Puig de la Canal Baridana o Vulturó (2.651)

ASCENSIÓN DESDE JOSA DE CADÍ

RECORRIDO DE LAS CIMAS DE MÁS DE 2.600 METROS

La Sierra del Cadí separa la Cerdaña del Berguedá y es la más alta de todo el Prepirineo, de los montes de Pamplona a la Garrotxa. Se trata un cordal lineal, sin apenas ramas secundarias, con una fuerte disimetría. Al norte, los densos pinares del pie de monte se estrellan contra acantilados calizos, mientras que la vertiente meridional es una suave rampa cubierta de hierba y matorral. Sobre todo ello, corre de este a oeste una poco accidentada y ancha cresta, alomada a veces. Los picos, poco individualizados y escasamente prominentes, son la culminación de los espolones que se desploman al norte. Ni siquiera la máxima cumbre del Cadí, el Puig de la Canal Baridana o Vulturó, se muestra como una cima altiva o destacada en el cordal.

La ruta consiste en recorrer el tramo de cresta que engloba las cinco cimas que superan los 2.600 m de altitud, desde la punta oeste de Les Tres Canaletes hasta el Pic de Costa Cabirolera, tocando en todas ellas. Para acceder y descender del cordal, escogí las rutas más accesibles que vinieran a mano, uniéndolas por el pie de monte.

Cresta y vertiente meridional de la Serra de Cadí desde el Pedraforca

SITUACIÓN:

  • Zona: Prepirineo Oriental
  • Unidad: Sierra de Cadí - Moixeró
  • Base de partida: Josa de Cadí (Lérida)

ACCESO: Josa de Cadí está 165 km al NE de Lérida, por Cervera, Solsona, Sant Llorenç de Morunys y Tuixent. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.380 / 2.651
  • Mi tiempo efectivo: 7h59
  • Mi tiempo total: 10h14
  • Dificultades: Ninguna. Hay un par de pasos escabrosos por roca, que se pueden superar sin manos, y un descenso por piedra suelta, pero con buena traza.
  • Track para descargar en Wikiloc

Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Desde Josa de Cadí, subir al NO, por camino balizado, al Coll de Jovell y tomar a la derecha (N) la senda que remonta ladera de la Sierra del Cadí. Al ir a alcanzar la cuerda, desviarse a la derecha (NE) de las señales para ir directamente la punta oeste de les Tres Canaletes. Ir a la derecha (E) al cercano pico principal por la cresta y seguir luego por la senda del cordal, pasando por el Puig de les Gralleres antes de alcanzar la cumbre del Vulturó.

Seguir cresteando hasta el más oriental de los 2.600, Pic de Costa Cabirolera. Descender por su arista SE y girar a la izquierda (N) en el Pas del Cabirol para bajar a los prados y rodear la cabecera herbosa de la Coma dels Cortils. El cauce se alcanza al Cortal dels Cortils, donde hay cruce de sendas; girar a la derecha (SO) para alcanzar la Bretxa dels Cortils, trasponerla y bajar por el otro lado hasta las cercanías del Coll de les Bassotes. Sin necesidad de alcanzarlo, tomar a la derecha (SE) el camino que desciende el Río de Cerneres hasta la carretera C-563 que, a la derecha (E), conduce a Josa de Cadí.


Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: La vertiente sur del Cadí es bastante sosa desde el punto de vista deportivo; sin embargo, la vista hacia el espectacular relieve del Berguedà se va a mantener durante toda la ascensión. Para agregar atractivos a la ascensión, se me ocurrió complementarla con un recorrido por la cresta. ¿Cuánto? Pues lo justo para tocar los cinco picos que superan los 2.600 m en la sierra. Luego me di cuenta de que me había saltado otro: la cota 2.628, que está al norte del Vulturó y que habría tocado con sólo desviarme cinco minutos. Bueno, la cosa es que así, junto con las panorámicas hacia las montañas vecinas, pude disfrutar del vértigo al asomarme a los abismos de la cara norte.

