Mesa de la Serradilla (1.989)

ASCENSIÓN DESDE BURGOHONDO

POR LA LOMA DE MOJÓN CIMERO 

La Mesa de la Serradilla es la segunda altura de la Sierra del Valle, la más oriental de la gran alineación de Gredos y posiblemente su segmento más olvidado. Se trata de una loma alargada donde la roca asoma en culminaciones elevadas sobre laderas que son abruptas y muy boscosas al sur, mientras que al norte presentan una caída más gradual y menos vegetación, merced al duro clima mesetario. Lo que tienen en común ambas vertientes es un horizonte despejado. Dije que ésta es una montaña olvidada pero sólo por los montañeros; multitud de caminos surcan el monte, trepando a los collados y atravesando vertientes, fruto de una intensa y antigua actividad económica local... pero sin alcanzar las cumbres, lugares que nunca interesaron a pastores o carboneros.

Cresta de la mesa de Serradilla, desde su extremo occidental, el Mojón Cimero

SITUACIÓN:

  • Zona: Macizo Oriental de Gredos (Sistema Central)
  • Unidad: Sierra del Valle
  • Base de partida: Burgohondo (Ávila)

ACCESO: La Puente Nueva de Burgohondo está 36 km al sur de Ávila, por el Puerto de Navalmoral. Tras cruzar el río, continuar por una pista de cemento (Camino del espino) a la derecha (S) y seguirla medio kilómetro, hasta que se hace de tierra. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen a ese punto en el siguiente link a GoogleMaps.

Pulsa aquí para consultar la tabla MIDE

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 836 / 1.989
  • Mi tiempo efectivo: 7h07
  • Mi tiempo total: 8h52
  • Dificultad: Muy fácil. La primera parte de la bajada, además de muy empinada, transcurre por terreno sumamente incómodo de matorral y pedreras. También el cresteo es incómodo, pese a los hitos, y ralentizará bastante la marcha.
  • Track para descargar en Wikiloc
Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Ya caminando, seguir por la pista de El Frontal en dirección a la sierra (SE). Girar en dos bifurcaciones a la derecha (SE y S) y luego a la izquierda (SO y E) en otras tantas antes de pasar por el caserío de Los Manaderos. Luego, vienen otras, muy seguidas, en que se sale respectivamente por izquierda (SE) y derecha (S). Hay más desvíos, pero no plantean dudas, hasta que, ya fuera del bosque, se llega a una bifurcación hacia los 1.350 m de altitud, donde hay que girar a la izquierda (SE), para enseguida llegar a la zona de Marivalles, donde hay otra que es el punto de cierre de la ruta. En este primer paso, seguir por la derecha (SO) hasta encaramarse al lomo de Castrejón. Remontarlo, dejando la pista por la izquierda (S), para ganar la cresta en Mojón Cimero y tomarla a la izquierda (E) hasta alcanzar la Mesa de la Serradilla.

Proseguir el cresteo al NE hasta el Portacho de las Serradillas y descender a la izquierda (NO), por mal terreno, empinado e incómodo, hasta topar, ya por debajo de la cota 1.600, con una senda que corta, casi horizontal, la ladera. El trazo está muy borroso y deteriorado, pero algunos hitos (pocos) ayudan a dar con él. Tomándolo a la izquierda (O), se llega al extremo de una pista que se dirige al oeste, la cual conduce a su vez al cruce citado de Marivalles. Y ya sólo queda, girando a la derecha (N), deshacer el camino de ida para regresar a El Frontal.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Larga caminata, variada y panorámica, que estaría al alcance de cualquier andarín sin el tramo salvaje de descenso del Portacho de las Serradillas. Como sucede con frecuencia en estas sierras orientales de Gredos, un breve tramo sin camino limita la excursión, no técnicamente, pero sí obligando a aceptar algo más que incomodidades y reservándola a montañeros habituados a moverse por terreno escabroso y sin guía. Esa bajada tuvo senda en su día, pero se perdió y quizá la mejor alternativa hubiera sido seguir hasta Lanchamala y bajar por la Rubiera y el Chamuzo, que son de mejor pasar, aunque supondría un rodeo considerable. 

