Pic de l'Estanyó (2.915)

ASCENSIÓN DESDE MONTAUP

ARISTA SO

Si hay un corazón de la montaña andorrana, ése puede ser el Pic de l’Estanyó. Tercera altitud del principado, culmina la larga estribación que, proyectada al sur del centro de la muralla septentrional, separa los dos Valiras. Se trata de una hermosa cresta, que sube estirándose gradual desde el suroeste y cae más brusca y arisca al otro lado. A lo largo de su culminación predomina el verde, interrumpido en ocasiones por agudos roquedos. Y, ni que decir tiene, las vistas desde la cima, con su gran prominencia y estratégica situación, son bellas y extensas. Por debajo, verdes y grises laderas descienden empinadas, ondulándose en tubos, contrafuertes y rellanos, hasta los bosques y campos del valle. En suma, un pico que, además de alzarse en medio de Andorra, reúne todas las características de su montaña.

Para ascender al Pic de l’Estanyó, seguí la agradable y panorámica arista suroeste, alcanzándola por el Riu de Montaup, que es la vertiente por donde menos desnivel hay que salvar. Para el regreso, di un pequeño rodeo para visitar los ibones de la vertiente sureste, que dan nombre al pico.

El Pic de l’Estanyó muestra, desde el este, la arista por donde ascendí; también se adivina el rellano lacustre del retorno

SITUACIÓN:

  • Zona: Andorra (Pirineos)
  • Unidad: Serra de l'Estanyó
  • Base de partida: Canillo (Andorra)

ACCESO: Canillo está 11 km al NE de Andorra la Vella, por Encamp. Justo a la entrada del pueblo, tomar a la izquierda la carretera CS240, que sube al Coll de Ordino. Al cabo de poco menos de 5 km, en el cruce del Río de Montaup, hay un pequeño hueco para aparcar un par de coches y sale una senda, que será el inicio de la excursión. Si estuviera ocupado, la alternativa es seguir kilómetro y medio más, hasta el Parking Mirador del Roc del Quer o, como comento en la descripción de la ruta, tomar la pista de la Borda de Gep. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.837 / 2.915
  • Mi tiempo efectivo: 4h43
  • Mi tiempo total: 5h57
  • Dificultades: F. Cortos pasos aéreos de I grado en arista.
  • Track para descargar en Wikiloc

Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Remontar el Río de Montaup por la senda que sale de la carretera de Canillo al Coll d’Ordino, en las cercanías de la Borda de Janramon. En el Coll d'Arenes, tomar la cuerda a la derecha (N) hasta la cumbre del Pic de l'Estanyó (F).

Continuar cresteando al NE hasta collado (2.729) y bajar a la derecha (SE) por una senda borrosa pero señalizada con hitos, que va bordeando la cara meridional de la montaña, cruza el desagüe del Estany Gran de la Vall del Riu y se encarama a la Serra dels Estanys. Dejarse caer al SO , al otro lado del lomo, a través de empinadas palas herbosas, hasta los Clots d'Encarners, donde por donde pasa el Río de Montaup. Seguirlo en su descenso (SO) hasta dar con la senda de subida, para tomarla a la izquierda (SE) y regresar a la Borda de Janramon y la carretera.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Esta ruta transcurre siguiendo sendas o por terrenos cómodos casi en su integridad y la orientación es siempre obvia. Sin embargo, el paso por unos pocos roquedos breves en la cresteo, de dificultad mínima pero no nula y, a veces, cierta exposición, es por lo que la califico de “F”. Por otro lado, el itinerario es muy bonito y, desde luego, el Estanyó, menos celebrado que otros picos andorranos, es un verdadero montañón.

Sobre la vertiente escogida, es menos frecuentada que la opuesta, la de Sorteny, pero me atrajo por el recorrido lacustre a la bajada y el desnivel es prácticamente el mismo. Es más, se puede acortar un poquito la longitud de la ruta si, en vez de salir de donde lo hice, se va a aparcar junto a la Borda de Gep, a la que baja una pista transitable desde la carretera del Coll d’Ordino. También estuve sopesando una circular completa bajando por la Vall del Riu, pero lo descarté, por no pisar asfalto, sobre todo teniendo en cuenta que la carretera a recorrer es estrecha, muy curveada y sin arcenes. Lo mismo cabe decir sobre haber incluido los Casamanyas como inicio del cresteo.

RELATO GRÁFICO:

Aparqué en uno de los pocos huecos de la carretera que sube al Coll d’Ordino desde Canillo, concretamente en el que hay cuando ésta cruza el Río de Montaup cerca de los 1.850 m de altitud. Tras retroceder caminando unos metros al este, tomé una senda que sube al noroeste, indicada al Coll d’Arenes.