En suma, esta ascensión es larga, como para ocupar toda una jornada de verano; muy bonita visualmente, tanto por panorama como por los parajes recorridos, y carece prácticamente de dificultad. Senderistas en buena forma física pueden acometerla con garantías, aunque sin olvidar que se van a pasar unas horas en una cresta por encima de los 2.500 m.

La ruta puede acortarse un poco si se dispone de un segundo vehículo, dejándolo en el puente sobre el Río Cerneres donde el itinerario alcanza la carretera, pues el tramo por asfalto carece de interés (viniendo de hacer el recorrido previo) y no es agradable. El ahorro es de unos 2,5 km prácticamente llanos.

RELATO GRÁFICO:

Desde el aparcamiento a la entrada de Josa de Cadí, me puse en marcha cruzando la carretera y tomando una pista de tierra, muy indicada, que sube al noroeste por la ladera el Cadinell, aparentemente hacia la ermita que se ve a sus pies. Pero no es así; por debajo del templo,...

... el carril gira a la izquierda y se va a dar un rodeo por el sur. En la curva, guiado por las marcas rojiblancas del GR150.1, lo dejé por un camino que sale a la derecha (NO) y llega a la Ermita de Santa María.

Desde allí, tras disfrutar de una notable vista de Josa de Cadí bajo la Costa Freda,...

... rodeé el edificio por la derecha, atravesando el pequeño cementerio, para retomar la subida por una estrecha senda que, al noroeste, entra y remonta el Torrente de Jovell, encajado entre Cadí y Cadinell.

Caminando ahora entre arbolitos y matorral, fui ganado altura poco a poco y, si a la mi izquierda me dominaba espectacular la rocosa cresta del Cadinell,...

... al otro lado, la ladera de su hermano mayor no podía ser más sosa.

Al tomar altura, fue asomando el Pedraforca a mi espalda, a través del boquete del Río Cerneres.

Al ratito, crucé una pista, la misma del inicio, y fue como una señal de que estaba a punto de alcanzar el Coll de Jovell, amplísimo y herboso, al pie de la ladera que me disponía a remontar.

En la misma horcada, un par de carteles indican girar a la derecha (N). No había trazo en la hierba, pero daba igual. Luego, me fijé en que había marcas de pintura en alguna piedra y, en todo caso,...

... al llegar a los primeros matorrales y empinarse el terreno, reapareció el trazo. Siguiéndolo, fui ascendiendo en cortas lazadas y pronto...

... estuve dominando el Coll de Jovell bajo el Cadinell.

A mi izquierda, la oeste, corría el Río de Lavansa, entre la Sierra de Port del Comte y el Cap de la Fesa, el extremo de la del Cadí.

No tardaron en aparecer algunas placas de roca, cortas y alternadas con tramos de buena senda, tan inclinadas y cinceladas que se podían pasar apoyando los bastones.

Hacia los 2.150 m de altitud, la vista se había abierto al sureste, al punto de ser visibles, además del Pedraforca, la Serra Ensija, el Clotarons y el Cadinell.

A partir de ahí, vino un tramo más agreste en el cual, a lo largo de 120 m desnivel el itinerario balizado enlaza placas y corredores sin dificultad para superar una banda de roca.

Desde lo alto de la misma, se veían al sur, por encima del Cadinell, las sierras del Verd y Port del Comte.

Volviendo la vista a la izquierda, bajo las crestas de antes había aparecido Josa de Cadí.

Cien metros más arriba, el terreno se tendió y despejó ostensiblemente al llegar al Planell del Mig, que es efectivamente plano, pero no llano: se trata de una rampa herbosa que se extiende hacia el cordal. Aunque seguía habiendo señales, me guie por el perfil de la cresta y, derivando a la derecha (NE), me dirigí hacia la anónima punta oeste de les Tres Canaletes, primera punta que supera los 2.600 m en la cresta.

