ASCENSIÓN
DESDE LA HIJA DE DIOS
POR LA CRESTA OESTE
El pico de La Joya es el segundón de la Sierra de la
Paramera, que corre paralela y al norte del largo cordal de Gredos, cuando la divisoria del
Sistema Central traza una curiosa doble curva entre las cabeceras del Tormes y
el Alberche. Esta cima se alza justo al oeste del pico Zapatero, y es un ancho
y romo lomo de hierba y matorral, cuyo relieve suave y modesto canto culminante
poco tienen que ver con la potente cresta del resto del cordal. Vamos, que no
es una montaña llamativa y, si supera los 2.000 metros, esa altitud es
corriente por toda la zona. Además, sus laderas son tendidas y se escalonan en
extensos rellanos. Por otro lado, la vegetación de pasto y monte bajo, entre
los habituales bloques caballeros, tampoco contribuye a formar un paisaje
espectacular. Pero no carece de atractivos; uno es precisamente lo apacible de
sus vertientes, desde las que se pueden contemplar algunas de las más extensas
y bellas perspectivas del Sistema Central.
Esta
una ruta de ascensión no es habitual, transcurriendo por la vertiente norte, la
más larga, y partiendo desde pueblo y no desde alguna de las pistas que
atraviesan a media altura la ladera. Se trata de un itinerario circular, que
aprovecha diversos caminos en torno a la extensa cuenca del Río de los
Arroyuelos, para alcanzar el cordal al oeste de La Joya, recorrerlo hasta
sobrepasar la cima y retornar a la Hija de Dios.

Los picos
del Zapatero y La Joya, vistos desde el oeste
SITUACIÓN:
- Zona: Las Parameras (Sistema
Central)
- Unidad: Sierra de la
Paramera
- Base de partida: La
Hija de Dios (Ávila)
ACCESO: La Hija de Dios está 28
km al SO de Ávila, por Solosancho. Dejar atrás el pueblo y aparcar en una
pequeña explanada con una caseta al sur (izquierda) de la carretera cuando ésta
cruza el Río de los Arroyuelos. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de
origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps.
OTROS
DATOS:
- Cota mínima / máxima: 1.198 / 2.134
- Mi tiempo efectivo: 6h56
- Mi tiempo total: 8h20
- Dificultades: Ninguna. Un par de
tramos sin senda, empinados y un poco incómodos, entre matorral.
- Track
para descargar en Wikiloc
Mapa
tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA
LA RUTA: En el cruce
de la carretera N-502 con el Río de los
Arroyuelos, tomar al sur el Camino de las Aleguillas y luego desviarse a la
derecha (SO) por el carril que sube al collado del Cogote. Continuar por un
camino a la izquierda (SE), faldeando el Risco del Cuervo hasta el siguiente collado (1.569). Cruzarlo y seguir por
la senda a la derecha (SE) hasta que acaba. Girar a la derecha (SO) para
remontar el lomo de matorral y cantos que cae de La Pedriza. Al dar con un cortafuegos, tomarlo a la derecha (O) y
seguirlo, siempre subiendo y por la cuerda en varios cruces, hasta alcanzar la
cresta de la sierra en el Cerro de los
Arrecios. Tomándola a la derecha (SE), alternando carril, senda y terreno
de matorral rastrero, se llega a la cima de La Joya.
Continuar el cresteo al
NE hasta el Portacho del Zapatero y
bajar a la izquierda (N) por el camino que lo cruza. Tras perder algo de altura
y faldear La Joya al oeste, girar a la derecha (NO) en una bifurcación para
descender por un lomo hasta el collado
de Los Corrales. Girar a la izquierda (O) por una senda que desciende la
vaguada y luego se separa del cauce para cruzar el cordal de Los Altos por la
collada de Los Espinos y lanzarse a
un empinado descenso, a través de terreno incómodo de matorral y cantos, por la
ladera de Las Aleguillas. Ante el
último alto (1.377) de este cordal secundario, dejarse caer por la herbosa
vaguada de la izquierda (SO) hasta el Río de los Arroyuelos y tomar a la
derecha (NO) el camino que lo sigue. En sendas se bifurcaciones, seguir por la
izquierda (O) para regresar al aparcamiento del Río de los Arroyuelos.
