L'Arbizon (2.831)

ASCENSIÓN DESDE LA HOURQUETTE D’ANCIZAN

POR EL CORREDOR DEL PETIT ARBIZON

El Arbizon se levanta en el extremo oriental del Macizo de Néouvielle, lejos de sus altitudes mayores y frente a las llanuras de Lannemezan y Comminges. Se trata de una gran pirámide de roca, muy destacada, a cuyo alrededor se proyectan crestas largas y accidentadas, separadas por profundos barrancos, con cabeceras siempre abruptas. Este edificio de grandes paredes, aristas y corredores surge en medio de unos prados de altura suavemente ondulados, que contrastan con la montaña como para marcar aún más su fuerte carácter. Respecto a las vistas, con su situación excéntrica y considerable prominencia, se extienden sobre la vertiente norte de toda la mitad occidental del Pirineo Central.

La ruta de ascensión consiste en un largo cresteo de este a oeste, pasando por la cima, para ello utilizando las dos rutas más fáciles que cortan las paredes septentrionales de la montaña. Para el ascenso, el espectacular corredor del pequeño Arbizon, mientras que el descenso se hace por la vía normal, que recorre el largo y apacible barranco que baja desde el Col de Monfaucon por los lagos de Arou.

Picos de l’Arbizon y d’Aulon vistos desde el noroeste

SITUACIÓN:

  • Zona: Bigorre (Pirineos)
  • Unidad: Massif de Néouvielle
  • Base de partida: Ancizan (Hautes-Pyrénées)

ACCESO: La Hourquette d'Ancizan está 190 km al NE de Huesca, por Barbastro, Ainsa, Aragnouet y Ancizan. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.558 / 2.831
  • Mi tiempo efectivo: 6h38
  • Mi tiempo total: 8h36
  • Dificultades: PD en las condiciones del día; nieve dura  en el corredor y acceso pero no en la cresta. Unos 250 m de tubo helado con 45º de pendiente, un poco más en algunos momentos. Largo cresteo con muchos pasos cortos de I y II, a veces expuestos o por terreno descompuesto.
  • Track para descargar en Wikiloc

Mapa tomado del visor Géoportail. © IGN 2018
LA RUTA: Tomar, en la Hourquette d'Ancizan, la senda que remonta los prados al SO hacia la Lita de la Sébe, hueco abierto bajo el Arbizon y visible desde el comienzo. Una vez en el fondo del circo, remontar a la izquierda (S) el corredor que alcanza la brecha del Petit Arbizon (PD-). Tomar a la derecha (NO) la arista, accidentada y aérea por momentos, evitando por el flanco sur (izquierdo) los cortes verticales de dos brechas, para culminar L'Arbizon (PD).
Proseguir el cresteo al O, ahora por senda marcada con hitos, hasta el pico y Col de Monfaucon. Dejar entonces la cuerda por la vaguada derecha (NO), siguiéndola hasta el Lac d'Arou. Tomar allí a la izquierda (NE) la senda que, a través de la ladera septentrional de la montaña, lleva a la Hourquette d'Ancizan.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Este largo recorrido une una ruta alternativa de baja dificultad con la normal norte, prolongada pero muy fácil, marcada y relajada. Respecto a la subida, el corredor lo calificaría de “noble”: 250 m de regularidad, sin un obstáculo y con buenas entrada y salida. Y todo eso en un ambiente de fábula; una gozada absoluta. La cresta hasta la cumbre ya es otra cosa; no presenta grandes dificultades, pero la mala roca puede provocar más de un sobresalto, especialmente durante el flanqueo de las dos brechas, que transcurre por terreno inseguro, roto y expuesto. Si bien la dificultad objetiva es baja, conviene ir sobrado de grado y siempre atento al terreno que se pisa (o se agarra). Luego, el descenso transcurre por sendas, mejores o peores, pero sendas al fin.

