Cerro del Telégrafo o Pico de la Serrota (2.292)

ASCENSIÓN DESDE GARGANTA DE LOS HORNOS

POR EL ARROYO DEL BELESAR Y LOMA DE PIEDRA LOBERA

El Cerro del Telégrafo o pico de la Serrota corona la sierra homónima, que es, a su vez, la más alta de las Parameras de Ávila. Toda esta alineación es un mirador privilegiado sobre Gredos, que discurre paralelo al sur, al otro lado del Valle del Alberche. Se trata de una montaña que sobrepasa los 2.000 metros de altitud, pero de relieve suave y crestas muy amplias, donde se pierde la sensación aérea. La vegetación está formada por monte bajo y pastos duros. El intenso aprovechamiento ganadero de toda la zona ha llenado los montes de caminos y cabañas que facilitan las excursiones, sin deteriorar gravemente la belleza del entorno.

Esta ascensión transcurre por la vertiente occidental de la Serrota y, como manda la lógica del relieve de esta montaña, asciende por un barranco que nace bajo la cumbre misma y corre por ella, regresando luego por uno de los cordales que lo limitan, concretamente, el que lo hace por el sur, dando vista al alto valle del Alberche. Cuando hay camino, lo aprovecha y, cuando no, enfrenta un campo a través de pasto y matorral rastrero, que nunca llega a incomodar gravemente el paso.

La Serrota desde el suroeste, con la loma de Piedra Lobera en primer término.

SITUACIÓN:

  • Zona: Las Parameras (Sistema Central)
  • Unidad: La Serrota
  • Base de partida: Garganta de los Hornos (Ávila)

ACCESO: Garganta de los Hornos está 58 km al SO de Ávila, por Casas del Puerto y Villafranca de la Sierra. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.331 / 2.129
  • Mi tiempo efectivo: 7h33
  • Mi tiempo total: 9h24
  • Dificultades: Muy fácil. Tramo sin senda muy empinado, por terreno suelto y con matorral cerrado (ver comentario).
  • Track para descargar en Wikiloc
Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Salir de Garganta de los Hornos por la pista que remonta al E el valle del Río Corneja. Pasado Pradohoyo, continuar por ella hasta su final y seguir por senda al NO. Cuando ésta termina también en la cancela de acceso a un prado, cruzarlo al N y, al otro lado, tomar a la derecha (E) un trazo horizontal que cruza el lomo de Las Caseruelas y baja al Arroyo de la Cruz. Vadearlo y seguirlo un corto trecho en descenso (S), hasta dar con el Arroyo del Belesar; cruzarlo también y girar a la izquierda (E) para remontarlo, primero por el lomo que lo limita al sur y luego por senda junto al cauce. Hacia los 1.930 m de altitud, dejarlo, para evitar las fuertes pendientes de la cabecera, y remontar la ladera a la izquierda (N), saliendo al lomo occidental junto a la Peña del Belesar. Girando a la derecha (E), culminar por la cuerda la ascensión al Cerro del Telégrafo.

Recorrer el lomo al S y SE, pasando por los cerros Calamocho y del Santo, hasta el Canto de la Oración. Girar allí a la derecha (O) para seguir el lomo que va por Piedra Águila y la Peña del Cuervo. Tras ésta, en el collado siguiente, tomar a la derecha (NE) la pista que lo traspone y recorre el lomo de Navasomera. Al llegar frente a un área de repoblación, girar a la izquierda (O) para, por mal terreno, contornearla y descender al Arroyo Rondillo. Vadearlo y atravesar al NO unos prados hasta dar con un carril que se dirige al NO descendiendo el curso del Corneja. Seguirlo hasta la altura de Pradohoyo, dejándose caer entonces por la ladera a la derecha (N) y vadeando el río, para incorporarse a la pista del inicio por la que se vuelve a Garganta de los Hornos.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Ruta preciosa, la más bonita que conozco para ascender a La Serrota, pero con el inconveniente del tramo de bajada de Navasomera al Arroyo del Rondillo, que transcurre por terreno extremadamente empinado, a veces muy suelto y con breves pero intensas peleas con el matorral cerrado y pinos alevines. La cosa es que acabé ahí por pasarme de listo; mi propósito inicial era haber continuado por el lomo de Piedra Lobera hasta el Risco Majadal y bajar al fondo del valle del Corneja por la zona de las Canchas, encima ya de Garganta de los Hornos; para esa bajada, según tengo entendido, tampoco hay senda, pero va por terreno despejado, mayormente rocoso. Pero, al pasar por el collado previo al Majadal y ver la pista, que no viene en el mapa y parece descender a la derecha hacia el Corneja, pensé que así sería más cómodo. No me imaginaba que el camino acaba sin llegar al fondo del valle.