Croquis
de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH
COMENTARIOS: Esta larga
caminata apenas tiene dificultad, salvo las breves y fáciles trepadas por
bloques si se quiere pisar las puntas secundarias que se pasan. Tampoco hay
problemas de orientación, aunque el itinerario no está balizado en su mayor
parte. Sólo el descenso desde Los Espinos al llano supone cierta incomodidad y
obliga a poner cuidado, al transcurrir por terreno muy empinado, poco estable y
sembrado de arbustos y cantos. Por otro lado, se trata de una excursión visualmente
muy bonita, con panoramas abiertos en todas direcciones y en medio de un
entorno arquetípico de la montaña abulense con abundancia de rocas caballeras,
que forman en ocasiones formas sorprendentes. Además, transcurre por una zona
poco “trabajada” del Sistema Central y, pese a la abundancia de pistas, sendas
y cortafuegos, veremos muchas vacas pero pocos excursionistas. Muy recomendable.
RELATO GRÁFICO:
Cerca de
La Hija de Dios, la carretera N-502 cruza sobre el Río de los Arroyuelos.
Salimos de la pequeña explanada que allí hay, caminando por el Camino de las
Aleguillas, que es una pista de tierra que asciende suavemente en dirección
sur.
Avanzando
por la vertiente izquierda del vallecito que forman el Arroyo de los Picos y el
Río de los Arroyuelos, enseguida surgieron ante nosotros unos recortados
cresteríos, cuajados de riscos; no es la cresta de la sierra, sino parte de un
reborde más cercano, llamado Los Picos o Los Altos.
Al ganar
altura por esta rampa de matorral, entre cantos a veces curiosos, íbamos viendo
cómo quedaban atrás La Hija de Dios, el Valle de Amblés y la Sierra de Ávila.
Tras
dejar atrás varios desvíos, en la primera ocasión en que la pista principal
empieza a bajar, tomamos un carril más descuidado a la derecha (S), el cual...
... nos
llevó a remontar una verde vaguada abierta entre el Risco del Cuervo y el
Cogote. Según subíamos, el camino se fue deteriorando hasta quedar reducido a
un trazo borroso abierto en el matorral.
Tras un
ascenso corto y suave, llegamos...
... al
collado (1.436), desde donde descubrimos la masa achaparrada de La Serrota, la
más alta de Las Parameras. Allí giramos a la izquierda (S) para...
...
seguir un vago rastro en el matorral rastrero que cubría la ladera occidental
del Risco del Cuervo. Al momento, inopinadamente, el mismo se transformó...
... en un
camino claro, por el cual doblamos un morro pasando a ver el siguiente collado
del cordal, el que se abre entre el Cuervo y La Pedriza.
Seguíamos
ganando altura muy poco a poco, a través de un entorno suave; bonito en su
placidez.
En la
horcada, volvimos a dar vista al Río de los Arroyuelos, dominado por la masa de
Los Altos. Aunque ahora sí era por fin visible la divisoria de la Paramera: por
detrás y a la derecha del crestón citado, asomaban las cimas del Zapatero y la
Joya. Giramos a la derecha (SE)...
... con
el carril, que ahora mantenía cota un corto tramo, antes de acabar bruscamente
al ir a trasponer un lomo poco marcado. Allí, seguimos por la derecha (SO),
remontando...
... la
empinada ladera de piedras y matorral, afortunadamente no tan alto ni denso
como para entorpecer seriamente el paso.
Al ganar
altura, veíamos el fondo del Río de Los Arroyuelos.
Cuando
topamos con un cortafuegos, del que nos separaba una cerca de alambre,
proseguimos la subida junto a la misma hasta encontrar un lugar favorable para
cruzarla. Concretamente, lo encontramos donde la alambrada pasa por una roca y
el cortafuegos se bifurca. Atravesamos el obstáculo y continuamos subiendo por
el ramal izquierdo (SO), el cual...
...
pronto alcanzó un lomo, donde desemboca en otro cortafuegos que lo recorre y
que tomamos a la izquierda (SE) para remontarlo.
A nuestra
derecha, la Serrota dominaba el paisaje. Durante esta subida, pasamos un par de
cruces, donde continuamos recto: siempre arriba y por lo alto del cordal.
Al otro
lado, el Zapatero y La Joya, sobre la cuerda por la que alcanzaríamos esta
cima.
Atrás,
cada vez era visible un segmento mayor de Sierra de Ávila y Valle de Amblés.
Al pasar
una ligerísima prominencia, el lomo cambió de dirección al suroeste y pudimos
ver el Cerro de los Arrecios. Desde la pila de piedras culminante,
contemplamos...
