Rasos de Peguera de Dalt (2.077)

ASCENSIÓN DESDE LA ALDEA DE PEGUERA

RECORRIDO INTEGRAL DE LAS CIMAS

Los Rasos de Peguera culminan un pequeño macizo casi independiente, desprendido al sur de la Sierra Ensija. El nombre ya da idea de que no se trata de terreno muy alpino: cubierto de pinos y prados de la base a la culminación, ésta se presenta como un lomo anchísimo que, por momentos, llega a poder ser calificado de altiplano. Sin embargo, las laderas son altivas, con empinadas vertientes boscosas, rotas en algunos lugares por espectaculares cantiles. Una densa red de caminos facilita las excursiones sin ofender la vista y, en general, salvo en la estación de esquí, el entorno está bastante bien conservado. Por último, el panorama desde la cresta, si no es extenso, es bonito… cuando lo hay, pues en varios de sus picos, entre ellos el más alto, el de los Rasos de Dalt, los árboles no dejan ver nada alrededor.

Eso último es una buena razón para visitar otras puntas menores, pero más abiertas, especialmente al sur, donde el terreno cae vertiginoso hacia Espinabet y Berga. Así, esta excursión, tras ascender a la máxima cumbre de los Rasos por su vertiente norte, que queda fuera de la influencia de la estación de esquí, emprende un recorrido por la culminación de la montaña, tocando, si no absolutamente todas sus puntas, sí las principales; aquéllas que presentan una cierta prominencia. Finalmente, un prolongado faldeo de la boscosa verteinte oriental, nos devolverá al punto de partida.

Vertiente norte de los Rasos de Peguera

SITUACIÓN:
  • Zona: Prepirineo Oriental
  • Unidad: Sierra Ensija
  • Base de partida: Peguera (Barcelona)

ACCESO: La aldea abandonada de Peguera (Fígols) está 120 km al norte de Barcelona, por Tarrasa, Berga y San Corneli de Cercs. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps.


OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.605 / 2.077
  • Mi tiempo efectivo: 5h29
  • Mi tiempo total: 6h52
  • Dificultades: Muy fácil. Un par de tramos cortos por bosque cerrado sin referencias, pero de fácil orientación por la pendiente.
  • Track para descargar en Wikiloc
Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Salir de Peguera por la pista que cruza el Barranc del Graus junto a las ruinas de Sant Miquel, para dejarla enseguida por una senda balizada (PR) que sale a la derecha (SO) y entra en la Baga de Peguera. El camino traza una tendida diagonal hasta el Cap de la Serra, por donde pasa el Camí dels Rasos de Peguera. Tomarlo a la izquierda (S), continuando por él la travesía ascendente ahora por la Baga de les Sequedes. Hacia la cota 1.850, coger el segundo desvío que sale a la izquierda (N), para volver a la Baga de Peguera. Al llegar a una primera bifurcación, seguir por la izquierda (NE) y, en las siguientes, escoger siempre la opción que sube. No hay camino que llegue a la cima; para alcanzar el pico de los Rasos de Dalt, hay desviarse a la izquierda (S) hacia los 2.050 m de altitud, por una vaguada herbosa, junto a un curioso tronco pelado pintado de rojo y negro, y dejarse guiar por la pendiente.

Bajar al SE directamente a través del bosque, sin senda pero por terreno cómodo, hasta el Coll de la Creu del Cabrer y ascender al otro lado, siguiendo la cuerda hasta el pico de los Rasos de Baix. Continuar recorriendo la cresta, siempre por camino, visitando la Roca d'Auro y el Serrat de l'Hospital. Desde éste, retroceder al collado previo (1.907) y contornear el pico, para salir al Cap de la Canal del Tonedor. Ascender al Serrat de les Estelles y regresar  a la horcada para descender por la vaguada herbosa a la derecha (O) a una pista que pasa horizontal un poco más abajo. Tomarla a la derecha (N) y poco después, en la vertiente de la Baga de Noucomes, girar a la izquierda en dos bifurcaciones (E / NO). A continuación, la pista nos llevará por la cuenca del Torrent de la Molina y la Baga de Peguera hasta la aldea homónima.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Este recorrido por los principales picos que coronan el macizo de los Rasos de Peguera no es espectacular en ningún sentido, pero es bonito. Transcurre a través de una variedad de bosques y prados de altura y, aunque el panorama va a quedar restringido a la caída meridional del propio monte, y eso en sólo tres de los cinco picos, la belleza del entorno me dejó un buen recuerdo. Tampoco hay ninguna dificultad en la ruta, salvo el par de bajadas sin senda, del pico de los Rasos de Dalt y del Cap de la Canal del Tonedor; en ambos casos, el terreno es bueno y, respecto a la orientación, no hay más que dejarse caer. En suma, una bonita caminata de mediana intensidad por una montaña que roza los 400 m de prominencia, que no está mal.