El caminillo gana altitud con fuerza al inicio, hasta que, tras pasar junto a la Borda de Janramon, alcanza la de Roig. Allí se cruza con una pista y yo, atendiendo a las marcas de pintura amarilla, proseguí recto (N), pasando a trazar una tendida diagonal a través de la vertiente izquierda del Río de Montaup, cuyo curso iba a servir a la primera parte de la ascensión. Luego, más adelante pero antes de entrar en el estrecha del fondo,...

... vi un camino que llegaba desde la izquierda. Sube desde un vado que veía abajo y al cual llega una pista (circulable, pues vi bajar un coche) que sale de la carretera junto al aparcamiento del Roc del Quer y va a las bordas de Jarca y Gep. Si la hubiera tomado, habría acortado algo la ascensión. No mucho, pero es una alternativa si el espacio donde aparqué estuviera lleno. Por cierto que, levantando la vista, veía el sol iluminar los primeros horizontes quebrados del día: la cresta Alt del Griu - Gargantillar - Braibal.

A continuación, atravesé un paso más estrecho, en que la senda se aproxima al torrente, dominado por...

... la cara este de los Casamanyas.

El vallecito se volvió a abrir en la Costa de Roca Negra, de la que salí por una terraza herbosa que trepa en diagonal por dicho risco, al fondo de la hoya.

Al ganar altura por la misma y mirar atrás, se veía el tramo de barranco superado y, a la derecha de las crestas del fondo, un nuevo elemento: la pareja Perafita - Monturull.

En lo alto de la cuesta, vadeé el juvenil Montaup por encima de una cascada. En la orilla opuesta,...

El terreno se ensancha en una gran terraza adosada a las laderas de Casamanya, al fondo de la cual podía ver ya la comba del Coll d’Arenes. La hierba era tan densa, alta y fresca, que desapareció todo rastro de la senda, aunque las marcas de pintura persistían en cada canto, señalando la dirección a seguir, cosa bastante innecesaria por otro lado.

Mientras atravesaba este rellano, fue descubriéndose a mi derecha el verde cuenco ondulado de los Clots d’Encarners. Terreno amable para la bajada.

Al volverme al fondo del escalón, descubría que, a la izquierda del Alt del Griu, se había descubierto el Cubil. Y ambos mostraban un aspecto de lo más seductor.

A continuación, la pendiente se irguió y reapareció el trazo, que no estaba mal para pisar con más estabilidad.

La arista por donde iba a ascender al Pic del Estanyó se iba poco a poco desvelando a mi derecha, pero la cumbre seguía oculta.

Tras unos metros finales realmente empinados, que me hicieron echar un par de resoplidos, alcancé el Coll d’Arenes, sobre el que destacaba la abrupta arista nororiental del Casamanya.

Atrás, quedaba este barranco de Montaup, que se veía ahora dominado por la Serra dels Estanys, cordal que cruzaría de regreso de la cumbre, así como las pendientes herbosas que me conducirían a los Clots d’Encarners.

Al otro lado, se desplegaban las montañas occidentales: Salòria, el grupo de Coma Pedrosa y hasta la Pica de Estats.

Girando a la derecha (N), encaré la cuerda, que se presentaba aquí como un ancho y suave lomo terroso. Cuando la pendiente se yergue, derivé en diagonal a la izquierda, siguiendo…

… un trazo de senda que suaviza la subida.

Con la distancia, los picos de Casamanya mostraban una bonita vista de su vertiente oeste.

Al trasponer un lomo que cae al suroeste, apareció la figura audaz del Pic de la Font Blanca. Vi entonces que el trazo seguía flanqueando la cresta y giré a la derecha (NE) para…

… recuperar la cuerda, remontando una ladera pedregosa de bastante empinada.

La pendiente se tendió y tornó herbosa al alcanzar la divisoria, por donde continué ganado altura hacia un alto cercano, que corresponde a la cota (2.777) del mapa.

A mi derecha, volvía a dar vista a la vertiente de Montaup, sobre la que iban llegando las nubes; las diez y media de la mañana: otra jornada que debía de acabar pronto si no me quería mojar.

Atrás, la cresta de Casamanya seguí mostrándose magnífica.

Al llegar a la cota (2.777), el terreno se desplomó a mis pies en la cabecera del valle del Estanyó. Esta vertiente es muy diferente a la que había superado, abrupta y rocosa. Sobre ella, ya era visible también la cima y, más allá, la silueta trapezoidal de la Serrera. Girando con la arista a la derecha (E), proseguí el cresteo

A mi izquierda, sobre el valle del Estanyó, reinaba en el paisaje el Pic de la Font Blanca.

Más a la izquierda, la Pica de Estats se veía muy bien, sobresaliendo de la cresta de Peyreguils.

También, a partir de aquí el lomo se transformó en cresta, de aspecto fácil, pero que no dejaba de ser rocosa.

Efectivamente, este primer tramo, hasta otro alto en que la cresta gira al noreste, desde donde saqué esta foto hacia atrás, lo recorrí caminando, con la única precaución de ir con cuidado y mirar dónde pisaba.

