La Joya (2.134)

ASCENSIÓN DESDE LA HIJA DE DIOS

POR LA CRESTA OESTE

El pico de La Joya es el segundón de la Sierra de la Paramera, que corre paralela y al norte del largo cordal de Gredos, cuando la divisoria del Sistema Central traza una curiosa doble curva entre las cabeceras del Tormes y el Alberche. Esta cima se alza justo al oeste del pico Zapatero, y es un ancho y romo lomo de hierba y matorral, cuyo relieve suave y modesto canto culminante poco tienen que ver con la potente cresta del resto del cordal. Vamos, que no es una montaña llamativa y, si supera los 2.000 metros, esa altitud es corriente por toda la zona. Además, sus laderas son tendidas y se escalonan en extensos rellanos. Por otro lado, la vegetación de pasto y monte bajo, entre los habituales bloques caballeros, tampoco contribuye a formar un paisaje espectacular. Pero no carece de atractivos; uno es precisamente lo apacible de sus vertientes, desde las que se pueden contemplar algunas de las más extensas y bellas perspectivas del Sistema Central.

Esta una ruta de ascensión no es habitual, transcurriendo por la vertiente norte, la más larga, y partiendo desde pueblo y no desde alguna de las pistas que atraviesan a media altura la ladera. Se trata de un itinerario circular, que aprovecha diversos caminos en torno a la extensa cuenca del Río de los Arroyuelos, para alcanzar el cordal al oeste de La Joya, recorrerlo hasta sobrepasar la cima y retornar a la Hija de Dios.

Los picos del Zapatero y La Joya, vistos desde el oeste

SITUACIÓN:

  • Zona: Las Parameras (Sistema Central)
  • Unidad: Sierra de la Paramera
  • Base de partida: La Hija de Dios (Ávila)

ACCESO: La Hija de Dios está 28 km al SO de Ávila, por Solosancho. Dejar atrás el pueblo y aparcar en una pequeña explanada con una caseta al sur (izquierda) de la carretera cuando ésta cruza el Río de los Arroyuelos. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.198 / 2.134
  • Mi tiempo efectivo: 6h56
  • Mi tiempo total: 8h20
  • Dificultades: Ninguna. Un par de tramos sin senda, empinados y un poco incómodos, entre matorral.
  • Track para descargar en Wikiloc

Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: En el cruce de la carretera N-502 con el Río de los Arroyuelos, tomar al sur el Camino de las Aleguillas y luego desviarse a la derecha (SO) por el carril que sube al collado del Cogote. Continuar por un camino a la izquierda (SE), faldeando el Risco del Cuervo hasta el siguiente collado (1.569). Cruzarlo y seguir por la senda a la derecha (SE) hasta que acaba. Girar a la derecha (SO) para remontar el lomo de matorral y cantos que cae de La Pedriza. Al dar con un cortafuegos, tomarlo a la derecha (O) y seguirlo, siempre subiendo y por la cuerda en varios cruces, hasta alcanzar la cresta de la sierra en el Cerro de los Arrecios. Tomándola a la derecha (SE), alternando carril, senda y terreno de matorral rastrero, se llega a la cima de La Joya.

Continuar el cresteo al NE hasta el Portacho del Zapatero y bajar a la izquierda (N) por el camino que lo cruza. Tras perder algo de altura y faldear La Joya al oeste, girar a la derecha (NO) en una bifurcación para descender por un lomo hasta el collado de Los Corrales. Girar a la izquierda (O) por una senda que desciende la vaguada y luego se separa del cauce para cruzar el cordal de Los Altos por la collada de Los Espinos y lanzarse a un empinado descenso, a través de terreno incómodo de matorral y cantos, por la ladera de Las Aleguillas. Ante el último alto (1.377) de este cordal secundario, dejarse caer por la herbosa vaguada de la izquierda (SO) hasta el Río de los Arroyuelos y tomar a la derecha (NO) el camino que lo sigue. En sendas se bifurcaciones, seguir por la izquierda (O) para regresar al aparcamiento del Río de los Arroyuelos.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Esta larga caminata apenas tiene dificultad, salvo las breves y fáciles trepadas por bloques si se quiere pisar las puntas secundarias que se pasan. Tampoco hay problemas de orientación, aunque el itinerario no está balizado en su mayor parte. Sólo el descenso desde Los Espinos al llano supone cierta incomodidad y obliga a poner cuidado, al transcurrir por terreno muy empinado, poco estable y sembrado de arbustos y cantos. Por otro lado, se trata de una excursión visualmente muy bonita, con panoramas abiertos en todas direcciones y en medio de un entorno arquetípico de la montaña abulense con abundancia de rocas caballeras, que forman en ocasiones formas sorprendentes. Además, transcurre por una zona poco “trabajada” del Sistema Central y, pese a la abundancia de pistas, sendas y cortafuegos, veremos muchas vacas pero pocos excursionistas. Muy recomendable.