RELATO GRÁFICO:

Salí de la aldea de Peguera por un carril que se desgaja de la pista que viene de Fígols junto a las ruinas de Sant Miquel, cruza el Barranc dels Graus y se dirige al sureste bordeando la Baga de Peguera. Pero a los pocos metros, según llega a la linde del mismo, lo dejé por...

... una senda a la derecha (SO) marcada como PR.

La misma gana unos metros, al principio por terreno despejado, dando perspectiva hacia los prados de donde había salido, dominados por el Roc de Peguera en primera instancia y las laderas meridionales de la Serra Ensija.

Y enseguida penetró en el pinar, a través del cual me llevó en un ascenso muy suave y relajado por las faldas del monte.

Salí del bosque al acabar de recorrer la vertiente norte de los Rasos de Peguera, junto al Cap de la Serra, en realidad un simple hombro, pero con buen panorama. Por ejemplo, al oeste, las sierras de Port del Compte y el Verd.

Al norte, la Serra Ensija mostraba la gran pared de la Gallina Pelada.

Estaba en el lomo noroeste de los Rasos y sobre mí se elevaba la cúpula boscosa. Pero no la iba a atacar directamente, sino que...

... continué en la dirección que llevaba, cruzando dicho lomo hacia una pista que se veía pasar cercana. Es el Camí de los Rasos de Peguera y lo tomé a la izquierda (S) para pasar a recorrer la vertiente occidental o Baga de les Sequedes, con la misma tónica de suave ascenso diagonal.

Habiendo dejado de lado un desvío a la derecha, tomé otro a unos 1.850 m de altitud, que sale a la izquierda (N), abandonando de paso el PR.

Este nuevo camino tiene pinta de menos usado que la pista anterior pero es igualmente cómodo, o más, si contamos que resulta más agradable caminar sobre la hierba mullida.

Durante este tramo, en el que se vuelve a la vertiente norte para ascender por ella en amplios zigzags, se pasan varios cruces. En todos, el criterio es ir subiendo, excepto en el primero, éste de la foto, en que seguí por la izquierda (NE). Además, salvo este caso, el resto de los desvíos son sendas más estrechas.

La pista no culmina los Rasos de Peguera, así que, para alcanzar la cumbre, la dejé cuando pasa más cerca de ella. Precisamente ahí, a unos 2.050 m de altitud, en un tramo en que caminaba hacia el oeste, me encontré este tocón pintado de la foto. Giré a la izquierda (S) y encaré...

... la pendiente suave y despejada entre los pinos, que...

... enseguida cedió en un casi imperceptible lomo, donde se abre un claro. Giré a la izquierda (E) y, en cuanto volví al bosque, ...

... apareció entre los árboles la senyera que marca la cima de los Rasos de Peguera de Dalt.

Lo pinos alrededor apenas dejaban ver nada. Sólo al sur asomaban trozos del lomo cimero de los Rasos de Peguera de Baix. Si quería perspectivas, tendría que buscarlas en otros picos y a ello me puse. Empezando por el que veía. Para ello, fui repasando hacia la derecha (O) la linde del pinar que veía delante del pico, hasta...

... encontrar un hueco. Girando entonces a la izquierda (S), me dejé caer por la pendiente, al principio muy suave y despejada y al poco...

... más empinada y cerrada. El terreno forma una pequeña ondulación, especie de vaguada poco evidente, que me sirvió para guiar mis pasos hasta...

... un balsa que encontré seca. La rodeé y, al otro extremo, encontré...

... una clara senda que salía hacia la izquierda (SE) y atravesaba la ladera hasta ir a salir...

... al Coll de la Creu del Cabrer. Delante tenía el cerro de los Rasos de Peguera de Dalt, con una subida evidente: un ancho pasillo herboso tajaba el pinar hasta la cresta misma.

Ascendiendo por el mismo, pegado a los árboles de la izquierda, pronto pude ver asomar, sobre los del otro costado, medio Berguedà: Port del Compte, el Verd, Cloterons, Cadí y Ensija, incluido ahora en esta última el Cap Llitzet.

Por supuesto, a mi espalda tenía una buena perspectiva de la cumbre de los Rasos de Peguera. Y hay que aprovechar, que no habrá muchas más ocasiones, como se verá.

De momento, al llegar a la cresta, apareció al suroeste un retazo de los rebordes meridionales del Berguedà; concretamente la Serra dels Tossals. A mi izquierda (E), ...

... el terreno se elevaba suavemente hacia la cima... que aparecía nuevamente poblada de pinos. Fui caminando hacia allí, contemplando a mi izquierda...

... asomar las cresta del Moixeró, de las Penyes Altes al Puig Llançada, pasando por la Tossa d’Alp. Incluso sobresalía junto al primero la cresta el lejano Carlit, pintado de nieve.

Así llegué al hito cimero de los Rasos de Peguera de Baix, vértice geodésico de esta sierra y, en mi opinión, uno de los más inútiles de la red. Los he visto con campo limitado, pero éste se lleva la palma.