Estaba en el entronque de la Serra dels Estanys con el cordal principal y las nubes seguían adensándose y subiendo.

La continuación hasta la siguiente cota, vuelve a ser ancha y suave; desde el final de ese tramo,…

… había una buena perspectiva de la arista recorrida y su abrupta vertiente septentrional. Mi fijé entonces en que aquellas crestas que antes veía al oeste se estaban cubriendo también.

Al otro lado, un hueco en las nubes me dejó ver el Estany Gran de la Vall del Riu.

Un lomo rocoso me llevó al siguiente punto destacado, a partir del cual,…

… sigue una arista casi horizontal pero aguda y accidentada. Aquí, ya hube de usar las manos (I) en bastantes ocasiones. La roca era, por otra parte excelente, la exposición, casi siempre escasa y encima los pasos más fáciles estaban marcados con pintura amarilla. La salida de este tramo, que da la dificultad a la ruta, fue…

… ya un lomo amplio y cómodo, que ascendía suavemente hasta la cercana cima.

Atrás quedaba esta arista suroeste, que ya empezaban a cubrir las nubes, mientras que...

... el sol todavía iluminaba el valle de Sorteny el del Valira Nord. Aunque, de las crestas occidentales del otro lado, sólo se adivinaba ligeramente el grupo del Tristaina.

Al norte, el paisaje, estaba por el Pic de la Serrera, era más bravío. Por cierto, que la soledad en que transcurrió la jornada, se interrumpió estando en la cumbre del Estanyó, por la llegada de otro solitario montañero.

La visibilidad hacia el arco oriental era prácticamente nula, salvo, por debajo de las nubes,...

... la terraza lacustre de la Vall del Riu. Por cierto, que sobre el ibón grande se distinguía la loma que habría de cruzar para volver a la vertiente de Montaup.

Reemprendí la marcada descendiendo por la cuerda, recorrida por una buena senda, al noreste, en dirección al collado (2.729), sobre el cual,...

... cuando se apartaban las nubes, se elevaban los picos de la Serrera y la Cabaneta, entre los que asomaban un puñado de otras altivas peñas. Antes de llegar a la horcada, el trazo me llevó a la derecha para...

... bajar por el flanco oriental del cordal,...

... a través de una empinada pedrera al fondo de la cual se veía un pequeño estanque anónimo, el más alto de los de la Vall del Riu. Sin llegar a alcanzarlo, continué derivando a la derecha, hacia...

... el segundo de los ibones, mientras...

... rodeaba la base del Pic de l’Estanyó.

Bordeando el segundo lago por el lado izquierdo, fue apareciendo el tercero y mayor de los estanques. Para llegar al mismo, descendí...

... una pedrera empinada que, pese a los hitos que marcaban el teórico paso mejor, resultó incómoda. Y realmente, obviando las mínimas dificultades en la cresta, fue el único lugar de la ruta en que la progresión lo fue.

Bordeé el Estany Gran también por la izquierda, siguiendo el lomo que cierra la cuenca. No había trazo pero los hitos señalaban el camino y el terreno, de hierba y lanchas, aunque con algún breve subibaja, era cómodo.

A mi izquierda, caía la Vall del Riu hacia el Valira d’Orient. Ya dije que ése hubiera sido un buen camino de regreso pero terminar abocado a caminar por la carretera me desanimó.

Al final del lomo, me encontré ante el extremo represado del Estany Gran. Crucé al pie del muro pues, por arriba, un canal de desagüe cortaba el paso y ascendí la ladera opuesta, que ya es de la Serra dels Estanys, donde reencontré el trazo.

A cierta altura, había atrás una hermosa vista de este ibón; lástima que las nubes taparan la cima del Estanyó.

Al culminar el lomo, asomó el Casamanya, con su bonete de nubes. Al otro lado,...

... me dejé caer directamente (SO) por una pendiente herbosa, de nuevo sin traza, y tomando como referencia un espolón más abajo. Antes de llegar, llevándome por el terreno, derivé a la derecha (O)...

... para continuar el descenso por una vaguada que desembocaba en el rellano de los Clots d’Encarners. Allí encontré el cauce...

... de un recién nacido Río de Montaup y giré a la izquierda (SO) para descender por su orilla izquierda, en la que encontré enseguida una senda borrosa.

Posteriormente, cambié de orilla, justo antes de reencontrar ante el vado de Roca Negra, el camino de subida que, tomado a la izquierda (E),...

... me condujo se vuelta, siguiendo el río, a las bordas de Roig y Janramon y al coche.

Comentarios

  1. Muy buena Luiso, me la apunto, para hacerla igual, o para ver de unirla con la subida por la Vall de Riu des de los Plans de Ransol https://capita-tro.blogspot.com/2018/10/pics-de-lestanyo-i-de-cabaneta-per-la.html

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    1. Si. Sería una bonita circular con los dos valles de Montaup y Riu. Lo único sería ver la forma de salir de la bajada y volver al punto de partida evitando el asfalto.

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