... al
oeste la cresta de Majalespino, donde la Sierra de la Paramera acaba por ese
lado.
Al sur,
el Valle del Alberche, limitado al otro lado por Gredos, de la Sierra del Valle
a su núcleo central. Pese a la distancia, llegaban a distinguirse...
... las
cimas que rodean el Circo de Gredos.
Tomando
pues el ramal izquierdo del cortafuegos, seguimos la cresta de la sierra,
primero al sureste hasta la Peña de la Graja, y luego al este. Al pasar junto
al cancho cimero de ésta, nos desviamos para...
...
encaramarnos al mismo, por una fácil rampa de bloques del flanco norte (I).
Una vez
arriba, comprobamos que las perspectivas son más o menos las mismas que al pie
del cancho. Sólo hacia la Joya se gana algo de ángulo hacia la continuación del
cresteo. Así pues, molestarse en trepar sólo le va a merecer la pena a
coleccionistas obsesivos. Nosotros regresamos al cortafuegos y continuamos
camino al este, llevando a la izquierda...
... los
verdes y suaves campos de los Baldíos de Ávila.
Al pie
del Risco Pardo, el cortafuegos giró a la izquierda para rodearlo. Viendo salir
recto (E) un trazo, lo tomamos para acortar.
La senda
nos llevó junto a la alambrada que recorre la divisoria. Al pasar el punto más
alto, se ve quedar atrás la Peña de la Graja y, algo más cerca y a la
izquierda, otro risco, anónimo pero más espectacular.
Al quedar
atrás el Risco Pardo, la senda nos recondujo al cortafuegos, que seguimos
camino de un cerro de algo más de entidad que se fue haciendo patente entre
nosotros y la Joya. Se trataba de la Cabeza Redonda. Al ganar altura por su
vertiente norte,...
...
mejoramos perspectiva del cordal al oeste.
El carril
acabó muy cerca de la cima de la Cabeza Redonda pero encontramos que lo continuaba
una senda, borrosa pero señalizada con hitos. Sólo nos desviamos de ella un
momento para ganar, a la izquierda, el bloque cimero, desde el cual...
... hay
al este una buena vista de lo que restaba de cresta hasta La Joya. Para llegar
allí, volvimos al trazo y, guiados por los hitos, rodeamos el cancho por el sur
y volvimos a salir a la cuerda, cruzando la alambrada antes de retomar
dirección este.
Caminábamos
sin trazo pero el terreno era compacto, suave y despejado y sólo estaba poblado
por pasto y un matorral bajo y disperso, que no suponía obstáculo. Y pronto fue
quedando atrás la Cabeza Redonda.
Según nos
acercábamos a la Joya, se hicieron aún más frecuentes las formaciones de rocas
apiladas típicas de este tramo abulense del Sistema Central. Algunas eran
curiosas y otras, directamente espectaculares. Una de ellas (cota 1.951 en el
mapa), elevada sobre la misma raya divisoria,...
... nos
obligó a dar un rodeo por el norte (izquierda), a través de terreno un tanto escabroso
que, sin llegar a suponer una dificultad, obligaba a poner atención.
Como ya
dije, era entretenido irse fijando en los canchos.
Cuando la
cuerda se empina al pie de la Joya, pasamos a la derecha de la alambrada y
entramos en una gran vaguada o pasillo verde entre sendas tiras de rocas.
Siempre
siguiendo los hitos, por ahí transcurriría esa subida final. Si este entorno de
matorral y peñascos tenía su atractivo,...
... el
panorama, especialmente hacia Gredos, no le iba a la zaga.
Llegando
a la cumbre, vista atrás: extremo occidental de la Paramera y Serrota.
Desde los
bloques cimeros, en primer término, el vecino Cogote de Zarramalejo domina el
rellano intermedio que oculta la Garganta de Navalacruz, con Gredos al fondo.
Al este,
lo más vistoso de la sierra y toda la alineación de las Parameras: el trío que
forman el Zapatero, el Cuchillo y la Peña Cabrera. Más allá, el cordal recupera
su placidez en Los Carramales. En esa dirección iniciamos el descenso.
Llevando
a la izquierda la caída hacia el Valle de Amblés, fuimos siguiendo el lomo al
noreste,...
... sin
hacer caso siquiera a hitos pues el terreno, suave y regular, resultó
uniformemente cómodo. Al llegar al Portacho Zapatero, tomamos a la izquierda
(N)...
