Peña de San Justo (1.955)

 ASCENSIÓN DESDE EL LAGO DE ISOBA

EN COMBINACIÓN CON EL RUNCIÓN (1.786)

San Justo y Runción son dos prominentes peñas que dominan el Lago de Isoba al pie del Puerto de san Isidro. Se elevan al extremo de sendas estribaciones proyectadas al sur de la divisoria cantábrica y norte de la Sierra de Sentiles, respectivamente; es decir, que pese a su cercanía, pertenecen distintas regiones de la Montaña Leonesa, la oriental y la central, según la convención al uso. Sin embargo, son montañas muy parecidas: grandes peñas aisladas, que mezclan pasto y roquedo en sus vertientes. Como la ascensión a cualquiera de ellas desde el lago es muy corta, dado además su parecido, parece lógico subir a ambas cumbres en una sola jornada.

Peñas de San Justo y Runción desde el Lago de Isoba

SITUACIÓN:

  • Zona: Montaña Leonesa Oriental (Cordillera Cantábrica).
  • Unidad: Divisoria de San Isidro a Tarna.
  • Base de partida: Isoba (León).

ACCESO: El Lago de Isoba está, poco antes del pueblo del mismo nombre, 76 km al NE de León, por Robledo de Torío, Boñar y Puebla de LilloPuedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen a ese punto en el siguiente link a GoogleMaps.


Pulsa aquí para consultar la tabla MIDE

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.331 / 1.955
  • Mi tiempo efectivo: 5h48
  • Mi tiempo total: 7h26
  • Dificultad: F. Placa inclinada de 50 m, con muchos apoyos (I), para llegar a la cima de la Peña de San Justo. Evitable, pero es el acceso más cómodo.
  • Track para descargar en Wikiloc

Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Junto al Lago de Isoba, tomar la senda balizada (PR) que se dirige al sur y rodea por su base el Runción, pasando al valle del Silván. Al llegar a la Mina San Andrés, dejarla por una pista que sube a la izquierda (E) y llega al Collado de la Rasa, que también puede alcanzarse, ahorrando desnivel atajando desde la última lazada. Como sea, una vez allí, superar el lomo al norte, a través de matorral bajo y no muy cerrado, hasta la cima del Runción.

Seguir la cuerda a la izquierda (O) hasta la Peña Los Niales y dejarse caer a la derecha (NO), por el ancho lomo, hasta dar con una pista que va por la orilla del Lago de Isoba. Tomarla a la derecha (NE), cruzar el río homónimo por el Pozo de la Leña y, cuando el camino se bifurca, seguir recto (N), ascendiendo campo a través por la ladera. Tras ganar altura por pendientes herbosas, al llegar a una collada, girar a la derecha (E), para alcanzar una arista pedregosa y, recuperando la dirección norte, remontarla. Al poco, se pasa junto unas retamas, dejándolas a la derecha; por encima, se extiende un brezal; girar (E) y atravesarlo, ganando altura en diagonal (NE), según nos llevan los huecos, hasta estar bajo el cancho cimero. Trepando por el mismo, primero por placa y luego por una chimenea se culmina la Peña de San Justo (F).

Seguir la cresta a la izquierda, con traza discontinua y algunos hitos, pasando junto a la punta NO antes de dejarse caer por una empinada ladera de hierba y matorral hacia el Collado Pinzón. Sin alcanzarlo, ya el terreno nos hace derivar a la izquierda (O), se llega a su vaguada meridional, recorrida por una pista. Tomándola a la izquierda (SO), se llega a Isoba. Salir a la carretera del Puerto de San isidro y tomarla a la izquierda (S), dejándola enseguida por el primer desvío a la misma mano (SE), que conduce sin tráfico al Lago de Isoba.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: En medio de una comarca bellísima, puro cantábrico leonés, transcurre esta doble ascensión que, sin presentar grandes dificultades, sí que es agreste, transcurriendo en buena parte sin senda ni señales. Ninguna de las dos cimas es muy visitada, pese a su buena pinta, accesibilidad y excelentes vistas. Y, dado que el terreno en ambos casos, aunque muy empinado, carece de obstáculos, los hitos han ido desapareciendo sin que nadie los reponga y, al trazar cada cual su propio itinerario, tampoco se ha marcado un rastro claro. Da igual; se sube y baja bien, pues el objetivo, la cima en cuestión o el lago, van a estar a la vista.

Respecto a la trepada de la Peña de San Justo, puede soslayarse por el matorral, que no es demasiado incómodo, pero creo que resulta más conveniente ir por la roca, pues la trepada, aunque larga y expuesta en algún momento, es fácil y muchísimo más cómoda.

