Tuc de Marimanha (2.675)

ASCENSIÓN DESDE BORÉN

POR EL TUC DETH ROSARI DE BACIVER (2.671)

El Tuc de Marimanha es uno de los picos principales del macizo de Beret, que separa los valles de Arán y Anèu. Se trata de una cresta de empinadas laderas herbosas, coronada por un afilado roquedo. A su alrededor, convergen varias barrancos, con amplias cuencas lacustres en sus cabeceras, por encima de los densos bosques que pueblan las zonas bajas. En suma, un entorno muy bonito y variado, junto con un hermoso panorama, son los principales atractivos de esta cima.

La doble cima del Tuc de Marimanha, más allá del Estany d'Airoto, vistos desde el este

SITUACIÓN:

  • Zona: Valle de Arán (Pirineos)
  • Unidad: Macizo de Beret
  • Base de partida: Borén (Lérida)
ACCESO: Borén está 165 km al norte de Lérida, por La Pobla de Segur, Sort y València d’Àneu. No hay que llegar al pueblo; cuando la carretera, bajando hacia el mismo, hace unas lazadas a menos de un kilómetro, hay una explanada en el exterior de la primera curva cerrada a la derecha, al fondo de la cual se ven unas construcciones cúbicas de metal y sale un camino. Ahí aparqué e inicié la ruta. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen a ese punto en el siguiente link a GoogleMaps.

Pulsa aquí para consultar la tabla MIDE

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.165 / 2.675
  • Mi tiempo efectivo: 8h30
  • Mi tiempo total: 10h40
  • Dificultad: F. Trepadas de dificultad mínima, expuestas y por terreno inseguro, en la cresta. Pedrera o neveros de pendiente moderada en la bajada de la Collada dels Estanys del Rosari.
  • Track para descargar en Wikiloc


Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Desde el lugar descrito o del propio Borén, tomar el camino que sube a las Bordes d'Àrreu y, allí, al dar con el que recorre el río del mismo nombre, tomarlo a la izquierda (N) y seguirlo hasta el Estany del Rosari d'Àrreu. Por senda cada vez más precaria, rodear el lago por el sur, vadear los torrentes que lo alimentan y remontar al norte la ladera hacia los Plans d'Isavarre, donde el trazo se esfuma definitivamente. Seguir subiendo, primero al norte y luego al oeste, siguiendo el arroyo que baja, alimentando sucesivos ibones, del Estany Superior dels Plans. Desde ahí, ganar la arista que se alza al oeste, ascendiendo por una empinada ladera de hierba y cantos, y seguirla a la derecha (N), superando algunos pasos muy expuestos pero sumamente fáciles (I). En el entronque con la cresta del macizo, girar a la izquierda (NO), para llegar, pasando por el Tuc Oriental (F), a la cumbre de Marimanha.

Bajar por la arista a la izquierda (S) para ir, por similar terreno expuesto e inseguro pero sin apenas dificultad (I), hasta la Collada dels Estanys del Rosari (F). Girar a la izquierda (E) y continuar el descenso por la vaguada que, ya sin la exposición de la cresta, sigue siendo incómoda por lo escabroso y empinado. Si la nieve ocupara todo el ancho de la canal y según las condiciones, el inicio del descenso requerirá cuidado (40º). Sea como fuera, la bajada acaba en los Plans d'Isavarre (F), encontrando el itinerario de subida más o menos por donde desapareció el trazo. Retomándolo, sólo queda deshacer camino para regresar a Borén.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Esta ascensión es larga y transcurre por entornos muy variados, que incluyen terreno de campos, bosque, prados, ibones y una panorámica cresta fácil. La ruta es muy hermosa, o igual yo tenía mucho mono de Pirineo. Bueno, creo que es más bien lo primero y que se disfrutará probablemente en soledad, pues, por la lejanía de la cima, no es ésta la vertiente más usada para subir a estos picos.

Como factores limitantes, la cresta incluye pasajes aéreos por mala roca, donde será más útil la experiencia que la técnica para no llevarse sustos. También, hay una desagradable pedrera en la bajada desde la Collada dels Estanys del Rosari, o bien un nevero que, si es inevitable, puede alcanzar una pendiente mediana en la parte más alta de la canal, haciendo la bajada expuesta y, el piolet y los crampones, aconsejables. Además, por encima de los Plans  d’Isavarre, no hay trazo ni señales, aunque la orientación a vista es sencilla. 

RELATO GRÁFICO:

Tras aparcar en la explanada sobre Borén, comencé caminando hacia el fondo de la misma, donde se ven dos construcciones metálicas, para...

... tomar a la izquierda (N) el camino empedrado que sube a las Bordas d’Àrreu, marcado con unos trazos amarillos, que me guiarían hasta el Estany del Rosari d’Àrreu.

A través de los huecos en el arbolado, vi a mi derecha el fondo del valle del Noguera Pallaresa y,...

... al otro lado, las casas de Borén, que iban quedando abajo.

Poco después de pasar por un prado en que se alza una ermita románica, llegué...

