COMENTARIOS: Caminata muy
bonita y panorámica. Si nos limitamos a la actividad clásica, las tres cimas de
la sierra que pasan los 1.300 m, carecería de dificultad, pero me parece que el
Alto de la Mesa añade mucho atractivo a la excursión, su se sale de
Navamorcuende y sería una pena dejarla de lado. El inconveniente es que no hay
caminos ni sendas ni hitos ni nada que marque el camino, aunque, con un poco de
instinto y voluntad, a este fantástico mirador se puede subir por casi
cualquier sitio. Son esos tramos empinados campo a través entre los robles los
que introducen alguna exigencia en la ruta. Respecto al Lomo Lucía, pilla de
paso y, con un mínimo esfuerzo, es una buena alternativa a caminar junto a la
carretera.
RELATO
GRÁFICO:
Navamorcuende
es un pueblo recostado en la ladera norte de la Sierra de San Vicente. Como
ésta está situada en el extremo del “gancho” con que Gredos abraza la cabecera
del Tiétar, tiene enfrente su tramo central, y más alto. Esas vistas, que se
irán ampliando al ascender hacia las cimas, van a ser atractivo principal de la
excursión.
Para
empezar, acabé de salir del pueblo, por la carretera del Piélago. Pasada la
última casa de la izquierda, tomé a ese lado (NE) una senda que...
... vadea
un torrente anónimo, que la calzada salva por un puente. Tras un corto trecho
paralela al asfalto, se separa del mismo para...
...
cruzar asimismo el Arroyo del Lugar y remontar la ladera opuesta. Al llegar
frente a una cancela, el camino se bifurca; continué por la izquierda (NE),
enfrentando...
... la
primera subida algo empinada del día, al remontar por un estrecho trazo abierto
en el jaral la vaguada que cae del collado de Cerro Molino.
A mi
derecha, veía el Alto de la Mesa, último pico de la jornada, que se adelanta
del cuerpo de la sierra.
Al ganar
el lomo, me encontré ante un panorama ya más extenso de Gredos, incluyendo sus
cumbres más altas:...
...
grupos del Almanzor y La Mira (la cima de ésta, tapada por las nubes).
Por el
collado, pasa una pista forestal que va atravesando la ladera de la sierra. La
tomé a la izquierda (NE), pasando a recorrer la vertiente septentrional.
Al llegar
a una bifurcación, proseguí por la derecha (E), continuando la travesía,
hasta...
... que,
en un segundo crucé, volvía a girar a la derecha (SE), pero ahora para remontar
la ladera...
... por
un carril recto, que la afronta directamente. A mi espalda, con la altura, se
iba descubriendo más Gredos, al menos en lo que permitía ver el tajo en el
robledal.
Al
desembocar en otra pista horizontal, la crucé y continué subiendo, ahora más
suavemente.
Llegué
luego a una bifurcación, en la que seguí por la izquierda (E).
Poco
después, pasé por un extenso claro, desde el que la perspectiva al norte era ya
estupenda: el murallón de Gredos, prácticamente en toda su extensión, dominando
el valle del Tiétar.
A
continuación volví a caminar entre árboles, a través de los cuales empecé a
vislumbrar las antenas de la cima. Al salir de esa nueva arboleda, me encontré
con...
... un
amplio panorama al sur: las cimas de Peladas, San Vicente (por las que luego
pasaría), más la más baja de Cabeza Bermeja. Detrás, en un horizonte lejano, se
dibujaba la cresta de los Montes de Toledo.
El
vértice está inaccesible, dentro de un cercado, y, desde el punto más cercano
al mismo los edificios no dejan ver apenas alrededor. Así que dejé la mochila y
fui dando una vuelta alrededor. Primero, al oeste, donde destacaba la cima de
La Mesa, proyectada hacia el Campo Arañuelo, donde confluyen Tajo y...
...
Tiétar, dominado éste por Gredos, a lo largo de cuyo cordal, se distinguen los
alpinos macizos centrales,...
