COMENTARIOS: Excursión
panorámica, variada y muy fácil, de una longitud media. De haber dispuesto de
más tiempo, se podría completar llegando a la Tossa Plana pero, tal como realicé
la ruta, descender del Tossal Bovinar por la Coma Extremera me permitió conocer
ese apartado paraje, que posee un encanto sereno, de típico Pirineo oriental.
No encontré allí hitos ni sendas y no deja de sorprenderme que lugares
accesibles tan bellos se dejen de lado. Pero no voy a lamentarlo. Por otro
lado, creo que esa cara NE del pico por la que inicié el descenso podría ser
una ruta normal atractiva con nieve.
RELATO
GRÁFICO:
El Refugi
del Pradell tiene una ubicación magnífica. Situado en un rellano empradizado de
la montaña de La Llosa sobre los 2.100 m de altitud, desde el mismo se
contempla una hermosa vista de la cara norte de la Sierra del Cadí. Bueno,
aunque, ese día, aún las vería mejores.
Aparcado
el coche y calzadas las botas, comencé a andar hacia el oeste por la misma
pista por la que había subido desde Lles, y que aquí va atravesando la ladera
en horizontal y luce las marcas del GR-11.
Aunque
los árboles a los lados del camino me limitaban bastante la visión, al
principio tuve ocasión de ver el Tossal Bovinar. Estaba bajo la cima de la
jornada, pero es que, en esta ocasión, iba a compensar el desplazamiento del
cresteo antes del mismo.
Al poco,
la pista entró en el valle del Riu del Molí, impresionantemente dominado aquí
por el Monturull, girando hacia el noroeste para remontarlo, hasta...
... su
cabecera, sobre la que brillaba el piramidal Perafita.
En las
proximidades Pollineres, la pista alcanza el cauce. Pero, antes del cruce, la
dejé por la derecha (NO), por una senda señalizada por un cartel que indicaba
los Estanys de la Pera y por la que seguían las marcas rojiblancas.
El
caminillo, muy claro, cruzó un par de veces la pista al principio antes de
pegarse a la orilla del Riu del Molí.
También
atravesé la corriente de agua algunas veces pero, como éste de la foto, ninguno
de los vados planteaba el menor problema.
Bastante
arriba ya, pasé por un rellano en que los árboles se abrían. Buen lugar para
detenerse a echar una mirada hacia la Cerdaña. Enfrente, a través del Coll de
Pendís que se para el Moixeró del Cadí, se veía brillar un mar de nubes sobre
el Berguedà.
Poco
después llegue al Refugi dels Estanys de la Pera. La senda se pierde aquí unos
metros, pero, rodeando el refugio por la derecha, al llegar a su parte trasera,
...
... vi a
la derecha la continuación, señalada con cartel, que remonta en suave diagonal
la ladera.
Al ganar
altura, se descubrió a mi izquierda el Estany Petit de la Pera, dominado por el
Monturull y la pista que lleva al refugio.
Superada
la pendiente, llegué a un amplio rellano herboso al pie del Collet de Sant
Vicenç, o Port de Perafita. A fin de suavizar la subida, la senda da un rodeo
hacia la derecha, para luego girar y...
...
afrontar una subida final aprovechando una terraza que asciende en diagonal
llevadera.
Al
alcanzar el collado, lo primero una mirada atrás, al valle de donde llegaba.
Al otro
lado, asomaron oscuras las montañas que limitan Andorra por el noroeste; es
decir, la zona de Coma Pedrosa, Tristaina, etc.
Ahora se
trataba de tomar la cuerda a la derecha (NE) y seguirla hasta el Tossal
Bovinar. De momento se presentaba como un ancho lomo herboso de moderada
pendiente, sin rastro de senda, ni falta que hacía.
Al ganar
altura se fueron desvelando a mi espalda los dos Estanys de la Pera bajo los
picos de Monturull y Perafita.
Al llegar
a un hombro, descubrí la continuación de la cresta, que se afila sobre una
vertiente norte rocosa y vertical. Aunque la cuerda seguía sin presentar
obstáculos ni pasos expuestos, al menos hasta la primera cima, el Pic del
Sirvent, que es la segunda punta que se ve en la foto.
Abajo,
del lado andorrano, se abría una inmensa cuenca de pedrera, la Raconada de la
Maiana, que bajaba hacia el verde valle del Riu Madriu. La cresta que la limita
al otro lado está rematada por una llamativa elevación; se llama Pic de Serra
Mitjana y servirá de referencia del avance.
Volviéndome
al noroeste, las nubes habían abierto un hueco y ahora el sol iluminaba las
crestas de Capifonts, Coma Pedrosa – Tristaina, por encima de la cual asomaba
la silueta picuda y rojiza de...
... la
Pica d’Estats, entre el Sotllo y el Montcalm.
Fui yendo
hacia el Pic del Sirvent, pasando antes por una punta anónima (2.728),
caminando por la cresta, que es estrecha y, aunque caía vertiginosa a la
izquierda, ...
... no
presentaba dificultad alguna; es más, caminar por ella era más cómodo que por
muchos caminos. Desde la cima del Pic del Sirvent, destacaba al oeste, entre
crestas lejanísimas, una cúpula descomunal: el Montsent de Pallars.
Al sur,
la visión sobre la Sierra del Cadí y la Cerdaña estaba limitada, pero era aun
así bonita.
Continué
el cresteo hacia el siguiente pico, llamado dels Estanyons o de la Colilla
según vertiente, por terreno similar.
Y, si en
algún momento la cresta se tornaba demasiado accidentada para caminar, unos
hitos aparecían para señalar cómo evitar la dificultad por el flanco
meridional.
De vuelta
en la arista en la anónima cota (2.769), una mirada atrás: la cresta recorrida
desde el Pic del Sirvent.
