Peña Lampa (1.804)

 ASCENSIÓN DESDE EL ARROYO DE VALDEHAYA

CRESTA CABECERA INTEGRAL, CON LA TORRE MAGALANA (1.711)

La Peña Lampa es una imponente cresta caliza que se yergue, enfrentada ya a la Tierra de Campos, al extremo de la más meridional estribación del Macizo del Alto Carrión. Forma, con la loma de Magalana, un cordal curvado que abraza el breve Arroyo de Valdehaya, el cual presenta la curiosidad de tener una vertiente cubierta de un denso manto vegetal, frente a otra dominada por la pálida roca desnuda. Las ruinas mineras perviven, pero, aunque afean el fondo del vallecito, no llegan a restar belleza a laderas y crestas, desde lo alto de las cuales hay unas extensas vistas sobre todo el sector de cordillera que va de las Ubiñas al Alto Campoo y, por supuesto, hacia el gran llano mesetario.

La modesta altura sobre el terreno circundante permite recorrer toda la cresta cabecera del Arroyo de Valdehaya en una sola jornada no excesivamente larga, añadiendo a los atractivos de visitar cualquiera de sus picos, la variación de entornos y paisajes derivada de los cambios de vertiente.

Llegando en coche desde Velilla del Río Carrión, la Peña Lampa domina el paisaje

SITUACIÓN:

  • Zona: Macizo del Alto Carrión (Cordillera Cantábrica)
  • Unidad: Sector Suroeste
  • Base de partida: Velilla del Río Carrión (Palencia)
ACCESO: Velilla del Río Carrión está 100 km al norte de Palencia, por Carrión de los Condes y Guardo. Entrando en el pueblo, tomar a la izquierda (O), la carretera que cruza el Río Carrión y se dirige a Guardo y Riaño. Seguirla durante dos kilómetros, hasta el desvío a la izquierda (NO) que remonta el Arroyo de Valdehaya; tomarlo y aparcar al poco, en una explanada a la izquierda (S) de la calzada. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen a ese punto en el siguiente link a GoogleMaps.

Pulsa aquí para consultar la tabla MIDE


OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.147 / 1.804
  • Mi tiempo efectivo: 4h19
  • Mi tiempo total: 5h43
  • Dificultades: F. Placa muy tendida de unos 30 m de altura y unos pocos escalones (I) en la arista de subida a Peña Lampa. La bajada es muy empinada, incómoda y, a veces, imprecisa.
  • Track para descargar en Wikiloc
Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Comenzar remontando por la carretera el Arroyo de Valdehaya, hasta un cruce de pistas en Las Cuevas. Pocos metros más arriba, tomar a la izquierda (O) un camino, borroso en su inicio, que remonta la ladera, pasando junto a El Castrijón. Al desembocar en una pista horizontal, tomarla a la izquierda (S) y continuar la subida, yendo por la derecha en tres bifurcaciones sucesivas (SO, NO y NE), antes de alcanzar el Collado de Torales. Tomar la cuerda a la derecha (N) y seguirla hasta la Torre Magalana.Girar a la izquierda (E), para bajar al Collado Lampa, cruzarlo y ascender por el lomo al otro lado, superando una placa de unos 30 m y varios pequeños resaltes (I), hasta la punta NO (F). Tomar allí, al SE, la cresta suavemente ondulada que culmina en Peña Lampa (F), superando más escalones (I).