El terreno, de pendiente uniforme y moderada, no puede ser más cómodo.

A mi derecha, era visible la Torreta de Cadí, el pico que lleva el nombre de la sierra, pero que no deja de ser una punta secundaria.

Alcancé la cresta en la misma punta oeste de les Tres Canaletes, se abrió a mis pies la caída tremenda de la cara norte y su impresionante geología quedaba visible en los espolones, como éste de la Roca Grossa.

Al noroeste, la verde Cerdaña se extendía hacia la grisura indistinta de las grandes cumbres del Pallars.

Al oeste, hacia la Torreta de Cadí, la sierra mostraba su acusada disimetría.

Al sur, más allá de la uniforme ladera que acababa de atravesar, el Berguedá mostraba su complejo relieve. Junto a las montañas ya vistas, asomaba ahora, entre las sierras Ensija y del Verd, la de los Rasos de Peguera y Queralt.

Tras un breve descanso, tomé la cuerda a la derecha (SE) para ir al Pic de les Tres Canaletes rodeando una cabecera.

Pasé junto a este curioso tajo, bajando hacia…

… el collado intermedio. Desde allí, la Canal del Migdía enmarcaba la Tossa Plana de Lles y sus satélites.

Aunque la perspectiva sobre la propia canal es mejor al subir hacia…

… el Pic de les Tres Canaletes, al acercarme al cual asomaron las dos siguientes cimas de la jornada: el Puig de les Gralleres y el Vulturó, por encima de las correspondientes antecimas.

Mirando hacia atrás, la punta oeste y la Torreta. Al norte, la pared se mostraba muy estratificada pero de un color claro uniforme, a diferencia del…

… lo que veía al este, con la roca más oscura y colorida. También, a este lado, se veía la caída tremenda de la Roca del Mig. Continué el cresteo, pasando por una antecima, a partir de la cual…

… el terreno se empina un poco hacia el siguiente collado. Durante todo el tiempo, por cierto, había aquí y allí marcas de GR en algunas piedras, pero sólo se dibujaba trazo en algunos puntos más abruptos el terreno, que no era el caso en esta rampa herbosa a la derecha de la arista.

Desde la horcada, a la izquierda caía la consiguiente canal, la del Toll, que tiene en este caso una simétrica… 

… al sur, herbosa y suave, la Canal del Ferrer.

Una subida, algo más intensa, me llevó al Puig de les Gralleres.

Desde un hombro previo a la cima, la vista atrás ya iba mostrando la característica sucesión de espolones del Cadí, aunque no en su versión más impresionante.

Al otro lado, la culminación de la cara norte era algo más uniforme.

En el Puig de les Gralleres, la cuerda gira momentáneamente al noreste, en forma de amplia y suave plano herboso.

Para alcanzarlo, hube de salvar un pequeño resalte por una fractura sin dificultad.

Atravesé la rampa herbosa a la derecha de la arista, que volvía a tocas en el Coll de la Canal Baridana, desde el que, a la izquierda se ve la salida de este tubo famoso, mientras que…

… al sur, la Serra del Verd y el Cloterons aparecían alineados y enmarcados por la Baridana de Josa.

La subida hacia el Vulturó es una rampa herbosa desde la cual, ganada cierta altura, tenía a mi espalda una bonita perspectiva del Puig de les Gralleres.

A mi derecha (S), se elevaba un pequeño escalón calizo, en el que las marcas indicaban una grieta por donde se le supera caminando.

Arriba, giré a la izquierda (E), recuperando la dirección del cresteo, y recorrí los pocos metros de lomo rocos que me separaban de la cumbre del Puig de la Canal Baridana o Vulturó, cumbre de la Sierra de Cadí y cuarto pico del día. A la derecha, por cierto, se veía ya, verde donde lo iluminaba el sol, la última cima: el Pic de Costa Cabirolera, más allá de los picos del Quer, Canal del Cristall y el Sastre que, al no llegar a los 2.600 m, me limitaría a rodear.