En fin, que volví al gran claro del lomo y busqué, entre los árboles de la izquierda (S), ...

... una senda marcada como PR que, curiosamente, pasa muy cerquita de la cresta por su vertiente sur, sin alcanzarla. En fin, que la tomé a la izquierda (SE) y fui bajando la vertiente hasta...

... una collada con una pequeña balsa. La Atravesé y, al otro lado, ...

... apareció la siguiente cima, la Roca d’Auro. Aquí dejé las marcas blanquiamarillas para atajar a la derecha (S) hacia la Collada dels Rasets y tomar allí la pista que se ve ascender al cerro.

Desde ese mismo lugar, me fijé que a mi izquierda se veían también los otros dos picos por donde pasaría: los de les Estelles y l’Hospital. Los más bajos del recorrido, pero los más altivos.

Como muestra de esto, vista de los Rasos de Peguera de Baix a media remontada de la Roca d’Auro.

Y es bueno detenerse a eso pues, aunque el vértice de la Roca d’Auro tiene un panorama despejado en todo el arco sur, al norte tapa la vista un repetidor.

Desde esa especie de balcón, a la derecha no sólo se veía la Serra del Port del Compte; más allá, la vista llegaba a los Montsecs, difuminados ese día por la bruma.

Justo al sur, se elevan dos espectaculares picos sobre la arista que cae en esa dirección: Roc Uró y Cogulló d’Estela. En el horizonte, más allá del llano, se llegaba distinguir el abombamiento de Montserrat.

Siguiendo con la vuelta, se veían al oeste las crestas del Catllarás y la Garrotxa, más allá del siguiente pico: el Serrat de l'Hospital, que mostraba también un buen desplome al sur.

Para continuar camino, caminé desde el vértice hacia al Serrat de l’Hospital, penetré en el pinar y comencé a descender entre los árboles.

Enseguida, encontré un carril que abría un recto pasillo descendente. Por él alcancé...

... el final del bosque en un rellano, donde tomé a la derecha (NE) una senda (el mismo PR de antes), por la que rodeé un modesto alto por el oeste (izquierda), para...

... salir al Coll del Tagast. De ahí continué a la horcada (1.907), abierta entre el Serrat de l’Hospital y su antecima occidental.

Allí volvía dejar la senda principal, por otra a la derecha (E), menos marcada que entra en el pinar (el trazo no se ve en la hierba pero se encuentra al llegar a la linde) y...

... lleva cómodamente a su través hasta...

... la cima, tras la cual se veía Montserrat sobre la llanura, mostrando, ahora sí, sus mil agujas.

A la derecha, la caída meridional de la cresta que iba recorriendo.

A mis pies, al sureste, la modesta Serra de Queralt, como un baluarte del Pirineo. Y, en el horizonte, las montañas de Sant Llonrenç y el Montseny.

Y al este, el Prepirineo que corre hacia el Mediterráneo. En lo más cercano del Catllarás, destaca un pico por su altivez. Compruebo el mapa: se llama Sobrepuig (1.656) y tiene 230 m de prominencia. Tomo nota.

Proseguí la travesía volviendo sobre mis pasos hasta el collado (1.907) donde había dejado el PR, al que me reincorporé (NE) para...

... rodear el Serrat de l’Hospital hacia el collado del Cap de la Canal del Tonedor, que lo separa del de les Estelles.

Al ir a atravesar la horcada, volví a abandonar el sendero marcado, ya definitivamente, por otro (el que se ve subir en la foto), que remonta el lomo a la izquierda (N), primero a través del pinar y...

... luego por hierba hasta el hito cimero.

Desde esta última cima del día, la vista no es tan buena al oeste, y...

... al sur, siendo abierta, carece de la espectacularidad de los dos picos anteriores. Pero no está mal.

Inicié el retorno volviendo al Cap de la Canal del Tonedor, desde donde me dejé caer por la vaguada derecha (O), suave tubo de hierba que, en pocos minutos me dejó ante...

... una pista forestal que atraviesa la ladera. La tomé a la derecha (NE), pasando a recorrer la ladera oeste de la Serra de les Arades.

A mi izquierda podía ver, como marcando el final de la excursión, la vertiente meridional de la Serra Ensija a través del tajo del Barranc dels Graus.

Al cambiar a la vertiente norte o de Noucomes, seguí por la izquierda (E) en un bifurcación y, poco después, ...

... giré a la misma mano (NO) en otra.

Iba ahora hacia el fondo del Torrent de la Molina, a través de un bosque cada vez más denso y en el que, al perder altitud, las hayas fueron sustituyendo a los pinos.

Tras cruzar el cauce y salir de la cuenca, entré de nuevo en la Baga de Peguera, para no salir de su sombra hasta...

... estar frente a la aldea de Peguera, en el cruce donde había tomado la senda balizada al principio de la excursión.

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