Cerrón (2.196)

ASCENSIÓN DESDE el Hayedo de Montejo

POR EL saltadero, con el Santuy (1.927)

El Macizo de Ayllón, que se extiende entre las provincias de Madrid, Guadalajara y Segovia, está formado por un conjunto de sierras dispuestas en forma de peine. El Cerrón es su segunda cumbre más alta; se eleva en medio de la “púa” central, corazón del conjunto y es, en mi modesta opinión, la montaña más atractiva de la zona. Altivo pero de relieve suave, como todos los de la zona, este pico yergue su alargada cresta sobre profundos valles cubiertos de roble, pino y matorral.

Esta ruta es una variante de la clásica ascensión desde el hayedo de Montejo. En vez de alcanzar la cuerda en el Collado de la Calahorra, lo hace por el Pico Santuy, alcanzándolo por la loma del Saltadero, agreste pero de muy escasa dificultad, que cae directamente de esta cima al juvenil curso del Jarama, desde donde partiremos.

Vertiente occidental del cordal entre el Cerrón y el Santuy 

SITUACIÓN:

  • Zona: Macizo de Ayllón (Sistema Central)
  • Unidad: Sierra de Ayllón
  • Base de partida: Montejo de la Sierra (Madrid)
ACCESO: El Aparcamiento del Área Recreativa y Hayedo de Montejo está 90 km al norte de Madrid, por Buitrago de Lozoya y Montejo de la Sierra. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen a ese punto en el siguiente link a GoogleMaps.

 OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.256 / 2.199
  • Mi tiempo efectivo: 6h02
  • Mi tiempo total: 7h03
  • Dificultades: Muy fácil. Terreno abrupto pero casi sin dificultad llegando a la cima del Santuy. El resto es por camino o terreno cómodo.
  • Track para descargar en Wikiloc
Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Tras cruzar el Jarama por la carretera que pasa ante la puerta del Hayedo de Montejo, remontar en diagonal a la derecha (SE) la ladera de los Naranjales, caminando por pasto y aprovechando rastros de ganado. Se cruzan varios carriles; tomar el cuarto a la derecha (SE) y enseguida, dejarlo por la izquierda (N), por un ancho camino que remonta la loma de El Saltadero. Éste se irá estrechando, hasta desaparecer al pie de los canchos que defienden la cima del Santuy, donde habrá que ayudarse de las manos.

Seguir la cuerda a la izquierda (N), bajando a través del pasto hasta el Collado de la Calahorra. Tomar a la izquierda (N) la pista que lo atraviesa y seguirla hasta el Collado de Ortigosa. Al salir de la siguiente curva, que es a la izquierda, buscar un trazo estrecho que sale a la derecha (N) y, conduce, cortando el matorral hasta la cumbre del Cerrón.

Continuar el cresteo al norte por el ancho lomo herboso hasta el collado de Canchos Buenos y tomar a la izquierda (SO) la pista que lo atraviesa. Tras un trecho faldeando el Cerrón, girar a la izquierda (NO) en una bifurcación. El carril nos llevará hasta el fondo del valle Río del Ermito para regresar siguiendo su curso. Antes de que la pista acabe en la carretera del Cardoso, al pasar a la altura del Hayedo de Montejo, una senda que sale a la derecha (S) entre los helechos lleva directo al mismo.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Esta excursión, todo un clásico de Ayllón, reúne una amena combinación de bosque, laderas abiertas y cresta. Aunque requiere usar las manos en los resaltes que rodean la cima del Santuy, no puede hablase de dificultad técnica, pues los pasos son cortos, sumamente fáciles de superar y con mínima exposición. Por otro lado, la ruta es larga, está sin balizar y algunos cambios de camino están poco claros. Aun siendo una actividad senderista, requiere saber orientarse y estar en buena forma.

RELATO GRÁFICO:

Tras aparcar frente a la puerta del Hayedo de Montejo, cruzamos el Jarama siguiendo la carretera y, justo al salir del puente, remontamos en diagonal derecha (SE) la ladera oriental del valle, caminando a través del pasto.

