OTROS
DATOS:
- Cota mínima / máxima: 1.481 / 1.832
- Mi tiempo efectivo: 4h53
- Mi tiempo total: 5h33
- Dificultades: Ninguna. Itinerario
por caminos o terreno cómodo.
- Track para descargar en Wikiloc
Mapa
tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA
LA RUTA: Salir del Puerto
de Canencia en dirección este, caminando por las sendas que siguen el
cordal. Se pasará por la Cabeza de la Braña y otro par de picos secundarios antes
de alcanzar la cumbre del Mondalindo.
Regresar deshaciendo el mismo itinerario.
Croquis
de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH
COMENTARIOS: Éstas no son
cumbres importantes pero están ahí y, después de todo, la prominencia del
Mondalindo es superior a 300 metros. La belleza serena del entorno, pese a
estar bastante humanizado, y las amplias vistas son atractivos de sobra para
acometer este paseo, que constituye la ruta más sencilla, aunque no más corta,
de acceder a esta cima. Sólo la meteorología puede condicionar su realización,
como siempre sucede en la montaña, aun la más modesta y amable
RELATO GRÁFICO:
Al fondo
del aparcamiento del Área Recreativa del Puerto de Canencia pasa una cerca de
piedras. Comencé a caminar siguiéndola hacia la derecha (SE). Pronto comencé a
ver marcas rojiblancas de GR, que me llevaron a cruzar el murete y luego,...
... tras
pasar un alto ya en el cordal, a descender por un camino cada vez más claro.
Salí de
los árboles en Collado Hermoso, frente a la Cabeza de la Braña, primer hito de
la jornada. Cunado, en el punto más bajo de la horcada, el camino empezó a descender
hacia la vertiente meridional, lo dejé por una senda menos clara, pero marcada
con hitos, que sale a la izquierda (E). La misma me llevó a remontar el lomo
siguiente por un pasillo abierto en el pinar.
Antes,
mientras atravesaba la amplia horcada, pude ver un anticipo de los panoramas
que amenizarían la excursión. A mi izquierda, el cordal principal del
Guadarrama, que muestra aquí los picos de El Nevero y La Muela flanqueando el
Puerto de Navafría.
Al otro
lado, al sur, el violento contraluz marcaba las siluetas de la Cabeza Arcón y
el Cerro de San Pedro. Y, más a la derecha, se llegaba a distinguir entre los
pinos el “skyline” de la ciudad de Madrid.
El camino
era en general bueno; solamente una breve pedrera, a media subida de la subida,
vino a perturbar la comodidad durante unos pocos metros.
Al llegar
a lo alto del lomo, mirando atrás, pude disfrutar de esta magnífica perspectiva
de la Sierra de la Morcuera, en cuya ladera meridional se marca el contraste que
el otoño establece entre robles y pinos. Y la mole blanqueada que asoma a la
derecha es, obviamente, Peñalara.
Pero no
estaba aún en la cima, sino en un hombro, a partir del cual la cuerda, mucho
más tendida, estaba recorrida por un cortafuegos, que hizo aún más confortable
la andadura.
Con la
altura, a mi espalda no sólo veía asomar Peñalara sobre el lomo de la Morcuera;
fueron apareciendo también la Najarra y las Cabezas de Hierro.
Un gran
hito marcaba, ahora sí, la llegada a la culminación de la Cabeza de la Braña.
Pero no estaba en la cima; ésta quedaba unos metros a la izquierda (N) y, para
alcanzarla, crucé la alambrada por la rústica cancela que se ve. Un senderillo
me guio a través del pinar y, tras pasar junto a la caseta de un repetidor, me...
... sacó
del mismo en las rocas cimeras, frente a una ladera de matorral, más allá de la
cual se alzaban en el horizonte las crestas de Ayllón, del Tres Provincias al Ocejón,
pasando por el grupo del Pico del Lobo.
Volviéndome
a la derecha (E), podía ver el Mondalindo. Regresé junto a la alambrada por el
mismo sendero y, viendo que...
... el
cortafuegos no seguía más allá, pero un estrecho trazo cortaba el matorral de
este lado de la cerca, no la crucé, sino que continué cordal adelante
llevándola a la derecha. La progresión no llegaba a ser cómoda por lo angosto e
impreciso del pasillo en el retamar, pero no se iba mal. El matorral denso
acabó en el collado y, en la subida posterior a La Albardilla,...
... el
matorral era mucho denso y más bajo. En la foto, vista de la Cabeza de la Braña
desde La Albardilla.
Allí, me
fijé en que una magnífica senda iba por el cordal al otro lado de la alambrada.
Estaba claro que me había pasado ligeramente de listo al bajar de la cabeza de
la Braña. Pero bueno, no fue grave. Crucé la cerca para incorporarme al camino
y tomé nota para la vuelta. La subida siguiente era bastante tendida y...
...
disponiendo de buen camino la superé a buen ritmo. Desde lo alto, al ceder la
pendiente, una mirada atrás. De izquierda a derecha, Sierra del Hoyo de
Manzanares, La Pedriza, la mitad oriental de la Cuerda Larga sobre la Sierra de
la Morcuera y, en la vertical de la Cabeza de la Braña, Peñalara.
Pero no
estaba en la cumbre, sino llegando al vértice geodésico, que está en la punta
occidental y algo más baja, llamada Cabeza del Cervunal. Para llegar a aquélla,
aún quedaba un kilómetro de lomo ancho y suave.
Durante
tan relajado tramo, me iba recreando los ojos con el panorama a ambos lados. A
la derecha, los cerrillos del Pie de Monte y la llanura madrileña.
Al otro
lado, la divisoria del Sistema Central, de Peñalara al Pico del Lobo, más allá
del Valle del Lozoya.
Desde la
cumbre del Mondalindo, que tampoco está junto a las antenas sino en lo alto de un
cancho un poco más al noreste, hay un buen panorama sobre las montañas de
Ayllón, tanto la sierra homónima como la del Rincón, sobre la cual asomaba la
cima del Ocejón.
Un poco
más a la derecha, la que creo la mejor perspectiva de la Sierra de la Cabrera. Respecto
a los panoramas al norte y sur, son más o menos los mismos que veía cuando
recorría el tramo final de cordal.
También
al oeste el panorama es conocido, aunque no se cansa uno de mirarlo. Para
regresar, a falta de una alternativa práctica, deshice la ruta por el cordal.
En un
momento dado, hay esta estupenda perspectiva de la cadena de circos de Pinilla.
Al pasar
La Albardilla, continué por el camino marcado. En el collado siguiente, llamado
de Hernán García, el trazo se llega a perder en la hierba, pero no hay mucho
problema. Continué adelante (NO) tras la horcada y, al intensificarse la
pendiente al pie de Cabeza de la Braña, derivé a la izquierda (O), progresando
siempre por los pasillos de hierba entre el matorral. Así, sin previo aviso,...
... me
encontré pisando de nuevo una senda. Volviéndome a media altura de esta subida,
puede verse la Cabeza del Cervunal sobre el Collado de Hernán García.
Llegando
arriba, a la Cabeza de la Braña, la vista sobre la vertiente meridional de la
Sierra de la Morcuera, anunciaba la cercanía del final.
También,
la Cabeza Arcón y el Cerro de San pedro, que formaban esta bonita composición.
A partir de aquí, al encontrar el final del cortafuegos, ya lo que quedaba de
regreso fue exactamente igual a la ida.
Otra
perspectiva notable era la de la vertiente sureste de Peñalara, con sus tubos
resaltados ya por la mínima nevada caída los días previos.
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