RELATO GRÁFICO:

Comencé la excursión caminando por un camino señalado como PR que, desde la orilla occidental, se dirige al sur.


Al ganar altura, perspectiva de la Peña de San Justo y el Lago de Isoba.


Al ir rodeando el Runción, asomaron la Peña Lázara y, más lejos, el Ausente y el Requejines, en la Sierra de Sentiles.


Luego, entré en la vertiente del Río Silván y apareció al fondo el Susarón.


La senda me llevó hasta el cóncavo en que se encuentra lo que queda de la Mina San Andrés. Allí, la dejé para tomar a la izquierda (E), un carril de servicio de la explotación. Según subía, pasé un par de cruces, optando siempre por seguir el ramal que más subía.


A punto de superar ya el terreno de la mina, una mirada atrás: magnífico aspecto de la segundona Peña Lázara y, allá lejos, más allá de la cresta de Sentiles, asoma la cima del Pico Torres.


Luego, atravesé brevemente un hayedo, del cual...


Salí a una ladera de monte bajo, desde la cual se divisaba ya la cima del Runción, que es el roquedo más alejado de los que se ven. A partir de aquí, el carril estaba invadido por la maleza, aunque aún era suficiente para un avance cómodo.


Por él fui subiendo en lazadas, hasta los 1.580 m de altitud; allí está la última curva a la derecha, según el mapa, y estaba un poco más alto que el Collado de la Rasa. Tenía dos opciones para alcanzarlo; seguir por el camino, que da un rodeo y sube aún más, o atajar directamente hacia la horcada. Viendo que, en el exterior de la curva el matorral no estaba tan cerrado, y hasta parecía haber un hueco de paso, dejé el carril por la izquierda (NE) y, tras atravesar una estrecha tira, apenas un par de metros, de matorral, entré...


... en el bosque, denso pero despejado bajo los árboles. Lo atravesé manteniendo cota durante un centenar de metros y...


... salí a otro carril. Es el final del de antes y, tomándolo a la izquierda (N), para bajar un poco, llegué...


... al Collado de la Rasa. Allí, seguí recto (N), volviendo a dejar el camino, para, después de atravesar una breve banda de helechos, afrontar...


... una ladera de brezos, en lo alto de la cual brillaba el cancho cimero. Dirigiéndome directamente hacia él, sin hitos ni trazas, emprendí la subida. Me llevé entonces la agradable sorpresa de que, pese a la pinta,...


... el matorral no era ni alto ni denso y se caminaba bastante bien. Pronto, apareció a mi derecha la mole del Mampodre, al otro lado del valle del Porma.


Atrás quedaba el collado y el Pico la Granda, tras el que asomaba ya el Susarón.


Y nada más que contar de esta prolongada remontada.


Sólo en los últimos metros, me encontré algunos cantos que, como se ve, no oponían la menor dificultad. ¡Ah! Y unos hitos; a buenas horas...


Al culminar el Runción, una mirada atrás, al paisaje meridional dominado por el Susarón.


Al este, el Mampodre sobre el valle del Porma.


Al norte, la peña de San Justo lo tapaba casi todo. Ése era el siguiente objetivo del día y, para alcanzarlo, comencé por girar a la izquierda, para...


... recorrer la cresta al oeste, hacia la Peña de los Niales, que aparecía enmarcada por la Sierra de Sentiles y el Pico Torres.


Tras superar este breve lomo, casi horizontal, suave y recorrido por un trazos discontinuos que facilitaban un tanto el paso por el matorral y los cantos sin hacerlo del todo cómodo. No viene mucha gente por aquí. Desde los Niales, una mirada atrás, a la cumbre, antes de...


... girar a la derecha (NO) y dejarme caer por un lomo de similares características, que, a partir de un hombro pedregoso,...


... se empinó y ensanchó, al tiempo que apareció el Lago de Isoba. Hacia él me dirigí directamente, pues...


... la ladera era muy uniforme, hasta que...


... topé con un carril, ya muy cerca del lago, que tomé a la derecha (NE). El camino pasa entre la base del Runción y ese montecillo que se ve al otro lado del lago,...


... por una verde y suave vaguada, desde la que se ve la peña de San Justo, bajando a...


... cruzar el Río Isoba por un puentecillo, en el Pozo de la Leña, bonito remanso formado bajo la única cascada de los alrededores. En la orilla izquierda, el camino desemboca en otro, que remonta el riachuelo (se ve el cartel del cruce).