Cuando aparecían y llevaban nuestra dirección, aprovechábamos trazos de ganado y así fuimos remontando la moderada pendiente. Pronto fue descubriéndose a nuestra espalda el alto valle del Jarama y el de su afluente el Ermito, por donde retornaríamos luego.

También, a nuestra derecha, se iba alzando la verde cúpula del Coto de Montejo.

Durante esta subida, cruzamos varias pistas. La cuarta de ellas, que era también la que presentaba mejor estado, la tomamos a la derecha (SE). Enseguida llegamos a una zona arbolada y...

... buscamos, a contramano izquierda (N), la salida del camino que remonta la loma del Saltadero. Pese a conocerlo, nos costó un poco, pues el entronque de ambas vías se había perdido, como se puede ver en la foto, aunque...

... el nuevo camino se aclaró apenas recorridos unos metros.

El carril no tardó en transformarse en una senda más estrecha, por la cual fuimos remontando la cuerda. A la altura de Los Naranjales, empezó a asomar la cima del Santuy, por encima del lomo, que se curva antes de la cresta del Saltadero. Antes de acometer la subida a ésta, pasando la collada del Matachín, ...

... nos detuvimos a contemplar el panorama que había ido descubriéndose a nuestra espalda al ganar altura: la Sierra de la Puebla, más allá del Bañaderos, y un Guadarrama turbio, aunque aún se llegaban a distinguir la Cabreara, Mondalindo, la Cuerda Larga y Peñalara.

La primera subida más o menos intensa de la jornada vino precisamente ahí: entre Matachín y el Frontón, primera punta (1.717) del Saltadero.

Desde esta cresta, descubrimos de nuevo la cabecera del Jarama, que llevábamos rato sin ver, dominada por el Tres Provincias y el Cerrón.

Al sureste, se iba descubriendo la Sierra del Robledal, aunque de momento sólo eran visibles la cima del Ocejón y sus estribaciones meridionales.

Aquí giramos a la derecha con la cresta, guiados por la senda, que iba buscando el mejor paso entre los cantos.

La pirámide cimera del Santuy se iba elevando ante nosotros, al otro lado...

... del amplio collado herboso que lo separa del Saltadero (1.722). Allí, la senda, que no asciende al pico, gira a la izquierda para faldearlo hacia la Calahorra. Nosotros la dejamos por la derecha (E) para remontar...

... un lomo cubierto de matorral poco denso; de hecho, estaba atravesado por numerosos pasillos, algunos de los cuales presentaban una clara traza de paso.

Eso hace cómodo el paso, pero no atenúa el esfuerzo para superar una pendiente que fue haciéndose intensa al ganar altura.

Al subir, no mantuvimos una línea directa sino que fuimos yendo por uno u otro lado para evitar los cantos y buscar pasillos de hierba entre los matojos.

Así, de los canchos que defienden el Santuy por este lado, fuimos evitando los más bajos, que, eso sí, daban ambiente, hasta que...

... hacia los 1.850 m de altitud, dimos con un resalte inevitable. Sin embargo, la roca no es ni mucho menos vertical y presentaba una acanaladura que remontamos prácticamente andando. Apenas un par de veces apoyé la mano en los 20 m de altura del cancho hasta...

... que la pendiente se tendió en un lomo herboso que nos condujo, sin sobresaltos, a la cima del Santuy.

Desde allí, se acabó de descubrir, al este, el Ocejón.

Al sur, la Sierra de la puebla mostraba ya todos sus picos principales.

Al suroeste, el valle del Lozoya aparecía enmarcado por el cordal principal del Guadarrama y el de la Cuerda Larga. Por desgracia, el aire no estaba claro, estropeando algo las vistas.

Al noroeste, se veían la Cuerda de las Cebolleras y la Loma Mediana, dominando los altos valles del Jarama y el Ermito.

Girando a la izquierda (N), proseguimos la ascensión recorriendo el lomo herboso, más allá del cual se veían el Cerrón y la Loma del Picaño e incluso, en medio, asomando ligeramente, la cima del Pico del Lobo.