... las
sierra orientales, como la del Cabezo, de relieve más monótono, y...
... al
extremo, la curva de la cabecera del Tiétar. Allí, a través del Puerto Real,
abierto...
... entre
el Pico Casillas y la Cabeza Gorda, llegaban a distinguirse las crestas
borrosas de Guadarrama.
De vuelta
en la pista, retomé camino al sureste, hacia las otras dos cimas de más de
1.300 m de la sierra: cerros de Peladas y San Vicente. El recorrido de la
cresta es plácido pues, además de transcurrir por pista,...
... la
pendiente es suave. Tras rodear el cabezo anónimo (1.294), ...
... el
carril me llevó al Collado de los Ceniceros, donde el mismo se cruza por otro
camino. No seguí por ninguno, sino por unas rodadas que salían un poco a la
izquierda (SE) y remontaban el lomo opuesto, junto a la linde de un pinar.
Por
ellas, alcancé enseguida la cima del Monte Peladas, desde donde hay una hermosa
vista del Cruces, delante de las crestas del Circo de Gredos y La Mira.
Más a la
derecha, además del resto del cordal gredense, el valle del Tajo.
Al sur,
delante de los Montes de Toledo llenando el horizonte, el siguiente objetivo:
el Cerro de San Vicente, a la derecha del cual se proyecta el Lomo Lucía y...
... el
Alto de La Mesa, última cima a visitar. En dirección al mismo, me dejé caer en
diagonal entre el matorral; es decir, a la derecha (SO) desde la cima, hasta...
... dar
con un buen camino, que tomé a la izquierda (SO), para descender suavemente
hacia el Puerto de San Vicente. Llegado al mismo, crucé la carretera y remonté
el lomo, por el carril de la izquierda, de los dos que se ven en la foto.
La subida
es recia y, pronto, quedó abajo el puerto y se fue alzando buena perspectiva
del Monte Peladas.
Al
remitir la pendiente, dejé este camino por una senda a la izquierda (SO),
que...
...
avanza por el flanco de la loma, sobre el valle del Tajo, para...
...
encaramarse finalmente a la cima.
Delante
del vértice, se aprecian los restos de una atalaya fortificada, que en su día
ocuparon caballeros templarios, asociada al convento cuyos restos se encuentran
junto al puerto. Según una tradición local, sin respaldo material, el origen
sería más antiguo, habiendo aprovechado la orden una fortificación musulmana
anterior. En mi modesta opinión, su orientación netamente meridional chirría
con esto.
De hecho,
las vistas al otro lado, hacia el Gredos y el Tiétar, son bonitas, pero sólo
dejan ver las crestas y no el valle. Aquí, La Mesa bajo el Almanzor y La Mira.
Más a la
derecha, el Cruces ante la Sierra del Cabezo y...
... el
Monte Peladas. En esa dirección continué la excursión, recorriendo el camino de
ida a la inversa, hasta volver al último cruce. Allí, retomé la pista a la
izquierda (O), saliendo...
...
enseguida al lomo, donde encontré otro carril, que tomé igualmente a la
izquierda (SO), para recorrer brevemente la cuerda, hasta ver a mi derecha (NO)
el proyectarse Lomo Lucía. Giré a ese lado y comencé a descender entre el
matorral, que no es muy cerrado; al ver un palo sobresaliendo del mismo, me
dirigía a él y encontré una senda, por la que continué la bajada.
La misma
acabó en una collada con un cruce de caminos. Continué recto, ahora por un
ancho carril que asciende suavemente, hasta...
... lo
más alto (1.227) de este espolón. Aunque el bosque de rebollos que lo puebla no
es muy denso, es suficiente para anular las vistas. En la culminación, giré con
el camino a la derecha (NE), pasando a...
... bajar
hacia la carretera del Piélago. Al llegar a la misma, giré a la izquierda (NO),
para...
