Riscos del Amor (1.380)

ASCENSIÓN DESDE LAS VENTAS CON PEÑA AGUILERA

POR LA CRESTA NORESTE

Los Riscos del Amor culminan la Sierra del Castañar; una más de las que se alinean para formar la cordillera de los Montes de Toledo, situada cerca del extremo este del sector central, entre San Pablo de los Montes y Los Yébenes. Sin alcanzar los 1.400 m, no es un pico demasiado alto dentro de la cadena y tampoco tiene características peculiares, pero es conocido por ser el punto más alto de la provincia de Ciudad Real. Los Riscos del Amor, como la sierra en conjunto, son un arquetipo de los Montes de Toledo: una loma suave rematada por crestones de cuarcita, sobre un monte de encinar y jaras, abundantemente poblado por ciervos, corzos y jabalíes. Estando en una zona de gran actividad cinegética, el monte está lleno de caminos que facilitan el movimiento pero también de fincas privadas que lo limitan, además de la posibilidad, en temporada, de encontrarse con el paso cerrado por una montería.

La ruta consiste básicamente en recorrer la cresta que une los picos del Castañar y el Amor, ganando la cuerda por el primero, lo que servirá de “excusa” para visitar las curiosas ruinas de un antiguo convento en la vertiente norte de la sierra.

Visto desde el suroeste, el monótono perfil de la Sierra del Castañar, con los Riscos del Amor centrados en la imagen

SITUACIÓN:

  • Zona: Sector Central de los Montes de Toledo
  • Unidad: Sierra del Castañar
  • Base de partida: Ventas con Peña Aguilera (Toledo)

ACCESO: El arranque del Camino del Fraile, en Las Ventas con Peña Aguilera, está 40 km al SO de Toledo, por Argés, Cuerva y el propio pueblo. No se llega hasta donde lo marca GoogleMaps, sino que la pista está cortada un poco antes, junto a las casas de La Peralosa, donde hay que aparcar y se inicia la ruta. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 895 / 1.380
  • Mi tiempo efectivo: 4h13
  • Mi tiempo total: 4h50
  • Dificultades: Muy fácil. Tramos sin senda, con algún corto pasaje escabroso.
  • Track para descargar en Wikiloc

Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: : En las Casas de la Peralosa, tomar al E el Camino del Fraile y seguirlo hasta que, pasado el Convento del Castañar se cruza con un cortafuegos. Girar a la derecha (SE) y remontarlo, entrando en la cuenca del Barranco de los Castaños, que se cruza para tomar la pista que sube por la ribera derecha. Al Llegar al collado 1.281, seguir la cresta a la derecha (SO), pasando por El Castañar antes de llegar a los Riscos del Amor.

Dirigirse al O por la pista que sigue la cuerda por la vertiente N, hasta una curva de 180º sobre Majada Rasa. Dejar el carril por la izquierda (O), rodeando por arriba un resalte para luego girar a la derecha (N) y bajar por una ladera herbosa y luego por un cortafuegos hasta el Camino del Fraile que, tomado a la izquierda (O) nos llevará a las Casas de la Peralosa.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Hay dos rutas habituales para ascender a esta cumbre soslayando las prohibiciones, una por el norte, ésta, y otra por el sur, que es la más utilizada. La septentrional tiene la ventaja de que no es necesario un permiso particular, siempre que no haya montería ese día. Para informarse al respecto, se puede consultar por teléfono con el ayuntamiento de Mazarambroz o bien, como hicimos nosotros, espera a estar en época de veda en Castilla La Mancha. En estas circunstancias, el Camino del Fraile es de paso libre a pie, así como los ramales en que no se indique lo contrario.

La ascensión es una caminata de poco desnivel y longitud media, sin dificultades significativas, salvo un par de pasos cortos por terreno pedregoso. Sin estar marcado el itinerario, la orientación resulta también sencilla, al alcance cualquier senderista con un mapa y que lo siga con atención. Pese a la humanización del entorno, la ascensión resulta bastante agradable y bonita, aunque no extraordinaria frente a otras de este sector de los Montes de Toledo.