No encontramos senda en este tramo. Seguro que la hay, pero no nos molestamos mucho en buscarla pues, el terreno, herboso, amplio y de pendiente moderada, no la requería.

Al llegar al Collado de la Calahorra, tomamos a la izquierda (N) la pista que lo atraviesa y que sigue la cuerda evitando sus elevaciones.

Flanqueando el Picaño, vimos atrás el Santuy, que, enmarcado por la Tornera y la Peña de la Cabra, gana bastante con la distancia.

El carril toca de nuevo la cuerda en el Collado de Ortigosa, desde donde se ve la cumbre del Cerrón, poco llamativa en lo alto de una tendida pendiente de hierba y matojos.

Estábamos en la vertiente oriental del cordal y veíamos a la derecha las sierras del Robledal y el Alto Rey, más allá de la balsa de la Fuente del Agua Fría que, contrariamente a lo suele suceder, parece que no se ha agostado este año, como.

Luego, a la salida de la siguiente curva cerrada a la izquierda, un gran hito a la derecha de la pista nos marcó el lugar de donde...

... sale un estrecho trazo que remonta la ladera al norte y conduce, ...

... a través de moderadas pendientes de hierba y matorral rastrero...

... hasta la cumbre del Cerrón.

Al oeste, dominaba un paisaje de ondulados cordales sucesivos: la Loma del Rocín, la del Mal Calzado, la Sierra del Robledal y la del Alto Rey.

Al sur, el panorama era más quebrado, con la Sierra de la Puebla más allá de los picos vecinos, el Picaño y el Santuy.

Al suroeste, la bruma impedía distinguir con claridad los cordales del Guadarrama. Una pena pues, de otras visitas al Cerrón, sabemos que el panorama es hermoso hacia el valle del Lozoya.

Al noroeste, la mole del Tres Provincias se alzaba sobre la amplia comba del Reajo del Puerto, a cuyo través se veía el llano mesetario.

Pero al norte estaba el paisaje más espectacular, con el Pico del Lobo y sus satélites sobre la cabecera del brazo occidental del Berbellido. En esa dirección continuamos la ruta, recorriendo el amplio y suave cordal herboso que va hacia la divisoria del Sistema Central. Antes, en el collado de Canchos Buenos, dejamos la loma, tomando a la izquierda (S) la pista que lo atraviesa y que nos llevó a...

... atravesar la cara oeste del Cerrón. Pasado el espolón que la parte en dos, ...

... llegamos a una bifurcación, donde giramos a la derecha (NO) para...

... descender en amplias lazadas el Arroyo del Peñón, cuya cuenca forma la vaguada occidental de Canchos Buenos. La bajada es muy gradual, a través de un terreno donde alternaban las laderas de matorral con...

... arboledas, cuya sombra agradecíamos.

Así fue quedando atrás la cresta.

Antes de acabar la bajada, doblamos un contrafuerte para entrar en la cuenca del Arroyo del Cervunal, que baja del pico homónimo.

Por él acabamos de llegar al fondo del Río del Ermito. Allí, el camino giró a la izquierda para descender el valle, manteniéndose por lo general separado del cauce.

Este tramo fue largo y un tanto monótono. Cuando reconocimos la cresta del Saltadero, supimos que se acercaba el final de la excursión.

Poco después, pudimos ver a la derecha la confluencia del Río del Ermito y el Jarama.

Poco después, empezamos a ver la silueta del Bañaderos y fuimos atentos a la derecha de la pista para...

... localizar la borrosa salida de una senda que baja al suroeste cortando los helechos. Podíamos haber seguido por el carril pero este recorte nos ahorraba 700 u 800 metros y...

... el caminillo es muy bueno y conduce cómodamente justo a la curva que hay en el lado oriental del puente sobre el Jarama; es decir, al mismo sitio en que, al inicio, habíamos dejado la carretera que pasa ante la puerta de visitantes del Hayedo de Montejo.

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