Cueva Valiente (1.903)

ASCENSIÓN DESDE PEGUERINOS

POR LA PEÑA BLANCA Y CAÑADA MOJADA

En el extremo suroccidental del Guadarrama, cuando la divisoria del Sistema Central toma dirección norte-sur en el Alto del León, se proyecta al oeste un cordal secundario: la Sierra de Malagón. Su máxima cumbre es Cueva Valiente, una altiva cúpula boscosa elevada a la espalda del pueblo segoviano de San Rafael. Y también es la mayor altitud al oeste del Puerto de Guadarrama. Si bien la sierra ha perdido ya por aquí mucha potencia y el pinar llega hasta la misma cresta, es precisamente ése el principal atractivo de este monte: el hermoso bosque que cubre las agrestes laderas, cuya belleza queda realzada por los canchos que lo salpican.

Las ascensiones a Cueva Valiente transcurren casi siempre desde San Rafael, el Collado del Hornillo o el Puerto de Guadarrama. Pues bien, en esta ocasión llegaré a la cumbre desde el lado contrario, remontando los densos Pinares Llanos y aprovechando para visitar el agreste enclave de la Peña Blanca.

Cima meridional de Cueva Valiente sobre el Valle de Enmedio. La Peña Blanca destaca al final del lomo que cae a la izquierda.

SITUACIÓN:

  • Zona: Sierras de Malagón, Quintanar y Siete Picos (Sistema Central)
  • Unidad: Sierra de Malagón
  • Base de partida: Peguerinos (Ávila)

ACCESO: El Parking área recreativa La Nava, junto al camping homónimo, está 49 km al este de Ávila, por las Navas del Marqués y Peguerinos. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.441 / 1.903
  • Mi tiempo efectivo: 3h41
  • Mi tiempo total: 4h20
  • Dificultades: Muy fácil. Ruta por caminos con pasos escabrosos y que se han borrado en algunos puntos, requiriendo atención para orientarse.
  • Track para descargar en Wikiloc

Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Ante la cancela que cierra el Camino de los Rajuelos, seguir la carretera que, a la derecha (NE), comunica el Camping La Nava y su vecino Valle Enmedio. Al salir de este último, tomar a la izquierda (N) la pista que remonta el Valle de Enmedio, dejándola al poco por una senda a la derecha (E), que sube por la ladera. El caminillo atraviesa la loma junto a un pequeño refugio y realiza una larga travesía por la ladera oriental. A la vista de una pista forestal, girar a la izquierda (O) para encarar la ladera y volver a la cuerda en la Peña Blanca. Siguiendo los hitos, derivar a la derecha (NE), yendo primero por la cuerda y luego a media ladera de la derecha, hasta salir al Collado del Hornillo. Tomar a la izquierda (O) una senda, la cual rodea la cima sur antes de ascender a la cumbre de Cueva Valiente.

Tomar una senda que baja al O y desemboca en una pista que, tomada a la derecha (O), lleva al Collado de la Gargantilla, donde hay un cruce. Girar a la izquierda (SE) y, en otra bifurcación a media bajada, a la derecha (S) para regresar al  Camping La Nava.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Éste es un bonito itinerario serrano, con mucho pinar, canchos notables, algún paraje encantador y buen panorama desde la cumbre. Dentro de las subidas a Cueva Valiente, no es la más frecuentada, pero tampoco se puede decir que sea una rareza. Aunque todo el recorrido transcurre por pistas y sendas, éstas se pierden en algunos momentos, obligando a navegar brevemente en el pinar. Además, hay un par de tramos cortos por terreno irregular y empinado, pero no llegan a resultar comprometidos o difíciles. En suma, una ruta bonita, con desnivel asequible y generalmente cémoda, aunque agreste.