RELATO GRÁFICO:

Cerca de La Hija de Dios, la carretera N-502 cruza sobre el Río de los Arroyuelos. Salimos de la pequeña explanada que allí hay, caminando por el Camino de las Aleguillas, que es una pista de tierra que asciende suavemente en dirección sur.

Avanzando por la vertiente izquierda del vallecito que forman el Arroyo de los Picos y el Río de los Arroyuelos, enseguida surgieron ante nosotros unos recortados cresteríos, cuajados de riscos; no es la cresta de la sierra, sino parte de un reborde más cercano, llamado Los Picos o Los Altos.

Al ganar altura por esta rampa de matorral, entre cantos a veces curiosos, íbamos viendo cómo quedaban atrás La Hija de Dios, el Valle de Amblés y la Sierra de Ávila.

Tras dejar atrás varios desvíos, en la primera ocasión en que la pista principal empieza a bajar, tomamos un carril más descuidado a la derecha (S), el cual...

... nos llevó a remontar una verde vaguada abierta entre el Risco del Cuervo y el Cogote. Según subíamos, el camino se fue deteriorando hasta quedar reducido a un trazo borroso abierto en el matorral.

Tras un ascenso corto y suave, llegamos...

... al collado (1.436), desde donde descubrimos la masa achaparrada de La Serrota, la más alta de Las Parameras. Allí giramos a la izquierda (S) para...

... seguir un vago rastro en el matorral rastrero que cubría la ladera occidental del Risco del Cuervo. Al momento, inopinadamente, el mismo se transformó...

... en un camino claro, por el cual doblamos un morro pasando a ver el siguiente collado del cordal, el que se abre entre el Cuervo y La Pedriza.

Seguíamos ganando altura muy poco a poco, a través de un entorno suave; bonito en su placidez.

En la horcada, volvimos a dar vista al Río de los Arroyuelos, dominado por la masa de Los Altos. Aunque ahora sí era por fin visible la divisoria de la Paramera: por detrás y a la derecha del crestón citado, asomaban las cimas del Zapatero y la Joya. Giramos a la derecha (SE)...

... con el carril, que ahora mantenía cota un corto tramo, antes de acabar bruscamente al ir a trasponer un lomo poco marcado. Allí, seguimos por la derecha (SO), remontando...

... la empinada ladera de piedras y matorral, afortunadamente no tan alto ni denso como para entorpecer seriamente el paso.

Al ganar altura, veíamos el fondo del Río de Los Arroyuelos.

Cuando topamos con un cortafuegos, del que nos separaba una cerca de alambre, proseguimos la subida junto a la misma hasta encontrar un lugar favorable para cruzarla. Concretamente, lo encontramos donde la alambrada pasa por una roca y el cortafuegos se bifurca. Atravesamos el obstáculo y continuamos subiendo por el ramal izquierdo (SO), el cual... 

... pronto alcanzó un lomo, donde desemboca en otro cortafuegos que lo recorre y que tomamos a la izquierda (SE) para remontarlo.

A nuestra derecha, la Serrota dominaba el paisaje. Durante esta subida, pasamos un par de cruces, donde continuamos recto: siempre arriba y por lo alto del cordal.

Al otro lado, el Zapatero y La Joya, sobre la cuerda por la que alcanzaríamos esta cima.

Atrás, cada vez era visible un segmento mayor de Sierra de Ávila y Valle de Amblés.

Al pasar una ligerísima prominencia, el lomo cambió de dirección al suroeste y pudimos ver el Cerro de los Arrecios. Desde la pila de piedras culminante, contemplamos...

... al oeste la cresta de Majalespino, donde la Sierra de la Paramera acaba por ese lado.

