RELATO GRÁFICO:
Comencé la excursión en la explanada del
lado occidental del puente sobre la autovía en Los Quiñones, caminando por la
pista que, en dirección noroeste, se interna en el pinar de la vertiente norte
de la Sierra de La Cabrera, tras dejar de lado un desvío a la izquierda que va
al pueblo.
Al poco llegué a este otro desvío, también a
la izquierda (SO), y lo tomé para subir hacia Cabeza Mala.
Al ganar altura, en los claros del arbolado,
se extendía la vista por el Valle del Lozoya, limitado al fondo por las alturas
de la Somosierra y Ayllón.
Pasado un depósito de agua, el carril se
transformó en senda y, enseguida, alcanzó una collada, donde salí del bosque y
pude ver ante mí el Pico de la Miel, primer objetivo del día. Allí, dejé la
senda por la derecha (O), para...
... remontar las lanchas de granito del
lomo, bastante tendidas.
Unos hitos marcaban el itinerario. Sobre las
placas, me llevaron por el paso cómodo a través de un terreno de canto y
matorral. A mi espalda, pronto fueron visibles, por encima de Cabeza Mala, las
peñas de Las Cabreras (en plural; no confundir con esta sierra).
Al remitir la pendiente, dejé el trazo que
iba siguiendo por otro a la izquierda (SO), que...
... me llevó hacia una terraza que se
extiende al pie del Pico de la Miel.
Al desembocar en un carril, lo tomé
obviamente a la izquierda (SE), para seguir acercándome al cerro.
Al llegar al pie de la ladera del Pico de la
Miel, volvía desviarme, ahora por una senda a la derecha (SO), que...
... se abre paso a través del monte bajo y
el pedregal, en recia pendiente, y está señalizado con las marcas blancas y
amarillas del PR-M 13, que seguiré durante el cresteo.
Al mirar atrás, la vista al este se había
ampliado con el Embalse de El Atazar, más allá de Las Cabreras.
Hacia los 1.330 m de altitud, cuando vi a mi
izquierda (SE) que el paso a las placas que defienden la cima estaba expedito,
dejé la senda para trepar, primero por unos bloques (I) y, luego, por...
... unas placas no muy empinadas y con
muchas discontinuidades que facilitan la superación (I).
Sin embargo, hay que poner cuidado. La
exposición es real y la roca no agarra demasiado bien; simplemente con la
humedad de primera hora de la mañana, algún paso llega a ser delicado. Al cabo
de unos 60 metros de trepada, llegué...
... al hito y se desplegó ante mis ojos la
llanura que se extiende al sur, destacando el Cerro de San Pedro y el caserío
de La Cabrera a mis pies. Volviendo la vista a la izquierda,...
... brillaba El Atazar encajado entre las
últimas estribaciones meridionales de Ayllón y más allá de las Cabreras.
Siguiendo con el giro, el llano del curso inferior
del Lozoya, limitado por unas crestas tapadas por las nubes. Aunque se llegaba a
distinguir el boquete del Puerto de Somosierra.
Al oeste, se extendía la cresta de la Sierra
de la Cabrera, hasta el Cancho Gordo, la otra cima de la jornada. Para ir hacia
allí, destrepé un poco a la derecha (NO) de la foto, por...
... las placas (I), sirviéndome de
referencia el trazo de la senda, que veía más abajo.
Al pasar por aquí, se lleva uno alguna
perspectiva de los roquedos altivos de la cara sur.
Al llegar a la senda, tras una mirada atrás,
al Pico de la Miel, me reincorporé a la misa tomándola a la izquierda (SO).
El PR me condujo con toda comodidad por el
rellano herboso que se extiende, al pie de la cresta, a lo largo de la
vertiente norte de la sierra.
El panorama a la derecha era extenso;
lástima de las nubes del fondo.
Poco a poco, fue quedando atrás el Pico de
la Miel y...
... apareciendo, con el fondo sombrío del
Mondalindo, el Pornoso, siguiente risco de la cresta, que hoy no tocaba
visitar, sino rodear por el norte.
Durante el trayecto, pasé algunas
bifurcaciones, como ésta ante la peña del Águila. Como en todas, seguí las
señales del PR. Pasado este otro risco, me encontré ante...
... la parte más rocosa de La Cabrera, con
los canchos de la Bola, Gordo y Largo dominando el panorama.
Pasando por la peña del Águila, la senda
toca la cresta y se pueden contemplar bonitas vistas del Pornoso o...