RELATO GRÁFICO:
En la zona del Frontal, al pasar el Camino del Espino de cemento a tierra, aparqué junto a este cruce y comencé a caminar por la pista de la izquierda (SE). Por encima de la casa, se puede ver, el pico de Lanchamala, el más alto de la sierra, y, a la derecha, parte de la cresta a recorrer, incluyendo la Mesa de Serradilla: se trata de la primera de las ligeras prominencias que se aprecian.


Al pasar un pequeño alto, a mi espalda podía ver la Sierra de la Paramera, al otro lado del valle del Alberche.
Luego, viene un festival de bifurcaciones. Empezando por ésta, todavía en El Frontal: a la derecha (SE), para bajar a...

... los Bonales, donde hay dos. La primera, ésta, a la derecha (S) y...

... la segunda, para acabar de bajar a cruzar el Arroyo del Espino, a la izquierda (SO).

Ya en la orilla, a poco de retomar la subida bajo los robles, ésta del cartel indicador. Por la izquierda (SE), se va a Los Manaderos, zona con varios núcleos de cabañas y corrales, en estado más o menos ruinoso la mayoría.


A la salida de la misma, otro cruce; obviamente, a la izquierda (S) para mantener el ascenso, lo mismo que...


... aquí iría a la derecha (S), con el mismo propósito. Había más cruces aún pero he registrado sólo aquéllos en que creo que puede haber un mínimo atisbo de duda. El resto, o bien el ramal a desechar era mucho peor, o salía en una dirección inequívocamente inconveniente.


Salí del bosque en el Prado Nuevo, en realidad una zona de matorral en que la pendiente disminuye momentáneamente y a la que se accede cruzando una cancela. Al quedar atrás los árboles, volví a ver la cresta de la sierra, al principio levemente por el abombamiento de la ladera.


Atrás, un panorama ahora más amplio del valle del Alberche y la Sierra de la Paramera. El pueblo es Burgohondo.


Al subir, se descubrió la rocosa ladera de Sierra Umbría, bajo los picos de la Mesa de Serradilla y Lanchalisa.


Luego, ya hacia los 1.350 m de altitud, llegué a un cruce tan reciente que no viene en el mapa ni en las fotos aéreas. En ella, giré a la izquierda (SO) y encontré enseguida...


... el desvío de Marivalles, que va hacia el Arroyo de los Horcajuelos, que nace al pie del Portacho de la Serradilla. Éste es el punto de cierre de la parte circular de la ruta y, en este primer paso, seguí por la derecha (SO), para...


... atravesar la ladera, subiendo en diagonal, hacia el lomo de Castrejón, que es el último que se ve.


El panorama hacia el valle, cada vez más extenso, mientras que...


... del lado del monte, me dominaban empinadas laderas de pedrera y matorral, interrumpidas aquí y allá por algún cancho.


Llegando a lomo, hay una buena perspectiva esta vertiente septentrional de la sierra. Al fondo, me llamó la atención la silueta picuda...


... del Cerro del Chamuzo, más allá del cual se llegaban a distinguir las crestas más próximas del Guadarrama.


Al llegar al lomo de Castrejón, comencé a remontarlo por la misma pista, que hace una lazada antes de alejarse hacia el oeste. A la salida de la misma, dejé el carril por la izquierda (S), para ascender directamente por la cuerda, ancha, suave y cubierta de un matorral de apariencia cerrada, pero donde encontré los huecos suficientes para un cómodo avance.


A mi izquierda, las nubes comenzaban a ocupar la cresta de la sierra. Vaya.


Llegando a la parte final del lomo, el terreno se fue tornando paulatinamente más rocoso, hasta...


... convertirse en pedrera en los metros previos a culminar el Mojón Cimero, humilde hombro donde esta cuerda se engarza en la principal de la Sierra del Valle.


Al oeste, donde aún llegaban a verse los picos de la Gamonosa y el castillejo, éste ya en la Sierra del Cabezo, las nubes ya invadían decididamente el cordal.


