Cerro del Coto Blanco (2.062)

ASCENSIÓN DESDE EL PUERTO DE CHÍA

POR LA CUERDA

El Cerro del Coto Blanco es el punto culminante de la Sierra de Villafranca o Piedrahita, la más occidental y plana de las Parameras de Ávila. Es un cordal anchísimo, más meseta que sierra, muy monótono y redondeado, que se mantiene próximo a los dos mil metros durante bastantes kilómetros. Su principal encanto es el de todo el conjunto: las vistas sobre Gredos y otras montañas de este tramo medio del Sistema Central. El medio es bucólico en la vertiente sur: en tan suave pendiente, pastizales y majadas han llegado hasta muy arriba, entre islas de un matorral blando que nunca llega a entorpecer el paso y alguna reducida mancha de pino repoblado. La ladera norte es más abrupta y toda su caída de mil metros hasta el valle del Río Corneja está cubierta de monte bajo y cantos.

La ruta hace por lo habitual en este monte: ir por la cuerda desde un puerto con carretera. Pero al revés; en vez de salir del más alto y cercano, de Peña Negra, lo hicimos desde el de Chía, para alargar, con poco coste adicional, el panorámico paseo.

El plano perfil de la Sierra de Villafranca, visto desde el sur

SITUACIÓN:

  • Zona: Las Parameras (Sistema Central)
  • Unidad: Sierra de Villafranca
  • Base de partida: San Martín de la Vega del Alberche (Ávila)

ACCESO: El Puerto de Chía está 54 km al SO de Ávila, por Solosancho, Cepeda la Mora y San Martín de la Vega del Alberche. Poco antes del cartel de puerto, salen dos pistas, una cada lado, y hay a la derecha espacio para aparcar tres o cuatro coches. En ese lugar se inicia la ruta. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.655 / 2.062
  • Mi tiempo efectivo: 5h01
  • Mi tiempo total: 6h12
  • Dificultades: Ninguna. Algún tramo un poco incómodo por el matorral.
  • Track para descargar en Wikiloc

Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: En el Puerto de Chía, tomar la pista que sale de la carretera al oeste y asciende por La Majariega. En una bifurcación, girar a la derecha (N) para alcanzar la loma de la cota (1.812) y tomarla a la izquierda (O). Siguiendo primero un cortafuegos y luego un trazo difuso, siempre a toda cresta, se llega al cordal principal de la sierra en el Cerro de los Canalizos. Ya sólo queda girar a la derecha (NO) y recorrerlo hasta la cumbre del Cerro del Coto Blanco. Regresar por la misma ruta al Puerto de Chía.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Esta caminata, tan apacible como panorámica, está al alcance de cualquiera que tenga una mínima preparación. Desde el punto de vista de la orientación, se trata de seguir la cresta de la sierra, excepto el inicio hasta el Cerro de los Canalizos, algo más complejo buscando la comodidad pero que, transcurriendo por pista y cortafuegos o con la referencia indudable de la cerca que recorre la cuerda, tampoco tiene pérdida. Sobre la comodidad del paso, incluso en los tramos sin camino, es tal la abundancia y claridad de trazas de animales que no se echa de menos una senda.

RELATO GRÁFICO:

Ya en el Puerto de Chía, las vistas prometían lo que iba a ser la jornada, especialmente al sur: allí veíamos el Pueblo de San Martín de la Vega del Alberche al pie de la Loma de Piedra Aguda, sobre la cual asomaban ligeramente algunas crestas del macizo central de Gredos.

Cruzando la carretera, echamos a andar por una pista que sale al oeste y asciende suavemente por la ladera de La Majariega, en la vertiente meridional del cordal.

No tardó en descubrirse, detrás nuestro, la amplia Vega del Alberche con las sierras orientales de Gredos al fondo.

Poco a poco, fue surgiendo sobre nosotros un cortafuegos. Para alcanzarlo, doblamos a la derecha (N) cuando el carril se bifurca y luego a la izquierda (O), …

… al llegar a lo alto de un lomo, que pasamos a seguir por el cortafuegos. Cuando éste gira a la izquierda, continuamos recto…

… al oeste por el cordal, siguiendo trazas abiertas en el matorral junto a la cerca de la divisoria. A nuestra espalda, podíamos ya contemplar la mole de la Serrota y un trocito de la más recortada Sierra de la Paramera asomando a la derecha.

Culminamos esta subida en un amplio cabezo llamado Cerro de los Canalizos, desde el cual descubrimos la extensa Dehesa de Cervunaloco, sorprendente llano a unos 1.850 m de altitud media, muy próximo a la cresta de esta ¿sierra?. Más allá, las crestas de Gredos ponían un toque agreste, sobre todo…

… las que envuelven los dos circos de Gredos y Cinco Lagunas, con el Almanzor y la Galana en todo lo alto.