RELATO GRÁFICO:

Desde la encrucijada en que aparcamos, la sierra se veía muy cubierta de nubes tras las Casas de la Peralosa. Al menos, no amenazaba lluvia y, confiando en que los vapores levantaran,...

... comenzamos a caminar hacia el este, paralelos a la sierra, por el Camino del Fraile. Llevábamos a la derecha una valla que no dejaríamos hasta acometer la subida hacia la cresta.

Cuando el carril, ante el Arroyo de Carboneros, giró acusadamente a la izquierda, seguimos recto (NE) por una senda menos marcada y atravesamos una cancela, la primera de una serie de ellas. Precisamente, durante el recorrido por el pie de monte, dejaríamos atrás bastantes desvíos, todos ellos con prohibición de paso por ser caminos particulares pero éste del Fraile sólo limita la restricción a vehículos motorizados.

Durante un buen rato, avanzamos llaneando entre encinas y matorral que, sin ser muy espesos, nos limitaban la visión, excepto...

... al pasar por campos o simples claros. Entonces, veíamos a nuestra derecha la Sierra del Castañar, de cuya cresta se iban retirando las nubes, menos de un cerro... ¿adivinas cuál?... Efectivamente; los Riscos del Amor, que aparecía enmarcado por el Castañar y su antecima oeste, bajo la cual distinguíamos la banda clara de un cortafuegos: por ahí bajaríamos.

Al otro lado, el llano ondulado aparecía ilimitado, interrumpido sólo por las montañas isla toledanas, como el solitario Pico de Layos o la Sierra de Nambroca.

Al cabo, llegamos al Convento del Castañar o lo que queda de él, que no es mucho. Fundado a principios del siglo XV y abandonado con motivo de la desamortización de Mendizábal, es un conjunto relativamente extenso de edificios y parcelas abancaladas, bastante reconocibles aunque en pie sólo queda el ábside de la capilla, en medio del cual se alza un monolito de factura neoclásica, evidentemente posterior al resto (?). También, el horno de la foto y una bodega (cerrada con reja), que más parecen aprovechamientos posteriores de la obra que elementos originales.

El lugar tiene una vista bastante despejada al norte donde, a la izquierda del pico de Layos, de veían ahora los de Pulgar y Noez. Ahora, podíamos haber vuelto atrás (O) y pasados el Arroyo del Amor y una cancela, tomar a la izquierda (SO) un camino, cerrado por otra puerta, que remonta la sierra hasta las cercanías del Amor. En lugar de eso, y por no retroceder en la circular, continuamos camino al este.

Tras un trecho, con alguna cancela más, llegamos al segundo cruce con un cortafuegos y giramos a la derecha (S) para...

... remontarlo. La pendiente era suave, pues el Camino del Fraile va bastante separado del arranque de la ladera. Antes del mismo,...

... hay que ir un poco atento a la salida a la izquierda (SE) de una senda; una buena referencia puede ser la encina que crece en medio del cortafuegos, aunque no es la única (pasamos dos o tres pero no tuve el cuidado de contarlas). En fin que, girando a ese lado, tomamos...

... el estrecho corte en el jaral, que nos dejó...

... frente a una imprevista cerca de alambre. Nos lo pensamos pero, estando en veda y tal, la saltamos para tomar a la derecha (SO) la pista que sube al otro lado. Bueno, había dos, pero luego se reencuentran.

Cuando el carril queda interrumpido por las jaras, bajamos a la izquierda (SE) para cruzar el Arroyo de los Castaños y tomar el camino que veíamos al otro lado. 

Ahora sí que empezábamos la subida, remontando en lazadas la ladera de la sierra. El arbolado fue remitiendo, sustituido por un monte bajo, por encima del cual,...

... pronto se extendió al norte un amplio panorama del valle del Tajo, interrumpido por las aisladas Sierra de Noez, Cerro de Pulgar, Pico de Layos, sierras de Nambroca y la Oliva y Cerros del Castillo.

