Caminaba
ahora por una ladera de matorral que se iba dorando con la luz del nuevo día.
Atrás, volvía a ver las Cabezas de Hierro, mientras que...
...
delante se iba desvelando la cresta de Peñalara, hasta...
...
descubrirse del todo al entrar en la cuenca del Arroyo de la Laguna. En
realidad, lo que veía en lo alto era parte del lomo meridional. Debajo, el lomo
cubierto de matorral y pinos por donde iba a continuar la aproximación. Llegué
al mismo...
...
tomando una senda que sale a la derecha (N) del camino cuando éste encara el
Circo de Peñalara y cruza el arroyo por un puente.
La senda
es pedregosa y empinada pero abre un buen surco en el piornal y permite ganar
altura con comodidad. A cierta altura, al mirar atrás se veía bonita la mitad
occidental de la Cuerda Larga, subrayada por una sutil línea de vapor.
Hacia la
cota 2.050, el camino se desvió a la derecha (NE) para cruzar la ladera hasta
el siguiente lomo, que baja de la cota (2.149) del mapa.
Desde el mismo,
descubrí los llanos de Peñalara; la gran terraza que aloja la sucesión de
lagunas de la vertiente oriental de la montaña. También pude ver por primera
vez la cumbre, en lo alto del contrafuerte rocoso por el que iba a subir. A
partir de aquí, la senda desciende y yo me desvié a la izquierda (O) para...
...
remontar un lomo cubierto de matorral bajo y poco denso. Además, poniendo
atención, pude apreciar un trazo sutil en lo alto del mismo, que me facilitó
aún más progresar. Caminados 50 ó 60 metros, me desvié a la derecha (NO) para
recorrer otros tantos a través de la ladera, ahora pedregosa, hasta una
collada, que me dio paso...
... a una
terraza más alta, que se extiende al pie de una banda rocosa llamada Bordillos
de Peñalara. La tomé a la derecha (NE), recorriéndola por terreno sin senda
pero aparentemente cómodo, aunque...
...
enseguida me topé con una zona medio empantanada, donde hube de poner cuidado
con dónde metía el pie. A continuación, llegué a un altozano rocoso que se
alzaba a la derecha, sobre el borde de la repisa que da al valle. Me encaramé
al mismo y, tras echar una mirada al hontanar que acababa de pasar,...
...
aproveché para asomarme a los Llanos y contemplar la bonita cuenca de las
Lagunillas, colgada sobre el valle del Lozoya, que permanecía velado por la
bruma en sus partes bajas.
Al otro
lado, el bordillo estaba atravesado en ese punto por una fácil chimenea, que
podía haber usado para atravesarlo. En vez de eso, preferí...
... continuar
por la terraza para directamente soslayar la roca y, de paso, hacer la subida
más recta. Luego resultó que el cruce de una pedrera cercana hizo incómoda esta
opción. De volver, treparía por la chimenea pero, esta vez, me mantuve en la
terraza hasta que, justo después de la última placa que se ve en la foto,...
...
descubrí la vertiente de Claveles. Estaba a 2.140 m de altitud; es decir, a 300
m de la cumbre y giré a la izquierda (NO) para...
...
encarar la pendiente, primeramente por una pedrera de grandes bloques estables,
tendida y relativamente cómoda.
Tras la
misma, vino otra suave rampa, ahora con más hierba que peñascos, hasta unas
placas tumbadas sobre las que asomaba la cumbre. La trepada de éstas resultó
fácil, aunque ya tuve que apoyar las manos (I).
Desde lo
alto del cancho, podía ver abajo las terrazas sucesivas y, a la derecha, el
lomo de la cota (2.149), por el que dejé la senda de las lagunas.
A
continuación, otra pendiente mixta de hierba y lanchas de roca, dominada, ahora
sí, por la cumbre de Peñalara y su...
...
contrafuerte oriental, que se veía ya totalmente. Unos 150 m de desnivel tiene
la parte de roca continua; hasta ese momento, había pensado que empezaba más
abajo pero, bueno, tampoco está mal.
Mirando
atrás, se veían ahora también las Cinco Lagunas y Claveles y, más allá, cómo la
bruma realmente subía desde el valle del Jarama.
