Pico de Castanesa (2.858)

ASCENSIÓN DESDE ARDONÉS

RECORRIDO DE LA CRESTA

El Pico de Castanesa es el más alto del Macizo de Ampriú, la compleja estribación que, proyectada al sur por el de La Maladeta, abraza el valle de dicho nombre. Está situado en su núcleo septentrional, que recibe el nombre de Sierra Negra por el color de su roquedo, compuesto de unas pizarras poco frecuentes en el Pirineo y que es la característica principal de estas montañas. Y también el atractivo más notable de estos cerros y cordales curvilíneos, al darle un peculiar aspecto desolado, que recuerda más a parajes volcánicos o desérticos que alpinos. Aunque la contundente presencia de la cresta de la Maladeta, que muestra desde lo alto de la Sierra Negra su mejor despliegue, nos va a recordar constantemente dónde estamos.

Respecto a la ruta, teniendo en cuenta la suavidad dominante en el paisaje, escogí un amplio cresteo para disfrutar del panorama con una perspectiva cambiante.

Vista del Pico de Castanesa y el resto del cordal recorrido desde el oeste.

SITUACIÓN:

  • Zona: Alta Ribagorza (Pirineos)
  • Unidad: Macizo del Ampriú
  • Base de partida: Cerler (Huesca)
ACCESO: Cerler está 145 km al NE de Huesca, por Barbastro, Graus y Benasque. Tras salir del pueblo, continuar por la carretera de la estación de esquí durante seis kilómetros, hasta un desvío de tierra a la izquierda (NE). Seguir la pista, en excelente estado, otros tres kilómetros, hasta el puente sobre el Barranco de l’Ubago, punto inicial de la ruta. La aplicación no llega hasta ahí, pero puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen a la salida de la pista desde la carretera en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 2.014 / 2.858
  • Mi tiempo efectivo: 4h48
  • Mi tiempo total: 6h05
  • Dificultades: Ninguna. Itinerario por caminos o terreno cómodo. Si bien, al principio, puede haber alguna duda para orientarse, el terreno obliga a seguir la ruta correcta.
  • Track para descargar en Wikiloc
Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Desde el puente sobre el Barranco de l'Ubago, remontar la ladera al sur, con restos borrosos de sendero y la referencia de una torrentera, hasta un rellano. Girar a la izquierda (SE) y seguir ascendiendo en tendida diagonal a través de la vertiente, siguiendo ahora un trazo más claro, para entrar en el barranco de Ballberdera y remontarlo íntegramente hasta culminar la Tuca de Posolobino. Allí comienza el recorrido de cresta, tomándola a la izquierda (NE) para alcanzar, en primer lugar el Pico de Castanesa.

Continuar al norte por el amplio lomo del cordal, recorrido por una prescindible traza, tocando en los sucesivos picos. Pasada la Tuca Royero, en el entronque de crestas subsiguiente, descender por la de la izquierda (SO). A la altura del Picalbo, que no pasa de ser un simple hombro, la senda vira a la derecha para bajar hacia el Valle de Benasque; dejarla y continuar por la cuerda unos metros, hasta dar con una senda que la cruza. Tomarla a la izquierda (E), pasando a descender en diagonal por la ladera. Al acercarnos al camino que atraviesa la cuenca, dirigirse a él para tomarlo a la izquierda (SE) y, pasando por la Cabaña de Ardonés, regresar al puente sobre el Barranco de l'Ubago donde comenzó la excursión.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Magnífica caminata, muy cómoda, fácil y sencilla, que combina el esperable panorama con el paso por parajes peculiares y fascinantes. Creo que lo lógico sería realizarla en sentido contrario, para acabar en la cima mayor de la jornada, y esa era mi idea inicial. Pero lo inseguro del tiempo al inicio, con el cielo encapotado y lloviznando, me movieron a comenzar por el pico Castanesa, para asegurar la cumbre en caso de que hubiera tenido que volverme antes de finalizar la cresta.

RELATO GRÁFICO:

Tras aparcar junto al puente que cruza el Barranco de l’Ubago en Ardonés, eché a andar por un camino que, desde la pista, asciende al oeste por la ladera y acaba enseguida, ante un torrente.