RELATO GRÁFICO:

De las dos sendas que salen al suroeste de la Hourquette d’Ancizan, tomé la de la izquierda, que remonta un lomo verde camino del circo que veía abrirse bajo el Arbizon, cuya cumbre aparecía tapada por una nube.

Casi la única pues, al otro lado de la carretera, al este, se veía nítida toda la cresta al norte del Mont Né.

Y, al noroeste, la cúspide del Midi de Bigorre se asomaba irreal sobre los prados.

Al ganar altura, fui descubriendo a mi derecha el valle de Campan-Payolle, vaguada  septentrional de la Hourquette d’Ancizan. El paisaje no podía ser más encantador.

Bueno pues, en medio de todo eso, la senda me fue llevando a remontar el lomo verde que cae del Cap de Pene Rouye para , una vez adquirida cierta altura, derivar a la izquierda y entrar en el hueco de la Coume de Maoubé. Al fondo del mismo, en la parte izquierda de la cresta, se distinguía el Petit Arbizon y, por debajo,...

...  el corte diagonal en el roquedo del corredor por el que subiría.

Al ganar el Plagnot de Soubirou, me asomé a la vertiente oriental de la montaña. Más allá del Valle de Aure, se extendían varias de las crestas que la cordillera proyecta al norte, destacando la Montagne d’Areng y el Mont Né. Una vez más, me hice el propósito de visitar alguna vez ese Pirineo modesto y verde.

A continuación, la senda me llevó a remontar en diagonal la cabecera de un barranco, desde lo alto del cual se dominaba el terreno recorrido, antes de…

… virar para adquirir dirección suroeste y entrar en el gran hueco de…

… la Coume de la Maoubé, rellano ondulado rodeado de crestas, al fondo del cual destacaba el gran frontón triangular de la Pène d’Escalère. El terreno es suave pero caótico y conviene atravesarlo siguiendo la senda, no siempre clara, para mayor comodidad, evitando rodeos innecesarios. Tras atravesar el rellano,…

… remonté la cabecera, ya sin trazo pero  guiado por los hitos.

Al culminar esa cuesta, entré en el tendido tubo de la Lita de la Sébe. La nieve era ya continua y me puse los crampones, pues estaba aún dura.

Ascendiendo suavemente, fui dejando atrás la cara norte de la Pène d'Escalère.

Al otro lado, a mi izquierda, me dominaba la cresta que se desprende al norte del Petit Arbizon. En este ambiente cada vez más impresionante, me fui…

… acercando al fondo del circo, ocupado por una cubeta a los pies del Arbizon. A la izquierda de la cumbre aparente, se veía ya la segunda de las brechas que me obligarían luego a rodear bajo la arista. Sin llegar a la hoya, derivé a la izquierda…

… a la vista de la boca del corredor del Petit Arbizon, para acercarme a la misma remontando en diagonal una ladera de pendiente todavía suave (30º).

A mi derecha, la cresta entre el Arbizon y la Pène d’Escalère aparecía salvaje.

Atrás, esta cuenca de nieve y roca se abría hacia los verde y suaves prados en que el Pirineo se desliza hacia la llanura.

Al llegar a la base del corredor, éste se mostró recto y regular. Estaba a 2.450 m de altitud y me quedaban por ganar unos 250 m para alcanzar la cresta. En pocos metros, la pendiente alcanzó los 45º y así se mantendría, con sólo unos pasajes muy cortos ligeramente más empinados. Este subir relajado, me permitió…

… disfrutar a placer del entorno. Tanto de la recortada cresta septentrional del Petit Arbizon a mi izquierda, cuyas agujas…

… en ocasiones aparecían nimbadas por el sol, como…

… de la hoya que iba quedando abajo, dominada por la impresionante Pène d’Escalère.

El corredor, mientras, seguía regular, sin otra novedad que ir poco a poco descubriendo la culminación, hasta que, hacia…

… los 2.650 m, el tubo se dividió en dos. Continué por la derecha y pronto…

… me encontré en la horcada. Al otro lado, las nubes bajas apenas dejaban ver las crestas.