En fin, aquí sigue el recorrido tal como lo hice, por si a alguien le sirve de referencia para buscar un trazado mejor. Tal como está, se trata de una larga pateada que incluye un tramo corte, pero muy malo, de campo a través, aunque tampoco es una catástrofe: la aventura me hizo perder tiempo, pero acabé indemne y donde pretendía llegar. Por otro lado, no conozco la ladera de Las Canchas y quizá no sea mejor que esta, aunque tanto sobre mapa como sobre foto aérea, parece más transitable.

RELATO GRÁFICO:

Tras acabar de atravesar Garganta de los Hornos, salí por su extremo nororiental por la pista que prolonga la Calle Bajera, la cual se bifurca enseguida.

Tomé el ramal derecho (E), que remonta el valle del Río Corneja. Dejé de lado varios desvíos, que sería prolijo describir; valga decir que se trata de seguir la pista en mejor condición y que va ganando altura en ligera diagonal por la vertiente. Así, pronto pude ver cómo quedaba atrás el pueblo y se elevaba, al otro lado del valle, la Sierra de Villafranca. 

Al rato, entré en un tramo llano a la sombra de los robles, al paso por Pradohoyo.

Al salir del arbolado, volví a ganar altitud y comencé a ver sobre mi un característico grupo de rocas que se alza en la ladera de Las Caseruelas. Es una buena referencia, pues más tarde pasaría a sus pies.

Antes, acabó el carril en un breve rellano empradizado. Lo crucé recto (NO) y, al otro lado, encontré...

... una senda estrecha pero muy clara que remontaba en diagonal la pendiente.

Cuando el trazo se difuminó frente a la cancela de acceso a un prado cercado, giré a la derecha (N) y lo crucé, dejando a la derecha unos árboles. Para salir al otro lado, salté la valla de piedras, encontrándome...

... con un trazo que cruzaba horizontal la ladera. Lo tomé a la derecha (E), en dirección a las rocas apiladas de antes.

La senda se fue haciendo más clara la atravesar esta panorámica vertiente de Las Caseruelas.

Tras cruzar un barranco, al llegar junto al roquedo, el caminillo me hizo girar para remontar una segunda...

... vaguada, más modesta, que baja de la Fuente de Majalpino. Por ella, alcancé una collada, por la que pasé...

... a la cuenca del Arroyo de la Cruz, hacia el cual bajé.

Llegando al cauce, la senda que llevaba se difuminó pero ya veía otra que seguía el curso en la orilla opuesta. Tras vadear el torrente, la tomé a la derecha (S), descendiendo este barranco por su ribera izquierda. No por mucho tiempo.

Tras vadear un afluente y superar una pequeña subida, ...

... al ver que el matorral clareaba en el lomo subsiguiente, dejé el trazo para remontarlo.

A los pocos metros, crucé una cerca por una cancela y aproveché la parada para cerrarla para contemplar Garganta de los Hornos en el valle del Corneja, ya bastante lejos.

Continué subiendo con la referencia de llevar a la izquierda el Arroyo del Belesar, que no es otro el riachuelo que ababa de cruzar, por un terreno de matorral clareado y de escasa altura que estaba además interrumpido por numerosas lanchas de roca.

