayudándome a escoger el paso mejor.

En otro más claro pequeño, se veía mejor la Peñarroya y más abajo, a la derecha, Borrastre junto a la boca del barranco.

A la izquierda, junto al Oturia y la Partacúa, había aparecido en el horizonte el Midi d’Ossau.

Hacia los 1.750 m, aparecieron los primeros neveros en el suelo del pinar.

Pronto, clarearon los árboles y me encontré cerca de la pared, aunque no precisamente en su parte más potente; es más, a la derecha y...

... bastante cerca, el sol marcaba la situación de la brecha que permite superarla con facilidad. Tras calzarme las “cadenas”, pues la nieve estaba durita, giré hacia allí (O) y...

... fui recorriendo la base del resalte. A medio camino de esa corta travesía, aparecieron unos discos de pintura amarilla en la roca y una huella vieja en la nieve: había topado con la ruta normal.

Poco después, se abrió a mi izquierda (S) un pasillo en el roquedo y en él me metí.

Para ganar la cresta, ya sólo me quedaban unos 30 m de desnivel, que remonté por una cinta de nieve que no pasaba de 30º de pendiente,...

... cortada por algún breve y facilísimo escalón de conglomerado. Al estar fuera del bosque, la vista atrás era amplia e...

... impresionante hacia el Barranco Borrastre y el Valle del Ara.

Desde el collado de Gradatiello, se abrió un panorama al sur, dominado por la Sierra de Guara, destacando el propio Tozal, el Fragineto y la Gabardiella.

Esta brecha es una amplia depresión entre la Punta Gradatiello al oeste y...

... la arista cimera de la Peña Canciás al este, defendida por un importante resalte. Para superarlo con facilidad, bajé hacia la derecha (SE) de la cuerda,...

... siguiendo el límite de los arbustos que crecen entre los erizones y la roca.

Pronto, se abrió un estrecho hueco a mi izquierda (E) y me metí por él, yendo a...

... topar con el resalte en un punto en que presentaba una repisa a menos de metro y medio del suelo. Superé el escalón, vertical pero con mucho apoyo (II) y giré a la derecha (S) para...

... recorrer unos 10 metros por la repisa y volver a la izquierda para trepar por un otro escalón de un par de metros, más tendido y fácil aún que el primero (I).

Me encontré en una rampa cubierta de erizones. Giré a la izquierda (N) y la remonté hasta ir a la esquina occidental de la arista cimera, desde la que...

... hay un buen panorama de las puntas de Castilfrío y Gradatiello al oeste.

A mis pies, se abría el Barranco de Borrastre.

Giré a la derecha (SE) y comencé a recorrer la arista cimera, ancha y cómoda en su arranque.

Durante este panorámico recorrido, me encontré un par de resaltes, ambos evitables por la derecha (sur) pero que resultan tan fáciles (I) y poco expuestos, que no merece la pena irse a pisar el matorral y los superé por derecho.

Tras el primero, ya se ve la cumbre, sobre una loma y desplazada al sur de la arista.

También resultaba atractivo contemplar los desplomes de la cara norte. El paseo era tan bonito y relajado que iniciar la subida final por una rampa de hierba, apartándose de la cuerda, causa una pequeña decepción.

Llegando al hito, al volverme, pude contemplar el airoso aspecto de la arista, enmarcada por las montañas del Alto Gállego y la Jacetania.

Al alcanzar la cima de la Peña Canciás, descubrí al otro lado la Sierra del Galardón, continuación al este del cordal. En medio, está el Puerto de Laguarta, por donde abandonaría el cresteo para bajar hacia Borrastre.

Más a la derecha, al sur, la Sierra de Guara limitaba el panorama.

Siguiendo con el giro, al este comenzaba el arco de crestas del Pirineo axial con la Collada, la Sierra de la Partacúa y el Midi d’Ossau.

Seguía con la Sierra de Tendeñera y el Macizo de Vignemale, a la derecha del cual,...

... se distinguían algunas cumbres del Valle de Lutour, destacando sobremanera, por su altivez, el Pic de Labas.

Ya al norte, bajando la vista, el Barranco de Borrastre, por donde transcurrió la subida. Cruzando el Valle del Ara, el masivo Monte Suerio, tras el cual el horizonte se llenaba con las crestas más altas del Sobrarbe. Entre ellas, destacaban especialmente...

... las Tres Sorores,...

... la Punta Suelza, el Posets,...

... el Cotiella y el Turbón. Bajo estos dos últimos, la Peña Montañesa y el boquete de Jánovas.

