Cerro de Valdemartín (2.282)

ASCENSIÓN DESDE EL PUERTO DE COTOS

TUBO DERECHO DE LAS CORTADILLAS (INVERNAL)

Situado cerca de su extremo occidental, el Cerro de Valdemartín es uno de los picos que jalonan la Cuerda Larga del Guadarrama. Se trata de un cabezo cubierto de pedregal y monte bajo, que sobresale de los pinares del valle del Lozoya y la cabecera del Río Guadarrama. Sus formas son redondeadas y, su cumbre, un lomo ligeramente alargado pero sus laderas son altivas y llegan a bravías en el cóncavo de Las Cortadillas, que forman su cara noreste y son el único lugar donde aflora la roca. Considerado un secundario, el Valdemartín no suele ser objetivo principal de ascensiones; sin embargo, en invierno, sus vertientes reúnen posibilidades variadas, con terrenos adecuados tanto para raquetas como para piolet y crampones.

La cara nororiental del Cerro de Valdemartín es la más empinada de la montaña y está cortada por varios tubos. El que he escogido esta vez como vía de subida, no es el más conocido ni bonito; ni el más fácil ni el más difícil; simplemente, es uno más del grupo. Si hay que darle una característica, es que transcurre fuera del cóncavo que aloja al resto, lo que lo hace más abierto y panorámico. Respecto a la bajada, por Valdesquí, es cómoda y directa, pero sólo resulta práctica cuando la estación está cerrada.

Vertiente de Las Cortadillas del Cerro de Valdemartín

SITUACIÓN:
  • Zona: Cuerda Larga - Sierra de la Morcuera (Sistema Central)
  • Unidad: Cuerda Larga
  • Base de partida: Puerto de Cotos (Madrid)
ACCESO: El Puerto de Cotos está 66 km al NO de Madrid, por Collado Villalba y Navacerrada, o 33 al SE de Segovia, por la Granja y el Puerto de Navacerrada. También se puede acceder en tren desde Cercedilla. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen a ese punto en el siguiente link a GoogleMaps.

Pulsa aquí para consultar la tabla MIDE

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.773 / 2.282
  • Mi tiempo efectivo: 3h37
  • Mi tiempo total: 4h40
  • Dificultad: PD en las condiciones del día (nieve continua a partir de la cota 1.900, con capa reciente de hasta 15 cm sobre otra dura). Pendiente de nieve helada de 100 m de desnivel, con 35º de pendiente media y 50º de máxima, sostenida durante el tercio final.
  • Track para descargar en Wikiloc

Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Salir del Puerto de Cotos por la carretera de Valdesquí. A la altura de la pradera de El Pingarrón, dejarla por un camino que, a la izquierda (S), cruza el Arroyo de las Guarramillas y atraviesa el pinar hacia Las Cerradillas. Al salir del bosque en la boca del circo, dejar la senda por a la derecha (SO) para dirigirse hacia el circo de Las Cortadillas, abierto bajo la cima del Valdemartín. Caminando entre el matorral, se cruzan dos torrentes y otros tantos lomos antes de enfrentarse a la agreste cara NE del pico. Superar la pala de base, cada vez más empinada, hacia el tubo derecho (F), que se abre, poco evidente, al otro lado del espolón que limita por la derecha el gran pasillo central y remontarlo. Al salir al lomo, subir a la izquierda (S), para alcanzar la cima del Cerro de Valdemartín (PD).

Descender al norte, cortando en diagonal la cara oeste, hacia la estación superior del remonte de Las Zetas, visible en una collada del lomo norte. Si está cerrada la estación, tomar a la izquierda (NO) la pista homónima para bajar al aparcamiento de Valdesquí y regresar por la carretera al Puerto de CotosEn caso contrario, seguir descendiendo por la loma, evitando unos riscos por la izquierda, hasta ver caer a ese mismo lado (NO) una senda que corta el matorral. Descender por ella hasta el cauce del Arroyo de las Guarramillas y seguirlo a la derecha (NE), llegando enseguida al camino de Las Cerradillas, que, tomado a la izquierda (NO), nos devolverá por El Pingarrón al Puerto de Cotos.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Buena ascensión invernal, con un tramo técnico corto, fácil pero entretenido, que transcurre en un entorno impresionante y bastante solitario, para lo que es Guadarrama. Como ésta ha sido mi primera visita a Las Cortadillas, he empezado por este tubo, que es más bien una pequeña cara situada fuera de los corredores y espolones de la zona central. Ya llegarán otras vías de más renombre. En buenas condiciones, la dificultad el tubo es bastante asequible, con pendientes moderadas y regulares, pero la gran exposición del paso de salida, así como lo impreciso de algunas partes del trazado, condicionan la vía. En mi opinión, para acometerla, es más importante la soltura y seguridad que dan la experiencia, que una gran destreza técnica.