Atrás, la Pène d’Escalére se elevaba más allá del corredor que acababa de superar.

Comencé el cresteo superando una placa fácil, tendida y con apoyos (I), a la derecha (NO).

Desde lo alto de la misma, pude ver, al otro lado del collado, el atormentado roquedo cimero del Petit Arbizon.

Pero al otro lado estaba mi camino. Al comienzo, la arista se presentaba apacible; un lomo herboso escasamente accidentado, no muy ancho pero tampoco aéreo. Caminando por él, podía ver a mi izquierda…

… las cresta de la cadena axial veladas por las nubes. Sólo algunos huecos me permitieron identificar momentáneamente alguna cima importante, como el Monte Perdido o el Pic Long.

Vino luego un tramo rocoso pero igualmente carente de dificultad. Con la perspectiva, el Petit Arbizon ganaba en espectacularidad.

Al cabo, me encontré ante una brecha, cotada 2.762 en el mapa, cuya entrada se presentaba como un corte vertical. Tras examinar ambos flancos, vi que al sur (izquierda)…

… la ladera estaba cortada más abajo por unas repisas. Para alcanzarlas, retrocedí una veintena de metros, hasta…

… encontrar un lugar propicio para descender. Bajé entonces a la derecha (S) por una empinada ladera herbosa, cortada por pequeños escalones, expuesta pero sin dificultad. El lugar en la arista no estaba marcado pero, al cabo de 20 m, al llegar a una…

… repisa algo más ancha, vi a mi derecha (NO) un par de hitos que me llevaron a cruzar por ella un lomo próximo.

Al otro lado, un corto y fácil destrepe (I), que se veía además pisado, me dejó en el nevero que ocupaba la canal bajo la cresta. Ahora, lo natural hubiera sido cruzarlo pero como la nieve estaba endurecida y la pendiente era bastante fuerte, por no ponerme los crampones para dos minutos preferí rodear por arriba, siguiendo la rimaya que se presentaba favorable.

Así, a veces dentro del surco, a veces cabalgando el borde de nieve dura (I), alcancé la brecha, de la que salí trepando primero por una corta chimenea (II). El fondo de la horcada es… 

… muy estrecho y enmarcaba la Pène d’Escalère.

Allí giré a la izquierda (NO) para superar un muro de roca muy cincelada con unos primeros 20 m bastante verticales (II), a partir de los cuales se tiende (I) durante otro tanto hasta la arista. Tras cruzar un pequeño nevero, otro resalte corto y asequible (II)…

… me dejó sobre una punta desde donde se veía bastante bien el tramo de cresta que llevaba recorrido, delante del Petit Arbizon.

Vino a continuación un tramo de arista de cantos, suficientemente ancha para caminar, que presentaba varias pequeñas jorobas. Desde la última,…

… además de ver ya la cumbre del Arbizon con un caparazón de nieve, el terreno…

… volvió a desplomarse en una brecha de flancos verticales. Así que repetí operación.

Retrocedí por la arista, en esta ocasión algo menos, 12 ó 15 metros, y me encontré un montoncito de piedras que podría ser un hito. Lo había pasado por alto pero es que, entre tanto canto suelto como había por aquí, es fácil. La cosa es que a la derecha (S), había una bajada fácil por gradas (I) aunque bastante sucia por la piedra suelta. Destrepé  con cuidado unos pocos metros hasta...

… una repisa de roca más limpia que, a la derecha (O), recorre la ladera en suave bajada hasta un nevero bajo la brecha. Como antes, por no calzarme los crampones, lo rodeé por el borde superior, teniendo que trepar un poco por el interior de la rimaya (II). Esta vez no salí a la brecha sino que continué por el borde de la nieve hasta el otro lado de la ladera, rocosa y llena de repisas, que travesé hasta…

… situarme al pie del nevero que cubría la cresta en las cercanías del pico. Esta vez la nieve estaba ya razonablemente blanda y lo remonté para, al cabo de unos 20 m que no pasan de 40º, volver a…

… la arista. Aún me quedó afrontar unos metros afilados y con cierta pendiente para alcanzar la cumbre del Arbizon.

