Montihuero (2.180)

ASCENSIÓN DESDE LA RIERA DE BABIA

CANAL SUR

El Montihuero es la segunda altura del tramo de Cordillera Cantábrica que separa las comarcas de Babia y Somiedo, aunque, elevándose al sur de la divisoria, se encuentra totalmente en tierra leonesa. Como es habitual en toda el área, se trata de una enorme peña individualizada y altiva. De hecho, sus caras norte y noreste conforman una de las mayores paredes de la cordillera. Si bien la Babia es una comarca tan verde como se puede esperar de su situación, apenas hay bosque en torno al Montihuero, sea por el intenso uso ganadero o por razones climáticas. Más arriba, se da la típica mezcla de hierba y caliza, con el color verde refrescando la hosca aridez de canchos y aristas. Por otro lado, su gran prominencia y situación excéntrica respecto a la cadena axial dotan a esta cumbre de un panorama excepcionalmente amplio.

Esta ruta combina la subida más usual y lógica al Montihuero por la verteinte sur, la gran canal herbosa que corta el monte por ese lado y llega a los pies de la cima, con una bajada menos utilizada pero panorámica y muy fácil, por la arista que limita el gran surco por el oeste y culmina en el picacho de El Rastrillo.

Canal sur del Montihuero desde las cercanías de La Riera de Babia

SITUACIÓN:

  • Zona: Montaña Leonesa Occidental (Cordillera Cantábrica)
  • UnidadEntre Somiedo y Babia
  • Base de partida: La Riera de Babia (León)

ACCESO: La exursión se inicicia en la Iglesia parroquial de San Esteban de la Riera de Babia, situada en lo más alto de la población, situación a 75 km al NO de León por La Magdalena y Pobladura de Luna. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.335 / 2.180
  • Mi tiempo efectivo: 3h30
  • Mi tiempo total: 4h51
  • Dificultades: F. Unas pocas de trepadas (I) cortas y con escasa exposición. Bastante tramo sin senda pero por terreno cómodo y obvio.
  • Track para descargar en Wikiloc

Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Salir de La Riera de Babia por el Camino de la Fuenfría, que remonta al NO el arroyo del mismo nombre. Cruzado el Arroyo de Corralines, dejarlo por un desvío a la derecha (NE), que pasa a recorrer este otro valle hasta su cabecera. Allí, continuar subiendo por la evidente canal sur, incluyendo algún apoyo de manos, hasta la cumbre del Montihuero.

Descender por el lomo SE, afrontando un par de pequeños destrepes (I). En El Rastrillo (F), al bifurcarse la arista, seguir por la izquierda (SO) hasta desembocar en el Prado Chano, junto a una pista. Girar a la derecha (S) y, al dar con el Camino de la Fuenfría, a la izquierda (E), para regresar a La Riera de Babia.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Esta es una de esas rutas que, sin ser difícil o expuesta, se dice de ellas que son muy montañeras. Con una dificultad escasa, pero no nula, y su mediano desnivel, está al alcance de excursionistas que se muevan con soltura en terrenos variados. Como todas las ascensiones en la Babia, es un gozo para la vista, tanto por el panorama como por los parajes que recorre. Me he dado cuenta de que ésta ha sido mi primera visita a esta comarca sin nada de nieve; y lo que he encontrado es que la solemne hermosura del blanco invernal ha sido sustituida por una belleza más llamativa de estratos retorcidos que mezclan sus colores descarnados con el verde fresco de la hierba, que prospera a poco que haya dos dedos de tierra en una grieta.

En lo práctico, al inicio de la ruta me desvié del Arroyo de la Fuenfría al de Corralines por el camino que remonta la ribera izquierda. Esto me llevó a un tramo incómodo, entre densa vegetación para incorporarme a la pista de la otra orilla, que podía haber tomado más adelante. Por ello, recomiendo esperar a pasar el puente sobre el Arroyo de los Corralines para dejar el Camino de la Fuenfría.