... del Cancho de la Bola o, simplemente,
de...
... cualquiera de las peñas anónimos junto a
las que se pasa.
Así, hasta llegar ante el Cancho Gordo.
Aquí, dejé el PR por una senda, igualmente clara, que sale a la izquierda (SO)
y conduce al...
... Collado Alfrecho, donde, aparte de un
hito descomunal, hay un cruce de caminos.
Continué recto (SO), el mismo trazo, que,
ahora, remonta la ladera del Cancho gordo, por una zona que, mayormente poblada
por hierba, evita los riscos. Con la altura, una mirada atrás nos regala una
impresionante imagen de la cresta.
Al llegar a este rellano, aunque la senda
parece seguir recto (acaba en un vivac preparado donde los arbustos del fondo),
giré a la derecha (O), para...
... remontar, por una traza más sutil, una
breve y última pendiente, que me dejó ante...
... una ancha pradera que se extiende al pie
de la cara occidental del risco cimero del Cancho Gordo. Para superar sus 30
metros de altura, me acerqué a una especie de saliente de roca muy tendido en
el extremo suroeste. En su parte más alta, comencé la trepada tomando a la
izquierda (N)...
... una repisa irregular y llena de cantos,
pero muy fácil (I).
Si se quiere abreviar, las placas por encima
no son muy difíciles (II), pero...
... es más cómodo seguir la repisa hasta su
extremo, de donde sale otra a la derecha. En la foto, hacia abajo, se ve la
primera repisa desde mitad de la segunda. La mayor parte del tiempo no hay ni
que apoyar las manos, pero, como puede verse, digo lo mismo que con el Pico de
la Miel: el terreno es expuesto y, si está mojado o helado, hay que ir con
cuidado.
Desde lo alto del Cancho Gordo, se puede ver
el resto de la Sierra de la Cabrera, con el contraste entre sus dos vertientes.
Por desgracia, las nubes y la bruma seguían estropeando el panorama al fondo.
Al sur, hacia Madrid, lo mismo; se aprecia
lo extenso del llano, pero nada más.
Al este, del resto del Guadarrama, sólo se
distinguía el vecino Mondalindo.
Para regresar, bajé del risco por el mismo
itinerario de subida y giré a la derecha (NO), para recorrer hasta el final la
pradera, de donde sale...
... una nítida senda, marcada además con
hitos, que me llevó a descender del Risco Gordo...
... trazando una prolongada diagonal hacia
el Puerto del Medio Celemín, que se abre, anchísimo, bajo el Mondalindo.
Poco antes de llegar al mismo, me reencontré
con el PR, que tomé a la izquierda (O), pero para...
... dejarlo enseguida. Al llegar ante los
peñascos al fondo del primer prado del puerto, dejé la senda por la derecha (N)
y...
... recorrí el rellano, junto a los riscos,
hasta su borde.
Desde allí, eché una mirada atrás, a la
cresta que forman los canchos Gordo, Largo y Monejo, antes de...
... emprender la bajada por la vaguada. Hace
muchos años, bajé por aquí siguiendo una senda. No la encontré, pero sí una
banda de terreno cómodo entre los pinos y, ya alago más abajo,...
... unos hitos que no llegaban a mantener la
continuidad. El trazo se ha perdido, pero la bajada sigue siendo cómoda si uno
no se complica la vida y procura ir por lo mejor. Sorteando arboledas y riscos
en dirección general norte, acabé...
... a un amplio claro se suelo rocoso ante
las crestas del Pornoso, la Peña del Águila y el Cancho de la Bola.
También se veía delante la cresta de la
Sierra del Rincón, que se había despejado. Con esa referencia, giré a la
izquierda (NO), para buscar...
... un carril que sale en esa dirección y
desemboca enseguida en otro camino (en la foto, el cruce), que tomé a la
derecha (NE).
El pedregoso y empinado camino me dejó, tras
haber pasado ante un desvío a la derecha, en una pista forestal, que tomé a la
derecha (E), pasando a...
... faldear la sierra al pie de la ladera de
El Espaldar. Durante el trayecto pasé ante varios desvíos como el de la foto,
prosiguiendo en todos ellos por la pista principal.
No tardé en entrar entre los pinos, a cuya
sombra transcurrió la mayor parte este tramo final de la excursión, hasta...
... aquel primer desvío de Cabeza mala y,
enseguida, el inicio de la excursión junto al puente sobre la autovía.
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