Canchal de la Ceja (2.427)

ASCENSIÓN DESDE LA CENTRAL DEL CHORRO

POR EL ARROYO MALILLO

Entre los valles del Alagón y el Tormes, separada de Gredos por el Puerto de Tornavacas, se alza la Sierra de Candelario, que incluye los dosmiles más occidentales del Sistema Central. Se trata de una loma redondeada, tan ancha que, sobre ella, se llega a perder la sensación de estar en cresta, pese a tener uno de los horizontes más abiertos que conozco. Sin embargo, bajo la cresta, antiguos glaciares excavaron sus laderas, dejando un puñado de circos y crestas, tan altivos y aéreos como se puedan encontrar en el resto de la cordillera. Su naturaleza no es exuberante, limitándose a pasto y matorral, como imponen sus extremas condiciones climáticas; sólo en lo más abrigado de los barrancos se refugian masas de pinos, robles y encinas. Es también una montaña humanizada, con pueblos y pistas retrepados hasta media ladera, pero sin llegar a estropear su carácter agreste.

En esta ocasión, visitaré la cumbre de Candelario partiendo de la vertiente abulense y remontando uno de los barrancos que caen hacia ese lado, el más estrecho y agreste de ellos y que, quizá por ello, recibió el nombre de Malillo. Respecto al regreso, bajé siguiendo la Cuerda de la Ceja, panorámico lomo que separa el Arroyo Malillo de las Lagunas del Trampal, pero que tiene un inconveniente que reflejo más adelante, en los comentarios.


Pese a la lejanía, se aprecia el corte del Arroyo Malillo, el de la izquierda, bajo el Canchal de la Ceja.

SITUACIÓN:
  • Zona: Sierras de Béjar (Sistema Central)
  • Unidad: Sierra de Candelario
  • Base de partida: Solana de Ávila (Ávila)
ACCESO: La Central del Chorro está 100 km al SO de Ávila, por el Barco de Ávila y Solana de Ávila. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen a ese punto en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.385 / 2.427
  • Mi tiempo efectivo: 6h44
  • Mi tiempo total: 9h11
  • Dificultades: F+. Prolongada trepada con pasos cortos de I y II. Canal herbosa extremadamente empinada (I) en sus metros finales. Largo tramo entre matorral muy denso y alto, que va a ralentizar extraordinariamente la marcha.
  • Track para descargar en Wikiloc
Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Salir de la Central del Chorro por la senda que, al SO, remonta el barranco. Cuando se bifurca, ir por la derecha (NO) para subir por las placas por las que se desliza el agua, hasta el Refugio Laguna del Duque. Continuar por el camino que bordea el embalse por el norte (derecha) hasta la cola, donde se divide en dos. Seguir por la derecha (O), remontando el curso Arroyo Malillo, siempre guiado por los hitos. Al paso por La Angostura, éstos nos llevan a una larga trepada con pasos de escasa dificultad (I / II-), por la pared norte (derecha) del cañón. La cabecera del barranco se supera por una evidente canal herbosa, rectilínea y empinada (I), de unos 100 m de desnivel y que pasa de los 45º de pendiente a la salida. A continuación, aún queda remontar un suave cóncavo para ganar la cresta en una portilla (2.375), vecina a la Cumbre de Talamanca (F+), que queda a la izquierda (SO). Volver atrás (NE) y seguir la cuerda, amplia y suave, para ir al Canchal de la Ceja.

Para regresar, seguir la Cuerda de la Ceja al este. Según marcan los hitos, evitar los pasos más agudos por el sur (derecha) y, cuando la loma se abre en una amplia ladera, derivar a ese mismo lado, atravesando el piornal hacia el Hecho del Medio. Salir de este prado por una portilla a la derecha (S), para, siempre siguiendo hitos, descender por una amplia vaguada que muere a la espalda de la Central del Chorro.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Estupenda ruta de ascensión al Canchal de la Ceja. Según voy conociendo mejor y acumulando visitas, más me gusta esta vertiente meridional de la Sierra de Candelario, mucho más agreste y, salvo en las inmediaciones de la laguna del Duque, más solitaria que la opuesta. La subida por el Arroyo Malillo, sin llegar a tener interés deportivo, incluye pequeñas dificultades, que aportan diversión a una ruta que transcurre por parajes bellos y espectaculares, más variados de lo que cabría esperar sobre el mapa. Y, con nieve, la canal cabecera debe de resultar entretenida.

La parte negativa es la bajada. No es que la Cuerda de la Ceja no sea bonita, es que, recorriéndola por cuarta vez, acabé, como en todas las anteriores, debatiéndome en un mar de piornos más altos que yo y de una densidad y “enmarañamiento” extraordinarios. Y no había perdido senda: cada peñasco que rasaba el matorral, lucía un hito. Es una pena, porque las vistas desde este lomo son estupendas. ¿Qué hacer? Mientras no encuentre una bajada por cualquiera de las dos vertientes cuando se adense el matorral, volver por el Trampal.

