Picos Blancos (2.064)

 ASCENSIÓN DESDE LA CUETA

CRESTA INTEGRAL

El monte de los Picos Blancos está situado en la parte occidental de la Babia, lindando con la divisoria Cantábrica. A pesar del plural del topónimo, en mi opinión sólo hay una cima; aunque en la cresta se alzan otras puntas, su altitud y prominencia son notablemente menores. De hecho, morfológicamente consiste en una pirámide bastante regular de tres caras, constituida por la típica mezcla de caliza y pasto del occidente cantábrico, que se yergue más de cien metros sobre los cordales confluyentes. Tanta altivez, convierte a los Picos Blancos en un buen mirador sobre los valles y montañas vecinos, lo que hace de esta montaña un atractivo objeto de ascensión.

La ruta que escogí para ascender a esta montaña consiste en recorrer, prácticamente en su integridad, los dos principales de esos cordales que confluyen en la cima: el que desde el pico occidental cae hasta el pueblecito de La Cueta y su opuesto, que se proyecta al noreste. Se trata de dos aristas muy diferentes, ancha la primera, mucho más aguda la segunda y empinadas ambas. La variedad de la jornada se completa con el regreso a través de los valles que rodean la montaña por el norte y oeste.

Cresta de los Picos Blancos, remarcada por la sombra, desde el sur

SITUACIÓN:

  • Zona: Montaña Leonesa Occidental (Cordillera Cantábrica)
  • UnidadEntre Somiedo y Babia
  • Base de partida: La Cueta (León)
ACCESO: La Cueta está 90 km al NO de León, por La Magdalena, Pobladura de Luna y Piedrafita de Babia. Aunque se puede aparcar dentro del pequeño casco urbano, para no complicarse la vida, se puede dejar el coche en el Aparcamiento "Escuela de escalada - La Cueta", situado a la entrada. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen a ese punto en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.442 / 2.064
  • Mi tiempo efectivo: 3h31
  • Mi tiempo total: 4h45
  • Dificultades: Muy fácil. Algunos trechos sin senda, empinados e incómodos, a través de pasto alto o terreno inestable.
  • Track para descargar en Wikiloc
Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Desde La Cueta, tomar el lomo SO de los Picos Albos, que cae directamente sobre la población. Una buena forma de hacerlo, que no la única, es comenzar remontando el Sil por el camino de la orilla derecha y, al acabar éste en unos campos, girar a la izquierda (N) y remontar la ladera herbosa hasta la cuerda y, girando a la derecha (NE), seguirla por La Llana hasta la cumbre de Picos Blancos.

Seguir cresteando hasta la Peña La Paredina y dejarse caer a la izquierda (NO) por la ladera en busca de un trazo de senda. Tomarlo a la derecha (N), para seguir el lomo y bajar a un amplio llano al pie de Llagüezos. Girar a la izquierda (SO) y atravesar el collado Sobre El Agua, para, al otro lado, descender por el Barranco los Borras hasta La Cueta.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Agradable caminata por el lomo de una montaña típica del sector de Cordillera Cantábrica que separa el concejo asturiano Somiedo de la Babia, en León. La ruta se desarrolla por terreno generalmente cómodo y libre de obstáculos, si bien hay algún paso puntual en que una fuerte pendiente, el pasto alto y denso o guijarros sueltos obligan a poner un poco de cuidado al avanzar. Además, siendo un recorrido de cresta, tiene sus momentos aéreos, aunque sin llegar a tener que ayudarse de las manos. Por poner alguna recomendación, debería evitarse Picos Blancos con lluvia, pues la hierba mojada haría delicado el paso por sus empinados lomos y laderas.

RELATO GRÁFICO:

Tras aparcar en la entrada a La Cueta, comencé a atravesar el caserío hacia el norte, por la calle que prolonga la carretera. Enseguida, empecé a distinguir, sobre los tejados a mi derecha, las siluetas de Picos Blancos y La Llana, que forma un espolón en el lomo que cae de la montaña sobre La Cueta. Para tomarlo, debe de haber bastantes maneras. Yo, sobre el visor IGN, seleccioné la siguiente. En primer lugar, al llegar a la bifurcación que se ve bajo la iglesia, giré a la derecha (NE), para remontar el Río Sil.

A poco de salir de las casas, dejé la pista principal, que cruza el río por un puente, para continuar recto (NE) por un carril más deteriorado que se mantiene en la vertiente derecha del valle.

