La Mira (2.343)

ASCENSIÓN DESDE MINGO FERNANDO

POR LA CANAL SECA

La Mira es la cumbre más destacada del ancho y monótono cordal que se extiende al este del Circo de Gredos, hasta el Puerto del Pico. Presenta dos caras muy distintas: mientras que la vertiente norte es una suave rampa ondulada por amplias lomas y gargantas, la meridional es un abrupto frontón cortado por las crestas del Raso y los Galayos. Y si esta cima es un buen mirador, sus accesos por el sur nos llevarán a través de parajes asombrosos. Esta combinación de cima importante con fácil y bella ascensión ha hecho de este segundón de Gredos una de las cumbres más visitadas de todo el Sistema Central.
En esta ocasión, sin embargo, poca gente encontraremos hasta estar llegando a la cima, pues vamos a subir por una ruta áspera y una vertiente menos frecuentada. La Canal Seca es la más alta de las dos barrancadas mayores que cortan la vertiente oriental de los Galayos, la que da a Mingo Fernando. No va a dar exactamente a la Mira, sino a la planicie cimera al pie de cima. Tras culminar, el descenso lo haremos por el Puerto del Peón, que se alcanza por la cuerda cómodamente y por el que pasa un buen camino para bajar a Mingo Fernando.

La Mira, nevada, en lo alto de la Canal Seca

SITUACIÓN:
  • Zona: Sector Principal de Gredos (Sistema Central)
  • Unidad: Valle del Arenal
  • Base de partida: El Hornillo (Ávila)
ACCESO: La Plataforma Domingo Fernando (Mingo Fernando para los amigos y gentes de la zona) está 82 km al SO de Ávila, por los puertos de Mega y El Pico, El Arenal y El Hornillo. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen a ese punto en el siguiente link a GoogleMaps.


OTROS DATOS:
  • Cota mínima / máxima: 1.142 / 2.343
  • Mi tiempo efectivo: 6h06
  • Mi tiempo total: 8h39
  • Dificultades: PD. Varias trepadas de I y II grado en la canal, todas de menos de 10 m; el resto de la misma está marcado pero transcurre por incómodo terreno pedregoso.
  • Track para descargar en Wikiloc
Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Salir de Mingo Fernando por el camino del Puerto del Peón y, al poco, en una bifurcación, seguir por la izquierda (SO), para cruzar la garganta y remontarla hasta el Puesto del Tío Pío. A partir de estos corrales, la senda se continúa por un rastro borroso marcado con hitos, que ayuda a elegir el paso cómodo al remontar la vertiente del Pinarejo. Tras un trecho por la vertiente hidrográfica izquierda, pasando por encima de unas grandes placas, se llega a la bifurcación de las dos canales, Seca y Reseca. Para ir por la primera, seguir por la derecha (SO) al dividirse los hitos. Luego, al cruzar el cauce, hay que dejar de lado un corredor que sube hacia El Raso,  para seguir por la vertiente derecha. Hacia la cota 2.000, la canal se divide en tres; continuar por el cauce principal, el de la derecha (O), que no está señalizado. Si el agua lo permite, ir por el mismo; si no, por la orilla derecha, trepando por terrazas herbosas y resaltes (II), hasta llegar a Los Pelaos (PD). En este extenso collado, tomar a la izquierda (S) cualquiera de las trazas que van por el lomo hacia La Mira.
Bajar de vuelta a la horcada y acercarse al refugio para tomar, a la derecha (NE), la senda que recorre el cordal de Gredos. Cuando, ante un tramo rocoso y afilado, la senda pierde altura por la vertiente norte, dejarla por la derecha (E), siguiendo unos hitos que van por las pedreras junto a la arista. Al dejar atrás el cueto cimero de La Tarayuela (F), retroceder unos metros, trepando por los bloques de la cresta, para visitar esta punta, que posee interesantes perspectivas del entorno. De vuelta en la cuerda, los hitos llevan de vuelta a la senda. Seguirla hasta el Puerto del Peón y girar a la derecha (SO), para acabar el descenso por la excelente trocha que baja a Mingo Fernando.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Ascensión de entidad y dificultad ligeras, si bien lo continuo y empinado de la canal pueden hacerla más dura de lo que su desnivel haría prever. En fin, una ruta que no es técnica, pero está reservada a montañeros con una experiencia y preparación más que medianas. Dado que en algunos sitios hay que progresar por la trinchera de roca donde corre el agua, la ruta sólo es aconsejable con nieve o, como es el caso, bien entrado el verano o ya en otoño, cuando los torrentes están secos. En el tramo final, a partir del lugar en que la Canal Seca se divide en tres, opté por seguir unas repisas de hierba de la orilla izquierda y acabé superando pasos expuestos de II grado. Creo que hubiera sido mejor seguir por el cauce, sobre todo estando totalmente seco, aunque no lo puedo asegurar. El paso por la modesta Tarayuela es más incómodo que ir por el camino, aunque se ahorre desnivel, pero merece la pena ir a pisar esta punta, por su estratégica situación.