... el
camino que lo cruza y que desemboca enseguida en una pista transversal. La
tomamos a la izquierda (NO) y continuamos descendiendo la vaguada...
... bajo
los riscos cimeros del Zapatero y el Risco
Redondo.
De ahí,
salimos a la ladera septentrional de la Joya, que atravesamos, deshaciendo el
desplazamiento que previamente habíamos realizado por la cuerda. En una
bifurcación, seguimos llaneando a la izquierda (SO) y, sin otra incidencia, alcanzamos
el lomo que íbamos viendo como primer horizonte. Allí giramos a la derecha (NO)
para...
... bajar
por la pista que lo recorre por lo alto, dirigiéndose hacia Los Altos.
Durante
este tramo, llevábamos a la izquierda una bonita vista de la Cabeza Redonda
sobre una verde cuenca.
La Joya
iba quedando atrás.
Al llegar
a un cruce múltiple, continuamos recto (N) y un poco a la derecha, teniendo que
cruzar una cancela.
A
continuación, al desembocar en el siguiente carril horizontal en Los Potrillos,
giramos a la izquierda (O) para continuar el descenso de este largo lomo.
Luego,
empezamos a llevar otro carril paralelo a la derecha. En cuanto pudimos, al
pasar una barrera, nos cambiamos al mismo, manteniendo la dirección (NO).
Así
llegamos a las cercanías del collado de Los Corrales, que separa Los Altos del
cuerpo principal de la sierra. Sin llegar a la horcada, dejamos la pista por la
izquierda (N) para entrar en la vaguada occidental, no sin...
... antes
volvernos a contemplar la cresta de la sierra, pues...
...
enseguida la perderíamos de vista, al entrar en el suave tubo verde y tomar a
la izquierda (O) la senda que lo recorre.
El
caminillo nos fue separando del cauce, manteniendo cota por la vertiente
derecha. Íbamos buscando un desvío a la derecha, que debía devolvernos al fondo
del barranco; se ve muy claro en las fotos aéreas de Iberpix pero la cosa es
que, sobre el terreno, nos dejamos el cruce y acabamos en la cuerda de Los
Altos. Visto lo que vino luego, aconsejo mirar mejor o bien no cambiar de pista
donde la barrera para acabar la bajada por el cauce del Río de los Arroyuelos,
aunque cueste un rodeo.
Desde Los
Espinos, que así se llama la collada en que alcanzamos el cordal, nos asomamos
a Las Aleguillas y el Valle de Amblés. Ése era nuestro destino pero nos
separaba de allí una empinada ladera de tierra suelta y matorral, en que el
trazo que seguíamos se difuminó hasta...
...
hacerse, sin llegar a desaparecer, precario y muy estrecho. Aun así, más valía
no perderlo para evitar canchos y escalones. Cuando un gran apilamiento de
rocas nos cerró el paso, lo rodeamos por la derecha y, al llegar a un amplio
collado herboso, giramos a la izquierda (SO) para, ya por...
...
terreno cómodo y despejado, bajar al cauce del Río de los Arroyuelos, en busca
del camino que lo desciende. Aquí, quizá debíamos haber bajado por la otra
vaguada, a la derecha, pues el itinerario seguido acabó siendo un rodeo al no
encontrar otra bifurcación. Pero no nos adelantemos.
Al llegar
al fondo del barranco, encontramos efectivamente una buena senda y la tomamos a
la derecha (NO). Pero luego, donde pensábamos tomar a la izquierda un desvío,
en el corto tramo en curva que el camino hace por la orilla occidental, tampoco
encontramos la salida, pese a lo clara que se ve en Iberpix.
Decidimos
pues seguir por el camino, lo que supuso un corto rodeo. Es más, de haber
sabido por dónde volveríamos, hubiera sido mejor dejar el cordal por la
derecha. Total, que llegamos a los corrales de Villaclara y, poco después,
junto al arroyo que corre por la base de los Picos,...
...
desembocamos en una pista que tomamos a la izquierda (NO), para dejarla pocos
metros después, por otro desvío (foto) también a la izquierda (O), que cruza
por un puente el Río de los Arroyuelos.
Se trata
del Camino de Las Aleguillas por donde habíamos comenzado la excursión y
enseguida llegamos al primer cruce de esa mañana, desde donde ahora, sin darnos
el sol de frente, había una bonita panorámica de este rincón de típica montaña
abulense, con su pasto y matorral multicolor trufado de cantos, bajo las
crestas recortadas de Los Picos y Los Altos.
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