RELATO GRÁFICO:

Salí de la Central del Chorro por el sendero PR-AV 41 que, perfectamente señalizado, arranca dirigiéndose al suroeste, rodeando por la izquierda las instalaciones, para remontar el barranco del Arroyo Malillo. Delante, desde el primer momento, podía ver un resalte rocoso, sobre el que destacaba una tubería. Junto a la misma iba a subir.

Llegando a la altura de un cubo de cemento en el tubo, el PR gira a la izquierda; dejé entonces ese sendero, para ir por la derecha (NO), siguiendo otro, marcado con hitos, que se dirige a las placas. Llegué a las misma junto al cubo citado, crucé por debajo la tubería y subí un tramo de escalones, inicio del itinerario equipado que remonta del roquedo.

Vino a continuación un pasamanos y, más arriba, me fui encontrando escalones y apoyos artificiales para facilitar el paso por cualquier mínimo obstáculo. Realmente, esta ruta, si la roca no está mojada ni helada es casi tan segura como el sendero, pero...

... mucho más bonita, con la compañía del agua resbalando sobre la roca. Por no hablar del panorama hacia el valle.

Cuando las placas pierden pendiente, los hitos se dividen en dos líneas. Yo seguí la que cruza el torrente para seguir por la orilla hidrográfica izquierda, donde se ubica...

... el Refugio de la Laguna del Duque, cuya...

... superficie apareció ante mis ojos poco después, dominada al fondo por la puntiaguda silueta del Canchal del Turmal. Los hitos me dejaron en el arranque de una senda empedrada que rodea la laguna y, siguiendo la orilla septentrional, me fui hacia...

... el fondo de la misma. Allí, la senda se divide y yo continué por...

... el ramal derecho (O), que se inicia empinado y deja atrás la cuenca lacustre para remontar el Arroyo Malillo, de momento por su vertiente norte.

Pronto el empedrado se perdió y el trazo se difuminó bastante. Incluso desaparecía de vez en cuando; pero, además de que la ruta es indudable, numerosos hitos ayudaban a ir por el paso cómodo. Tras un buen trecho por la vertiente izquierda, al tornarse rocoso el terreno, crucé el cauce.

Poco después, los hitos se bifurcaron y seguí por la izquierda (SO), encaramándome a la ladera sur del barranco. Con la ganancia de altitud, mirando atrás se volvía a ver la Laguna del Duque.

Dejé de subir para recorrer una ancha terraza adosada a un espolón (1.896) que cae del Canchal del Turmal, mucho más cómoda para progresar que el fondo pedregoso del barranco. Al fondo se veía ya cercana la boca de La Angostura. Al atravesarla, me encontré...

... en un pasillo de pocos metros de ancho entre paredes de granito. Poco después, un amontonamiento de bloques me cerró el paso. Lo evité, siguiendo los hitos, subiendo a la derecha (NO), por...

... una especie de cóncavo en que las paredes ceden relativamente. Tras superar unas gradas (I), llegué a un diedro tumbado de...

... unos veinte metros de altura, vertical pero lleno de agarres, en lo alto del cual estaba el paso más difícil (II-).

Siguió luego, a la izquierda (SO) una trepada por terreno aún menos empinado y con más agarres (I), durante...

... unos treinta metros más, hasta salir a...

... una terraza que ascendía suavemente, adosada a la pared del barranco. Por ahí se podía ya caminar sin manos, pero la caída hacia el fondo del barranco imponía un poco.

Echar la vista atrás era contemplar una imagen cabal del carácter de la vertiente abulense de esta sierra.

A mi derecha, me dominaban los riscos severos que caen de la Cuerda de la Ceja, mientras que, si miraba al otro lado del Arroyo Malillo, tenía...

... esta bonita y poco corriente perspectiva del Canchal del Turmal.

Esa terraza inclinada final, me llevó a regresar al eje del barranco en el tramo final de La Angostura, todavía estrecho pero ya más transitable.

Por encima de La Angostura, el Arroyo Malillo se abre en un largo rellano herboso, al final del cual se veía ya la cabecera. Y, en la misma, una nítida línea verde cortando el pedregal. Se trata de una empinada canal, por donde iba a superar el resalte.

Antes, remonté la suave pendiente de hierba del fondo del barranco, admirando las paredes que se elevaban sobre mí.

Ya más cerca, pude ir apreciando el carácter de la canal: cien metros, pendiente mediana bastante regular y el típico empinamiento final.

A poco de iniciar la remontada, una mirada atrás, hacia el rellano previo, y...

... otra a la izquierda, hacia el Canchal del Turmal, antes de...

... entrar en el encajonado pasillo final, en lo alto del cual la pendiente superaba bastante los 45º y me obligó a gatear un poco (I).

Al salir, me encontré en un cóncavo abierto, con el cordal ya muy cerca. Para ir al Canchal de la Ceja, podía haber girado a la derecha y, remontando una ladera de hierba y roca de pendiente moderada, haber salido, si no a cumbre, a medio lomo de subida. En vez de eso, como la canal previa me había hecho resoplar, continué recto para tomar un relativo descanso. Mejor dicho, subí haciendo una “S” invertida, para ceñirme a la mínima pendiente.

Un vistazo atrás a punto de ganar la cresta de la sierra, antes de...

