Una vez aparcado en lo más alto de Els Plans de Ransol, comencé a
caminar por la continuación del asfalto: un carril de tierra que atraviesa al
oeste la ladera y que, según un cartel, lleva a la Vall del Riu.
Marcado también por puntos amarillos, el camino pronto pasó a ser una
senda estrecha, pero muy clara, que aganaba altura, dejando abajo el valle del
Valira.
Luego, dobló un contrafuerte, para entrar la Vall del Riu y...
... remontarla, primeramente a través de un pinar, al salir del cual...
... apareció ante mí la cresta que remata este barranco, con el Pic de
l’Estanyó a la izquierda y el de la Cabaneta como segundo por la derecha, que,
entre los rotundos cabezos de les Fonts y la Pala Rodona, no parece gran cosa.
Ya veremos. Atravesando este prado, al superar...
... un modesto lomo, vi a la derecha del trazo un gran hito y, sobre
él, el collado entre el Pic de la Torradella y la anónima cota 2.581, primeros
dos hitos del cresteo que me había planteado. Así, dejé la senda por ese lado
(NE) y comencé a remontar, más o menos...
... por derecho, la recia y despejada pendiente herbosa.
A media altura, topé con una senda que cortaba en diagonal la vertiente
y, tomándola a la izquierda (N), continué ganando altura, ahora en lazadas.
A mi izquierda, bajo el Pic de l’Estanyó, podía ver ahora la parte
superior del cauce principal de la Vall del Riu.
Al otro lado, entre las crestas que se iban descubriendo más allá del
valle del Valira destacaba el trío Cubil - Ensagents - Griu. En los dos
últimos, había estado el día anterior.
Cuando vi que el Pic de la Torradella quedaba demasiado lateral, dejé
el trazo por la derecha (E), para dirigirme más directamente a la cima, aunque
al final, buscando comodidad, acabé dando un poco de rodeo por el sur.
Desde este primer pico de la jornada, el valle del Valira y, a la
derecha, las crestas pintadas de blanco
de Salòria y Casamanya.
Al sur, la cresta Font Negra - Pessons - Gargantillar, ahora visible en
su totalidad, con el trío ya citado...
... visto de cerca.
Girando la vista a la izquierda, de este lado del Valira, el macizo de
Juclar. Destacan los picos de Rulhe, Escobes y Cabaneta... no al que me
dirigía, sino su tocayo de Siscaró.
Y siguiendo con la vuelta, el valle de la Coma de Ransol, bajo la
cresta del Mil Menut al Pic de la Coma de Varilles, al que ascendería el día
siguiente.
Al norte, el cordal que tenía por delante hasta el Pic de la Cabaneta,
junto al Estanyó.
Para empezar, bajar al Collet de la Costa del Bony Roig y ascender a la
siguiente punta, anónima hasta donde sé, de 2.574 m de altitud; todo ello,
por...
... un despejado lomo herboso, muy cómodo, de suave curvatura y
pendientes moderadas. Aquí una mirada atrás, al Torradella.
Para ir a la siguiente punta (2.581), apenas hube de bajar y, aunque la
cuerda se presentaba algo más estrecha y pedregosa, seguía careciendo de dificultad.
Otra mirada atrás, antes de...
... descender al siguiente collado y remontar el amplio lomo del Pic de
la Pala Alta.
Lo que llevaba hecho de cresta, desde el pico citado, que...
... los mapas sitúan, a saber por qué, en ese espolón sobre el valle de
Ransol, que es evidentemente más bajo que otras puntas situadas en la
divisoria. Aquí, visto desde el entronque, donde giré a la izquierda (NO),
siguiendo el cresteo.
No sin antes echar un vistazo a la atractiva pareja que forman los
picos de la Serrera y de la Coma de Senyac, al otro lado de la Coma de Ransol.
Bueno, como ya dije, ahí, en esa otra punta destacada al norte, más
allá del suave lomo rocoso donde estaba, está la cima verdadera, tal y como se
aprecia en...
... esta otra foto, tomada volviéndome en ese lugar. A todo esto, el terreno
seguía sin presentar obstáculos, más allá de un suelo irregular y alguna
manchita de nieve.
A continuación, nueva bajada y subida, la más prolongada del cresteo
con 150 m de desnivel, al Pic de la Pala Rodona.
Al paso por el collado intermedio, un vistazo a la izquierda, a la Vall
del Riu dominado por...
... el Pic de l’Estanyó y,..
... otro a la vertiente de Ransol, donde se ve el lago homónimo y el
Circo de Meners bajo el Pic de la Serrera.
Una mirada atrás a punto de culminar el Pic de la Pala Rodona.
A continuación, la cresta se recorta hacia el Pic de la Cabaneta. Tras
un tramo estrecho, regular y de escasa pendiente, la arista...
... se empina bruscamente al pie del Pic de la Cabaneta, aunque el
terreno todavía se presta a andar. Apenas hay que apoyar las manos un par de
veces en sendos bloques, mientras...
... podía ver cómo, por perspectiva, se iba descubriendo la
espectacular cara norte de esta cresta.
