Pico de Arriel (2.821)

ASCENSIÓN DESDE SOQUES

ARISTA ESTE

El Pico de Arriel está situado en el sector occidental del macizo del Balaitús, entre los valles del Artouste y el Aguas Limpias, muy cerca por tanto del Portalet. Se trata de una altiva pirámide rocosa que, aunque lejos de alcanzar la cota mágica, compite en belleza con muchos tresmiles. Buena muestra es la sobrecogedora pared noreste, frontón triangular que domina el Lago de Arrémoulit y hace sombra a un vecino tan ilustre como el Pallas. Desde su cima, se domina un paisaje de altas cuencas glaciares en torno a las que se despliegan algunas de las montañas más grandiosas de la cordillera (además del mentado Pallas, el propio Balaitús, los Infiernos, el Midi d’Ossau, el Lurien,…). Y, por debajo de todo eso, verdean prados y hayedos en largos y profundos valles. En suma, una gran cima, elegante y destacada, en medio de uno de los paisajes más bellos y espectaculares del Pirineo. Que ya es decir.

La ascensión consiste en remontar la arista oriental; es decir, el tramo de Cresta del Palas que queda al oeste del Pic de l’Arremoulit y, por tanto de la zona más movida y delicada del cordal. Sin embargo, no es una ruta fácil y está en el límite de lo que un montañero competente puede acometer razonablemente sin seguro. Respecto al regreso, rodeando el Petit Pic, coincide con la ruta normal de la vertiente norte.

Pico de Arriel. La arista este es la de la izquierda

SITUACIÓN:

  • Zona: Valle de Tena (Pirineos)
  • Unidad: Macizo de Balaitús
  • Base de partida: Fabrèges (Pyrénées-Atlantiques)

ACCESO: El Caillou de Soques está a 100 km de Huesca, por Sabiñánigo y el Portalet. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.400 / 2.821
  • Mi tiempo efectivo: 6h19
  • Mi tiempo total: 8h14 (descontada la estancia en el refugio)
  • Dificultades: PD+, en las condiciones del día; abundante nieve dura en los accesos a la cresta pero con ésta limpia. Varias rampas de nieve entre 45 y 55º, corto tubo de 60º y paso de II+ en roca para acceder a la arista. Luego, largo recorrido de arista con numerosos pasos de I y también de II, uno de ellos sostenido durante 50 m.
  • Track para descargar en Wikiloc

Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Tomar, en el Caillou de Soques, la senda balizada que sube al NE hasta el Col d'Arrious, remontando el barranco homónimo. Girar allí a la derecha (SE) para rodear por el Passage d'Orteig el Pic du Lac d’Arrious y bajar al Refuge d'Arrémoulit (F). Bordear al este el lago del mismo nombre y, al dejarlo atrás, remontar por neveros y canchos la vaguada del Col d’Arrémoulit. Antes de llegar, desviarse a la derecha (S), flanqueando la cresta hasta situarse bajo la tercera brecha al oeste del Pico de l’Arrémoulit y encaramarse a ella por un corto corredor. Una vez en la Cresta del Palas (2.594) (PD+), remontarla a la derecha (O) hasta el Pico de Arriel (PD).

Descender al NO por el lomo que cae al Col d'Arriel (F) y girar a la izquierda (O) para rodear el Petit Arriel hasta el Collado de la Soba. Atravesarlo a la derecha (N) y bajar por la vaguada hasta el Ruisseau d'Arrious, donde se toma a la izquierda (SO) la senda de subida para regresar a Soques.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: La Cresta del Palas es una magnífica alternativa de dificultad asequible para ascender al Pico de Arriel. Como toda ruta de arista, es directa y espectacular. En este caso, no la recorrí completa sino sólo la parte que propiamente es la arista oriental del pico, evitando la primera serie de agujas y brechas, que transcurre por terreno muy malo e impreciso según los testimonios que he leído. Por esto, más que por el ligero incremento de dificultad (dicen que no llega a III), decidí aprovechar la oportunidad que la gran cantidad de nieve me daba para acceder a la arista ya en su parte “limpia”. Con la nieve más baja, no sé si mi solución será interesante.