Inicié el regreso volviendo a la arista para recorrerla hacia el este, donde culmina en una ligera prominencia. Según se sobrepasa la misma,...

... es buen momento para asomarse a la vertiente norte y volverse para tener un vertiginoso panorama de las paredes bajo la arista.

A continuación, tras perder unos metros suavemente, la arista presenta una importante caía, por lo que giré a la derecha (S) y...

... descendí por una ladera de erizones moderadamente empinada. No presenta obstáculos pero la progresión era incómoda por el matorral y el suelo pedregoso y suelto, así que, derivé a la izquierda (E)...

... en cuanto vi paso franco en esa dirección, para volver a tomar la arista que ahora caía al sureste. Por cierto que, en todo este tramo, no vi ni rastro de senda ni marcas de ningún tipo pero la dirección a seguir es obvia, al menos con buena visibilidad.

El filo de la cresta que encontré es amplio y suave. Al principio, estaba también poblado de erizones pero éstos eran menos densos que en la ladera. Luego, venía un crestón de conglomerado aún más cómodo, que...

... presentaba un par de escalones de un par de metros, fáciles de superar (I) por el lado derecho de la arista. El que se ve en la foto es el segundo; el otro es similar.

A continuación, el terreno se pacifica del todo. Un cresteo de propina, no tan espectacular pero también majo, llevando a la izquierda...

... la caida de una bonita ladera de hierba, matorral y resaltes y...

... a la derecha, el Barranco de Peña Canciás, que cae al sur de la punta oriental de la arista.

Poco a poco, se fue descubriendo más abajo una pradera, que el arroyo de marras atraviesa. Cuando me pareció favorable el terreno, derivé a la derecha (SO) y...

... bajé a la misma por una suave placa de roca. Tras cruzar el torrente, giré a la izquierda (S) para seguir su curso por la orilla occidental.

Al poco, fue dibujándose en la hierba una senda que llevaba mi dirección y me incorporé a ella. Siguiéndola, tras este tramo por pradera,...

... pasé un bosquecillo un tanto claustrofóbico y luego...

... otro tramo entre árboles pero más grandes y abiertos.

Así llegué a un amplio prado; una hoya donde el torrente gira al oeste (derecha). Yo lo crucé y dejé la senda, girando a la izquierda (E) para...

... remontar una rampa herbosa de pendiente moderada, desde cuya parte superior hay una bonita perspectiva de la vertiente sur de la Peña Canciás... vaya diferencia con la otra.

Me volví a encontrar con el arbolado, y con la cresta, en el Puerto de Laguarta, donde hay un cruce de caminos señalizado. Tomé el de la izquierda (N), marcado como PR-HU 9 a Borraste y Fiscal, indicación que ya no abandonaría. Enseguida, la senda giró a la derecha (E), cruzó la cuerda e inició el descenso al otro lado.

Entraba en el hayedo que cubre buena parte del Barranco de San Juste y pronto una espesa capa de hojarasca cubrió el trazo, al punto de hacerlo casi irreconocible. Aquí, las marcas de pintura en los árboles, abundantes y bien situadas, resultaron útiles.

Tras cruzar un amplio claro cubierto de hierba,...

... la senda desembocó en un camino más amplio, que tomé a la izquierda (NO), continuando con un descenso más suave aún. El bosque, umbrío, me negaba el panorama, salvo...

... al pasar ante un hueco en el ramaje o...

... algún breve claro.

Al perder altura y desplazarme al norte, podía ver a veces entre el ramaje la silueta abrupta de la Peña Canciás.

Crucé un par de chorros de agua, bajo los cuales la roca aparecía entre la hojarasca. 

A partir del tercero, el de más porte, el camino dejó de hacer diagonales para pasar a seguir la orilla izquierda, primero de ese modesto curso de agua, y luego del Barranco de San Juste, que resultaban audibles pero no visibles por la densa vegetación.

Las sombras iban invadiendo el valle e incluso el sol se retiraba ya de la cresta de Peña Canciás, aunque...

... aún se le veía brillar a través de la boca del barranco, en las laderas del Suerio.

Mirando atrás, se veían las boscosas laderas de la Sierra del Galardón dominando...

... el Barranco de San Juste.

La aparición a mi derecha del Congosto de Jánovas me anunció que estaba a punto de desembocar en el valle del Ara. Ahí, el camino fue derivando a la izquierda (NO) para...

... llevarme plácidamente hasta Borrastre, desde donde pude contemplar tanto la Manchoya como...

... la Peña Canciás. Los dos picos que había subido en este fin de semana pirenaico.

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