...
seguirla, evitando el asfalto por rastros borrosos del lado izquierdo. Tras
pasar por el Campamento El Piélago,...
... y
cruzar el Guadyerbas, salí a una zona de prado en pendiente y se fue dibujando
un trazo algo más definido. Por él, me alejé de la carretera, al tiempo que
atravesaba la ladera.
Al llegar
frente a los Molinos de Piélago, la senda desembocó en la pista de acceso. La
crucé, pasé entre los edificios y, por debajo de los mismos, busqué un camino
ancho, pero borroso, con hierba crecida, que tomé a la derecha (NO).
Tras
cruzar el arroyo que debió de mover los viejos molinos, la vereda se definió y,
tras un buen rato atravesando la ladera,...
...
desembocó en el collado abierto entre La Mesa y el Cruces. Allí, se cruzan un
par de caminos, más la carretera. Yo tomé el segundo de la derecha (S),
ancha...
... pista
de tierra que recorre horizontal la vertiente occidental de El Cachizo. Al
poco, a la vista del inicio de una bajada, dejé el carril por la derecha (O),
para remontar la ladera entre los robles.
Encontré
trazos ganaderos; uno lo seguí un poco pero, viendo que no acababa de ganar
altura, acabé por no hacerles caso y dedicarme a remontar la pendiente por
derecho. Ésta es moderada y, el terreno bajo los árboles, de lujo: uniforme,
despejado y cubierto de una mullida alfombra verde.
Al salir
del arbolado, pude contemplar, sobre las copas desnudas, las tres cimas de la
sierra: la oscura cima del Peladas asomando apenas entre el Cruces y el San
Vicente.
Me
quedaba ya muy poco al Alto de La Mesa. En los metros finales, la pendiente aún
se tendió más y aparecieron unas bandas de roca.
Al llegar
a la más alta, apareció al otro lado la conocida muralla de Gredos, que llevaba
un tiempo sin ver.
La cumbre
es amplia y llana. A mi derecha, se alzaba el Cruces y,...
... al
otro lado (SO), el vértice geodésico, algo más bajo que las rocas cimeras, como
dando vista al valle del Tajo, que quedaba sin embargo oculto por la linde del
robledal, excepto por un pasillo. Por él comencé a bajar, acercándome al borde
de la terraza que rodea la cumbre por ese lado.
Hay allí
un punto, marcado por dos grandes hitos, que se destaca sobre el valle como un
balcón. La vista es apabullante y, sólo por esto, merece la pena la subida al
Alto de La Mesa.
Para
regresar al pueblo, lo más práctico es descender directamente desde La Mesa; es
decir, al noroeste. Que yo sepa, no hay camino marcado, pero, con un poco de
ojo, se puede encontrar buena bajada. En primer lugar, seguí recorriendo la
terraza hacia la derecha (NE). Al principio, incluso encontré un trazo, el cual
se esfumó al poco. Cuando el resalte que llevaba a la izquierda dio paso a...
... una
pendiente abordable, giré a ese lado (NO) y me dejé caer, hasta dar con una
nuevo escalón. En ese caso, lo recorrí a la izquierda (SO) y misma operación:
cuando el terreno lo permitió, volví a encarar la pendiente, ahora a la derecha
(NO).
Tras una
tercera lazada marcada por el terreno, entreví entre los robles la carretera
del Piélago, relativamente cerca, al extremo de una suave pendiente. Fui hasta
ella, para seguirla a la izquierda (O), hasta...
... el
cuarto camino de tierra que sale a la izquierda (NO), que encontré recién
pasado el indicador del kilómetro 13 y enfrente de un edificio blanco.
Tomándolo, llegué...
...
enseguida, primero, a la vista de Navamorcuende y, luego, de nuevo a la
carretera del Piélago, pero más abajo, casi donde había dejado el coche (de
hecho, este último tramo por tierra es un recorte de la curva que hace la
carretera).
Comentarios
Publicar un comentario