El camino acabó bruscamente en una zona de prados vallados poco después. Delante y a la izquierda, tenía el lomo SO de Picos Blancos, que formaba ante mí un testero. Sin molestarme en buscar trazos ni nada, empecé remontar en diagonal la ladera, derivando poco a poco a la izquierda, por donde mejor me pareció.

El terreno es bastante empinado y no hay descanso. Con el pasto alto incomodando el paso además, convenía tomárselo con calma, y así lo hice. Ocasión para relajar la atención y mirar alrededor; por ejemplo, hacia la cresta verde y gris que se iba descubriendo al otro lado del Sil.

O, volviendo la mirada, La Cueta, más allá de los prados por donde había pasado.

Poco a poco, a base de paciencia y buena letra, me fui acercando a un lomo pedregoso.

Al culminarlo, más allá del cordal meridional del valle del  Sil, se descubrió el “grande” de la zona: la Peña Orniz.

Al otro lado, al oeste, también había aparecido otro: el Cornón de Peña Rubia.

No estaba aún en el lomo suroeste, sino en uno secundario proyectado al sur; así que giré a la izquierda (NO), para ascender por él hacia su cercano entronque en...

... la cuerda principal de la montaña, que es ancha, de ligera pendiente y poblada de un matorral bajo pero pinchudo, donde, en todo caso, había paso suficiente para caminar con total comodidad. Incluso había un rastro de paso, que aparecía y desaparecía a ratos. Al fondo, veía el resalte que defiende La Llana, primer hito del cresteo.

Para superarlo, aunque por ningún sitio parece difícil, utilice un evidente corredor situado ligeramente a la izquierda de la divisoria.

El corto tubo es de pendiente mediana y más herboso que pedregoso. Desde lo alto del mismo, al mirar atrás, me di cuenta de que había aparecido en el horizonte la Sierra de Gistreo, más allá de la masa gris del Pico Orvia y a la izquierda del Muxaven.

Pero aún no había culminado; me faltaba superar una breve terraza oblicua de hierba antes de...

... salir de nuevo al lomo, a pocos metros de la antecima oeste de La Llana, cuya punta principal aparecía algo más allá a la derecha.

Conviene desviarse los pocos metros que separan esa punta secundaria para tener un amplio panorama de todo el arco oeste, desde las citadas sierras meridionales leonesas hasta la Sierra del Robezo, pasando por el Muxaven, el Cornón y el Mocoso, como cimas más conocidas.

Al norte, era ahora visible la vecina Sierra de Llagüezos.

Tras una corta parada, cubrí la escasa distancia que me separaba de la cima de La Llana, tras la cual se elevaba Picos Blancos y, ya al fondo, Peña Orniz.

Desde allí, una mirada a la cresta de la Peña los Años y la Chana.

Para dirigirme a la cumbre de Picos Blancos,...

... descendí primero al noreste, hacia el collado que me separaba de una prominencia  anónima (1.941), donde la cuerda gira al sureste.

Desde la misma, hay una bonita perspectiva de La Llana y...

... aparece, por primera vez, el paisaje al norte de la montaña. Destaca, a la derecha, el final de la cresta por el Pico Cebolléu y la Peña La Paredina, sobre la que se ve al fondo la contundente silueta del Pico Albo Occidental. Obsérvese, por cierto, a la izquierda, el mar de nubes sobre Asturias.

Tras girar, como dije a la derecha, aquí la cresta se hace momentáneamente más apacible aún, si cabe, antes de erguirse en la subida final a la cumbre. El lomo herboso, tras un primer tramo de 40 ó 50 metros de pendiente mediana, está  cortado por una banda rocosa, pero que, por la parte izquierda, se presenta...

... como una mera escalera de cantos, que atravesé andando.

Luego, siguen 60 ó 70 metros muy empinados y con una parte de hierba crecida y sin un solo canto (mucho ojo en mojado), hasta...

... dar con una segunda banda rocosa; en este caso, formada por dos resaltes verticales, pero que sendas diagonales (izquierda - derecha) permiten evitar.

Dando la última curva antes de salir a cumbre, un vistazo abajo a la izquierda hacia la zona de Sobre El Agua y, más allá, cordales asturianos, entre los que destaca altiva, a la izquierda, la Peña Negra de La Mesa.

Ya en la cumbre y mirando más a la izquierda, al norte, la Sierra de Llagüezos, con la Peña Chana en mitad de la cresta.