La progresión era tan cómoda que, cuando me quise dar cuenta, me había pasado de altura, aunque esto me sirvió para tener un buen panorama de lo que quedaba de subida: la cumbre al fondo y el Arroyo del Belesar, que me guiaría hacia ella, aunque dejaría el barranco por la izquierda antes de que se empinara en la cabecera, para culminar la ascensión por el cordal oeste del Cerro del Telégrafo. De momento, me dejé caer a la izquierda (NE), hasta...

... el fondo del vallecito. Allí crucé el arroyo para remontarlo por la hierba de la orilla septentrional.

Durante esta prolongada y suave subida, fui encontrando y perdiendo trazos ganaderos, hasta que, pasados...

... los 1.900 m de altitud, cuando el terreno se tornó un poco más agreste, apareció una senda clara y marcada con hitos que, al poco, giró a la izquierda (NE), llevándome...

... ladera arriba, hacia el lomo que me dominaba por el norte el vallecito.

Al ganar altitud, vi aparecer sobre la cresta del otro lado, el largo cordal de Gredos, donde destacaban las agudas cimas del sector de los grandes circos, donde aún persistía algo de nieve.

Alcancé el lomo occidental de la Serrota muy cerca de la Peña del Belesar, que dejé a la izquierda.

Al otro lado, apareció el monótono cordal de la Sierra de Ávila.

Girando a la derecha (E), continué por un estrecho trazo que recorre la cuerda, amplia y suavísima. Tras pasar un abombamiento...

... apareció el Cerro del Telégrafo, cumbre de La Serrota. Sólo en los últimos metros de subida se erguía algo más el terreno, pero sin dejar de ser moderada la pendiente.

El hito, pese a estar sobre una torreta, no aparece hasta estar a punto de culminar.

Desde el Cerro del Telégrafo, se ve al oeste el cordal por donde había llegado. Girándome a la derecha, ...

... la modesta alineación de la Sierra de Ávila, que separa el Valle de Amblés del gran llano mesetario. Más cerca, la redondeada antecima norte.

Siguiendo con la vuelta, al este se alzan la agreste Sierra de la Paramera y, más lejos a la derecha, el sector oriental de Gredos, desde la Escusa al Torozo.

Llama la atención el conjunto de riscos culminantes que rodean al Zapatero, junto a la mole roma de la Joya.

Finalmente, el horizonte meridional se llenaba con el tramo principal de Gredos, del Puerto del Pico a la Covacha, más la Sierra de Candelario que asomaba a la derecha sobre la de Villafranca.

Esta cima creo que es el mejor punto de vista para contemplar las crestas de los circos de Gredos y Cinco Lagunas, pudiendo identificarse con facilidad no sólo el Almanzor, la Galana o el Casquerazo sino casi cada punta de ellas.

Para el retorno había elegido recorrer el cordal que cierra la Serrota por el sur y que va al Puerto de Chía. Representaba dar un pequeño rodeo pero esa cuerda, que conocía sólo en parte, prometía ser panorámica y el día lo merecía. Comencé por dirigirme al sur, recorriendo el ancho y suave lomo por una estrecha senda marcada con hitos.

Desde el Cerro Calamocho hay una bonita y apacible visión del Telégrafo. Aquí, giré a la...

... izquierda (SE), poniendo atención a localizar los escasos hitos pues, aunque el trazo existe, el follaje de la retama lo oculta. Atravesar por derecho se puede, pero son ganas de dejarse las espinillas. Tras descender al collado, subí al siguiente cerro, el del Santo, desde...

... donde me volví a ver la masa de la cumbre de la Serrota. Por cierto... ¿ves los dos montañeros (uno de azul) que van por el collado? Para hacerse idea de las proporciones.

Aquí dejé los hitos para continuar la bajada al sur, siguiendo un lomo amplísimo, que parecía apuntar a La Mira, allá en Gredos. El matorral, pese a la pinta inicial no era alto y presentaba abundantes huecos, con lo que la progresión no se hizo dura. Tras cruzar un rellano, ...

... se descubrió el modesto apilamiento de peñascos llamado Canto de la Oración. Allí giraría a la derecha (SE) para seguir el lomo, amarillo de retama, que también se distinguía. Como se va viendo, el panorama no iba a decepcionar.