En fin,
que caminé hacia la base del contrafuerte, que arranca a unos 2.270 m de
altitud. Me encaramé al mismo por la discontinuidad más baja del lado por donde
llegué, el sur; se trata de un diedro tumbado que me pareció lo más fácil.
Son 10 m
verticales, con buenos y abundantes apoyos (II).
Salí a un
rellano estrecho herboso, al otro lado del cual se elevaba otro resalte, el
cual superé yéndome a la derecha y rodeando el cancho en primer plano, para
entrar en...
... una
chimenea herbosa inclinada (I), que me encontré marcada por un hito.
Al salir,
retomé a la derecha (O) el eje del lomo y, guiado por otro par de hitos, subí
por unos bloques (I) hasta una repisa, que tomé a la izquierda (S) para...
... ganar
la horcada que forma un bloque desprendido, superando una chimenea, con otro
hito, que empieza tendida pero termina en un corto paso vertical (II-).
Salí a un
pequeño rellano, desde el cual la vista abajo a las lagunas impresionaba ya.
Desde
ahí, vi un hito a la izquierda del lomo de roca, hacia donde está el circo sur
o de los Tubos sin Nombre; eso es lo que debe de indicar esta hilada, así que
llegó el momento de dejarla.
Encarando
la pendiente, rodeé un peñasco para llegar a una placa de 30 m, que superé
aprovechando una fisura bastante oportuna, sin la cual...
... sería
bastante más difícil. Con este canalón para meter manos y pies, la cosa se
queda en un II grado sostenido.
Sólo en
los tres o cuatro metros finales la roca empieza a tenderse poco a poco.
Siguió
luego una placa inclinada y muy escalonada, francamente fácil (I), la cual
acabó bruscamente...
... ante
el amplio llano cimero de Peñalara. Como siempre, mucha gente alrededor del
hito... sólo que últimamente es mayor la proporción que está con la vista
clavada en la pantalla del móvil. Y es que, como todo el mundo sabe, no hay
mejor sitio para chatear o consultar el correo o mirar el último meme que la
cumbre de una gran montaña.
En fin,
antes de culminar, eché una mirada atrás; se veía abajo el rellano de las
lagunas y, más allá, Cabeza Mediana y la Najarra, en el extremo oriental de la
Cuerda Larga. Pero no hay perspectiva sobre el contrafuerte superado; una pena.
Al
acercarme al hito, fue surgiendo a mi derecha el Risco de los Claveles.
Al pisar
la divisoria, se desplegó ante mí la ilimitada llanura segoviana, enmarcada por
la Mujer Muerta y el Morete.
Al otro
lado, más allá del valle del Lozoya, la Cuerda Larga al completo, del Puerto de
la Morcuera al de Navacerrada, pasando por las Cabezas de Hierro.
Comencé
el regreso bajando al suroeste por el camino que recorre la cuerda, que
aparecía enmarcada por el extremo occidental de la Cuerda Larga, a un lado, y
Siete Picos y la Mujer Muerta, al otro.
Tras una
bajada suave por el anchísimo lomo de Peñalara, llegué al Collado de la
Lagunas, desde donde...
... hay
una bonita perspectiva hacia la parte de Siete Picos, Montón de Trigo y la
Mujer Muerta. A continuación, la senda dejó la divisoria para rodear por el
oeste (derecha) la Hermana Mayor y...
... el
este (izquierda), la Menor. Al sur de ésta, el cordal se
desploma hacia Cotos. Antes, merece la pena volverse a...
...
contemplar la cresta de Peñalara y el refugio Zabala a sus pies. También se
adivina el perfil del contrafuerte oriental.
Bajando en
zigzag por la loma meridional o de las Dos Hermanas, aparecían ya, de vez en
cuando, los aparcamientos y edificios de Cotos. Más abajo, dejé de lado el
desvío que va al Zabala la Laguna Grande y, poco después,...
... entré
en el bosque, pasé el primer desvío de la mañana y, sin más que reseñar, llegué
al Puerto de Cotos cuando el calor y el gentío empezaban a apretar de veras.
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