Bajar al sur, siguiendo un lomo pedregoso y luego una placa sin dificultad pero donde conviene poner atención, hacia el Sabinar de Peña Lampa, buena parte del cual se atraviesa al bajar. Unos hitos, y traza donde el terreno lo permite, señalan de forma poco clara un itinerario que, empezando por el flanco occidental de la arista sur de la montaña, cambia de lado hacia la cota 1.450, metiéndose en una zona de matorral espeso, hasta dar con un camino muy cerca del pie de monte. Tomándolo a la derecha (SE) y girando luego al mismo lado (SO) cuando se bifurca, se llega en pocos minutos al Arroyo de Valdehaya, junto al lugar en que arrancó la ruta.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Sin presentar dificultades de consideración, la visita a la Peña Lampa no es trivial. Como mínimo, hay que apoyar las manos para superar las placas calizas que defienden prácticamente todas sus vertientes. O, al menos, andarse con tiento por ese terreno empinado y liso, para no dar un traspié que nos cueste un disgusto. El recorrido habitual no es éste; consiste en ir hasta el Collado Lampa por el valle, a partir del cual coincide con esta ruta. Incluí el recorrido del cordal de Magalana para alargar algo una ascensión corta, disfrutando más tiempo de las vistas. Respecto al sentido en que realizar el itinerario, además de que parece lógico dejar la cumbre del día para el final del cresteo, lo decidí para recorrer el tramo por carretera a primera hora y reducir la posibilidad de encontrar tráfico. El resultado final es variado, ameno, cómodo en su mayor parte y con una dificultad mínima.

RELATO GRÁFICO:

Una vez tomado el desvío que remonta el Arroyo de Valdehaya y habiendo aparcado a la primera ocasión, comencé a caminar siguiendo al noroeste la pista asfaltada en su casi imperceptible ascenso. Vi unas marcas de PR, pero no las tomé como guía, pues la ruta que marcan apenas coincide con la mía. Si bien hacía mucho frío en la umbría del fondo de valle, el sol que ya doraba el cordal de Magalana alegraba los ojos.

No tardé en llegar a la unión de la carretera que seguía con otra. Más allá, a la izquierda, se veía un cercano rodal de pinos, llamativo por su altura. Va a ser la referencia para dejar el asfalto.

Apenas cien metros después de la intersección, tomé a la izquierda (O) un borroso camino que cruza el cauce seco y, casi imperceptible, rodea por la derecha, y junto a la linde, la arboleda citada.

Al dejarla atrás y entrar en una zona de matorral, el trazo se fue aclarando y...

... transformándose paulatinamente, según ganaba decididamente altura, en un ancho y bien acondicionado carril. Al otro lado del vallecito, iba ya viendo la masa caliza de la Peña Lampa, tan diferente de la verde y ocre ladera que iba remontando. De hecho, poco después se acabaron las vistas, al entrar en el robledal.

Esta primera parte de la subida se acabó, cerca del Castrijón, al desembocar el camino en una pista forestal horizontal. La tomé a la izquierda (S) y, ...

... a los pocos metros, llegué a una “trifurcación”, donde giré a la derecha (SO), retomando el ascenso, ahora más suave.

Siguieron un par de bifurcaciones, en las que siempre hay que ir a la derecha, para mantenerse en subida. He aquí la primera (NO), y...

... en esta otra foto, la segunda (NE).

Pese a la densidad de los árboles en torno a la pista, podía entrever entre las ramas, al sur, la gran llanura de Tierra de Campos extenderse hacia una brillante línea de niebla sobre el valle del Duero.

Al llegar al lomo del cordal de la Magalana en el Collado de Torales, tomé a la derecha (N) el carril que lo recorre.

Al otro lado, aparecieron las estribaciones meridionales de la Montaña Leonesa, destacando la mole aislada, último bastión frente a la llanura, de...

... Peña Corada, más allá de la cual blanqueaba el horizonte en los Montes Aquilianos.

La cuerda es amplia y suave y, el carril, muy cómodo. Pese a que el panorama es despejado hacia ambos lados, el matorral en los márgenes...

... limitaba la visión a las crestas. A la derecha, fue reapareciendo la de la Peña Lampa, ahora acompañada por la Sierra del Brezo.

Mientras ganaba altura, fue descubriéndose también, a mi espalda, la llanura por encima del alto que remata este cordal.