La combinación de pendientes de nieve de entidad (60º, puede que algo más en el breve tubo de acceso a cresta, más una salida delicada) y una trepada fácil en general pero prolongada y aérea, exigen experiencia, destreza en dificultades moderadas, tanto en roca como en nieve/hielo, y por supuesto no tener demasiada aprensión al vacío. Por otro lado, gente en buena forma podría realizar la actividad en el día, prescindiendo de la pernocta en el refugio, pero el entorno es tan bello que considero que, teniendo la oportunidad, es bueno partirla en dos para disfrutar con más calma.

RELATO GRÁFICO:

Comencé a caminar por un sendero que sale al NE junto al Caillou de Soques y remonta el barranco de Arrious hasta su collado. Es parte de la Alta Ruta y, como tal, se encontraba perfectamente señalizado y acondicionado.

Enseguida, dejé atrás los prados del encantador valle del Ossau y entré en...

… un hayedo, que el camino remonta suave pero continuamente al tiempo que atraviesa la ladera para entrar en el barranco citado.

A la salida del bosque, crucé por un puente el torrente, por cuya ribera derecha transcurriría ahora la subida.

Fuera del arbolado, se vería atrás el Midi d’Ossau si no fuera por la nube que esa tarde se arremolinaba en torno al pico.

Por delante, el barranco de Arrious se presentaba como un largo y suave tubo verde, dominado por oscuros roquedos. Una arquetípica mezcla agua brava, hierba y roca. Me encaminaba hacia…

… la alta montaña, que se hizo patente cuando las pedreras sustituyeron al pasto y pisé el primer nevero. Coincidió esto además con la entrada de una nube, que…

… contribuyó, con el vallecito ya totalmente nevado a dar un ambiente más sombrío.

Tras un tramo de escasa pendiente, ésta se intensificó momentáneamente, pero sin pasar unos asequibles 20º. También volvió el sol para alegrar el último tramo superado, bajo la Punta del Cuello de Soba.

Estaba ya a pocos metros de culminar el Col d’Arrious. Pero no llegué a pisar la horcada; justo antes, la senda se bifurca y giré a la derecha (SE) para…

… pasar entre dos prominencias y dirigirme hacia el Pic du Lac d’Arrious, que asomaba sobre un pequeño lomo.

Al superarlo, se descubrieron tanto dicho pico, como la masa de agua que le da nombre y los dos arrieles. Aquí, el trazo quedaba oculto bajo la nieve pero el camino estaba claro: giré a la izquierda (O) para ir al collado que se abría delante del Pic du Lac d’Arrious.

Al llegar allí, lo primero que te recibe son las cumbres del Palas y Balaitús.

Bajando la vista, el Lago de Artouste.

Y más a la izquierda, al noroeste, el Pic d’Arrious.

Pero es precisamente al otro lado por donde continué camino, bordeando por la izquierda (norte) el Pic du Lac d’Arrious, por la expuesta repisa llamada Passage d’Orteig.

En realidad, con el cable que la equipa, si la roca está seca, no plantea la menor dificultad, si bien el paso impresiona.

Salí a un pequeño rellano colgado, que atravesé hasta el lomo opuesto.

Desde allí, no sólo pude ver ya completo el Pico Palas, sino también, a sus pies, el lago y refugio de Arrémoulit. Ya sólo me quedaba para llegar a éste bajar a la izquierda (E) por dicho lomo.

Durante el descenso, se ve muy bien toda la cresta de los picos de Arriel, incluyendo la arista que pensaba remontar al día siguiente. Ésta presenta una zona movida en su arranque, a la derecha del Pico de l’Arrémoulit, pero...

... vi entonces que la nieve llegaba prácticamente a todas las horcadas, lo que me permitiría al día siguiente acceder al cordal por la más alta (3ª y última en la foto) de las brechas. Así me ahorraría el terreno sucio por el que se suelen rodear las dificultades yendo sin cuerda.

Llegando al Refugio de Arrémoulit, al cruzar la presa del lago, dejé a la izquierda el estanque inferior bajo el Lurien, con los Arcizettes y el Ger al fondo.

El viejo edificio donde pasé la noche se encuentra dominado, y de qué manera, por el Pico Palas, que se mostró especialmente seductor al atardecer.