RELATO GRÁFICO:
Desde el aparcamiento del Puerto de Cotos, bastante lleno ya aunque aún estaba amaneciendo, se veía una cara norte de las Cabezas de Hierro con bastante nieve, pero no tanta como me hubiera gustado. A ver qué me encuentro en los tubos de Valdemartín.

Como la estación de Valdesquí estaba cerrada y no habían limpiado la carretera de acceso, en vez de usar la senda paralela que suelo, comencé por ella la excursión, caminando al sureste, hacia la Cuerda Larga, mientras los pinos se iban dorando con el sol naciente.

Me desvié del asfalto en la Pradera del Pingarrón, tomando a la izquierda (SE) el camino que conduce a Las Cerradillas. Por cierto, que desde aquí se veía la cumbre roma del Cerro de Valdemartín, asomando sobre un lomo...

... a la izquierda del circo de las Guarramillas, que aloja la estación de esquí. Tras atravesar el prado, la senda me metió en el pinar para...

... bajar al Arroyo de las Guarramillas, que crucé por una pasarela. Continué rodeando, por una buena vereda, el lomo norte del Cerro de Valdemartín, para ganar su vertiente nororiental.

Precisamente al doblar la arista, hay un claro, donde siempre me detengo a contemplar el Valle del Lozoya y...

... la mole de Peñalara, medio velada hoy por las nubes que, sin llegar a cerrarse, anduvieron juguetonas toda la jornada.

Así llegué a la bifurcación del camino de las Cerradillas y el que desciende el río. Vaya, le ha crecido un cartel; esto está cada más urbanizado. Seguí la indicación de Cabezas de Hierro; es decir, por la derecha (S).

Después, hube de vadear hasta cuatro torrentes, todos tan estrechos como éste, así que no deberían de plantear problemas ni yendo crecidos.

Y, poco después, salí del bosque, pudiendo observar que las nubes se iban retirando de la cresta de Peñalara.

Por delante, una ladera de matorral, que ceñía la senda hasta dejarla en un trazo mínimo, parecía extenderse hasta la boca del gran Tubo de Las Cerradillas, que se adivinaba al fondo, subiendo a la izquierda.

Pero mi objetivo estaba al otro lado, a mi derecha. Allí se veía, al otro lado de una extensión ondulada, el Cerro de Valdemartín, que, redondeado como es, presenta por este lado una cara agreste, llamada Las Cortadillas. El accidente más característico es un gran espolón en la vertical de la cima, a cuya...

.... derecha, una serie de riscos más pequeños forma varios tubos. El que había previsto subir es el de más a la derecha, que va...

... prácticamente fuera del conjunto. Ya en esta foto se puede observar que, más que un tubo, es una terraza en la parte más alta de la canal de la derecha. La buena noticia es que aquí había bastante más nieve que en la norte de Cabezas vista desde el aparcamiento, de lo que me alegré y tomé nota para lo sucesivo.

Para alcanzar Las Cortadillas, al paso por una gran calva alargada en matorral, me desvié de la senda por la derecha (SO), bajando al arroyo por donde los huecos entre los arbustos me fueron llevando. Una vez abajo, vadeé la modesta corriente y remonté la loma posterior, manteniendo...

... el terreno la misma tónica. Una nueva bajada, me llevó a...

... un segundo arroyo, de cauce más amplio y suave. Es el que baja directo del Collado de Valdemartín. Tras cruzarlo, remonté en la vertiente opuesta un oportuno pasillo de nieve despejada. Aquí encontré las primeras pendientes de cierta entidad del día, llegando a 30º en los metros finales.