El Mojón de Guillén, antecima oriental de nuestro objetivo, se elevaba verde y redondeado al otro lado del gran prado. Pero no lo atravesamos, como parece lo más lógico. En primer lugar porque es propiedad privada y está expresamente prohibido; en segundo, porque preferimos recorrer el cordal, que…

… abraza el gran llano por el norte y este. Así, tomamos la cuerda a la derecha (N) para iniciar el panorámico recorrido dirigiéndonos al Cerro de la Mesa. Caminábamos junto a la cerca que recorre la cresta, sin senda pero cómodamente, encontrando siempre buen paso cuando topábamos con el matorral.

Desde la primera punta (1.923) de Las Mesas, descubrimos al norte, más allá de la Sierra de Villanueva, un denso mar de niebla extendido sobre la llanura castellana.

Al otro lado, la ligerísima concavidad de Cervunaloco aparecía curiosamente alineada con el Puerto de Candeleda, que se veía al fondo entre La Mira y el Circo de Gredos.

Poco después de esa cota, giramos con la cerca al oeste para dirigirnos a la cima (1.925) de Las Mesas, por terreno cada vez más amplio y con menos pinta de cresta. Pero lo es. Más allá, a la izquierda de la cumbre de la sierra, se había descubierto el macizo occidental de Gredos, el de La Covacha.

Mirando atrás desde Las Mesas atrás, podíamos ver el tramo de cuerda recorrido desde la punta oriental y más allá, la más alta de las Parameras: la Serrota... vaya nombre bien puesto.

Para entonces, el panorama al norte se había ido ampliando y se podía apreciar cómo una barrera invisible retenía las nubes bajas al este, dejando despejadas las tierras salmantinas.

Y al otro lado, tramos cada vez mayores de Gredos también. Ahora se podía ver todo el segmento central, del monte de La Fría a la Sierra Llana. 

En la suave bajada posterior, apareció el matorral pero éste era generalmente poco denso y, cuando no, encontramos siempre algún paso, estrecho pero suficiente para caminar sin pelea.

Así fuimos pasando sobre la Hoya de Camacho.

Desde el punto más bajo del collado, se veía muy bien la Cerro de Cabeza Mesada, cumbre de la Sierra de Villanueva.

A partir de ahí, al iniciar la subida al mojón de Guillén, volvimos a contar con un verdadero camino: un carril que, llegando desde la vertiente norte, sigue más o menos el cordal y que nos condujo hasta la cumbre misma.

El monte del Mojón de Guillén está culminado por tres cabezos y no tengo claro a cuál corresponde el nombre. En el primero (2.023), hay un hito de gran tamaño, pese a ser el más bajo.

Merece la pena volverse para ver parte de la cresta recorrida y, más allá, la Serrota, un trocito de cresta de la Sierra de la Paramera y el Gredos oriental.

En fin, continuamos el cresteo, pasando sucesivas cotas, siempre suaves.

En una de ellas, el Canalejón (2.031), la perspectiva permite distinguir la Sierra de Ávila al norte de La Serrota.

También, a partir de ahí, un poco más de subibaja hasta que vimos un cerro con bulto en la cima: el hito geodésico, que permite distinguir a distancia el Cerro del Coto Blanco del resto. Por detrás asomaban, aparte de los macizos central y occidental de Gredos, las sierras de Candelario y de la Peña de Francia.

Desde la cumbre del Cerro del Coto Blanco, la vista se extiende al norte sobre la meseta hasta un horizonte plano, excepto a la izquierda, donde se rompe con la Peña de Francia. A los pies de la Sierra, llegaban a verse ahora Piedrahita y la modesta Sierra de la Horcajada.

Al oeste, el macizo occidental de Gredos y la Sierra de Candelario flanqueaban el Puerto de Tornavacas, mientras que más cerca el cordal sobre el que estábamos se ensancha y aplana aún más hacia el sector de la Peña Negra.

Al sur, todo el resto de Gredos. En la parte derecha, el tramo que va de la Sierra Llana al núcleo del Risco de las Morillas y La Fría, con...

 ... el sector de los circos destacando en medio. Además, desde aquí se veían enfiladas las dos grandes gargantas: la de Gredos y la del Pinar.

Más a la izquierda, el resto de Gredos; es decir, las sierras orientales, del Torozo a la del Valle, pasando por el Cabezo de Mijares. En pocos sitios (bueno, no recuerdo otro) se ve un segmento tan amplio del cordal de Gredos: desde la Escusa al Castilfrío, es decir, casi todo, incluyendo toda la divisoria castellana por encima de los dos mil metros.

Al este, por último, se veía ahora la Serrota flanqueada por las sierras de Ávila y de la Paramera. Hacia allí retomamos camino, pues volveríamos al Puerto de Chía por el mismo itinerario de ida.

La única diferencia es que, con al haber variado la posición del sol, veíamos ahora las montañas al este...

... con más definición. Hasta se podían contar las gargantas den la vertiente de la Sierra del Cabezo. Al llegar al final del cresteo en el Cerro de los Canalizos, ...

... nos despedimos de Gredos y de la pradera de Cervunaloco, que perderíamos de vista...

... al bajar hacia la Vega del Alberche.

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