Yo continué recto (N), remontando la ladera hacia la Peña de San Justo. No vi hitos ni traza, pero no es complicado. Primero, avancé pendiente arriba sobre la hierba hasta una collada a la derecha de un cancho.


Desde allí, hay ya una buena perspectiva del Runción.


Desde la collada, giré a la derecha (E) y atajé prácticamente en horizontal hasta un lomo poco marcado, del que sobresalen algunos canchos y...


... desde donde se domina el Valle de Langreo; es decir, el tajo que el Río Isoba abre entre la Peña de San Justo y el Runción.


Allí, nuevo giro, ahora a la izquierda (N) para encarar la pendiente, que aunque sin un camino definido, seguía siendo cómoda.


Tras sobrepasar unas retamas (se ven a la derecha de la foto), dejándolas a la derecha, giré a ese lado (E), hacia un brezal. No sólo el matorral no era tan bajo y poco denso como en el Runción, pero tampoco parecía de los malos. Y, además, vi una traza horizontal que se introducía en el mismo y la seguí.


Al poco, la traza desapareció, o, mejor, se dispersó. La cosa es que el paso no era demasiado incómodo, pese a la fuerte pendiente, y el matorral...


... fue perdiendo porte y densidad al ir ganando altura, según me iba marcando la mayor o menor comodidad del paso. De todas formas, la laderita se las trae; menos mal que las vistas eran muy majas, ya miraras abajo al lago,...


... a la izquierda hacia la parte de San Isidro o...


... a la derecha, hacia el Runción.


Cuando me fui acercando al cancho cimero, un poco harto ya de matorral, decidí dirigirme a su base para trepar hasta la cima, aunque seguro que se puede soslayar.


Después de todo, si bien el risco tiene cien metros de altura, se veía fácil. Primero una zona de placas tumbadas y con muchos apoyos (I). Pero no fue así hasta el final, tras una primera mitad así, me encontré...


... antes dos canales divergentes, ambas de gatear un poco (I), de las cuales escogí la de la izquierda, más rocosa y que me pareció que llevaba la dirección adecuada. Al cabo de otros 50 metros de trepada,...


... me encontré en la cresta de la Peña de San Justo, con la cumbre 30 ó 40 metros a mi izquierda (NO), al cabo de una breve arista de cantos y matojos, ya sin dificultad.


En el panorama septentrional, más allá de la vecina divisoria cantábrica, destacaban las moles del Tiatordos y Peña Ten, más los Picos de Europa al fondo.


Al este, sobre el valle del Porma los picos del Mampodre y, asomando sobre sus estribaciones meridionales, Peñas Pintas y otras crestas próximas a Riaño.


Al sur, la vista se extendía ahora por encima del Runción. Destacaban los de siempre: Susarón y Sentiles.


Inicié el retorno caminando por la cresta al noroeste, hacia una cercana punta anónima, que aparece aquí enmarcada por el Pico Torres y la cresta de Rapaína. Al principio, hasta había un trazo y unos hitos, que me llevaron a rodearla por el sur (izquierda).


Al pie de la punta noroeste, mirada atrás, de despedida, al cancho cimero de la Peña de San Justo.


A continuación, comencé a bajar por una amplia ladera, derivando en diagonal a la derecha (O), apuntando Peña Agujas, a fin de...


... entrar en el flanco noroeste del monte, donde la senda se dibujó más clara aún y podía ver el Puerto de San Isidro, entre Peña Agujas y el Pico Torres.


Al empinarse el terreno, se descubrió, muy abajo, el Collado Pinzón, al que pretendía bajar. Pero, antes, en ése rellano herboso que se ve a media altura,...


... desaparecieron senda e hitos y...


... la búsqueda de la comodidad en esta empinada ladera herbosa me hizo desviarme a la izquierda (O). Pero no es mala cosa, pues supone incluso acortar para dirigirme luego a Isoba. Al llegar al fondo de la...


... vaguada herbosa que baja del Collado Pinzón, crucé de un paso el modesto chorro de agua que la recorre y tomé a la izquierda (SO)...


... la pista del otro lado. Desde ella, iba viendo ya ante mí las peñas de los Niales y Lázara, marcando la situación del lago.


A mi izquierda, me dominaba la Peña de San Justo.


Al llegar al pueblo de Isoba, la pista desemboca en una calle. La tomé a la derecha (O) y, enseguida, salí...


... a la carretera, donde giré a la izquierda (S). Enseguida, pasada la iglesia, la dejé a su vez por el primer desvío a la misma mano (SE), que...


... es una pista que evita cruzarse con el tráfico mientras se recorre el último kilómetro hasta...


... retornar al lago de Isoba.


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