A estas alturas, la vista sobre el Pedraforca impresionaba, pese a la mala luz.

A la derecha, seguían viéndose la crestas del Berguedá.

Al oeste, el Puig de les Gralleres se comía la perspectiva.

Abandoné la cumbre bajando al norte del crestón, por un pasillo señalizado, hacia un plano herboso similar al que había encontrado después del anterior pico. Si me hubiera acercado al borde norte, hubiera pisado otra cota 2.600 pero, sin ser consciente de su existencia (véase su aspecto), una vez sobre la hierba, derivé a la derecha (NE) para...

… atravesar el prado en dirección al Coll del Quer. Por perspectiva, se veía en este tramo la cresta al este mejor que desde la cumbre.

Yendo hacia lo horcada, veía a mi derecha la cabecera de la Canal del Moscard.

En este tramo, el trazo de la senda facilitaba caminar con el mínimo esfuerzo de desnivel, pues las siguientes tres cotas pensaba rodearlas por el sur.

Al paso por el collado del Llitze, caía a mi izquierda la canal homónima.

Rodeando el Puig del Quer, fue asomando la cara norte del Puig de la Canal del Cristall, que...

... se descubrió por completo, junto con el espolón coronado por la Roca de l’Ordiguer al llegar al collado previo.

Mirando abajo al norte, a través del tubo mineral de la Canal de l’Ordiguer se veía el verde del Prat de Cadí 700 m más abajo y se llegaban a oír los cencerros de unas vacas.

Desde el faldeo del Puig de la Canal  del Cristall, hay una buena perspectiva del Vulturó.

Doblé el lomo y proseguí por el Coll de la Canal del Cristall y el faldeo de la siguiente punta, el Salt del Sastre.

Al paso por el collado, eché el vistazo de turno a la canal.

Y, guiado por el trazo, al doblar el siguiente lomo, nueva mirada atrás, viendo el cordal recorrido desde el Vulturó.

Según avanzaba, se fue descubriendo el Pic de Costa Cabirolera. El terreno mantenía el mismo cariz: cómodo y carente obstáculos. Sólo seguía el trazo porque costaba lo mismo que no hacerlo.

Al acercarme a él, el Pedraforca se veía cada vez con más claridad; a esas alturas ya eran identificables sus puntas principales. Lástima que la luz fuera mediocre.

Pese a llevar unas varias canales de la cara norte vistas, ésta de Estana me impresionó pues, menos alpina o empinada que otras, es, en mi opinión, más bonita. Por su anchura, además, dejaba ver al fondo un segmento amplio de horizonte pirenaico: la barrera sur de Andorra del Monturull al Puigpedrós y, más lejos a la derecha, el Carlit.

La subida al Pic de Costa Cabirolera fue como las anteriores: caminar junto a la arista por una suave rampa herbosa, llevando a la izquierda un abismo calizo.

La situación de este último pico de más 2.600 m de la Sierra del Cadí, desplazado al norte del eje de la sierra, procura al oeste la mejor panorámica de los contrafuertes sucesivos. Y eso que no se ve más allá del Vulturó.

Al sur, las nubes se acumulaban sobre la Sierra del Verd, el Cloterons y la de Port del Comte, aunque la amenaza no parecía inminente.

Al este, se descubrió el gran hoyo de la Coma dels Cortils, con el pico Comabona al fondo. El comienzo del retorno a Josa iba a consistir en ir hasta el fondo de la depresión. Para ello, giré a la derecha (SE) y...

... por el lomo correspondiente hasta llegar al Pas del Cabirol, que podía situar por el trazo que se dibujaba en la ladera terrosa de la izquierda.