RELATO GRÁFICO:

Junto a la parroquia de La Riera, arranca una pista de tierra de tierra que, apuntando al Pico La Crespa, deja el pueblo y…

… remonta el Arroyo de la Fuenfría. Por el mismo comencé la andadura, ganado altura muy suavemente. Pronto, pude ver un barranco que salía a la derecha; es el Arroyo de los Corralines, por el que me aproximaría a…

… la cara sur del Montihuero, que pronto vi asomar por el tajo. Según el mapa, sendos desvíos salen del Camino de la Fuenfría, remontando ambas vertientes y encontrándose a mitad de su curso. Para acortar, tomé el primero que se encuentra, que va por la ribera oriental (izquierda). Al principio es amplio y cómodo pero…

… enseguida se estrecha y deteriora. Tras seguir por la derecha (NE) en una bifurcación, y seguir un trecho más por prado,…
… la senda se redujo a un casi imperceptible trazo entre denso matorral y me llevó al fondo del barranco. Avanzando penosamente entre vegetación de ribera, crucé el torrente y salí a un prado sobre el que se veía una cerca. Al otro lado de la misma,…

… me encontré la otra rama del camino, que por este lado sigue amplio y bien acondicionado. Pese a ser ligeramente más largo, hubiera sido mejor esperar a cruzar el Arroyo de los Corralines para desviarme del de la Fuenfría. Pero, en fin, aquí estaba, ya en la vertiente derecha y ante un buen carril, que tomé a la derecha (N), para continuar acercándome a la cara sur del Montihuero que, desde aquí ya mostraba muy claramente la canal sur.

Ésta es una torrentera que corta las pendientes praderas y bandas de roca, permitiendo ascender con suma facilidad. Aunque el primer cancho pensé no pasarlo por la canal sino más a la izquierda, por donde sube una pala de hierba, también muy evidente.

Cuando la pista acaba a la altura de la Fuente de Cascariche, a 1.550 m de altitud, crucé el torrente y continué la remontada por la orilla izquierda, elevándome a la vez en diagonal por la ladera herbosa.

A mitad de esta travesía, volviéndome hacia el valle, podía ver el tramo de Sierra de Villabandín que incluye el Alto de la Cañada y el Valgrán, asomando por el tajo del Arroyo de los Corralines.

Concluí este tramo en la cabecera del arroyo, frente al pico del Rastrillo, por cuya cresta bajaría. Acababa de pasar bajo la canal sur, y a mi derecha (N),…

… ascendía el suave lomo que la limita por el oeste. Giré para superar este primer tramo relativamente empinado de la ruta para, al cabo de 60 ó 70 m desnivel, encontrarme…

… ante un rellano sobre el que se extendía la banda rocosa que abraza por el sur el Montihuero. Continué recto hacia el primer cancho que, recuerdo, pensé pasar por la hierba de la izquierda, que parecía más cómodo que por la canal.

Desde lo alto de este segundo tramo herboso en que se vuelve a empinar la cosa, ya a más de 1.800 m de altitud, la vista hacia el sur era preciosa, con la Sierra de Villabandín enmarcando el verde paisaje de la Babia.

La cosa es que, al topar con el primer cancho, vi que éste era bastante tendido y se podía pasar con algún apoyo aislado de manos (I). Como además el pasto estaba alto, decidí seguir por derecho y superé este roquedo.

Desde lo alto del mismo, el Rastrillo y el lomo en que se engarza se veían ya con claridad, pudiendo juzgar lo que me esperaba en ese tramo de bajada. Por detrás, asomaban la vecina Crespa a un lado y el Valdeiglesias, en la Sierra de Gistreo, al otro.

Aquí ya sí que derivé a la derecha para meterme por la canal sur que, en la segunda banda de roca es donde resulta útil de verdad.

Se trata de un tubo estrecho, con el fondo sembrado de cantos estables, bastante pino pero no tanto como para no poder caminar. El ascenso fue cómodo en sus 50 metros de desnivel.

Al salir del pasillo, me fijé que, en el hueco entre las sierras de Villabandín y Gistreo, se llegaba a distinguir una sombra difusa: la alomada cresta del Teleno.

Continué la subiendo directamente pendiente arriba pero, en vez de por el pedregoso fondo de la canal, por su herbosa vertiente Oriental (izquierda), que me pareció más cómoda. Tras unos 150 m de recia pendiente, el terreno...