Al sur, el Valle del Alberche, limitado al otro lado por Gredos, de la Sierra del Valle a su núcleo central. Pese a la distancia, llegaban a distinguirse...

... las cimas que rodean el Circo de Gredos.

Tomando pues el ramal izquierdo del cortafuegos, seguimos la cresta de la sierra, primero al sureste hasta la Peña de la Graja, y luego al este. Al pasar junto al cancho cimero de ésta, nos desviamos para...

... encaramarnos al mismo, por una fácil rampa de bloques del flanco norte (I).

Una vez arriba, comprobamos que las perspectivas son más o menos las mismas que al pie del cancho. Sólo hacia la Joya se gana algo de ángulo hacia la continuación del cresteo. Así pues, molestarse en trepar sólo le va a merecer la pena a coleccionistas obsesivos. Nosotros regresamos al cortafuegos y continuamos camino al este, llevando a la izquierda...

... los verdes y suaves campos de los Baldíos de Ávila.

Al pie del Risco Pardo, el cortafuegos giró a la izquierda para rodearlo. Viendo salir recto (E) un trazo, lo tomamos para acortar.

La senda nos llevó junto a la alambrada que recorre la divisoria. Al pasar el punto más alto, se ve quedar atrás la Peña de la Graja y, algo más cerca y a la izquierda, otro risco, anónimo pero más espectacular.

Al quedar atrás el Risco Pardo, la senda nos recondujo al cortafuegos, que seguimos camino de un cerro de algo más de entidad que se fue haciendo patente entre nosotros y la Joya. Se trataba de la Cabeza Redonda. Al ganar altura por su vertiente norte,...

... mejoramos perspectiva del cordal al oeste.

El carril acabó muy cerca de la cima de la Cabeza Redonda pero encontramos que lo continuaba una senda, borrosa pero señalizada con hitos. Sólo nos desviamos de ella un momento para ganar, a la izquierda, el bloque cimero, desde el cual...

... hay al este una buena vista de lo que restaba de cresta hasta La Joya. Para llegar allí, volvimos al trazo y, guiados por los hitos, rodeamos el cancho por el sur y volvimos a salir a la cuerda, cruzando la alambrada antes de retomar dirección este.

Caminábamos sin trazo pero el terreno era compacto, suave y despejado y sólo estaba poblado por pasto y un matorral bajo y disperso, que no suponía obstáculo. Y pronto fue quedando atrás la Cabeza Redonda.

Según nos acercábamos a la Joya, se hicieron aún más frecuentes las formaciones de rocas apiladas típicas de este tramo abulense del Sistema Central. Algunas eran curiosas y otras, directamente espectaculares. Una de ellas (cota 1.951 en el mapa), elevada sobre la misma raya divisoria,...

... nos obligó a dar un rodeo por el norte (izquierda), a través de terreno un tanto escabroso que, sin llegar a suponer una dificultad, obligaba a poner atención.

Como ya dije, era entretenido irse fijando en los canchos.

Cuando la cuerda se empina al pie de la Joya, pasamos a la derecha de la alambrada y entramos en una gran vaguada o pasillo verde entre sendas tiras de rocas. 

Siempre siguiendo los hitos, por ahí transcurriría esa subida final. Si este entorno de matorral y peñascos tenía su atractivo,...

... el panorama, especialmente hacia Gredos, no le iba a la zaga.

Llegando a la cumbre, vista atrás: extremo occidental de la Paramera y Serrota.

Desde los bloques cimeros, en primer término, el vecino Cogote de Zarramalejo domina el rellano intermedio que oculta la Garganta de Navalacruz, con Gredos al fondo.

Al este, lo más vistoso de la sierra y toda la alineación de las Parameras: el trío que forman el Zapatero, el Cuchillo y la Peña Cabrera. Más allá, el cordal recupera su placidez en Los Carramales. En esa dirección iniciamos el descenso.

Llevando a la izquierda la caída hacia el Valle de Amblés, fuimos siguiendo el lomo al noreste,...

... sin hacer caso siquiera a hitos pues el terreno, suave y regular, resultó uniformemente cómodo. Al llegar al Portacho Zapatero, tomamos a la izquierda (N)...

... el camino que lo cruza y que desemboca enseguida en una pista transversal. La tomamos a la izquierda (NO) y continuamos descendiendo la vaguada...