En este nuevo cordal, me encontré de nuevo con un trazo para facilitar la andadura, el cual corría a la izquierda de una cerca. Como se puede ver, las sucesivas elevaciones que lo jalonan no pueden ser más suave. Y, si a la izquierda llevaba Gredos, ...

... a la derecha, el terreno se elevaba suavemente hacia la cresta de la Serrota. Una visión en absoluto espectacular, pero que me pareció bonita en su carácter apacible.

Volviéndome, veía irse ocultando gradualmente la Sierra de la Paramera.

Al llegar al Risco Negro, apenas un hombro sin prominencia, el trazo bajaba recto, mientras que el cordal giraba a la derecha, tomando dirección noroeste. Así lo hice yo, dejando de lado la senda.

Después de todo, el terreno seguía sin ser incómodo.

Aunque al final no tardó en reaparecer el trazo (igual lo perdí por girar antes de tiempo), antes de llegar al pie de la Piedra Águila, que presenta la subida más intensa... bueno, más bien la única subida un poco intensa de toda la ruta.

Desde su culminación en unas rocas del extremo oriental de la cresta, hay un buen panorama hacia la parte más alta de La Serrota.

Aunque el vértice geodésico se encuentra al oeste, en otra ligera prominencia llamada Piedra Lobera. Las vistas no mejoran y quizá lo situaran allí por accesibilidad. Más allá del mismo, …

… una tendida bajada me dejó en el Collado de los Guijuelos, a partir del cual la loma está recorrida por una pista. Una subida igualmente suave conduce a la siguiente elevación, la Peña del Cuervo. Al otro lado, apenas se pierde altura hasta el…

… collado que la separa del Risco Majadal. Tenía previsto haber seguido cresteando pero, entonces, vi que una pista, que no viene en el mapa MTN50 que llevaba (luego comprobé que figura en el MTN25, que refleja bien su final), salía a la derecha (NE), bajando hacia el Río Corneja. Pensando que iría hasta el fondo del valle, la tomé y…

… efectivamente me llevó en un suave descenso por el flanco de la loma de Navasomera.

En el transcurso, iba viendo descubrirse a mi izquierda la zona de Pradohoyo e incluso el trazo de la pista del inicio. La cosa parecía ir bien. Al dar con una bifurcación, seguí por la izquierda (N) y, al poco, …

… llegué a una collada en que el carril desemboca en otro transversal frente a una zona de repoblación. Siguiendo la lógica a falta de otro conocimiento, giré a la izquierda (O) para…

… encontrarme que enseguida la pista acabó, aunque la continuaba una senda estrecha que bajaba por la vaguada siguiendo el límite de la repoblación.

Al poco, el trazo desapareció también y, ante la densidad del matorral, pasé al otro lado de la cerca para continuar bajando por terreno pedregoso, muy suelto y empinado pero al menos despejado. También comencé a ver más abajo un camino que descendía el valle y tomé como objetivo. 

Más abajo la vegetación se cerró también, hube de atravesar una zona estrecha pero muy incómoda de pinitos y trasponer de nuevo la cerca, para alcanzar finalmente el cauce del Arroyo Rondillo. Éste circula en un túnel de vegetación densa y cruzarlo fue penoso.

Al otro lado, salí a un prado, desde el que se puede ver la ladera que acababa de descender.

Había dejado de ver el camino pero me sirvió de referencia un característico pino solitario de doble tronco. Me dirigía a él a través de la hierba y encontré…

… efectivamente el camino. Éste es ancho y muy cómodo y desciende el Río Corneja a cierta altura sobre el cauce. Al llegar a la altura de Pradohoyo, lo dejé por la derecha (N) para…

… dejarme deslizar por la ladera, breve y de buen tránsito, hasta un vado que veía más abajo. Cruzado el río, proseguí (N) por un ramal que arranca del mismo y se incorpora enseguida a…

… la pista principal del valle, por la que había iniciado la excursión esa mañana. Tomándola a la izquierda (O), sin más que seguirla, …

… acabé regresando a Garganta de los Hornos, sin más incidencias.

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