... ser recibido, en la portilla (2.375), por esta perspectiva de Los Hermanitos. Antes de ir al Canchal de la Ceja, giré a la izquierda (SO) y remonté un breve lomo, amplio y redondeado, recorrido por una buena senda.

El propósito de esto era visitar la Cumbre del Talamanca y echar un vistazo al cercano Torreón. Otro día, podría haberme acercado a visitarlo y apuntar una vista más, pero, bastante calor hacía ya. Y lo que me quedaba.

La perspectiva al oeste quedaba bastante tapada por el propio terreno e, incluso al sur, no es mucho mejor, aunque se llega a ver asomar ligeramente la cima del Turmal y, al fondo, medio Gredos, Almanzor y Covacha incluidos.

También es una oportunidad, el paso por la Cumbre de Talamanca, de ver, por fin, el objetivo principal del día: el Canchal de la Ceja, cuya redondeada cima se elevaba al otro lado de un ancho lomo suavemente combado en el collado intermedio. Por cierto, que, en una jornada por lo demás absolutamente solitaria, no dejé de cruzarme gente entre estos dos picos. Es lo que tienen las rutas normales.

Durante este breve cresteo, las vistas muestran el contraste entre la suave vertiente norte y...

... la meridional, tan agreste. Cerca de la horcada, hay esta hermosa perspectiva de la Cuerda de los Asperones, con sus dos núcleos superiores, del Turmal y Talamanca.

La cumbre del Canchal de la Ceja es extensa como pocas y, si no fuera por los hitos, costaría determinar su punto más alto.

De hecho, salvo la caída al norte, hacia la Garganta del Trampal, las perspectivas son mediocres, tanto...

... hacia el oeste, donde la Sierra de la Peña de Francia apenas se distinguía en la turbia atmósfera de ese día, como...

... al sur, con la Cumbre de Talamanca y Los Hermanitos casi tapados por el propio llano cimero.

Asimismo al este, de Gredos, sólo las crestas eran visibles. En esa dirección inicié el descenso, siguiendo la Cuerda de la Ceja, guiado por unos hitos que deberían llevarme por los pasos más cómodos.

Fui alternando tramos por la derecha de la arista, con la Cuerda de los Asperones a la vista, evitando por amplios planos inclinados los tramos más movidos, con...

... otros a plena cresta, por los bloques que la coronan. Siempre, con hitos a la vista y sin necesidad de apoyar las manos.

En esta parte inicial de la bajada, en los pocos tramos en que aparece vegetación, predominan los espinos blancos y la senda abría a su través un nítido trazo.

Al asomarme a la divisoria, un vistazo a la cumbre, que va quedando atrás.

Y, abajo, las lagunas del Trampal. Y es que, esta cuerda, es uno de los cresteos más bonitos del Sistema Central.

Al otro lado, el Canchal del Turmal.

Y, al frente, el panorama se fue ampliando al ir apareciendo el valle del Tormes bajo el largo cordal de Gredos, que casi se llegaba a ver en su totalidad.

Al llegar a un punto destacado, hombro rocos hacia los 2.150 m de altitud, me asomé, una vez más, a la Garganta del Trampal, pues...

... a partir de aquí, el terreno cambiaba, ensanchándose la cuerda y perdiendo carácter rocoso. Más abajo, comencé a ver unos prados amarillos. El más abajo, debía de ser el Hecho del Medio, que estaba en mi ruta prevista.

Sin dejar de seguir hitos, pero con el trazo cada vez más perdido, fui derivando a la derecha de la cuerda, a la vertiente de la Laguna del Duque, y encontrando matorral cada vez más alto y denso. Por aquí, todavía era llevadero. Al alcanzar el primer prado amarillo, que es...

 ... una terraza algo por encima de la cota 2.000, la recorrí hacia la izquierda (NE) y,...

... cerca de volver a la cuerda, giré a la derecha (SE), para encarar un descenso más directo por la vertiente meridional. De nuevo había entrado en el matorral, que...

... ahora sí que fue un problema. Aunque no se aprecia en la foto, aquí me llegaba a los hombros y éste no era el peor sitio. Y la cosa es que era donde marcaban los hitos. Tampoco vi otra alternativa.

Al pasar un cambio de pendiente, apareció de nuevo el Hecho del Medio. Ya era hora, aunque, en la bajada final, se juntaron el matorral y una pendiente tal que, en ocasiones, sobre los arbustos, sin tocar el suelo. Aterricé en el prado junto a una cabaña y empecé a atravesarla hacia el este, siguiendo un sutil trazo en el pasto. Hacia la mitad, giré a la derecha (SE), al ver...

... unos hitos que invitaban a pasar por una portilla.

Al otro lado, una ladera herbosa descendía en fuerte pendiente hacia el fondo del barranco del Arroyo Malillo, en el que se distinguía ya la tubería de la Central del Chorro.

Los hitos me fueron llevando a bajar trazando diagonales por un terreno incómodo de pasto, matorral y...
... arbolado de ribera, al final. Así, con el resalte bajo la laguna a la vista, llegué a la espalda de las instalaciones de la Central del Chorro.

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