Al ganar altura, mirando atrás podía ver ya buena parte del Tubo de Las Cerradillas. Uno de los puntitos oscuros sobre la nieve se movía lentamente hacia arriba: la única persona que vería en toda la ascensión.

Desde lo alto del lomo, la vista de Peñalara sobre los pinares del Loyoza era ya impresionante. Y aún me quedaba por subir, pues no estaba ni a 2.000 m.

De momento, giré a la izquierda (S), para remontar el lomo, hacia la boca del circo que se abría a la derecha.

Al dar vista a un rellano al pie de la cara noreste, derivé a ese lado (SO), procurando mantener cota. Y ahora va y se mete una nube. Vaya.

Bueno, al otro lado, brillaba el sol sobre las Cabezas de Hierro, que ahora mostraban sus dos cimas.

Aquí me encontré una huella que, llegándome de la derecha, se dirigía también hacia el fondo del pequeño circo. No es que fuera imprescindible, con los 10 cm de nieve blanda que había sobre el hielo, pero siempre es más agradable caminar por ella. Ésta, tras llevarme al pie del gran risco a la derecha de la canal, remontó la pala a la izquierda...

... trazando unas zetas. Aquí la pendiente superó ya los 30º, cuando...

... la traza giró a la izquierda para dirigirse a la base de la zona de tubos.

Sobre el Collado de Valdemartín, a mi izquierda, el sol hizo intención de salir.

Falsa alarma. Llegando al gran tubo central, me desvié a la derecha de la huella (O), para remontar el llamado tubo derecho. Desde el inicio, la pendiente se puso en poco menos de 45º, hasta que dejadas atrás las dos rocas más pequeñas y bajar y llegado a la altura del tercer cancho, algo mayor,...

... me encontré en un pequeño rellano.

Hacia arriba, la vista quedaba interrumpida por un saliente del risco de la izquierda y una arista de nieve. La pendiente se yergue aquí claramente más de 45º y, al pasar el filo, sigue por la izquierda...

... en una rampa igualmente empinada de 30 ó 40 metros. Ya dije que esto, más que tubo es una repisa, pero qué más dará, si es entretenido y bonito.

Así salí a un amplio lomo blanco, desde donde se domina el Valle del Lozoya bajo Peñalara. Girando a la izquierda (SO),...

... lo remonté, por pendientes que aún superarían los 30º durante 70 u 80 metros, ahora con un cielo limpio sobre mi cabeza. Allí el hielo había perdido toda la nieve caída los últimos días. Y es que el viento soplaba de firme.

Ganando altura, la vista sobre las Cabezas de Hierro y Las Cerradillas era ya completa.

Mientras superaba el lomo, las nubes se retiraron del Valle del Lozoya.

La pendiente remitió al llegar a un hombro, desde donde descubrí la cima a pocos metros de arista amplia y tendida, y las Guarramillas a la derecha.

Desde la cumbre del Cerro de Valdemartín, las Cabezas de Hierro se ven desde un ángulo ligeramente meridional y, girando la vista a la derecha...

... un mar de nubes cubría la llanura madrileña.

Al suroeste, las Guarramillas y, a través del collado homónimo, la característica silueta del Abantos.

Más a la derecha, las nubes lo tapaban todo, volviendo a abrirse hacia Peñalara, que se veía a la izquierda de la antecima de donde había llegado. Casi en esa misma dirección iniciaría el descenso, bajando a la izquierda (N) de la cuerda, atravesando en diagonal la ladera, helada y despejada, hacia una estación de remonte más abajo, sobre el lomo.

Mientras me dejaba caer, me di cuenta de que, estando la estación de esquí cerrada, podía hacer un descenso más cómodo por las pistas.

Así que, al llegar al remonte, giré a la izquierda (NO) y continué...

... bajando, más directamente por la pista llamada de Las Zetas, que me dejó al lado del aparcamiento, de donde salí por la carretera de acceso, a la derecha (NE).

Durante la bajada, las nubes seguían yendo y viniendo por Peñalara.

La casi media hora final por la carretera nevada, transcurrió tan solitaria como el resto de la jornada. Bueno, me empecé a encontrar alguna persona cuando ya tenía a la vista, entre los pinos, los edificios del Puerto de Cotos.

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