RELATO GRÁFICO:

Aparcamos junto a la cancela de la esquina sur del Camping La Nava, a la vista de la loma que baja de la cima meridional de Cueva Valiente a la Peña Blanca, también conocida hoy como “Roca Simpson”). Comenzamos a andar por la carretera al noreste, bordeando este primer camping y atravesando luego por su vecino de “Valle Enmedio” por un itinerario algo confuso, hasta salir de éste último por…

… la puerta principal. Frente a ella, sale de la carretera de acceso una pista a la izquierda (NO). Por ella,...

… comenzamos a remontar el Valle Enmedio, llevado a la izquierda el torrente. Al poco de cruzar una cancela, dejamos el carril por una senda a la derecha (E), que sube por la ladera de ese lado.

Al llegar al lomo, giramos a la izquierda (NE), dejando de lado un rústico refugio, para pasar a caminar por la cuerda.

Ésta es amplia y suave y está poblada de pinos dispersos entre abundantes peñascos. Al poco, en una bifurcación, seguimos por la derecha (E), entrando en la ladera oriental, por donde bordearíamos un buen tramo de cresta.

En este terreno suave bajo los pinos, el trazo se fue difuminando, hasta perderse del todo en algunos lugares. La referencia que tomamos fue ir al noreste, manteniendo cota o perdiendo muy poquita, según mandara el terreno. Nos fue bien pues, tras cada uno de esos tramos, reencontramos la senda allí donde la vegetación se adensaba.

Otra referencia, ésta ocasional, era ver a nuestra izquierda, a través las copas de los árboles, la Peña Blanca.

Así, acabamos saliendo del bosque a un gran claro herboso y junto a una carretera, que es la que sube al Collado del Hornillo desde Peguerinos, y por la cual habíamos llegado con el coche. Dejándola a la derecha, giramos a…

… la izquierda (O), hacia los riscos de la Peña Blanca. En la linde del pinar, hubimos de buscar un poco hasta encontrar…

… una senda que asciende entre los árboles. Por este trazo razonablemente claro y…

… marcado con hitos fuimos subiendo a través del pinar. El terreno era ahora empinado, con mucho canto e…

… incluso presentaba algunos pasos escabrosos y hasta sorprendentes. Así que no conviene distraerse de las señales.

Al tiempo que la pendiente cedía, apareció altiva contra el cielo la Peña Blanca. Dicen que se parece a Homer Simpson… me lo expliquen.

Ya fuera del bosque, resultaba visible a nuestra espalda el segmento de la Cuerda de Cuelgamuros que va de los Riscos del Palanco al Monte Abantos.

Llegando a la cresta, un circo de paredes verticales nos cierra el paso. Nuestro propósito era tomar la cuerda a la derecha (NE) y, al tiempo que avanzábamos al fondo del anfiteatro, fuimos girando hacia ese lado hasta encontrar...

... un pasillo que se abre entre altos riscos. Tras unos metros llanos,...

... salimos del callejón por una rampa de bloques apilados, de mediana pendiente y mínima dificultad. Después de pasar bajo un peñasco empotrado,...

... nos encontramos fuera de la canal. Ahí había que volverse a contemplar este peculiar rincón donde, para vergüenza de jardineros, naturaleza ha combinado árboles, hierba y roca con una armonía insuperable. Y precisamente “jardín” es como llamamos por aquí a este tipo de sitios.

En fin, que la senda nos condujo a lo largo del cordal, entre pinos dispersos y llevando a la izquierda los riscos que constituyen la cresta.

Al otro lado, los árboles sólo ocasionalmente dejaban ver la Cuerda de Cuelgamuros.

Al rato, la senda desembocó en otro camino más marcado que cruza la loma. Lo tomamos a la derecha (E), pare dejarlo a los pocos metros por la...

... derecha (NE) por otro trazo estrecho, que baja en ligera diagonal por la ladera oriental, frente a las cimas de Cabeza Líjar y La Salamanca.

Más a la derecha, sobre los árboles, vimos otro retazo de la Cuerda de Cuelgamuros, tras la que distinguimos nubes cubriendo la llanura madrileña.

Pronto, la vereda se empinó en una bajada más directa hacia el Collado del Hornillo, que se reconocía bien por su pradera. Pero no desembocamos directamente allí, sino que...