Siguiendo con la vuelta, al oeste, se suceden contra el horizonte la Sierra de Gistreo, el Muxaven, los Ancares, el Cueto de Arbas, el Cornón de Peña Rubia y el Cogollo de Cebolléu.

Al sur, a la izquierda de las peñas de Los Años y Chana, se veía ahora la cumbre del Montihuero, el más alto de ese grupo.

Al sureste, detrás de las paredes de los Picos de la Mortera, Peña Orniz y Picos Albos se destacan en la cresta cabecera del Valle del lago, sobre la cual asoman por poco los Picos del Fontán y Peña Ubiña.

Para regresar, di un amplio rodeo por el este, comenzando con proseguir el cresteo, al menos hasta los llamados Tres Curas, que son esas tres puntas verdes (la de la izquierda, menos evidente) sobre la cuerda, que aparecen centradas en la foto. El terreno tan fácil como hasta entonces, aunque algo más estrecho y movido. Tras unos primeros metros de arista casi plana, ésta...

... se desplomó hacia el collado que me separaba del Pico Cebolléu, que parecía poca cosa desde aquí, y pasaba por unos tramos pedregosos un poco afilados y...

... con caídas vertiginosas a la izquierda, hacia la hoya de Sobre El Agua.

En el collado, la bajada se veía impresionante.

A continuación, la subida al Cebolléu, más pacífica y tendida.

Desde esa cima, la perspectiva hacia el grupo del Montihuero era magnífica.

Y no digamos atrás, hacia Picos Blancos.

Nada más retomar el cresteo pasé una modesta prominencia anónima (1.982), donde merece la pena detenerse un momento para...

... volverse a mirar el Cebolléu y Picos Blancos, que muestra desde aquí parte de su cara norte.

También se ve bonito Llagüezos.

Desde aquí, poco quedaba a esos Tres Curas, de los cuales sólo toqué en el de la izquierda y más alto (y más soso en apariencia), llamado también Peña La Paredina. Ya se verá porqué.

Al tomar distancia, el Cebolléu muestra una buena perspectiva.

Y al llegar a lo alto de la Peña La Paredina, se ve el por qué del nombre.

Y también a la derecha, donde sucesivos contrafuertes sostienen los otros dos “curas”.

Mirando atrás, la segunda parte del cresteo: desde Picos Blancos al final.

A mi izquierda, tenía la hoya de Sobre El Agua, dominada por Picos Blancos y Llagüezos. Al paso por el último collado, había visto un trazo que baja hacia allí y podía haber vuelto a tomarlo, pero...

... viendo que el terreno a ese lado (NO) era empinado, pero no demasiado, y estaba libre de obstáculos, me dejé caer por la hierba en busca de senda.

Tras encontrar, al cabo de 20 metros, un primer rastro muy estrecho y difuminado, continué descendiendo otro tanto, hasta otro más definido, que tomé a la derecha (N). El mismo me llevó en rápida bajada, siguiendo el lomo del monte por su flanco izquierdo.

A la derecha, aún vi algo de la espectacular zona de paredes de La Mortera, antes de...

... acabar de bajar por la ladera occidental del contrafuerte hacia el pie de la Sierra de Llagüezos, donde se veía pasar un amplio camino, que tomaría a la izquierda (S), para regresar a La Cueta.

A la izquierda, podía ver la hoya de Sobre El Agua, dominada por la cresta recorrida.

La senda, me sacó de la hondonada por un estrecho pasillo que se abre entre Picos Blancos y Llagüezos, el cual culmina en un collado.

Pasado el mismo, al otro lado crucé una cerca y apareció el Muxaven en el horizonte, al cambiar a la...

... vertiente del barranco los Borras, que nace bajo la cara norte de Picos Blancos y luego...

... desciende hasta La Cueta por un valle abierto entre dicho macizo y una loma desprendida al sur de Llagüezos. Cuando el camino dejó de seguir su eje para ir al oeste, lo dejé por la izquierda (SO) y continué el descenso, sin senda, a través de la hierba que cubría la vaguada del torrente seco.

La cresta de Llagüezos iba quedando atrás cuando...

... inopinadamente fue dibujándose un trazo borroso en el suelo, que fue mejorando hasta convertirse en un buen camino, que seguía la ribera izquierda del barranco.

Desemboqué en una pista, a la vista de las elevaciones que rodean La Cueta. Tomándola a la izquierda (S), no tardé en...

... volver a entrar en la aldea y, siguiendo la calle que continúa la pista, llegar a la bifurcación del inicio bajo la iglesia.

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