Al ir avanzando, fue apareciendo lo que me quedaba de cresteo: el Alto de la Huerta, la doble cima de Magalana y la Peña Lampa. A través del collado intermedio, comenzaban a asomar las montañas de la banda axial de la cordillera; concretamente, la parte más occidental del macizo del Alto Carrión.

A la izquierda, cada vez se descubrían más montañas, en un panorama limitado por la Peña Corada y el Cueto de la Estrella, destacando, en una primera línea, el grupo del Cerroso y los Montes de Riaño; detrás, nevados, la Sierra de Sentiles, el Mampodre y Peña Ten. Justo en el centro de todo ese horizonte, llamaba la atención una pareja de altivos torreones: se trata del...

... Pico Jano y su satélite el Muga, que muestran desde aquí su aspecto más abrupto.

Con continuos pero llevaderos subibajas, fui llegando a la cima de la Torre Magalana. A la derecha, en segundo término, destacaban el Pico Murcia y el Espigüete.

Mirando atrás al culminar, pude ver el tramo de cuerda recorrido y sobre Valdehaya, con el telón de fondo de la meseta.

Girando la vista a la derecha, al suroeste, la Peña Corada.

Continuando el giro, se veían mejor ahora que el Yordas y Peña Ten, asomando sobre la cresta del Cueto de la Estrella, así como, más a la izquierda, el Mampodre, Peñas Pintas, Sentiles, el Jano, la cresta de Vegarada, las Ubiñas y el grupo Cerroso. En este último se diferenciaban perfectamente...

... el Pico Moro, la Peña Rionda y el propio Cerroso.

Al norte, la vecina Peñas Blancas aparecía flanqueada por el Cornión, a un lado, y los Urrieles, parte del Alto Carrión y el Peñón de Arbillos. Impresionaba especialmente, pese a estar medio tapado por este último, ...

... el Espigüete.

Al este, por último, delante de la Sierra del Brezo, la Peña Lampa, continuación de la ruta. Hacia ella me dirigí, bajando por un carril que cae a ese lado.

Tras un descenso cómodo, ...

... atravesé el Collado Lampa y comencé a remontar el lomo opuesto. Antes de llegar al cancho de la base, derivé a la derecha (SE), para acometerlo por lo mejor.

Cuando me pareció que la roca estaba suficientemente tendida para una trepada segura, encaré la placa. Por roca de pendiente mediana y regular, lisa...

... pero con abundantes apoyos (I), remonté unos treinta metros de desnivel, saliendo...

... a la arista justo por encima de ese primer cancho.

Tras echar un vistazo al cordal de Magalana, que dejaba atrás, ...

... reemprendí el ascenso, ahora por un lomo ancho, que alternaba zonas de pedregal y matorral rastrero, con la superación de algún mínimo escalón que requirió las manos (I), pero sin exposición.

Durante este tramo de ascenso a la cresta de Lampa, las vistas eran espectaculares al noroeste. Especialmente notable era el aspecto que presentaban, a ambos lados del Mampodre, dos de los montes más renombrados de los que rodean Riaño.

El más alto, las Peñas Pintas, bien destacadas contra el cielo, y...

... el más famoso, el Pico Yordas, que se muestra desde aquí más arisco de lo que es en realidad. Por cierto, que, a la izquierda, se yergue un curioso torreón; es la cumbre del Gilbo.

Más arriba, acabó reapareciendo la peña Corada y el grupo del Cerroso, que llevaban un rato tapados por la Torres Magalana.

Luego, apareció a mi derecha la rocosa cresta de Peña Lampa, uniendo las dos puntas de la montaña. Se trata de un lomo rocoso ondulado de escaso desnivel.

Ya en la anónima punta NO de Peña Lampa, descubrí al noreste el alto valle del Río Carrión, dominado por el macizo homónimo, donde ahora era visible otra de sus grandes cumbres: ...

... el Curavacas.