... se tendió súbitamente en un extenso rellano herboso abierto al sur y abrigado por la cresta de la montaña en el resto de la circunferencia. La cumbre, pálida y picuda, destacaba al fondo entre el verde y el azul. Al principio me dirigí directamente a ella pero, cuando el terreno se empinó, rodeé un poco por la izquierda para dulcificar la subida. Llegando a la cuerda, me encontré otra sorpresa: una mancha clara que creía que sería algún afloramiento rocoso, resultó ser...

... un nevero residual. Muy pequeño pero, en agosto y a cara sur es algo que no suele verse. Incluso me desvié un poco más del camino a cumbre para mojarme las botas. Desde la cresta, mirando atrás, el horizonte de montañas más allá de la cubeta verde que acababa de cruzar se había ampliado, a la izquierda de la Sierra de Villabandín, con los montes de la comarca de Luna.

Al otro lado, al noroeste, descubrí la masa descarnada de la Peña los Años, entre la Salgueiro y la Chana. Y a la derecha, más gris, el Cuetalbo. Girando a la derecha (NE), recorrí los pocos metros que me separaban de la cumbre del Montihuero.

Junto al hito, descubrí el panorama al noreste: Peña Orniz con su corte y el macizo de las Ubiñas.

Por todo el arco sur, llenaban el horizonte las sierras de Villabandín y Gistreo cierran la Babia. Comencé el regreso bajando al suroeste por la cuerda hasta el pie de una primera prominencia; allí, unos trazos en la hierba me llevaron a rodearla por el este (izquierda) para volver a cresta en un lomo que cae al sur.

Desde el mismo, me volví a echar un vistazo a la cima que, poco después, quedaría oculta para el resto de la jornada.

Bajando por esta loma amplia y herbosa, veía a mi izquierda, el Morro Negro, los Picos del Fontán y las dos Ubiñas, asomando sobre otro cordal similar.

Al otro lado, más allá de la árida cresta que va de la Crespa a la Peña Redonda y la de Años, se llegaban a ver el Muxaven e incluso los Ancares orientales.

A partir de la cota 2.000, el terreno se volvió más rocoso y se empinó, pero se podía caminar bien a la derecha de la arista.

Más abajo, tras pasar un curioso arco,...

... vinieron un corto paso horizontal más afilado y luego...

... un par de resaltes de unos diez metros cada uno. Los dos estaban llenos de apoyos y...

... lejos de ser verticales (I). Unos hitos señalaban los pasos más fáciles pero no me sirvieron mucho, pues estaban puestos para ser vistos desde abajo.

A continuación, bajé hasta el collado (1.868) previo al modesto pico del Rastrillo, a...

... través de una rampa pedregosa de más que mediana pendiente pero sin obstáculos.

Una subida breve y suave me llevó a la cima del modesto Rastrillo. Camino de la misma, vi a mi izquierda...

... unos trazos que bajaban por la vaguada. Siguiéndolos hubiera vuelto a la cabecera del Arroyo de los Corralines. Es una alternativa de regreso más rápido pero, como no iba apurado de tiempo y el día no era desagradable, continué por la loma, para...

... seguir disfrutando panoramas. Por ejemplo, desde el Rastrillo, el Montihuero mostrando la canal de subida y el lomo de bajada.

Al otro lado, las peñas Valgueiro, Malvosa y Redonda mostraban su atormentada geología.

Del Rastrillo caen dos lomas al sur y yo continué la bajada por la de la derecha (SO), en cuyo arranque había un gran hito de piedras. El descenso es algo más largo por este lado pero lo escogí porque esta cuerda se veía libre de matorral.

A mi derecha, bajo la Crespa, fui descubriendo el tramo más alto del Arroyo de la Fuenfría.

La loma acababa en el Prado Chano que bordea el Camino de la Fuenfría, por el que empecé la excursión y que me serviría ahora para el retorno. No lo tomé directamente, sino que, antes, derivé a la izquierda (SE) para atajar por otro carril más cercano. Lo tomé a la derecha (S) y desemboqué enseguida en aquél, que cogí a la izquierda (E).

A poco de tomarlo, volviéndome, veía esta perspectiva de la Crespa y la loma de bajada a partir del Rastrillo.

Poco después, comencé a ver los tejados de La Riera bajo la masa oscura del Pico Burón, mientras iba llegando al Arroyo de los Corralines, donde cerraría el circuito en el primer cruce de la mañana, para llegar poco después al pueblo.

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