Allí, giré a la derecha y, encarando la pendiente, fui remontándola. Vi algún hito aquí y allí, pero acabé siguiendo una referencia mucho más segura: el cauce seco de la torrentera, que, buscando el paso cómodo, llevé siempre a la derecha.

Al llegar a un rellano, desde el que se divisaban las Tucas de Ixeia entre nebulosos macizos, más allá de los prados de Ardonés,...

... giré a la izquierda (E), para atravesar la ladera, manteniendo una ligera diagonal ascendente. No se veía traza ni señales, pero no fueron necesarias, pues, pasada una breve línea de pinos, apareció...

... una pared oscura, que era buena referencia, pues el barranco de Ballberdera, que iba buscando, se encuentra encima. Así pues, continué con mi travesía ascendente y, de pronto,...

... sin previo aviso, apareció una traza, borrosa pero indudable, con sus hitos y todo, y seguí por ella.

Ya sobre la pared se veía la vertiente de Ardonés y pensé, ante lo inseguro del tiempo, que si debía retirarme antes de tiempo, sería fácil dejar la cuerda por esos prados.

Aquí la ladera forma un cuenco, en cuyo fondo, este matojo guardaba el hielo de la noche.

Y así me encontré ante el desolado tubo de Balbberdera, que asciende hacia la Tuca de Posolobino al pie de la cresta homónima. Aunque no lo parezca, a través de ese pedregal ondulado, corre una traza sutil, marcada con hitos, poco numerosos pero suficientes. De todas formas, el terreno es cómodo y no deja lugar a dudas.

Según lo remontaba, podía ver a mi espalda cómo las crestas seguían tapadas más allá de Ixeia.

Al pie ya de la primera cima del día, el tubo giró a la izquierda.

Tras el cambio de dirección, vi a mi espalda Ballbedrera brillando al sol. Parecía que el tiempo me iba a respetar.

La pendiente se incrementó ligeramente para entrar en la cabecera. Al llegar a un rellano, giré a la derecha para terminar la subida...

... superando directamente una mediana pendiente que culmina en la Tuca de Posolobino.

Al pisar esta modesta cima, aparecieron al otro lado las crestas pallaresas, más allá de la verde Sierra de Llauset.

Al sur, a través del boquete del Río Baliera, el Prepirineo.

Siguiendo la vuelta, más a la derecha, la Sierra del Ampriú propiamente dicha, del Pico Basibé al Gallinero, pasando por el Cibollés. Sobre por encima de esa cresta, asomaba el Turbón y, a la derecha, el Cotiella más allá de la Sierra de Chía.

Al noroeste, de donde había venido, más allá de Ballberdera y las laderas de Ardonés, los macizos de Posets y Perdiguero cubiertos de nubes.

Tomando la cuerda a la izquierda (NE), descendí al collado inmediato para acometer, a continuación, la suave subida al Pico de Castanesa. Por cierto, que, a la izquierda comenzaba a asomar la gran perspectiva del día.

Parte de la cresta del macizo de la Maladeta. De momento, visble desde los picos Occidentales al de Coronas.

Antes de alcanzar la cima del Castanesa, pasé una ligera prominencia desde donde hay esta perspectiva de la Tuca de Posolobino y...

... se ve así lo que resta hasta la cumbre. O eso parece, porque, en realidad, esa punta es sólo la más cercana de...

... las tres que coronan la montaña, y no la más alta, que es la septentrional. Aunque ya desde esta antecima, se ve la cresta del Macizo de la Maladeta, ya totalmente despejada. Presidiendo, en el centro,...

... el Aneto y,...

... separados a la derecha, los Picos de Vallibierna, que resaltaban así su carácter rocoso sobre las pendientes oscuras de la Sierra Negra.

Ya en la punta principal del Castanesa, mirando hacia el Pallars, el tiempo parecía aclarar, aunque los Besiberris aún estaban cubiertos.

Al sur, la cuerda por donde había llegado tapaba la cresta del Ampriú.

Más a la derecha, los macizos de Cotiella y Posets, ahora casi despejados. Bajo el segundo, se distinguía Benasque.

Desde aquí, se veía ya todo lo que quedaba de cresteo: de cerca a lejos, la Tuca de Roques Trencades, el Pico de Estibafreda y la casi plana Tuca Royero.