Claro que, al otro lado, más allá de la superficie helada del lago, esperaba el Pico de Arriel rodeado por las aristas que iba a recorrer al día siguiente.

Bien temprano salí del refugio, caminando al este junto a la orilla del lago. Me dirigía al Col d’Arrémoulit, que se veía al fondo. Supongo que habrá senda pero, si es así estaba tapada por la nieve.

A mi derecha, la primera luz del día golpeaba ya la pared noreste del Arriel, mientras iba dejando atrás el lago por un terreno suavemente ondulado de nieve y canchos, que ascendía gradualmente hacia el collado, que nunca perdí de vista.

Al ganar altitud, hay que volverse de vez en cuando para disfrutar del cuadro que forman el Lurien y el Lago de Arrémoulit.

Antes de llegar a la horcada, me desvié a la derecha (SO), a fin de salir de la vaguada por el lomo de ese lado, aprovechando una banda de nieve que abrazaba la cota (2.393). En lo alto de esa pendiente, ya de cierta entidad (40º), me encontré ante...

... una ladera regular de nieve y canchos bajo la cresta. Antes de acometerla, hube de perder unos metros para cruzar un tubo longitudinal. Luego, comencé una prolongada subida en diagonal por la nieve, con pendientes entre los 30 y 40º, evitando los canchos y dirigiéndome hacia la base del contrafuerte que baja del Pico de l’Arrémoulit.

Desde esta remontada, la perspectiva sobre el Palas comienza a ser impresionante de verdad. Ahora se apreciaba, por ejemplo, la verticalidad de la cara SO.

El terreno era un poco engañoso: llegando a la base del espolón citado, me encontré con que tenía que cruzar otro tubo, hasta entonces invisible. Por cierto que, desde ahí, la visión del Arriel impresionaba de veras. Tras rodear la punta de roca, giré a la izquierda para... 

... encarar la pendiente final hacia la primera brecha (2.548) de la cresta.

Si había encontrado la nieve helada en todo este recorrido por la umbría, en esos últimos 50 metros, hasta costaba algún trabajo clavar las puntas de los crampones. Y si detrás estaba bonito el Lurien,...

... no veas cómo te quedas cuando al llegar te recibe el Balaitús. El propósito de alcanzar esa brecha, pues ya tenía decidido saltarme la primera parte de la cresta, era tener un sitio cómodo para descansar y tomar un bocado. Bueno pues, además, el lugar es bonito.

Retomado aliento, volví a la vertiente septentrional para dirigirme, siguiendo la base de la roca, a la más lejana de las lenguas de nieve que veía. Se trata de una travesía limpia pero expuesta, con una pendiente lateral que alcanza los 55º.

Al tomar distancia, descubrí a mi espalda la aguda y recortada arista que baja del Pico de l’Arrémoulit.

Estaba bajo el paso crítico. Para alcanzar la cresta, había que superar 10 metros de nieve helada a más de 60º, seguidos de un resalte bastante vertical de otro tanto. Entre quitarme los crampones haciendo equilibrios y superar el paso con ellos, elegí lo primero, pues la roca estaba pulida y escaseaban los apoyos (II+). A la salida, hay una ventana formada por un bloque, por la cual...

... me asomé a la vertiente meridional de la Cresta del Palas, encontrándome con el grupo de Musales y, más allá, los Infiernos y las Argualas ¡Guau! Pero aún quedaba; estaba a menos de 2.600 m según el GPS; es decir, que me quedaban por subir más de 200. Y me puse a ello girando a la derecha y... 

... trepando por un lomo de roca, suficientemente ancho, bastante inclinado y lleno de apoyos (I).

Tras pasar una ligera prominencia, un breve destrepe expuesto da paso a un tramo horizontal de bloques, muy agudo y accidentado (II). Este carácter de arista aérea con pasos breves pero expuestos, alternando I y II grado, iba a ser la tónica de toda la subida al pico. Por otro lado, la roca era aceptable. En suma, una trepada relajada y panorámica, viendo el Pico Palas a la espalda;...

... a la izquierda, el Balaitús y...

… el largo cordal de Telera - Collarada, y…

… a la derecha, el cuenca cabecera del Artouste, enmarcada por los picos de Lurien, Ger y Tourettes.

Y delante el Arriel, mostrando su cara más tremenda. Una gozada absoluta.