Pronto tuvimos a cuatro pasos la cuerda, donde se detenían las nubes que llenaban la vertiente del Algodor (no vimos nada hacia el sur durante el cresteo). La pista nos dejó en el collado de cota 1.281, abierto entre las dos cimas del Castañar y rodeado de canchos cuarcíticos.

Tomamos la cresta a la derecha (SO), donde está el pico más alto, y pasamos a caminar sin senda ni señales pero por terreno de prado pedregoso bastante cómodo, evitando los riscos por los pasillos que fuimos encontrando.

Al poco, nos encontramos con una cerca: la misma de antes. Ya que la habíamos cruzado en un sentido, hicimos lo propio al revés y continuamos por el lomo, entre las fantasmales siluetas de las peñas. Igual no teníamos que haberla pasado la primera vez.

Caminábamos por una loma de suave pendiente, con el único cuidado de no pisar mal alguna piedra entre el pasto, por pendientes moderadas y siguiente el límite de la nube.

Al paso por la amplísima cima del Castañar, constatamos que la tónica se mantenía hacia los Riscos del Amor, tanto en lo que tocaba al terreno como a la niebla. Bajando al collado intermedio, pasamos una zona rocosa más movida y empinada, pero...

... en la que no llegamos ni a apoyar las manos pues, con un poco de vista, fuimos enlazando pasillos y terrazas (como los de la foto), predominantemente del lado izquierdo (sur), buscando los pasos mejores.

Cuando dejamos atrás la zona rocosa, nos encontramos a escasos metros del arranque de un cortafuegos, por el que...

... acabamos la bajada al collado de cota 1.235, donde hay una encrucijada. Continuamos recto (SO),...

... ascendiendo suavemente a través de un terreno más despejado. Cerca de culminar,...

... nos alcanzó definitivamente la niebla y encontramos la cumbre casi de casualidad. Sirva de referencia que, tras una zona despejada, cuando el camino deja de ascender pasando un pequeño grupo de arbolillos, lo dejamos por la izquierda en diagonal (SO) y...

... enseguida vimos dibujarse en los vapores el modesto crestón en que se asienta el vértice geodésico Amor, el más alto de los riscos que llevan ese nombre.

Tras comprobar que no se veía nada y en vista de que el vientecillo helado y húmedo no hacía nada agradable la estancia, abandonamos la cumbre descendiendo al norte, hasta topar con la pista que habíamos abandonado anteriormente.

La tomamos a la izquierda (O) y fuimos descendiendo suavemente, paralelos a la invisible cresta. Al salir de la nube, habíamos virado al noroeste y nos encontramos ante una curva de 180º a la derecha; al entrar en ella, dejamos el carril por la izquierda (O).

Estábamos al borde de un resalte rocoso, sobre Majada Rasa, y abajo veíamos un cortafuegos; por allí bajaríamos.

Para salvar la caída, nos dirigimos al oeste, manteniendo cota junto al reborde rocoso, hasta...

... su extremo y giramos a la derecha (N), pasando a descender por una ladera herbosa...

... de mediana inclinación, donde pronto se fue dibujando un trazo. Siguiéndolo, alcanzamos...

... el extremo superior del cortafuegos, que comenzó empinado, para luego perder pendiente y mejorar piso. La bajada, con la llanura y la Sierra de Noez extendiéndose ante nuestro ojos, fue en general cómoda, salvo...

... el breve paso por una zona rocosa más empinada, pero que salvamos sin necesidad de apoyar las manos, simplemente poniendo algo más de cuidado al pisar. Ya en el pie de monte, enseguida llegamos al...

... Camino del Fraile, concretamente junto a la Estación Sísmica (que no vimos ni a la ida ni a la vuelta, tampoco la buscamos). Tomamos la pista a la izquierda (O) y, cruzando cancelas,...

... deshicimos caminos hasta las Casas de la Peralosa, desde donde llegamos a ver asomar tímidamente de las nubes la masa oscura del Corral de Campos, pico al que tengo cierto cariño, pues fue una de mis primeras salidas a los Montes de Toledo y forma parte de las montañas donde descubrí que también había “vida” por debajo de los 2.000 m.

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