Al noreste, las nubes bullían en la hoya bajo el pico mientras que un sereno más de nubes se extendía más allá, sobre la llanura.

Más a la derecha, la Lita de la Sébe quedaba oculta pero podía ver la última parte de la cresta oriental y la cima del Petit Arbizon.

Al sur, sólo sobresalían de las nubes algunas montañas bien conocidas:…

… la pareja Monte Perdido - Cilindro,…

… el Pic Long junto al Campbieil y…

… el Balaitús rodeado de algunos de sus satélites.

Al oeste, los vapores se enroscaban en torno al cordal. Hacia ese lado emprendí el descenso, siguiendo la arista por la tendida ladera pedregosa que cae a la izquierda (sur).

Seguía ahora un rastro, no siempre claro pero marcado con trazos amarillos e hitos, que me llevó con bastante comodidad, rodeando eventuales obstáculos.

La cima fue quedando rápidamente atrás.

Al llegar a una zona de agujas, la fui rodeando por la base de la roca.

Precisamente, la niebla me alcanzó ahí y los hitos me vinieron bien para localizar los buenos pasos bajo la cota 2.654.

A continuación, la rampa de pedriza se abrió sobre mí y remonté en diagonal para…

… volver a la arista en…

… un collado junto a la cota 2.658, desde el cual hay una vista impresionante de la cara noroeste del Arbizon.

Allí giré a la izquierda (NO) para seguir la cuerda, ahora amplia y suave, hacia el Monfaucon.

No sin volverme de vez en cuando para contemplar el Arbizon.

Al sur del Monfaucon se levanta el Pic Mail, que aparecía enmarcado por las cestas blanqueadas de la cadena axial.

Tras pasar el Monfaucon, aún continué un poco por la cresta, descendiendo al suroeste por amplio lomo pedregoso, hasta el collado homónimo. Allí dejé el cordal por la vaguada derecha (NO),…

… caminando por pedrera y neveros hacia un saliente de la cresta de la derecha que se veía más abajo. Lo crucé y…

… ya por prado, continué el…

… descenso, ahora suave y por buena senda, del barranco. El fondo es un pequeño caos ondulado pero la traza me condujo con comodidad.

Poco después de pasar por un pequeño estanque, al que un fondo de nubes daba cierto encanto misterioso,…

… entré brevemente en la niebla, en la que se dibujaban los espolones oscuros de la ladera del Sarrat de las Lourides.

Al salir de la nube, vi más abajo el Lago de Arou. Para llegar por senda, hay que dar cierto rodeo, así que, viendo que el terreno era favorable, dejé el camino por la derecha (E) y me dejé caer por la ladera herbosa hasta…

… dar con la senda que bordea el ibón, la cual tomé a la izquierda (NE). Pasado el desagüe,…

… una corta bajada junto a las cascadas del torrente me llevó a otro rellano,…

… ocupado por un estanque más pequeño bajo un decorativo picacho (1.745). Siguiendo el camino,…

… vadeé el riachuelo cómodamente, aunque no tuve más remedio que mojarme los pies.

Menos mal que quedaba poco; la senda marcada de amarillo me llevó a rodear horizontalmente la ladera norte del Pic du Bassia hasta la Hourquette d'Ancizan.

Volviéndome a mitad, se veía la peña que remataba el rellano que acababa de dejar.

A la izquierda, el Arroyo de Artigou bajaba hacia Payolle.

Y así llegué a la Hourquette d’Ancizan, sin más novedad que desviarme a la derecha (E) muy poco antes, por una senda algo más estrecha, para salir al mismo puerto, donde había dejado el coche, ahorrándome unos metros de asfalto.

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