Las
vistas impresionantes se sucedían, como ésta hacia el Riu Madriu, con la Serra
Mitjana centrada en una brecha.
Otras
veces eran las formas airosas del roquedo inmediato. Todo este entorno tan
abrupto que llevaba a la izquierda, contrastaba vivamente con...
... la
suave caída del terreno al otro lado.
Y así
llegué al Pic de la Colilla que, al estar destacado al norte, proporciona una
bonita vista de la cresta y su vertiente andorrana. También recibe esta cima el
nombre de Pic dels Estanyons, que recibe de...
... dos
iboncitos que se divisaban abajo en el valle de Madriu. En sus cercanías,
algunos árboles otoñados ponían un toque de color variado en el verde de las
coníferas dominantes.
Al este,
también se veía la cresta continuar, con tónica similar, hasta la Tossa Plana.
A la izquierda de esa cumbre principal del área, destacaban unos picos
invisibles hasta entonces: se trata del...
... grupo
de Envalira en primer término y las crestas del Capcir detrás, entre las que
destacan l’Esquine d’Ase a la izquierda; Puigpedrós de Lanoux en medio y Carlit
a la derecha.
Al sur, a
la derecha de la alineación Moixeró-Cadí y por encima de las estribaciones del
Monturull, se llegaban a distinguir las siluetas perfiladas por la bruma del
Montsec y el Boumort.
Continué
por la cuerda al este, camino del Tossal Bovinar., que presenta hasta tres
puntas, siendo la más alta la central, según el mapa.
La bajada
del Pic dels Estanyons es cómoda y carece de dificultad.
Lo mismo
que la subida posterior. Antes de dirigirme a la punta más alta del Tossal
Bovinar, pasé por otra (2.835) destacada al norte, sobre la que se veía lo que
parece un hito de vértice; no es tal, sino un simple canto oblongo, colocado de
pie.
Lo que
más impresiona desde ese espolón septentrional es la vista al noroeste, con el
valle de Madriu bajo un extenso panorama de crestas montañosas. Entre ellas, se
siguen viendo las de Estats, ahora...
...
realzadas por la vista axial del valle de Arinsal.
Al este,
la cresta sigue hasta la Tossa Plana. Debería de haber reservado más tiempo
para esta excursión; apenas una hora más hubiera sido suficiente, pero hoy no
disponía de ella.
Recorrí
en pocos minutos la breve cresta hacia la cima principal.
Destacada
al sur, desde la punta mayor del Tossal Bovinar, cambia la perspectiva de la
cresta recorrida. Y se ve mejor, al fondo del todo y ligeramente a la izquierda
del Pic de la Colilla, ...
... la
cresta del macizo de la Maladeta, con todos sus picos reconocibles pese a estar
a más de 80 km en línea recta. También se aprecia el lamentable estado del
Glaciar del Aneto, pero hay que hacerse a la idea: es lo que ha tocado.
Al sur,
se extendía el llano cimero, con el fondo de las sierras de Moixeró y Cadí y,
ahora, también a la izquierda la cresta del Puigmal. En esa dirección emprendí
el descenso, concretamente yendo hacia la Tossa d’Alp (SE). Al llegar al borde
de la planicie, ...
... el
terreno se desplomó a mis pies, apareciendo la Bassota de Setut muy abajo. No
descendí directamente, sino que, guiándome por la línea de puntos rojos que
marca el mapa de la Alpina, giré a la izquierda (NE), para...
... bajar
en diagonal por la ladera, mixta de hierba y pedregal. No había rastro alguno
de traza o hitos, pero, con algo de tiento, la progresión fue cómoda. Al pasar
un lomo cercano, ...
... entré
en la cara noreste del Tossal y, cuando el terreno me pareció bueno, giré a la
derecha para encarar una bajada más directa. El terreno era pedregoso, pero más
firme de lo que parece y...
... la
pendiente no pasaba de moderada. A media bajada, me llamó la atención lo bonita
que se veía la Portella de Setut.
Al pie de
la pendiente, una mirada atrás. Efectivamente, no hay traza, ni rastro de ella.
Pero el terreno es accesible y cómodo; además, esta ladera nevada debe de ser
una subida fácil y agradable.
Estaba en
la Coma Extremera, vallecito desolado en que la soledad se palpaba. De hecho,
seguían sin aparecer senda ni señales, pero tampoco es que hagan falta. Girando
a la derecha (SE), comencé a descender por este suave tubo herboso.
No tardé
en volver a aparecer la Bassota de Setut, bajo una bajada más intensa pero
también cómoda. Al pie de la misma, hay...
... una
buena perspectiva de la vertiente suroriental del Tossal Bovinar.
A
continuación, bordeé el pequeño y apacible ibón hasta su desagüe, donde...
...
encontré unos hitos, pocos y espaciados, que me invitaron a seguir el curso del
torrente, alternando una y otra orilla. Si bien los prados por donde discurre
el descenso al principio y...
... el
arbolado disperso más abajo no obligan a seguir los hitos, conviene hacerlo por
lo que diré. Pasados los 2.300 m de altitud, éstos derivaron paulatinamente a
la izquierda (SE) y...
... se
fueron separando del torrente, hasta dar con lo que parece el arranque de una
senda, que, ya en dirección este, atraviesa horizontalmente la ladera.
Efectivamente,
el caminillo era tal y no tardó en aclararse al tiempo que entraba en el pinar.
Poco después, desemboqué...
... en un
ancho camino que descendía directamente. Es la ruta normal de la Tossal Plana
desde el Pradell y, tomándolo a la derecha (S), me llevó hasta la pista por la
que había comenzado excursión, muy cerca del refugio y del coche.
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