RELATO GRÁFICO:

De la plataforma de Mingo Fernando, salí por el camino que remonta la sierra hacia el Puerto del Peón, viendo ya, desde el primer paso, la cresta del Gran Galayo.

Dejada atrás la vieja cabaña, llegué a un cruce junto al refugio forestal, donde dejé la trocha principal por otra senda a la izquierda (SO), señalizada con un cartel que indicaba la Canal Seca.

Enseguida vadeé el río y, al poco, topé con el final de una pista. Allí, giré a la derecha (NO), siguiendo un cartel que indicaba a la Peña Gallina y pasando a...

... remontar la garganta a través del bosque, siguiendo la orilla derecha del torrente.

De vez en cuando, las copas de los árboles dejaban el hueco justo para ver los roquedos de la parte del Espaldar de los Galayos. Ése más cercano es la Gallina y, en todo lo alto, la Peña de Don Servando.

Al llegar a una nueva bifurcación, situada junto a lo que parecían las ruinas de una cabaña o un redil pequeño, fui por la derecha (N), para continuar garganta arriba.

Al salir del bosque, lo primero que vi era, a mi derecha, la garganta que baja del Puerto del Peón, donde, ya de regreso de la cumbre, iba a dejar la cuerda.

Delante, el barranco, que ahora se llama Vertiente del Pinarejo, cortaba un terreno que se iba empinando al pasar de los prados a la roca desnuda, hasta culminar en el amplio arco de Los Pelaos. Pese a haber todavía senda, el piso de cantos ya no era tan cómodo. Enseguida llegué...

... al Puesto del Tío Pío. Este curioso grupo de rediles y cabañas, construidas algunas aprovechando peñascos es un buen lugar para...

... volver la vista a contemplar el trecho de garganta que llevaba remontada y, más allá, las sucesivas estribaciones meridionales del Gredos oriental.

A partir de aquí, la senda se continúa por una traza entre borrosa e inexistente, marcada con hitos. El terreno es incómodo, principalmente por las piedras, pues el matorral es abierto. Según subía, fui observando cómo se iban definiendo las dos canales, Reseca y Seca, abrazando...

... el Gran Galayo, del que sólo era visible su base: un cúmulo de agujas de donde arranca la cresta de La Catedral.

A mi derecha, me dominaban crestas mucho más pacíficas, pero igualmente rocosas. Entraba en ambiente.

Poco a poco, también se acercaba el collado de Los Pelaos. Parece que el acceso es muy sencillo, atravesando las canchas y terrazas de la derecha, pero esto es engañoso: esa suave ladera está cortada por tubos y canales de flancos verticales. Fijándose, se llega a distinguir algún corte.

Los hitos me elevaron por la ladera, para pasar unas grandes placas, siguiendo su borde superior. Estando más o menos enfrente del eje de la Canal Reseca, el...

... itinerario entre matorral más denso; es el único tramo de toda la ascensión en que el monte se cierra algo. Al poco, los hitos se bifurcaron; por el ramal izquierdo, que además baja, iría a la Canal Reseca, así que fui por la derecha (SO).

Salí de esa zona de matorral al borde de un tajo vertical, por cuyo fondo va el cauce de la garganta. Los hitos me ayudaron a buscar la buena bajada, desplazándome unos metros a la derecha (N), hasta...