En medio de esto, hacia los 2.650 m de altitud, una pequeña sorpresa: un hito. ¿Qué hace aquí? La arista como está podrá ser más o menos aérea o difícil pero, desde luego, no es lugar para perderse.

Salvo que marque el lugar como soberbio punto de vista; para entonces, el Pico de l’Arrémoulit había quedado por debajo y podía verse el cresterío completo del Palas y el Balaitús sobre la cuenca lacustre de Arriel.

La arista se yergue bruscamente cerca del Arriel Oriental, presentando un paso difícil. Lo rodeé por la vertiente derecha (Arrémoulit), por unas gradas tendidas, expuestas pero fáciles (I). En esa punta, volví a la arista y…

… destrepé una veintena de metros por el lomo inclinado y con buenos apoyos (II-).

Tras esa horcada, la arista se levanta regular los últimos 150 m hasta la cumbre, con una dificultad mayoritaria de I y cortos escalones de II.

Eso sí, el patio es pavoroso por momentos, sobre todo a la derecha.

Pasada la mitad de la trepada desde el último collado, la arista se empinó y mantuvo una dificultad constante y asequible (II) durante...

… unos 50 m para, a continuación,…

… tenderse en los últimos metros hasta la cima.

Al culminar el Pico de Arriel, descubrí el panorama al noroeste, con el Midi d’Ossau y el Lurien enmarcando los macizos del Anie, el Escarpu y el Embarrère.

Girándome a la izquierda, junto a la gran barrera que forman la Sierra de la Partacúa, Collarada, Aspe, Bisaurín y Peña Forca, distinguía el gran corte del valle de Tena. Al otro lado del mismo,…

… se elevaba el conjunto de las montañas de Panticosa más allá de la cuenca de Respomuso, con los Infiernos y las Argualas bien destacados. En la parte izquierda de ese conjunto, asomaban junto a la Gran Facha…

… el Vignemale e incluso parte de los Gabietos y el Perdido.

Al noreste, entre los omnipresentes Palas y Balaitús, se veía ahora a lo lejos un altivo Moun Né.

Cerrando la vuelta, se veían ahora tanto la cuenca de Arrémoulit como casi todo el Lago de Artouste entre el Lurien y el Palas, con el fondo conocido del Ger, Tourettes y, ahora, Gabizos. Y hacia allí iniciaría el descenso, bajando…

… por la arista noroeste, cuyos primeros metros de son un resalte de bloques, bastante empinado pero con suficientes presas (I+). Tras el destrepe, siguió una canchalera, donde encontré una traza señalada con hitos.

Por terreno aún empinado pero ya sin dificultad, alcancé enseguida un nevero en el flanco izquierdo de la arista, por el que el descenso, por pendiente menor de 45º, transcurrió cómodo y rápido, aunque hube de volver a ponerme los crampones pues la nieve al principio aún estaba dura.

Antes de llegar al Col d’Arriel, derivé a la izquierda (O) para rodear por su base el Petit Arriel y dirigirme al Cuello de la Soba, que se veía más abajo.

Me llamó la atención, al pasar bajo la primera horcada, la bonita vista a su través del pico Palas.

A mi izquierda quedaba el tubo de la Soba, dominado por el pico homónimo.

Por neveros ya blandos y con una pendiente lateral (40º) que me obligó a poner algún cuidado, fui llegando al Cuello de la Soba, desde el cual hay…

… una bonita perspectiva de los dos arrieles.

A continuación, atravesé el paso, volviendo a la vertiente septentrional de la cordillera para bajar por una suave y amplia vaguada, apuntando al Lurien. Tras una par de giros,...

... el tubo se ensanchó aún más, todo blanco...

... bajo hoscas paredes oscuras.

Poco a poco, fue surgiendo a mi izquierda el Midi d’Ossau, según me acercaba a un borde, a partir del cual...

... el terreno se desploma en el Barranco de Arrious. Al acabar la nieve, apareció una senda que me llevó cómodamente hacia...

... el fondo del vallecito. Allí vadeé el torrente y me incorporé a la izquierda (O) al camino que lo recorre, el mismo por el que...

... el día anterior había iniciado la ruta y que ahora me llevaría de vuelta a Soques.

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