RELATO GRÁFICO:
Al
alcanzar el Coret de Varradòs, aparece el Tuc de Parros, rodeado de satélites,
que se alza al otro lado del profundo tajo del Arroyo de Unhòla. A la derecha
(O),...
... la
cresta de la Sierra de Arenho se levantaba en forma de ancho y empinado lomo
herboso. Aparqué y comencé a remontarlo. Como no vi rastro de senda, iba por
donde mejor me parecía, mayormente derivando a la derecha, hacia donde me
condujo la propia pendiente.
Inopinadamente,
me encontré con un trazo bastante claro, que ascendía en diagonal al oeste. Lo
tomé y pronto vi aparecer las cimas que rodean el Valle de Varradòs, por donde
había llegado. Destacaban el modesto Tuc de la Coma Auran en esta vertiente y,
enfrente, el Montlude. Al doblar un lomo,...
... entré
en la vertiente del Arroyo de la Pincèla, apareciendo el Tuc Nere y el de
Samont. Como la senda iba recorriendo la ladera, ganando algo de cota pero sin
intención de remontarla, la dejé por la izquierda (SE) y...
...
encaré la empinada rampa de hierba que defiende la cresta. Fui caminando por
donde más cómoda me iba pareciendo la cosa, hasta llegar a una culminación
aparente. Se trataba de un rellano hacia los 2.330 m de altitud, buen sitio
para tomar un respiro y aprovechar para...
...
admirar la pirámide magnífica del Maubèrme, visible ahora a la izquierda del
Parros, por encima del Coret de Varradòs.
Al este,
caía un cordal secundario, formándose un anónimo cóncavo verde. Sobre el mismo,
las cimas del Macizo de Beret se extendían en el horizonte, del Moredo al
boquete del Puerto de la Bonaigua. Al otro lado de éste, el Pui homónimo y
crestas poco identificables de la zona de Saboredo - Bassiero. Buenos
panoramas, y eso que no había hecho más que empezar.
Sobre ese
rellano, se elevaba al sur Era Montanheta, única punta con nombre de las que
jalonan la cresta a la Pincèla. Para llegar a ella, remonté un amplio lomo
herboso, de pendiente bastante más suave que la anterior subida.
Llegando
a ese primer picacho, al asomarme a la vertiente occidental de la cresta,
disfruté del curioso cuadro que forma la alineación de los picos Nere, Samont y
de la Coma de Auran sobre los estanques inferiores de la Pincèla.
Desde la
Montanheta, apareció ya lo que parecía la cumbre, en realidad su antecima
norte, enmarcada por el Bon d’Arenho y la cuerda que me disponía a recorrer,
jalonada por un par de cotas anónimas. Ésta es mayormente suave y comodísima de
andar y tiene el ancho preciso para que, sin llegar a impresionar, se mantenga
la sensación aérea.
Tras unas
cortas bajada y subida, llegué a la cota anónima 2.425. Volviéndome, podía ver
la Montanheta, con la cresta Tartereau - Maubèrme - Ome - Montoliu - Parros
como fondo.
Al otro
lado, proseguía la apacible cuerda; a la derecha, se dominaba el boquete del
Còth de Salient, con uno de los ibones ya visible. A su través,...
... el
espinazo del Macizo de la Maladeta, del Russell al Pico de Alba al completo.
Lástima que el día estuviese tan brumoso.
El único
momento en que la arista se pone algo ceñuda es en la subida a una pequeña
prominencia que ni siquiera está marcada en el mapa, situada entre la cota
2.425 y la antecima norte (2.504). En los ocho o diez metros finales, el
terreno se empina y afloran algunos cantos, resultando más cómodo apoyar las
manos, pero sin que pueda hablarse de dificultad.
A partir
de ese bultito, el cordal vuelve a su pacífica tónica general hasta la
antecima, por lo que...
... uno
puede recrearse los ojos con las vistas, como ésta de los Estanhs dera Pincèla.
Ahora, a través del collado, junto al de la Maladeta, se llegaban a distinguir
los macizos de Posets y Perdiguero.
Desde la
cota 2.504, hube de pasar una brecha que, siendo algo más profunda y abrupta
que lo previo, no llega a suponer un obstáculo.
Mirando
atrás desde la cumbre de la Tuca dera Pincèla, se ve la cresta recorrida y el
Maubèrme al fondo. Girando a la derecha,...
... junto
al Parros, el horizonte se quiebra en una sucesión de picos, entre los que se
reconocen el Mont Valier (primero de la izquierda), el Mont Roig (en medio,
lejísimos) o el Moredo (al ladito, más cerca), hasta el Puerto de la Bonaigua.
Al sur,
se alinean las crestas de Aigüestortes y Boi, donde creo reconocer el Peguera,
Colomers y la Punta Alta, casi alineada con el Montardo. Más claros están, más
a la derecha,...
... los
Besiberris, que asomaban junto a la cima del Tuc d’Arenho.
Inicié el
descenso prosiguiendo el cresteo al suroeste. Ahora, se dibujaba un claro trazo
en la hierba. Pero pronto iba a dejarlo.
Tras
descender del domo cimero,...
... me
desvié a la derecha (O), apuntando a las cimas del Montlude y el Tuc Nere.
Enseguida,
se definió a mis pies una ancha loma que cae bruscamente al Còth de Salient.
El
terreno es considerablemente empinado pero regular y no presenta obstáculo
alguno.
Sin
llegar a la horcada, me desvié a la derecha (NE) para bajar hacia la vaguada de
ese lado, que se abre en un rellano que contiene tres laguitos.
Justo
antes de entrar en la vertiente del Arroyo de la Pincèla, el sol iluminó el
Macizo de la Maladeta. De las mejores perspectivas que he visto de la cresta
más alta del Pirineo.
Aunque no
se llegaba a ver tan bien, podía distinguir a la derecha los otros dos grandes
macizos benasqueses: un oscuro Posets, por encima del Salvaguardia, y un
Perdiguero más luminoso pero también impreciso.
Descendiendo
el vallecito, mis pasos me llevaron junto al ibón intermedio, que dejé a la
derecha antes de...
...
alcanzar el inferior y mayor, que es el único de la cuenca que posee nombre
propio: Estanh des Treutes. Allí tomé una senda clarísima que lo rodea por el
oeste y...
...
desciende luego siguiendo el torrente. Al llegar a una terraza de ligera
inclinación al pie de la cresta,...
... el
caminillo cruza el arroyo y pasa a flanquear la ladera...
...
prácticamente en horizontal.
Al cruzar
un lomo y antes de perderlo de vista, merece la pena volverse a contemplar el
Tuc Nere sobre los prados.
Poco
después, llegué al punto en que esa mañana había abandonado el sendero, pues se
trata del mismo que había usado a primera hora. A mi izquierda, se iba abriendo
el Val de Varradòs, mientras que, al otro lado,...
...
descubrí el collado homónimo. Antes, la senda se fue difuminando y acabé
atravesando los prados directamente hacia la horcada, frente a la...
...
visión impresionante del Maubèrme, que posiblemente muestre desde aquí su mejor
ángulo.
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