... una umbría canaleta, por la que parecía fácil destrepar.

Efectivamente, sólo los tres o cuatro primeros metros presentaban cierta verticalidad, pero con buenos y abundantes apoyos (I+).

Una vez en el fondo pedregoso de la canal, lo crucé recto para subir por una rampa de pedrera, dejando de lado a la derecha...

... un corredor que baja del Raso. Bonito tubo para invierno.

Afortunadamente, las piedras sueltas acabaron pronto y pasé a remontar una zona de gradas, más sólidas, llevando ahora el tubo principal a la derecha. Técnicamente, esto ya es Canal Seca. Tras una sucesión de resaltes como éste...

... y terrazas, los hitos acabaron llevándome de vuelta al cauce, precisamente donde éste se divide en dos brazos, estrecho y empinados. Escogí el de la derecha (NO), que...

... presenta un resalte de unos ocho metros, muy empinado y pulido por el agua (II). Pasos como éste son los que desaconsejan subir por aquí en primavera, con el agua corriendo.

Por encima, vuelta al terreno mixto hierba-roca, escabroso a veces, pero sin dificultades reseñables y con el cauce a mi izquierda, bajo la cresta de la Catedral.

Y, al otro lado, más roca. Ésta es la zona de lajas de apariencia pacífica desde abajo, que parecía la subida natural a Los Pelaos. Ya desde aquí parece otra cosa y se va viendo que es mejor seguir el cauce.

Me acercaba a la cota 2.000 y la vista atrás empezaba a ser impresionante: más allá de la canal y las agujas vecinas, se sucedían el Peñón del Mediodía, la Cabrilla, el Risco de las Morillas y las sierras del Torozo y el Cabezo. Por cierto, en la hierba de la ladera del primero, se apreciaba el trazo de la trocha que usé para bajar.

Poco después, la canal se abre en tres. Los itinerarios habituales (y los hitos) van por la izquierda (que no sale en la foto). Yo, como pretendía salir directamente a Los Pelaos, tiré por el tubo de la derecha, cuyo arranque está en el centro de la foto: por encima de la chorrera oscura del primera plano, a la derecha (N)...

... la hierba marca una bajada de agua; aunque no lo parezca, éste es el cauce principal de la Vertiente del Pinarejo y procedía a remontarlo, superando ya algún escaloncito de roca sumamente fácil (I).

Algo más arriba, el terreno se empina considerablemente y el cauce se encajona. Luego, descubrí que debería haberme metido por el rocoso pasillo, aunque hubiera que trepar, pues acabé trepando igualmente. Pero, en ese momento, tan claro esa rampa de hierba de la derecha (N), que subí por ella.

Pronto me encontré el primer resalte. Pero, bueno, además de no ser difícil (II), pensé que, entre trepar por el lúgubre interior de un tubo de roca y aquí fuera, al sol y...

... con estas vistas al volverme, prefería esto último. Aquí se ve ya la cresta de la Catedral propiamente dicha y la cima del Gran Galayo. Y si veía esta última más o menos a mi altura, es que debía de ir pensando en...

... volver a la canal, lo cual, igual no resultaba tan sencillo. De momento, un corte vertical de bastantes metros me separaba del cauce. Así que, pese a estar viendo que también estaba casi a la altura de la culminación, proseguí...

... por esta vertiente izquierda, buscándome la vista a través de terrazas estrechas, cortos resaltes y alguna placa expuesta (I / II).

Hasta que me encontré una repisa de hierba que cortaba la pared y parecía desembocar en el tubo. Incluía un paso realmente estrecho y vertiginoso, que...

... aquí se ve desde el otro lado. También se podría pasar reptando por debajo de la roca, pero, por si alguien duda, eso que brilla es agua. Vamos, que, o te mojas figuradamente sacando al culo al vacío, o te mojas literalmente en el charco. Tú mismo.

Efectivamente, la repisa me dejó en el cauce de esta Vertiente del Pinarejo, a pocos metros de su origen en Los Pelaos; de hecho, es el desagüe de la fuente homónima.

Al alcanzar allí el cordal, me recibieron la Galana y Cabeza Nevada. Ya sólo me quedaba girar a la izquierda (S) y...