... bajo los riscos cimeros del Zapatero y  el Risco Redondo.

De ahí, salimos a la ladera septentrional de la Joya, que atravesamos, deshaciendo el desplazamiento que previamente habíamos realizado por la cuerda. En una bifurcación, seguimos llaneando a la izquierda (SO) y, sin otra incidencia, alcanzamos el lomo que íbamos viendo como primer horizonte. Allí giramos a la derecha (NO) para...

... bajar por la pista que lo recorre por lo alto, dirigiéndose hacia Los Altos.

Durante este tramo, llevábamos a la izquierda una bonita vista de la Cabeza Redonda sobre una verde cuenca.

La Joya iba quedando atrás.

Al llegar a un cruce múltiple, continuamos recto (N) y un poco a la derecha, teniendo que cruzar una cancela.

A continuación, al desembocar en el siguiente carril horizontal en Los Potrillos, giramos a la izquierda (O) para continuar el descenso de este largo lomo.

Luego, empezamos a llevar otro carril paralelo a la derecha. En cuanto pudimos, al pasar una barrera, nos cambiamos al mismo, manteniendo la dirección (NO).

Así llegamos a las cercanías del collado de Los Corrales, que separa Los Altos del cuerpo principal de la sierra. Sin llegar a la horcada, dejamos la pista por la izquierda (N) para entrar en la vaguada occidental, no sin...

... antes volvernos a contemplar la cresta de la sierra, pues...

... enseguida la perderíamos de vista, al entrar en el suave tubo verde y tomar a la izquierda (O) la senda que lo recorre.

El caminillo nos fue separando del cauce, manteniendo cota por la vertiente derecha. Íbamos buscando un desvío a la derecha, que debía devolvernos al fondo del barranco; se ve muy claro en las fotos aéreas de Iberpix pero la cosa es que, sobre el terreno, nos dejamos el cruce y acabamos en la cuerda de Los Altos. Visto lo que vino luego, aconsejo mirar mejor o bien no cambiar de pista donde la barrera para acabar la bajada por el cauce del Río de los Arroyuelos, aunque cueste un rodeo.

Desde Los Espinos, que así se llama la collada en que alcanzamos el cordal, nos asomamos a Las Aleguillas y el Valle de Amblés. Ése era nuestro destino pero nos separaba de allí una empinada ladera de tierra suelta y matorral, en que el trazo que seguíamos se difuminó hasta...

... hacerse, sin llegar a desaparecer, precario y muy estrecho. Aun así, más valía no perderlo para evitar canchos y escalones. Cuando un gran apilamiento de rocas nos cerró el paso, lo rodeamos por la derecha y, al llegar a un amplio collado herboso, giramos a la izquierda (SO) para, ya por...

... terreno cómodo y despejado, bajar al cauce del Río de los Arroyuelos, en busca del camino que lo desciende. Aquí, quizá debíamos haber bajado por la otra vaguada, a la derecha, pues el itinerario seguido acabó siendo un rodeo al no encontrar otra bifurcación. Pero no nos adelantemos.

Al llegar al fondo del barranco, encontramos efectivamente una buena senda y la tomamos a la derecha (NO). Pero luego, donde pensábamos tomar a la izquierda un desvío, en el corto tramo en curva que el camino hace por la orilla occidental, tampoco encontramos la salida, pese a lo clara que se ve en Iberpix.

Decidimos pues seguir por el camino, lo que supuso un corto rodeo. Es más, de haber sabido por dónde volveríamos, hubiera sido mejor dejar el cordal por la derecha. Total, que llegamos a los corrales de Villaclara y, poco después, junto al arroyo que corre por la base de los Picos,...

... desembocamos en una pista que tomamos a la izquierda (NO), para dejarla pocos metros después, por otro desvío (foto) también a la izquierda (O), que cruza por un puente el Río de los Arroyuelos.

Se trata del Camino de Las Aleguillas por donde habíamos comenzado la excursión y enseguida llegamos al primer cruce de esa mañana, desde donde ahora, sin darnos el sol de frente, había una bonita panorámica de este rincón de típica montaña abulense, con su pasto y matorral multicolor trufado de cantos, bajo las crestas recortadas de Los Picos y Los Altos.

Comentarios