... a las Bordes d’Àrreu, en medio de las cuales hay un cruce de sendas. Atendiendo las indicaciones de un cartel, giré a la izquierda (N) para continuar hacia el Estany del Rosari d’Àrreu, pasando entre dos construcciones arruinadas.

... a las Bordes d’Àrreu, en medio de las cuales hay un cruce de sendas. Atendiendo las indicaciones de un cartel, giré a la izquierda (N) para continuar hacia el Estany del Rosari d’Àrreu, pasando entre dos construcciones arruinadas.

Toda la subida es muy llevadera y, tras una primera parte entre campos, entré en...

... el bosque, al tiempo que la senda me acercaba al río, que corre por aquí impetuoso.

Luego, me separé del cauce, al tiempo que clareaban los árboles, dejándome ver, al suroeste, el amplio barranco del Muntanyó y algunas crestas de las que abrazan este valle.

Poco después, crucé el río y, tras pasar junto a un pequeño ibón anónimo, llegué...

... al Estany del Rosari, al fondo del cual se veía alzarse el pico del mismo nombre, vecino inmediato del Tuc de Marimanha, que quedaba oculto a la derecha. Continué por la senda, rodeé la masa de agua por el sur (derecha) y...

... vadeé los dos modestos torrentes que lo alimentan. Tras el segundo, la senda, ya reducida a un trazo borroso y discontinuo, me llevó a remontar...

... una ladera poblada por una mezcla de hierba, matorral rastrero y pinos dispersos.

Fui ganando altura, guiado ahora por hitos, pocos y separados, y que acabaron por extinguirse también (creo que éste es el último). Pero hay una buena referencia en el roquedo más importante que se veía culminar la pendiente, y cuya base rodeé por el este (derecha). A su altura, en torno...

... a los 2.200 m de altitud, la pendiente cedió en los Plans d’Isaverre, desde donde hay este panorama hacia el suroeste: sobre la cresta occidental del valle, comenzaban a asomar algunos picos del sector de Sant Maurici.

Unos minutos más de remontar la ahora suavísima cuenca, me dejaron a orillas de un nuevo ibón, el Superior del Rosari, más allá del cual se alzaba el cordal que pensaba recorrer. No hay que dejarse engañar; el pico que parece más alto, con boina de nieve, es el Tuc Oriental de Marimanha; la cumbre es el siguiente a la izquierda, el que aparenta doble cima. A partir de aquí, seguiría la línea del agua y, tras rodear el agua por la derecha, remonté la pala de hierba del fondo, caminando junto a un modesto torrente.

Antes, un comentario: desde esta zona se ve muy bien el lomo por el que gané la cresta del macizo, proyectado delante del Tuc Oriental. Es redondeada en general, pero presenta varios roquedos, que hube de rodear por terreno expuesto. Ya lo veremos.

De momento, lo que me encontré fue otro ibón, más pequeño y anónimo. A continuación, nueva corta rampa, desde lo alto de la cual...

... el panorama al oeste era ya magnífico, con alguna cresta reconocible, como la de Colomers.

Al llegar al más bajo y pequeño de los Estanys dels Plans, tras el que se veía el Bonabé a través de una collada, giré, siempre con el agua, a la izquierda (O), para continuar subiendo hacia el...

... más alto de los lagos de esta cuenca. Detrás, estaba el lomo por el que ganaría la cresta del macizo. Para ello, tras rodear el ibón por el sur (izquierda), fui remontando la vertiente por la hierba, evitando las pedreras.

El terreno, aunque empinado, era despejado y sólido, así que...

... pronto me encontré a bastante altura para tener esta vista de la sucesión de laguitos que había pasado, con el fondo del Pic de Qüenca y las afiladas crestas de la Serra dels Plans.

Alcancé la cuerda hacia los 2.500 m de altitud, apareciendo al otro lado las desoladas Tarters dels Plans, dominadas por el Tuc deth Rosari, que aparecía enmarcado por las crestas de Sant Maurici a un lado y los Besiberris al otro.

La cuerda, sobre la que aquí aparece la cima del Tuc de Marimanha, es al principio amable; regular, suave y con el ancho junto para resultar aérea pero no vertiginosa. Pero no tardé en topar con un crestón de mala roca, que contorneé por...

... la vertiente oriental (derecha), que es expuesta y poco estable, aunque no presenta obstáculos reseñables.

Sólo este pasito donde hay que ayudarse algo de las manos (I), pero, como roca, es lo más seguro del tramo. Por la arista también miré y la cosa no es mejor, pero sí más incómoda.

Al volver a la cuerda, junto al Tuc de Marimanha asomaba ahora, más allá de los Besiberris, el Macizo de la Maladeta.

El cordal principal estaba ya cerca, pero lo defendía este roquedo, que se supera con facilidad rodeándolo por el flanco oriental (derecha), hasta dar con...

... esta chimenea de hierba y cantos, llena de apoyos y lejos de ser vertical (I).