... remontar el anchísimo (véase el tamaño de la persona que me precedía) y suave lomo, siguiendo, como si hiciera falta, cualquiera de las líneas de hitos que lo recorren. La cúpula somital de la Mira, por este lado, es tan tendida, que...

... la torrecilla que se yergue en la cima no se ve hasta que no estás a punto de llegar.

El panorama desde la Mira, en cualquier dirección, explica su nombre. Repasemos. Al este, más allá de los Galayos la Sierra del Cabezo aparece enmarcada por el cordal de Gredos y el Valle del Tajo.

Al norte, la cresta del Chocarrón y el Cervunal se proyecta hacia la llanura del valle del  Tajo.

Al oeste, la vista se extiende hasta la cresta del Circo de Gredos, donde se identifican todas las cimas principales.

Al norte, las Parameras se alinean en el horizonte, al otro lado del altiplano donde nacen el Tormes y el Alberche. Caminando hacia allí, inicié el regreso, deshaciendo primero el final de la subida y, luego, siguiendo hacia el...

... arruinado refugio de Los Pelaos, para tomar a la derecha (NE), la buena senda que recorre el cordal de Gredos. Al llegar a un pequeño alto inmediato,...

... me volvía despedirme de la Mira. Quién diría que ese bulto es el mismo pico que culmina el gran frontón rocoso que se ve desde Arenas de San Pedro.

Ahora se trataba de ir caminando por la cuerda, tan extensa que casi anula la perspectiva hacia las sierras orientales.

Aunque en un momento dado, mirando hacia el Circo,...

... hay un curioso punto de vista del Ameal, Risco Moreno y la Galana.

A partir de la punta del Cambrional, la arista se estrecha y torna rocosa. La senda la evita bajando hacia la izquierda (se distingue la subida del retorno a la cuerda). Escogiendo incomodidad y mejores vistas, dejé el camino por la derecha (E), siguiendo...

... unos hitos que me llevaron por las pedreras próximas a la arista, evitando los obstáculos siempre por el flanco norte (izquierdo).

Se sucedían las bonitas perspectivas: el Gran Galayo a través de una brecha.

Otra: Sierra del Cabezo sobre la verde ladera del Peñón del Mediodía, donde se dibuja la traza de la trocha del Puerto del Peón.

Como el resto de canchos, los hitos rodearon por la izquierda la Tarayuela, el penúltimo y más alto.

Al dejar atrás el crestón, me volví para recorrerlo, superando algunos bloques (I) y...

... pasajes estrechos hasta llegar a la culminación. Esta modesta punta, por su situación, posee unas vistas privilegiadas hacia la Mira y los Galayos,...

... la caída de la sierra y la gran llanura al sur, así como...

... su contraria al norte.

Y, naturalmente, hacia el vecino Peñón del Mediodía. Retomé camino, deshaciendo la subida por la arista y siguiendo de nuevo los hitos al noreste. Éstos se metían ahora entre matorral, antes de...

... reunirse con la senda principal, por la que proseguí el cresteo. Al pasar el pequeño alto de la cota 2.047, me volví a contemplar la Tarayuela, que, desde aquí, parece tener otro porte.

Y, pocos minutos después, llegué al Puerto del Peón, donde giré a la derecha (SO), para...

... tomar la estupenda trocha, empedrada a ratos, que desciende esta vertiente.

El trazado busca la comodidad a toda costa y no hay que alarmarse si el descenso incluye alguna pequeña subida. Va a ser largo, así que, lo mejor, es relajarse y disfrutar del entorno.

Sobre mi cabeza, la culminación del Peñón del Mediodía aparecía cuajada de torrecillas de rocas apiladas.

Mirando hacia abajo, se acercaba la suavidad de los bosques.

Enfrente, al otro lado de la vaguada del puerto, el Gran Galayo y alrededores iban...

... cambiando de aspecto con la perspectiva, pero permanecía su belleza. Así fui llegando a unos primeros pinos dispersos, que...

... no tardaron en transformarse en bosque. Y así, a la sombra fresca de los pinos, acabé la excursión en Mingo Fernando, pues este camino es el mismo del inicio.

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