Pico de Estós o Tuca del Dalliú (2.531)

ASCENSIÓN DESDE EL VALLE DE LLITEROLA

RUTA NORMAL Y CRESTA NOROESTE

El Pico de Estós es una pirámide herbosa, con algo de roca refugiada en su breve cara norte, que se alza al extremo de la cresta que separa el valle del mismo nombre del de Lliterola. Su altitud es modesta para esta zona del Pirineo, en que se reúnen las dos máximas cumbres de la cordillera, y carece de la espectacularidad rocosa de otras cimas del entorno. Pero su situación a medio camino de los macizos de Posets, Perdiguero y Maladeta, volcado sobre el Valle de Benasque y alejado de otras cimas, lo convierten en un mirador estupendo sobre toda esa extraordinaria área montañosa.

La ruta normal desde Lliterola a esta cima consiste en recorrer una senda que remonta la áspera vertiente con total comodidad, evitando los obstáculos a base de enlazar terrazas y barrancos. Para rematar la jornada, propongo, con muy poco más de esfuerzo, recorrer el panorámico cordal que separa los dos valles de Estós y Lliterola, hasta llegar al pie de la roca del Perdigueret, para regresar dejándose caer, de nuevo a través de terrazas y tubos, por la vertiente de Lliterola, en un recorrido más impreciso pero tan cómodo y fácil como la normal.

El Pico de Estós, con el fondo magnífico del Macizo de la Maladeta, desde la cresta noroeste

SITUACIÓN:

  • Zona: Alta Ribagorza (Pirineos)
  • Unidad: Macizo del Perdiguero
  • Base de partida: Benasque (Huesca)
ACCESO: El Parking Literola está 150 km al NE de Huesca, por Barbastro, Graus y Benasque. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps.

 OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.609 / 2.531
  • Mi tiempo efectivo: 5h15
  • Mi tiempo total: 6h58
  • Dificultades: Muy fácil. Si bien todo el itinerario se desarrolla por sendas, en algunos lugares la traza se ha perdido, pero el terreno es cómodo y es fácil orientarse. Hay tramos empinados y descompuestos en la subida final al pico.
  • Track para descargar en Wikiloc
Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Desde la carretera del Valle de Benasque, tomar la senda que sale al SO junto al  Puente de Lliterola, para remontar dicho valle. Cuando se bifurca, tomar el ramal de la izquierda (O), que conduce a la Cabaña de Lliterola. Desde allí, continuar por un sendero que vadea el Barranco de les Fites de Perdiguero y remonta la ladera al SE. El trazo, estrecho y no siempre claro, asciende cómodamente a través de la vertiente, enlazando tubos y rellanos, hasta la Collada de Estós. Girar a la izquierda (SE) y alcanzar por la arista el Pico de Estós.

Regresar al collado y continuar cresteando hasta las Fites de Perdigueret, pasando por varias puntas y las correspondientes horcadas. Regresar a la última de éstas, la Collada del Dalliú, para bajar por la herbosa vaguada izquierda (SE). Hay una senda, pero la traza se pierde en muchos sitios; sin embargo, no es un gran problema, pues el caminillo baja en diagonal siguiendo terrazas herbosas. Al llegar junto a un estanque anónimo, la senda gira en redondo a la izquierda (NO) para acabar de alcanzar el cauce del Barranco de les Fites del Perdiguero, precisamente junto al vado de antes. Volviendo a cruzarlo, se llega a la Cabaña de Lliterola y ya sólo queda deshacer el camino de ida para regresar al Puente de Lliterola.


Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS:  La ascensión al Pico de Estós es ya bonita por la ruta normal y ésta es una manera de complementarla con poco esfuerzo y sin complicarse la vida. Si las vistas desde la cima son espectaculares, el recorrido por la cresta se hace ameno por los cambios de perspectiva. Y ya he dicho que, aunque la senda de bajada está borrada en muchas partes, el terreno no deja mucho lugar a dudas. Casi fue un problema mayor no confundirse con las abundantes trazas de ganado que se entrecruzaban en mi itinerario de bajada.