Unos 50 m por debajo de la cima, me topé con la roca. De las dos
alternativas, una chimenea a la derecha y un muro de bloques a la izquierda,
escogí esta última, que parecía más fácil. Al final, unos 15 metros con pasos
que apenas llegan a II-.
El Estanyó, a mi izquierda; resultaba difícil dejar de admirarlo.
Luego, me encontré con una brecha de unos cinco metros de profundidad,
en la que ya había que destrepar con más cuidado (II). A la salida, aunque
quizá podía haberla solucionado rodeando por la izquierda, prefería trepar de
frente por una chimenea mixta de hierba y roca, que parecía fácil y más cómoda.
Efectivamente, sólo la parte central, unos 15 m de II grado, presentaba
cierta dificultad, sobre roca además muy fiable. Tras el paso, el terreno se
tendió y, tras una brevísima rampa herbosa de salida, giré a la derecha para
alcanzar la cumbre por pedrera.
La vista al sureste del Pic de la Cabaneta, con la cresta recorrida
dominando los valles de Ransol y el Riu y el horizonte lleno de montañas, era
magnífica.
Al norte, el Pic de la Serrera.
Siguiendo con el giro a la izquierda, al noroeste, el valle de Sorteny,
enmarcado por más montañas, entre las que destacaban, empezando por la derecha,
el Pic de la Font Blanca,...
... la Pica de Estats...
... y, asomando entre el macizo de Coma Pedrosa y la Pica Roja, la
cresta de la Maladeta.
Ahora tenía que volver a la Vall del Riu. Una pendiente de pedrera
descendía directamente hacia ella y no dudo que haya quien se tire por ahí, Yo,
no. Más cómodo, saludable y bonito, creo que es dar un pequeño rodeo más a la
derecha,...
... yendo, por la senda de la ruta normal, que comienza siguiendo la
curda que, al suroeste, se dirige al Pic de l’Estanyó.
Pronto, sin embargo, en cuanto aparecieron los primeros cantos en la
arista, las señales se desviaron hacia la vertiente meridional (izquierda), que
es una rampa regular, que encontré cubierta de nieve de mediana consistencia.
Estaba rodeando la cabecera de la Vall del Riu por una amplia terraza.
Es más, cuando la senda se volvió de nuevo hacia la cuerda, yo continué
recto, al suroeste, dirigiéndome directamente a los lagos que ya se iban viendo
bajo el Pic de l’Estanyó, pues este terreno de cascajo compacto y neveros “tipo
moqueta” se prestaba a un descenso limpio, cómodo y rápido.
Cuando se descubrió el lago inmediatamente por encima del mayor de los
del Riu, el que se ve más cerca en la foto, localicé a la izquierda una collada
en el lomo que cierra por abajo la cuenca; por ahí iba a pasar. El terreno,
ahora herboso, se empinó algo más, pero seguía siendo cómodo para caminar.
Desde esa horcada, una mirada atrás, al Pic de l’Estanyó, antes de...
... cruzarla y dejarme caer por una movediza pedrera empinada. Vi
algunos hitos en ella, pero creo que es mejor dejarse guiar por el terreno y el
instinto. Además, enseguida se vuelve a la hierba.
Más o menos a la altura del ibón que se ve, giré a la izquierda (SE),
para...
... dirigirme al desagüe de otro ligeramente más bajo, a través de unas
suaves ondulaciones herbosas. En ellas, me encontré con la senda que recorre el
valle hasta los picos de l’Estanyó y la Cabaneta, y que ya había seguido al
inicio de la bajada. La tomé hacia la izquierda (E) y...
... pasé a rodear el ibón, desde cuya orilla hay una bonita perspectiva
del Pic de les Fonts. Podía haber seguido la senda todo el rato, pero, este
atajo, durante el que vi algunos hitos aquí y allí, acorta considerablemente el
descenso de manera razonablemente cómoda, creo.
Al dejar atrás el laguito, el camino se lanza a una bajada más intensa
a través de pedrera, bien pisada, que acabó...
... en una terraza herbosa que atraviesa la ladera oriental de la Vall
del Riu y a través de la cual transcurriría ya todo lo que restaba hasta salir
del mismo.
El Pic de l’Estanyó iba quedando atrás.
A medio descenso del valle, pasando ante el barranco de la Comarqueta
d’Incles, seguí recto en este cruce. A continuación, en la bajada tras el lomo
que se ve,...
... me encontré este desvío. Está sin señalizar. Continué por la
izquierda (S), pues el otro ramal no es más que...
... el acceso a una cabaña un poco por debajo de la senda. Por cierto,
que la vista de la cabecera del barranco es impresionante desde aquí.
Y así, sin más que seguir la senda, llegué al prado donde, primera
hora, la había dejado para encaramarme al cordal.
Ya caminando por terreno conocido, antes de entrar en el pinar de la
boca del valle, me volví a contemplar el Pic de la Cabaneta, que, tal como ya había
visto esa mañana, no parece gran cosa. Pues es algo más de lo que aparenta.
Y lo dicho, tras salir de la Vall del Riu, ya sólo quedaba seguir el camino a través de la vertiente norte del valle del Valira para acabar de volver a Ransol.
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