En el entronque del lomo que seguía con la cresta del macizo, me encontré este iboncito, encajado entre ambos. Giré a la izquierda (NO) y...

... tomé la arista que me llevaría, ya sin dificultad, al Tuc Oriental de Marimanha y posteriormente a la cima principal.

Desde la primera de las cimas, al norte, más allá de los lagos de Marimanha, se extendía la barrera norte aranesa, en la que se distinguían sus tres grandes: Maubèrme, Barlonguèra y Valier.

A la derecha, más allá del laguito de antes, panorama al este. En el propio macizo, se ven Moredo, Bonavé y Qüenca. Más lejos, el Mont Roig y hasta el Macizo de Estats, aunque aparece medio tapado por el Ventolau.

Siguiendo con el giro, al sur, el lomo por el que había llegado, entre la cuenca de los laguitos y la gran pedrera.

Al oeste, la cumbre del día, con el fondo nuboso de los grandes macizos de la Ribagorza, incluyendo ahora Posets y Perdiguero. Proseguí caminando por la cuerda,...

... alcanzando en pocos minutos el Tuc de Marimanha. Desde su cima, el panorama al norte es muy parecido.

Al este, sólo varía que ahora se ve el anterior pico. Merece la pena repasar el fondo:...

... el Pico de Moredo muestra su cara más brava;...

... más allá del Mont Roig, se distinguen ahora los tres picos de Estats.

El Pic de Qüenca, aunque más modesto en altitud, tiene también carácter. Al día siguiente le llegaría el turno.

La gran pedrera impresiona; menos mal que no toca cruzarla.

Al oeste, el ligero cambio de perspectiva, permitía ahora identificar otros dos grandes, además de los ya vistos: el Peguera y la Punta Alta ¿Los ves? El segundo, seguro que sí. Para descender, continué el cresteo, girando a la izquierda (S), por ese lomo que ve proyectado hacia la zona de Sant Maurici y comienza con un cueto rocoso. Lo rodeé por el este (izquierda), de nuevo por...

... terreno libre de obstáculos, pero expuesto y no demasiado estable.

Al otro lado, volví a la cuerda, que se pacifica y empina en sucesivos escalones. El primero, cómodo y sin dificultad;...

... el segundo, más rocoso y con algún mínimo resalte (I).

Sigue un crestoncillo de bloques, donde otra vez hube de ayudarme de las manos (I) y...

... una bajada aún más aguada y empinada, ante la que preferí bajar a la izquierda (E), aprovechando un paso muy fácil, para pasar al pie de la roca por terreno de hierba y bloques.

Este flanqueo sigue la tónica de los anteriores; podría ser un poco más escabroso, pero apenas hay diferencia en exposición o dificultad (I). Aquí acabó la parte más complicada del cresteo y...

... la cuerda se transformó en un ancho y suave lomo. Desde una prominencia anónima que se ve ante el Tuc deth Rosari, una mirada atrás... 

... muestra las dos cimas del día, engarzadas en la cresta recorrida.

Delante tenía la Collada dels Estanys del Rosari; por cierto, hay alguien en lo alto del Tuc del Rosari: única persona que vi en toda la jornada.

Antes de abandonar la cresta, una mirada de despedida hacia el oeste: más allá de la cuenca lacustre de Bacivèr, las nubes tapaban las crestas más altas de la cordillera.

Luego, giré a la izquierda (SE), para descender por la vaguada de ese lado. El inicio, los primeros cincuenta o sesenta metros, es bastante empinado, aunque creo que no llega a los 45º. Si el ventisquero hubiera ocupado todo el ancho de la canal, el paso hubiera requerido cierta precaución. Pero, no siendo así, la dificultad era nula; incluso había un trazo, que...

... más abajo, al tenderse la pendiente, se perdía en la hierba. Es más, aproveché el nevero de abajo, de mínima pendiente, para...

... acabar más cómodamente el descenso.

Luego, no me quedó otra que atravesar una inmunda pedrera. Había algunos hitos, aquí y allí, pero daba igual hacerles caso o no; acabé yendo recto hacia el ibón más cercano, sin hacerles caso.

Cerca del anónimo laguito, volví a pisar hierba y, aunque rodeando el estanque por el sur (derecha),...

... tuve otra ración de cantos, aquí acabó el pedregal por esta jornada. Tras echar una mirada de despedida al collado y la anónima cota (2.542), continué...

... descendiendo al SE, caminando por suaves prados. Con la guía del desagüe del lago, pasé por un par de estanques, diminuto el primero y...

... algo mayor y, ya entre pinos, el segundo. Volviéndose desde éste, había esta...

... vista de los dos picos de Marimanha.

Manteniendo la dirección a través de los prados, acabé llegando a los Plans d’Isavarre, donde convergí con la ruta de subida, de lo que fui consciente al ver los primeros hitos.

Siguiéndolos, pronto estuve en el Estany del Rosari d’Àrreu, donde retomé la senda del valle, para regresar a Borén.

Vaya. A la subida no me había fijado en esta cascada.

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