Como se puede ver en las fotos, una fina capa de nieve cubría el pico; no la tomo en consideración, pues era tan escasa y poco consistente, que realmente no me influyó para nada. Tiempos y dificultades hubieran sido los mismos en seco. Lo único que ese espolvoreo de blanco hizo aumentar fue la belleza de la montaña.

RELATO GRÁFICO: 

En el Valle de Benasque, la senda que remonta el de Lliterola sale de la carretera unos metros más arriba del puente homónimo, frente a un aparcamiento; supera el terraplén y se introduce en el bosque.

Al salir del arbolado, me vi dominado por la Tuca de Lliterola.

Momento de volverse a contemplar, al otro lado del valle, la masa ingente de la Tuca del Campamento entre los barrancos de Alba y Cregüeña.

La senda me llevaba ahora a través de prados.

Al ganar altitud, asomó la cumbre del día, el Pico de Estós, brillante de nieve.

Luego, al otro lado, el fondo del valle dominado por dos pirámides.

La rocosa del Perdigueret y la blanca del Perdiguero.

Al llegar más o menos a la altura de la Cabaña de Lliterola, que quedaba abajo a mi izquierda en una pradera más verde,...

... me encontré con esta bifurcación. Obedeciendo al cartel, continué por la izquierda (O), bajando a...

... cruzar el torrente de Lliterola por una pasarela.

Enseguida, llegué a la Cabaña de Lliterola, desde cuya puerta se tiene este panorama: en el Macizo de la Maladeta, ya es visible el Pico de Alba, que aparenta ser el más alto. También destacan, a ambos lados, la Tuca Blanca de Paderna y el Pico Maldito.

Continué por un trazo estrecho y no muy claro, que, desde la cabaña, sale al SE y vadea el Barranco de les Fites de Perdiguero para remontar la ladera opuesta.

Allí el sendero se aclara y, aunque hay algún paso escabroso como el que se ve al fondo, la comodidad y buen trazado serán la tónica. 

Pronto apareció la cima, dominándome imponente.

Mirando hacia la boca valle, una sorprendente perspectiva de los picos de Salvaguardia y La Mina, en la divisoria pirenaica.

Como ya he dicho, la senda, a base de rodeos, hace relajada la subida.

Otra mirada atrás, ahora hacia la cresta de Aigüespases, que se alza al otro lado del valle.

Al abrirse el terreno, el Macizo de la Maladeta apareció junto a las cimas fronterizas de antes.

A la vez que comenzaba a pisar la nieve caída la noche anterior, tan fina e inconsistente que fue como si no hubiera, la senda me metió en una vaguada más definida, que,... 

... tras pasar bajo la cima en...

... suave ascenso,...

... alcanzó el cordal en...

... la Collada de Estós, al otro lado de la cual aparecieron las crestas del macizo de Posets. El camino a la cumbre era ahora obvio: girar a la izquierda (SE) y...

... encarar la subida por el lomo del cordal.

La senda adosada al flanco izquierdo de la arista facilita el ascenso, pese a que hay tramos considerablemente empinados por piedra suelta.

Ya muy arriba, salí a la arista y pude ver esta perspectiva del Valle de Estós, dominado por el Macizo de Posets y con el de Bachimala al fondo.

Poco después, cedió la pendiente y me encontré ante la cima del Pico de Estós.

Al tocar hito, se vislumbraba al otro lado Benasque, dominado por las Tucas de Ixeia, y, al fondo, las crestas del Turbón, el Baciero y la Sierra de Chía. Girando la vista a la izquierda,...

... más allá de la Sierra Negra, que asciende del Valle del Ésera a los Picos de Vallibierna, las montañas del Ampriú, presididas por...

... el Pico de Castanesa.