... alcanzamos antes la carretera que va por la vaguada sur. La seguimos a la izquierda (NE), llegando enseguida al…

… Collado del Hornillo, donde giramos a la izquierda (NO), por un camino que…

… se interna en el cercano pinar. Por él emprendimos una gradual subida por la ladera de…

… la cima sur de Cueva Valiente, que divisamos al salir del bosque. Aquí, la densa deriva para rodear el pico por el oeste.

Esta travesía es más panorámica y, pese a la creciente nubosidad, fuimos viendo la Cuerda de Cuelgamuros y…

… luego los Pinares Llanos. Al fondo, sólo el San Benito era reconocible, velado Gredos por un cúmulo de bruma grisácea.

Caminábamos entre riscos y pinos de formas a veces caprichosas.

La visión de la loma boscosa de Los Poyales, en la cuerda de la Sierra de Malagón, nos anunció la cercanía de…

… la vaguada que se abre entre las dos cimas de Cueva Valiente, con la principal ya a la vista.

La senda no alcanza el collado mismo, sino que cruza un poco antes la pista que va por el barranco.

A continuación, salimos del bosque en un pasillo que matorral y cantos que asciende entre grandes riscos.

Desde el mismo, a nuestra espalda podíamos ver la cima sur.

Así llegamos a la amplísima cumbre, sobre la que se elevan varios canchos y un viejo refugio.

Desde el vértice, descubrimos al noroeste la llanura al pie de la Sierra de Malagón, donde destacaban el caserío del Espinar y la montaña isla de los Calocos.

Volviendo los ojos a la derecha, las crestas del Guadarrama se veían cubiertas de nubes, aunque, al ritmo del movimiento de los vapores se llegaban a identificar… 

… las cimas más importantes: Pinareja, Montón de Trigo, Peñota, Siete Picos, Maliciosa…

Al sureste, el panorama era algo más luminoso. Cabeza Líjar y Abantos marcaban los extremos de la Cuerda de Cuelgamuros, más allá de las estribaciones de la propia Cueva Valiente y la cima sur.

Al suroeste, en los Pinares Llanos, se distinguían ahora algunas casas de Peguerinos y el Embalse de la Aceña.

Por encima del refugio, se veían varios riscos. A la derecha de ellos, sale al oeste…

… una senda que se desliza gradualmente monte abajo. Por allí comenzamos el retorno. Si bien el arranque de la senda no está muy definido, enseguida…

… se aclara, al tiempo que gana pendiente y se descubre el cordal de Malagón hacia Cabeza Renales. Abajo, pronto empezamos a ver nuestro objetivo inmediato, el Collado de la Gargantilla, el cual…

… tampoco en este caso alcanzamos directamente, aino que desembocamos antes en una pista con restos de asfalto, cortada al tráfico por fortuna. La tomamos a la derecha (O) para…

… llegar al Collado de la Gargantilla, donde se cruzan varias pistas. No tomamos ninguna, sino que continuamos recto por…

… una senda que se interna en el pinar y desciende suavemente por la vaguada, junto al cauce del Arroyo del Chuvieco.

El camino va paralelo a una pista pero nos evita asfalto y además es agradable. No obstante, acabaríamos saliendo a la carretera. Al paso por un amplio claro, dejamos la senda, que ya no es interesante seguir, girando a la izquierda (S) para cruzar el prado y tomar a la derecha (SO) el asfalto.

Ya sólo quedaba seguir el carril en su suavísimo descenso a través del pinar para llegar al final de la excursión.

Como únicas incidencias, una bifurcación, donde tomamos a la izquierda (SE) y…

… el paso por el sereno Embalse de Cañada Mojada (ciertamente), que es pequeño pero bastante bonito. Merece la pena asomarse a él.

La aparición de caravanas y cabañas en la linde del pinar, nos anunció que estábamos bordeando la trasera del camping La Nava. Poco tiempo después, llegamos a la cancela junto a la que habíamos aparcado.

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