Pues el paso en cuestión no es ni un corte ni una collada; simplemente es el lugar, marcado con hitos y pintura, en que cae al norte una banda de tierra suelta y grava, que...

... permite deslizarse por un camino libre de obstáculos, aunque empinado y suelto por momentos, a una verde cubeta unos 150 m más abajo.

Mirando a la izquierda durante el descenso, se constata que cualquier otra línea más cercana al pico estaría cortada por bandas de roca.

Desde abajo, el Pic de Costa Cabirolera. A la izquierda de la poco evidente cima, se ve el trazo de la bajada que, yendo bien calzado, no presenta dificultad.

A continuación, el trazo me llevó al noreste, en ligera diagonal descendente bajo la Serra Cabirolera. A poco de iniciar este flanqueo, dejé a la derecha una senda clara, pero sin marcas de GR, que bajaba más directamente hacia el fondo del Torrente de Cortils.

Yo iba a hacer una bajada más larga pero más pacífica y cómoda, rodeando esta verde cuenca y girando con la ladera, hasta el Cortal del Cortils, donde se encuentran varias sendas, en un cruce múltiple, bajo la vertiente gris de la Serra Pedregosa.

En el rellano, giré a la derecha (SE) en una primera bifurcación, dejando de lado las marcas de GR, y continué recto (S) en la siguiente, de modo que salí en dirección sur siguiendo una senda, marcada con manchas rojas, que remonta en diagonal a la derecha la Serra Pedregosa.

La subida es tan cómoda como venía siendo toda la ruta. Mirando atrás, se fue ocultando el Costabona, mientras que...

... enfrente a mi derecha, ganaba perspectiva sobre el Pic de Costa Cabirolera y...

... al otro lado me dominaban los curiosos roquedos que defienden la Serra Pedregosa. La senda los fue evitando y me llevó a alcanzar la cresta en...

... la Bretxa dels Cortils, al otro lado de la cual se extiende el Prat Socarrat (¡con lo verde que estaba!), donde giré a la derecha (SO) para retomar el descenso. Al fondo, el Pedraforca mostraba su cara norte,...

... especialmente tremenda entre el Calderer y el Cap de la Canal del Verdet. Enmedio, el Pollegó Superior.

Al poco, la densa desembocó en el arranque de un carril más amplio, que bajaba en apacibles diagonales, dando cara al Berguedá, unas veces a la Sierra del Verd y...

... otras al Pedrafoca, que iba cambiando con cada curva. Ahora la luz era mejor para apreciar sus relieves. Al bajar, fue apareciendo al pie del monte, a la derecha, un amplio rellano verde: el Coll de les Bassotes, al que me dirigía.

Frente al pinoso cerro de la Bola, dejé el carril por la derecha (S), tomando un trazo bastante claro...

... que salva por un paso estrecho una zona un tanto abrupta y rocosa para ir a salir al Coll de les Bassotes. Sin llegar a alcanzarlos, giré a la derecha (SO) y...

... bajé por un lomo de hierba hasta un cercano camino que sigue el curso del Río de Cerneres. Tomándolo,...

... fui descendiendo el valle y pronto empecé a ver las siluetas del Cloterons y el  Cadinell. Entre ambos picos se asienta Josa y marcan por tanto el fin de la excursión.

A medida que descendía este suave vallecito, de ambiente ya más bucólico que montañero, unas nubes oscuras parecían irme siguiendo los pasos. Finalmente, no me mojé por cinco minutos.

La pista acabó desembocando en la carretera C-563, junto a un puente sobre el Cerneres. La tomé a la derecha (E) y vino la parte desagradable de la ruta pues, durante dos kilómetros y medio, hube de caminar por asfalto. Por fortuna, había poco tráfico y...

... la vista no estaba mal, pues llevaba a mi izquierda la vertiente del Cloterons y, delante...

... fue desvelándose Josa, encaramado en su cerro, al pie de un airoso Cadinell.

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