Y, aunque al norte aún aparecían despejadas las Parameras,...


... la cresta que me disponía a recorrer tenía la misma pinta. En la foto, el pico más lejano es la Lanchamala; el Portacho de Serradilla, el collado previo; la Mesa de Serradilla, la siguiente prominencia, medio tapada, mientras que la cima de Lanchalisa resulta invisible por las nubes, estando como está volcada a la vertiente sur.


El cresteo transcurrió, por momentos, en medio de una visibilidad escasa,...


... comme-ci comme-ça (lo más fascinante), y...


... francamente despejado, cuando aprovechaba para localizar y memorizar todos los hitos que podía. Pues, si bien la cuerda no presenta dificultad, es sumamente incómoda, con su mezcla de matorral y pedrera. No había senda, pero sí unos hitos que indicaban el paso bueno para...


... no perder mucho tiempo en una progresión que, incluso siguiéndolos, es forzosamente lenta.


Entre la multitud de pequeñas elevaciones que jalonan el cordal, sólo la Lanchalisa tiene algo de prominencia. También, es el momento más rocoso del cresteo.


El Alberche, al norte, seguía despejado.


Al paso por la Mesa de Serradilla, los hitos rodean la cima por el sur (derecha). Por ello, hay que prestar atención, y más con niebla, para, a la vista de un amontonamiento de bloques, dejar el rastro por la izquierda (NE) y encaramarse a ellos, que...


... no son la cima. Ésta se halla unos metros más allá, al fondo de un pequeño llano herboso. Y carece de hito, lo que, siendo su segunda altura y estando entre sus mayores prominencias, nos confirma que esta Sierra del Valle no es de las más visitadas por excursionistas.


Durante el ratito que estuve en cumbre, las nubes, como mucho, me dejaron ver algún retazo de cordal. Cuando me cansé, continué el cresteo al este y... retomé los hitos.


... retomé los hitos cuando ya iba saliendo de los vapores.


Cerca del Portacho de las Serradillas, me encontré con una alambrada que recorría la cuerda. Poco antes de llegar a lo más bajo de la horcada, cuando el monte bajo me pareció algo más despejado a la izquierda (NO), giré para cruzar la cerca por uno de sus muchos huecos e iniciar...


... el descenso, manteniéndome a la izquierda del eje de la vaguada. Pronto salí al sol, lo que vino bien en este terreno de matorral y cantos, sin traza ni señales, y que...


... pronto se empinó considerablemente. Fui dejándome caer sin más, hasta que, al ver un trazo más abajo en la otra vertiente, me dirigí hacia su prolongación en ésta, tomando como referencia un par de canchos donde la pendiente se perdía de vista.


Acerté. Sobre uno de ellos, había un hito. Girando a la izquierda (O),...


... busqué su continuidad. No la vi, pero sí un trazo de senda horizontal más adelante a mi altura y, más lejos aún, una pista. Me dirigí hacia allí y...


... efectivamente, encontré una traza marcada con hitos, muy borrosa y cortada por deslizamientos de guijarros, pero que facilitaba un poco la travesía del matorral. Al tomar distancia y mirar atrás, se aprecia la bajada desde el Portacho. Es peor de lo que parece. Y me consta que hubo una senda hace más de veinte años. Pero poca gente viene ya por aquí.


Llegué al extremo de la pista que antes veía al pie de los roquedos de Sierra Umbría. La tomé, encaminándome al oeste, bajo...


... los riscos y canales de este rincón bravío de la Sierra del Valle, que, con las nubes cubriendo la cresta, ofrecía un aspecto aún más seductor.


Finalmente, llegué al cruce de esta pista con la que ya había utilizado de subida, que puede verse en el siguiente lomo. Ahora, giré a la derecha (N), para...


... regresar al valle del Alberche, deshaciendo el camino de la ida.


Atrás, quedó la Sierra del valle con su cresta tapada de nubes, hasta que...


... se despejó cuando estaba a punto de alcanzar el punto de partida en El Frontal. Pero, claro, ahora no iba a volver.



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