La vuelta continúa por el Macizo de la Maladeta, donde ahora sí se distingue su verdadera cumbre,...

... el Aneto, que aparecía todo escarchado por detrás del Pico Maldito.

Más a la izquierda, Salvaguardia y La Mina, en el fondo del Valle de Benasque.

Y, al norte, el Pico Perdiguero y la cresta de Aigüespases. A través del collado que los separa, asomaba la plana cresta de Crabioules. El descenso lo inicié por la misma senda que me había llevado a cima,...

... bajando hasta la Collada de Estós, a partir de la cual continué por el cordal al noroeste. Éste es amplio, suave y herboso y, aunque no se dibuja ninguna senda en el lomo, tampoco la eché de menos. Comenzó el cresteo con la subida llevadera a la Tuca del Frontonet, lomón alargado desde cuya cima...

... hay esta bonita perspectiva del Pico de Estós.

Cuerda adelante se alzaba el Perdiguero, a cuya izquierda destacaba la cresta plana de Bachimala. Entre ambos, me llamaron la atención las...

... paredes rojas bajo los Picos del Sehil dera Baquo, que, desde este ángulo, sí que parecen una testuz vacuna.

Al otro lado, sobre el alto valle de Lliterola, a través del amplio collado entre el Perdiguero y el Pico de Remuñe, asomaba ahora, además de los Picos de Crabioules, el de Maupas.

Una subida aún más suave que la anterior me llevó a la Tuca de Plana Sastrosa, donde se imponía otra mirada atrás.

A continuación, bajada a la Collada del Dalliú, desde donde los picos de Remuñe y Lliterola mostraban sus caras más descarnadas, y...

... última subida importante de la jornada, sin dificultades pero muy empinada, a las Fites de Perdigueret.

Desde esta cima, final del cresteo, mirada atrás. Por cierto, abajo, a la izquierda de la cuerda recorrida, se ve la verde pradera donde está la Cabaña de Lliterola, siguiente objetivo de la ruta.

Volviéndose hacia Posets, se tiene aquí las mejores perspectivas del día sobre las Tucas de Ixeia y la cresta que las une al Escorvets.

Más a la derecha, el fondo del valle de Estós, dominado a la izquierda por...

... la Tuca de Llardana.

Delante, tenía la masa gris del Perdigueret. La intención inicial era ir hacia allá para bajar a la collada homónima. Pero me encontré con un corte casi vertical, así que decidí volver hacia...

... la Collada de Dalliú y tomar la senda que la atraviesa. Realmente, no llegué a ella, sino que, bajando por fuertes pendientes de hierba al sureste de la cima, fui a buscar, a la izquierda de ese terreno arrugado que se ve,... 

... esta terraza, que me llevaría...

... al flanco nororiental de la horcada, donde, tras una mirada de despedida al Perdigueret, busqué la senda y...

... me encontré con este trazo sutil, que desaparecía de vez en cuando; pero la ruta podía seguirse sin gran dificultad con la referencia de las terrazas y sin perder de vista que se trata de bajar hacia ese estanque que se ve abajo. Así, cuando la terraza desde donde está sacada la foto dejó de perder altura, descendía la izquierda por la hierba entre los canchos, hasta...

... la inferior, para continuar descendiendo en diagonal.

Tras un par de cambios de repisa, llegué junto a este iboncito anónimo y la traza reapareció lo justo para hacerme girar hacia la izquierda (NO) y...

... bajar por una pendiente herbosa, de cara al Perdigueret, hasta...

... el cauce del Barranco de les Fites del Perdiguero, que alcancé unos metros aguas arriba del vado por donde lo había cruzado esa mañana y, por tanto, de la Cabaña de Lliterola. Así que ya sólo quedaba, para completar el regreso,...

... deshacer el camino de ida por el Valle de Lliterola hasta el aparcamiento junto al puente, con el único cambio de que la luz dejaba ahora ver mejor la tremenda vertiente del Macizo de la Maladeta.

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