Volviéndome a la izquierda, al noroeste, podía ver el valle del Río Grande, por donde va la carretera a Guardo y Riaño tantas veces recorrida, dominada por Peñas Blancas. Dentro del horizonte de montañas que había ido viendo toda la mañana, destacaba como novedad la buena perspectiva hacia uno de los macizos de Picos de Europa: ...

... el Cornión, presidido por la Peña Santa.

Al sur, se veía ahora muy bien la salida del Río Carrión a la Tierra de Campos: una de las puertas a la Cordillera Cantábrica.

Continué el cresteo al sureste, por un terreno en general cómodo, aunque incluía un par de escalones de roca que hubiera podido evitar pero, siendo cortos y fáciles (I), no merecía la pena.

También, algún pequeño paso aéreo, igualmente innecesario, pero desde los que podía contemplar desplomarse...

... el terreno por la vertiente del Río Grande.

Y así me fui acercando a la cumbre de Peña Lampa, romo cabezo herboso desde el que...

... podía contemplar las crestas recorridas en la jornada: la cuerda de Magalana y...

... el paso de la montaña viva a la roca en el Collado Lampa. Y, al fondo, el horizonte montañoso ya comentado.

Volviéndome al este, el macizo del Alto Carrión y, muy al fondo el del Alto Campoo.

Al sur, la Sierra del Brezo, dominada por el Fraile y dejando ver a la izquierda, las cimas de las peñas Redonda y Horadada, sus otros dos picos más conocidos, y la Peña Mayor, en primer término, dominando...

... Velilla del Río Carrión. Hacia allí emprendí el descenso, bajando por la arista sur, por donde aparecía una pareja de montañeros en ese momento. El arranque de la bajada es un lomo pedregoso ancho y de pendiente moderada, que...

... enseguida se ensanchó y empinó, al tiempo que aparecían de nuevo las placas, en la bajada hacia la cota 1.681. Había algunos hitos, pero el terreno es tan uniforme que da igual seguirlos que no. La bajada, si bien no presenta obstáculos y puede hacerse caminando, es aconsejable tomársela con cuidado, para evitar traspiés en la roca empinada y resbaladiza.

Una vez en verde el cabezo, llegaba a distinguir en la cumbre a los que me había cruzado.

El cordal de Magalana empezaba a tapar la Peña Corada, así que me despedí de ella antes de...

... proseguir bajando, ahora por un cómodo trazo herboso abierto en el matorral. Pero, apenas traspuesto el cambio de rasante que se ve, ...

... volvió la caliza, ahora, predominantemente en forma de pedregal. Entraba en el Sabinar de Peña Lampa, paraje natural de cierto renombre local en que se encuentran, dispersos por la ladera curiosos ejemplares de este retorcido árbol. De nuevo, encontré hitos pero pocos y escasamente útiles: se trataba de ir hacia esa horcada poco marcada en que la arista se comba a la derecha, la cual aparece en el centro de la foto y tuve todo a la vista durante todo este tramo.

Allí, hacia los 1.450 m de altitud, giré a la izquierda (E) para cambiar de vertiente, entrando en una zona de matorral denso y...

... que me llegaba al pecho. Lo cortaba un trazo estrecho, que se sentía más que verse, suficiente para pasar con relativa comodidad. Por él perdí algo de altura, hasta...

... salir a terreno despejado. Entonces, me volví a la derecha (S), recuperando la dirección original, ahora por una ladera de ligera inclinación lateral, llevando la arista a la derecha y siguiendo un sutilísimo trazo que aparecía y desaparecía. En todo caso, el terreno es cómodo y...

... pronto fue innecesaria toda guía, al aparecer abajo el cruce entre la carretera de Guardo y el ramal de Valdehaya. Yendo sin más hacia allí, topé con...

... un camino deteriorado, que tomé a la izquierda (SE), para continuar bajando. A los pocos metros, desemboqué en...

... un carril algo más importante. Girando a la derecha (SO), acabé por él el descenso, alcanzando la carretera de Valdehaya cerca de la boca del valle, prácticamente enfrente de donde había aparcado esa mañana.

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