Mientras recorría la cuerda, se sucedían las perspectivas. A mi izquierda, el Barranco de l’Ubago, con el bosque del que había partido, bajo el Macizo de...

... Cotiella, cuya cumbre aparecía tremenda.

Al llegar a la Tuca de Roques Trencades, una mirada atrás, a la cumbre de la jornada.

Por delante, la Sierra Negra mostraba su carácter enigmático. Tras un trecho de bajada, la senda me llevó a cambiar al cordal de la derecha.

Antes, otra visión peculiar: la cima del Vallibierna, asomando sobre una ladera negra pincelada de nieve.

Tras un trecho de bajada, la senda me llevó a cambiar al cordal de la derecha antes de emprender la subida al Pico de Estibafreda.

A mi izquierda, el alto rellano empradizado que da nombre a este cuarto pico del día. Al fondo, de la Maladeta sólo quedaba sin nubes el vallibierna. Bueno, al menos pude ver la cresta un ratito.

Desde el Pico de Estibafreda una mirada atrás. Ahora, el sol había acabado de destaparse sobre mí y su luz, brillando en la pizarra, daba un tinte extraño al entorno. La foto está sin retocar y con los mismos ajustes que el resto.

Al otro lado, una breve bajada seguida de una subida imperceptible para finalizar el recorrido por el cordal, que se ensanchaba enormemente en la Tuca Royero.

Panorama a la izquierda.

A la derecha y atrás, a la izquierda del Pico de Estibafreda, muestra...

... el Vallibierna un aspecto imponente y peculiar.

Por la Collada de Ardonés, pasé entre dos iboncitos, camino de la última cima de la jornada.

La mejor perspectiva desde la Tuca Royero sería la del Macizo del perdiguero, si las nubes hubieran dejado. Bueno, ahora llegaba a distinguirse la peculiar silueta, en aleta de tiburón, del Boum.

Antes de iniciar el descenso, una mirada atrás, a toda la cuerda recorrida desde la Tuca de Posolobino.

Comencé bajando al este y, al llegar al collado adyacente,...

... la senda me llevó a atravesar en diagoina la ladera bajo la cresta de Espax, para alcanzar un lomo que cae al oeste y por donde continuaría bajando.

Al asomarme a la vertiente de Benasque, tremenda visión de las laderas bajo las Tucas de Ixeia.

El lomo es empinado, pero muy cómodo. Y más pisando la traza, en que la pedriza está más asentada. Pasando junto al Picalbo, cede la pendiente...

... tras el descenso y...

... la senda gira a la derecha para dirigirse hacia el Burroyo, en la verteinte de Benasque. Aquí, dejé el trazo para...

... continuar brevemente por el cordal, hasta dar con otra senda, que lo cruza. Tomándolo a la izquierda (E),...

... me dirigí a la cuenca de Ardonés, que presentaba desde aquí una buena perspectiva. Iba en busca de un camino que la atraviesa pero, tras un rato bajando en diagonal,...

... me di cuenta de que no llegan a juntarse ambas vías. Así que, cuando vi cerca el camino, dejé la senda para pasarme a él y seguirlo a la izquierda (SE).

Ya sólo quedaba seguirlo, atravesando la ladera. De camino, vadeé varios torrentes; éste es el primero, llamado de la Mascarada.

Tenía por encima los prados de Ardonés, delante el Pico de Castanesa y, a mi derecha,...

... bonitas vistas hacia el Valle de Benasque y los macizos al otro lado. No es mal epílogo para esta hermosa jornada.

Y, para acabar, la visión de los primeros árboles otoñados sobre el lugar en que había iniciado la excursión. Por cierto, que se ven el camino y la torrentera del principio.

Comentarios

  1. ¡Joder! todavía no he ido yo a visitar las obrfas. Vi algo desde Vallibierna pero sin más.
    Mira que venir los castellanos antes de los del paistiene usía.
    Bueno, este invierno nos escaparemos con los esquís.
    La cadena de blgs puede ser válida a falta de p3000, c reo que mejor que el foro.
    ¡Que vaya bueno!

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    1. Mariano, si te refieres a las obras en el congosto, me dijeron en Benasque que van a cortar las carretera del todo a partir de este mes y hasta final de año. Se supone que respetarán la temporada de esquí, pero... por si acaso, mira antes de ir, que la alternativa por Roda de Isábena es la leche.

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